La Filocalia de los padres Nípticos

Re: La Filocalia de los padres Nípticos

166. A nosotros que nos gloriamos en Jesucristo y con sobriedad empezamos a correr por lugares seguros, primeramente se nos muestra el intelecto como una lámpara, que no bien tomada por nosotros con la mano del intelecto, nos guía por los senderos del pensamiento; luego (se nos muestra) como una luna resplandeciente que se levanta en el firmamento del corazón; y finalmente se nos aparece como el sol, Jesús, que irradia la justicia, manifestándose claramente con sus luces todas resplandecientes.
167. Estas cosas son reveladas místicamente al intelecto que permanece en el mandamiento, el cual dice: Circuncidad vuestra dureza de corazón (Dt 10,16). Y tal como se ha dicho, es la sobriedad solícita que hace que el hombre reconozca los pensamientos ilícitos. La divinidad no hace excepción de persona (Cf. Ro 2,11). Por lo que el Señor dice: ¡Cuidad de escuchar bien! Al que tiene, se le dará, y al que no tiene, aun lo que cree tener le será quitado (Lc 8,18). Y con aquellos que aman a Dios todo coopera para el bien (Ro 8,28). Y mucho más cooperarán con Él las virtudes.
168. Un barco no recorrerá muchas millas sin agua; y la vigilancia del intelecto no progresará sin la sobriedad unida a la humildad y a la oración a Jesucristo en todo.
169. Si de una casa las piedras son su fundamento, de esta virtud su piedra fundamental y techo es el adorable y santo nombre de nuestro Señor Jesucristo. Pero naufragará un piloto descuidado en tiempo de tempestad si, luego de haber echado a los marineros y tirado remos y velas al mar, él mismo se echa a dormir; aunque más fácilmente será atropellada por los demonios un alma que ha descuidado la sobriedad y la invocación del nombre de Jesucristo, cuando comiencen los asaltos.
170. Lo que sabemos lo decimos por escrito, y lo que hemos visto lo atestiguamos a todos aquellos que así lo quieren. Ya que Él mismo lo ha dicho: el que no permanece en mí, es arrojado fuera como los sarmientos, y se seca; después los recogen y los echan al fuego, y se queman; pero si permanece en mí, yo también permaneceré en él (Jn 15,6). Así como no es posible que el sol ilumine sin luz, así es imposible que un corazón sea purificado por la sordidez de los pensamientos malvados, sin la oración del nombre de Jesús. Pero si esto, como veo, es cierto, usémoslo como a nuestra respiración. Si uno es la luz, los otros son tinieblas; uno es Dios y Soberano, los otros, siervos de los demonios.
171. A la custodia del intelecto se la denomina en el modo conveniente y justo de “generadora de la luz” y “generadora del relámpago”, “resplandeciente portadora del fuego”. Pues ella sobrepasa, en verdad, los cuerpos infinitos y muchas virtudes. Por lo tanto, deberemos denominar esta virtud con nombres honoríficos, por la belleza de las luces generadas por ella; aquellos que la aman, pueden convertirse por medio de Jesucristo, de pecadores e inútiles, de impuros e ignorantes, de frívolos e injustos, en justos, útiles, puros, santos y sabios; y no sólo esto, sino que pueden también contemplar los misterios y abordar la teología; y una vez que accedieron a la contemplación, lograr ver esta luz purísima e infinita, tocándola con indecibles contactos, viviendo y habitando con ella, ya que han gustado cuan bueno es el Señor (Cf. Sal 34,8), de modo que se cumpla claramente lo dicho por el divino David: Los justos confesarán tu nombre, y los rectos tendrán tu rostro (Sal 140,13). Verdaderamente, éstos son los que invocan y alaban a Dios sinceramente, y gozan el estar junto a Él, siempre, amándolo.
172. Cuidado con tu vida interior por causa de las cosas externas. Pues el hombre interior recibirá mucha tristeza de los sentidos exteriores y, entristecido, usará golpes de látigo en contra de ellos. Aquel que ha cumplido lo que figura en la carta, ya ha conocido lo que esto significa.
173. Si nuestro hombre interior, tal como lo entienden los Padres, es sobrio, es capaz de custodiar también al hombre exterior. Porque nosotros y los demonios maléficos, cometemos los pecados conjuntamente. Ellos, sólo en los pensamientos, representando el pecado del intelecto tal como lo desean, con figuras de fantasía; y nosotros con nuestros pensamientos internos y con obras en lo externo. Puestos en dificultad por la solidez de los cuerpos, los demonios atraen la maldición para sí y para nosotros, solamente mediante los pensamientos, el fraude y el engaño. Pues de no faltarles la solidez del cuerpo, los desgraciados, no descuidarían ni siquiera la omisión de las obras, ya que tienen en reserva, siempre pronta, la determinación de cometer actos perversos.
174. La oración de una palabra solamente, mata y reduce a cenizas los engaños de los demonios. Pues Jesús, Dios e Hijo de Dios, por nosotros invocado continua y prestamente, no les permitirá en modo alguno mostrar al intelecto en el espejo del pensamiento ni el inicio de la invasión que se denomina asalto, ni una manera cualquiera, ni siquiera un discurso que penetre en el corazón. Y una forma demoníaca que no podrá penetrar en el corazón, como lo hemos dicho, estará también vacía de pensamientos, ya que ellos tienen la costumbre de hablar y de enseñar furtivamente al alma la malicia mediante los pensamientos.
175. Entonces, con la oración, el cielo de la mente se conserva puro de nubes tenebrosas y de la malignidad de los vientos espirituales. Y cuando el cielo del corazón se conserva puro, no es posible que no se encienda en él la divina luz de Jesús, a menos que nos sintamos henchidos de vanagloria, de altanería, de ostentación, y nos levantemos por nuestra ligereza hacia lo inalcanzable, y nos encontremos sin el socorro de Jesús. Porque Cristo que es ejemplo de humildad, odia tales cosas.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

