Y es por esta razon, sra. Manhattan, que ruego a Dios que me haga ver las cosas tal y como El las ve y las entiende. Tambien oro a mi Dios para que ponga en mis ojos lo mismo que ven los suyos. Y que mis oidos escuchen como escuchan los oidos del Señor. Pues, si algo empiezo a tener muy claro en mi vida, ese algo es que mis ojos, mis oidos y todos mis demas sentidos naturales necesitan urgente y diariamente percibir la Creacion y todo lo que en ella subsiste de la forma mas parecida posible a como la percibe nuestro Hacedor.
Cuanta falta hace, sra. Manhattan, epigrafes como este suyo y donde toda persona, sea cual sea su raza, sexo o religion, pueda encontrar un espacio para expresar libremente y sin temor a ser coaccionado, excluido o criticado lo mejor, lo mas limpio y noble que haya en su corazon.