176. Mantengámonos fuertemente unidos a la oración y la humildad, dos cosas estas que, junto con la sobriedad, combaten a los demonios con una espada de fuego. Es posible que nosotros, si vivimos así, cada día y cada hora, podamos celebrar una fiesta de alegría mística en el corazón.
177. Los ocho pensamientos congénitos con la malicia, en los cuales todo otro pensamiento está comprendido y de los cuales todos los otros tienen origen —desde Eros hasta Zeus todo execrable demonio dios de los Griegos, según sus mitos— todos salen por la puerta del corazón y, encontrando el intelecto vigilado, todos entran en el momento debido. Y el pensamiento que de entre los ocho penetre en el corazón introducirá la flota de los otros turbios pensamientos. Así, oscurecido el intelecto, excita al cuerpo, empujándolo a cometer actos indebidos.
178. Aquel que espía la cabeza de la serpiente (Cf. Gn 3,5) y que por medio de una confutación resoluta usa palabras mordaces echando por tierra con golpes de puño al adversario ha rechazado la guerra. Pues, aplastando la cabeza, ha logrado huir de los muchos pensamientos y pésimas obras. Y entonces la mente permanece quieta, sin agitarse, y Dios acoge su velar respecto de los pensamientos, recompensándola con el don de conocer cómo es necesario tener ventaja sobre los adversarios y cómo el corazón debe purificarse poco a poco de los pensamientos que contagian al hombre interior, porque, como dice el Señor Jesús, del corazón salen los malos pensamientos, las fornicaciones, los adulterios, y ésas son las cosas que contaminan al hombre (Mt 15,19).
179. Y así el alma se mantiene unida al Señor, con su propia belleza, su galanura y su rectitud, como desde un principio fuera creada por Dios. “Bellísima y recta —como dice el gran siervo de Dios, Antonio—: la virtud consiste en el hecho de que la parte intelectual del alma sea se*gún natura.” Y dijo aún más: “La rectitud del alma consiste en su parte intelectual según natura, tal como ella fuera creada.” Y además nos aconseja: “Purifiquemos la mente. Yo creo que, purificada en cada una de sus partes y estable según natura puede, siendo capaz de penetrar en los espíritus, ver más y más lejos que los demonios, ya que el Señor se lo revela.” Esto es lo que el glorioso Antonio dice, según el gran Atanasio en la Vida de Antonio. (Vita Antonii, ss 22,34)
180. Todo pensamiento hace surgir en el intelecto la imagen de una co*sa sensible. Pues el Asirio (esto es, el demonio), siendo un intelecto, no tiene la fuerza de engañarnos, si no es mediante nuestras sensaciones y nuestras costumbres.
181. Así como no es posible para nosotros que persigamos en el cie*lo pájaros alados o que volemos como ellos, puesto que ello no es pro*pio de nuestra naturaleza, tampoco es posible tener ventajas sobre los pensamientos incorpóreos y demoníacos, sin la oración vigilante y prolongada; o sin que el ojo del intelecto nade, manteniendo fija su mirada en Dios. De otro modo, emprende su cacería entre lo que es terrestre.
182. Por lo tanto, si quieres verdaderamente cubrir de vergüenza los pensamientos y vivir en recogimiento espiritual, y tener un corazón so*brio con facilidad, que la oración a Jesús se una a tu respiración, y en po*cos días verás cómo esto se verifica.
183. Así como es imposible escribir en el aire, y es necesario que las letras se incidan sobre algún cuerpo para que se conserven por mucho tiempo, así, uniremos la oración a Jesucristo a nuestra sobriedad para que esta bellísima virtud permanezca perdurablemente con Él, y por Él nos sea vigilada íntegramente.
184. Encomienda tus obras al Señor y encontrarás la gracia (Cf. Pr 3,3) nos di*ce, a fin de que no se diga, también referido a nosotros, por parte del profeta: Tú estás cerca, Señor, de sus bocas, pero lejano de sus corazo*nes (Jr 12,2). Ningún otro, más allá de Jesús, dará una paz estable a tu corazón alejando a las pasiones: (nadie) si no Jesucristo mismo, quien estando en el medio, ha reunido a cosas lejanas (Cf. Ef 2,14).
185. Ambas cosas, los discursos de los pensamientos en la mente y las conversaciones y las palabras ociosas, oscurecen al alma. Es necesario que tanto los pensamientos como los hombres, amando ambos el hablar ocioso, guarden luto evitando el daño del intelecto. Y esto por una causa sumamente bendita según Dios, de tal modo que el intelecto, oscurecido, no debilite la sobriedad. Pues, cuando somos oscurecidos por el olvido, hacemos perecer al intelecto.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

186. El que conserva con solicitud la pureza del corazón tendrá como maestro a Cristo el legislador, quien místicamente le trasmite su voluntad. Escucharé lo que dirá en mí el Señor (Sal 85,8), dice David, indicándonos esto. Y respecto al combate espiritual, queriendo mostrar cómo el intelecto se examina a sí mismo y la protección de Dios que se nos brinda, socorriéndonos, nos decía: “Y el hombre dirá: ¿Existe quizás un premio para el justo?” (Sal 58,11). Luego, indicando la doble reflexión adoptada en la búsqueda, dice: “Pues es Dios el que los juzga (a los demonios malignos) en la tierra (Sal 58,10) de nuestro corazón.” Y más adelante nos dice: “Vendrá el hombre con el corazón profundo, y Dios será ensalzado” (Sal 63,6). Y quedarán heridos como por saetas de infantes (Cf. Sal 63,9-10).
187. Con el corazón instruido por la sabiduría (Cf. Sal 90,12), tratemos de vivir siempre, según el cantor sacro, la misma potencia de Dios Padre y la Sabiduría de Dios (Cf. 1 Co 1,24), respirando continuamente a Jesucristo. Pero si, debilitados por una circunstancia adversa, descuidamos la actividad espiritual, a la mañana siguiente de nuevo afirmemos el intelecto y recomencemos la lucha con fuerza, sabiendo que no existe posibilidad de defensa para nosotros que hemos conocido el bien, si no lo hacemos.
188. Así como los alimentos que dañan, no bien deglutidos, perjudican; y el que los ha comido, dándose cuenta del daño, con alguna medicina remedia el malestar; así también el intelecto, cuando acoge a pensamientos malignos, los acepta, y de inmediato siente su amargura, la cura fácilmente mediante la oración de Jesús invocada desde lo más profundo de su corazón, rechazándolos completamente; porque el aprender junto a Dios y la experiencia que nos viene de este aprendizaje permiten a los sobrios reconocer lo que tienen frente a ellos.
189. Une la sobriedad y el nombre de Jesús a tu respiración y a tus narices, como también la meditación que no descuida a la muerte y a la humildad. Ambas cosas benefician mucho.
190. El Señor nos ha dicho: Dejaos instruir por mí, porque soy manso y humilde en el corazón; y encontraréis reposo para vuestras almas (Mt 11,29).
191. El Señor nos ha dicho: Quien se hiciere pequeño como este niño (Mt 18,4), será elevado; quien se elevare, será humillado (Mt 23,12). Dice: Aprended de mí: ¿no ves que la humildad es aprendizaje? Su precepto es vida eterna (Jn 12,50). Y ésta es la humildad. Entonces, el que no es humilde, ha rehuido a la vida y está claro que será encontrado en el lugar opuesto.
192. Si efectivamente cada virtud se construye mediante el alma y el cuerpo, pero siendo que tanto el alma como el cuerpo, de los cuales se ha dicho que constituyen toda virtud, son criaturas de Dios, ¿cómo somos tan locos de vanagloriarnos de tener ornamentos inconvenientes para el alma y para el cuerpo, apoyándonos con vanagloria y con soberbia en un bastón de caña, suscitando en contra nuestra, a causa de nuestra excesiva estupidez, a Dios que nos supera en grandeza sin confines? Pues, el Señor resiste a los soberbios (Stg 4,6). Y en lugar de imitar al Señor en su humildad, nos hacemos amigos del soberbio Demonio, adverso al Señor, siguiendo un pensamiento soberbio y vanaglorioso. Por esto el Apóstol dijo: ¿Qué es lo que posees, que no lo hayas recibido? (1 Co 4,7) ¿Te has creado por ti sólo? ¿Y si el cuerpo y el alma de los cuales, en los cuales y por los cuales consiste toda virtud, los has recibido de Dios, porqué te vanaglorias como si no los hubieras recibido? (Ibíd.). Pues es el Señor el que te ha dado estas cosas.
193. No existe otra purificación del corazón, por medio de la cual descienden sobre nosotros desde lo alto (Cf. Stg 1,17) la humildad y todo bien, que el no permitir en modo alguno que los pensamientos que afloran entren en el alma.
194. Pues la custodia del intelecto, con Dios y sólo por Dios, puestas sus raíces en el alma, procura la prudencia en las luchas que son según Dios. Y otorga una gran capacidad a quien ejerce esta prudencia en gobernar las obras y las palabras con juicio bien visto por Dios.
195. Los ornamentos del sumo sacerdote en el Antiguo Testamento significaban un corazón puro; y también nosotros deberemos poner atención a la lámina (Cf. Ex 28,32 LXX) que recubre nuestro corazón para que no se ennegrezca por el pecado, purificándonos con lágrimas de arrepentimiento y con oración. El intelecto es una cosa maleable, difícil de frenar frente a los pensamientos inicuos, e igualmente disponible a seguir ya sea las malas como las buenas fantasías de la razón.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

196. Verdaderamente bendito es aquel que se ha unido en la mente con la oración a Jesús y lo invoca sin interrupción en el corazón, así como el aire está unido a nuestros cuerpos o como la llama a la cera. Y el Sol pasando sobre la Tierra, hará surgir el día, y el santo y adorable nombre del Señor Jesús, resplandeciendo de continuo en nuestra mente, generará innumerables pensamientos refulgentes como el sol.
197. Cuando las nubes se dispersan, el cielo se muestra puro; pero las fantasías de las pasiones, dispersas por el sol de justicia que es Jesucristo generan naturalmente por doquier, en el corazón, pensamientos espléndidos y similares a las estrellas, porque su cielo está iluminado por Jesús. Dice el Eclesiastés: Aquellos que confían en el Señor comprenderán la verdad, y los fieles permanecerán en Él, en el amor (Sb 3,9).
198. Ha dicho uno de los santos: “Guarda un áspero rencor contra los demonios y sé siempre un acérrimo enemigo de tu cuerpo. Pues la carne es una enemiga fraudulenta y, bien tratada, hace aún más la guerra”. Y de nuevo: “Acumula enemistad por el cuerpo y guerra por el vientre”.
199. En los discursos antes mencionados, contenidos en la primera y en la segunda centuria, hemos recorrido todas las fatigas de la sana hesichía del intelecto, no como un producto de nuestro pensamiento solamente; y respecto a la pureza del intelecto nos hablan también los divinos discursos de los Padres, conocedores de las cosas de Dios. Pero ahora, después de haber dicho algunas pocas cosas, para mostrar cuál es la ganancia de la custodia del intelecto, cesaremos de hablar,
200. Ven y sígueme hacia esta unión (producida) por la bendita vigilancia del intelecto, quienquiera tú seas, deseoso en espíritu, de ver días buenos (Sal 34, 12), en el Señor te mostraré el actuar visible y la vida de las potencias inteligentes. Pues los ángeles no se cansarán de cantar himnos al Creador, ni tampoco el intelecto, que compite en pureza con ellos. Y como los seres inmateriales no se preocupan de su nutrición, tampoco los seres materiales, si verdaderamente entrarán en el cielo de la hesichía del intelecto, al volverse inmateriales, se preocuparían por eso.

(En la próxima entrega, terminaremos con la obra de Hesíquio; y con los materiales de que dispongo).
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

201. Y como las potencias celestes no se preocupan de riquezas y posesiones, tampoco aquellos que purifican la vista del alma y han adquirido el hábito de la virtud, se preocupan de la malicia de los espíritus malignos. Y así como en aquellas es manifiesta la riqueza del progreso de Dios, así también en éstos es manifiesto el eros hacia Dios y la caridad, la mirada fija y la compenetración con la divinidad. Y aun estando amorosa e insaciablemente tendidos hacia la divinidad, habiendo degustado el amor divino y con el deseo estático, éstos no se detendrán hasta no haber alcanzado a los serafines, no cesarán en la sobriedad del intelecto y la exaltación amorosa, hasta que se conviertan en ángeles en Cristo Jesús nuestro Señor.
202. No hay veneno peor que el veneno de la serpiente y del basilisco, y no hay malicia mayor que la malicia del amor propio. Y despegándose delante tuyo los hijos del amor propio, que son: las alabanzas del corazón, el gustar de sí mismos, la gula, la fornicación, la vanagloria, la envidia y para completar todo esto, la soberbia, la cual arrastra por tierra no solamente a los hombres, sino también a los ángeles de los Cielos, y sabe rodear todo de tinieblas en lugar de hacerlo con luz (2 P 2,4; Jud 6).
203. Y todas estas cosas (dedica) a ti, Teódulo, aquel que justamente toma su nombre de la hesichía, aunque haya desilusionado en la práctica de la misma. Aunque no quizás del todo, por lo que Dios le ha dado. Dios que en el Padre y en el Hijo y en el Espíritu Santo es alabado y glorificado por toda naturaleza racional, ángeles, hombres y toda criatura que la inefable Trinidad ha creado, el Único Dios, del cual podemos obtener, mediante las oraciones de la Santísima Madre de Dios y de nuestros santos Padres, el Reino luminoso.
A este Dios inaccesible, gloria eterna. Amén.

* * *​



(Aquí termina el material del que dispongo, en cuanto a tratados completos; ay resúmenes, como en la pequeña Filocalia, que se pueden encontrar en distintas páginas)

Seguidamente, copiaré el glosario, elemento fundamental, para una mejor comprensión de estos escritos.
 
Apreciado Norberto

Apreciado Norberto

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Seguidamente, copiaré el glosario, elemento fundamental, para una mejor comprensión de estos escritos.

Muchas gracias por estos edificantes aportes que has venido haciendo y quedamos a la espera del glosario que nos será muy útil.


Cordiales saludos
 
Re: Apreciado Ricardo

Re: Apreciado Ricardo


Muchas gracias por estos edificantes aportes que has venido haciendo y quedamos a la espera del glosario que nos será muy útil.


Cordiales saludos

En atención a ti, va la primera entrega del glosario.

Glosario​

ACEDIA (akidía): tedio, desgano, pereza e inercia espiritual. Genera obtusidad del espíritu, impotencia de la voluntad y disgusto por los mismos dones de Dios.

AFLICCIÓN ESPIRITUAL (pénthos): Se hubiera podido traducir como, "luto": el término define, de hecho y en modo particular, aquel dolor que acompaña el luto por alguien. En la vida cristiana, se designa con esta palabra el estado de llanto por el pecado, para todo aquel que es consciente de la gravedad de éste. La aflicción espiritual es presentada por las Escrituras como la actitud que debe acompañar la conversión (cf. por ej. Gá 4,19 y Stg 4,9), y es a menudo vista por los Padres como aquella aflicción llamada por el Señor "bienaventurado" (cf. Mt 5,4). Es llamada también haropós, que significa "obradora de alegría", porque el que permanezca en esta "tristeza según Dios" (cf. 2 Co 7,10), vive siempre más en la plenitud de la gratitud y en un amor lleno de asombro por Aquel que lo ha salvado y continuamente lo salva.

ASALTO (prosvolí): ver ESTÍMULO

CARNE (sárks): indica -conforme al uso bíblico- la naturaleza humana, caída y pecadora. En este sentido el término incluye, por lo tanto, la realidad humana completa, alma y cuerpo. Otras veces es usado para indicar el cuerpo en contraste con el alma, subrayando así, aquellos impulsos desordenados del cuerpo hacia las cosas y las realidades corpóreas, que tornan difícil el gobierno de las facultades espirituales del hombre, y que se oponen a la aspiración del alma humana que tiende hacia Dios.

CIENCIA: ver CONOCIMIENTO espiritual.

COMPUNCIÓN (katánixis): Como bien lo define la etimología de la palabra, significa ser atravesado por algo punzante. De esta manera, se define la íntima experiencia del alma que percibe la gravedad de su pecado en relación con la inmensidad del amor divino y con la majestad de Dios. La compunción se experimenta como una herida punzante en el corazón: al ser herido, brota todo el veneno del mal, ablanda su dureza, infunde, junto con el dolor por el pecado cometido, un sentimiento profundo de paz, de alivio, un humilde y amante reconocimiento de nuestra indignidad frente al indecible amor divino. Con respecto a la aflicción espiritual, la compunción es, quizás, un estado menos intenso y más atenuado que, desde su inicio, tiene un componente de dulzura que no tiene la aflicción espiritual, la cual es, decididamente, un estado de "luto" debido a la muerte producida por el pecado.

CONCUPISCIBLE (to epithimitikón): una de las tres potencias del alma, y, según la filosofía griega, es la potencia del deseo. Según natura, lo concupiscible fue puesto en el hombre como una potencia que le hacía tender a Dios. Obnubilado por el pecado, éste tiende a acercarse a las cosas creadas, buscando su posesión (ver también irascible).

CONOCIMIENTO espiritual o CIENCIA (gnósis): realización propia de la operación del intelecto (distinta de la operación discursiva de la razón) que, iluminado por la fe y por la acción de la Gracia, y en la medida en que es purificado, penetra progresivamente, ya sea las razones de las cosas o el misterio de Dios, ascendiendo los varios escalones del conocimiento espiritual (ver también discernimiento), hasta alcanzar la contemplación y la teología. El término asume matices diversos, según los distintos autores y períodos espirituales.

CONTEMPLACIÓN (theoría): hay dos aspectos de la contemplación: la percepción y la visión del intelecto, que penetra las razones (lógi) de las cosas creadas, razones contenidas en el Verbo (Lógos), principio unitario del cosmos; y aquel, -muy sublime-, que emerge del intelecto, en el misterio mismo de Dios (ver teología). En este segundo caso, el intelecto es completamente atraído por el objeto espiritual que contempla, a tal punto, que todas las cosas exteriores se convierten en ausentes de la conciencia. Se habla a veces de contemplación de un modo menos específico, con respecto a niveles intermedios de concentración sobre un objeto espiritual.

CONTRADICCIÓN (antilogía): es la oposición a las sugestiones de las pasiones o de los demonios.
 
Re: Apreciado Ricardo

Re: Apreciado Ricardo

Muchas gracias.

Acabo de copiarlo y guardarlo para recurrir al glosario con más frecuencia de lo previsto.


Saludos cordiales
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

Cuando leas este mensaje, ya vas a tener en tu correo, el texto completo de lo que vine copiando hasta ahora.

Estoy trabajando, y espero que el Señor me permita terminarlo, una especie de glosario intitulado "12 lexis apocalípticas". Tengo también, en una versión de corte helénico, el tratado de Diádoco de Foticé; y el de Gregorio sinaíta. Esto con su propio léxico ortodoxo-heleno.

Ahora sigamos:


CONVERSIÓN (metánia): etimológicamente, la palabra griega significa "cambio de la mente". Se trata, pues, de algo que no se resuelve en un sentimiento, aunque se implique verdadero dolor y compunción, sino que hace cambiar el rumbo del pensamiento del hombre, llevándolo a tomar la forma del pensamiento divino, expreso en la Palabra y en la ley divina en lo íntimo. Un cambio de pensamiento lleva, necesariamente, a un cambio en el actuar, a una conducta que se rectifique de alguna manera, que corrija y repare la conducta precedente, de la cual nos hemos arrepentido: por eso ha sido quizás necesario traducir esta única palabra con el vocablo castellano "penitencia", que agrega un matiz práctico y expresa mayormente la concreción existencial de la conversión o del arrepentimiento.

CORAZÓN (kardía): considerado -conforme a la antropología bíblica-, el centro del ser humano, principio determinante de las elecciones y de los deseos de la persona. Por cierto, incluye también los sentimientos y las emociones, pero es mucho más, y se podría decir que en él se concentra todo aquello que san Pablo llama el "hombre interior" (cf. Ro 7,22 y ss.). Es considerado como el órgano mediante el cual la gracia penetra, no solamente el alma, sino también todos los miembros del cuerpo El corazón es también el centro de la lucha, según la enseñanza evangélica: Del corazón salen malos pensamientos, homicidios, adulterios, prostituciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias (Mt 15,19).

CUSTODIA del corazón, del intelecto (filakí kardía, filakí nus): ver sobriedad.

DISCERNIMIENTO (diákrisis): en general, es la capacidad de acoger las mociones de la gracia y los signos de Dios, asumiéndolos, sin alterarlos por exceso o por defecto; se refiere también a la capacidad de distinguir la acción verdadera de la gracia y de los impulsos que proceden de ella, de los engaños del demonio, quien puede quizás, presentarse bajo la apariencia del bien. El discernimiento entre el bien y el mal pertenece a la verdadera ciencia. En un padre espiritual, además, el discernimiento se manifiesta también por la capacidad de adaptarse, en alguna manera, a la "medida" del interlocutor, secundándolo y disponiéndolo a recibir mociones del Espíritu, sin prevenirlo ni inducirlo a hacer lo que Dios aún no le pide y para lo que, en consecuencia, no da la gracia necesaria.

ECONOMIA (ikonomía): se entiende sustancialmente como el complejo misterio de las divinas disposiciones de la Providencia, relativas a la salvación y a su total desarrollo en la obra de la encarnación-redención, en Cristo.

ENERGÍA (enérgia): Ver Operación.

EROS (éros): aplicado a Dios, indica el fuego ardiente y el deseo unitivo que empuja al hombre hacia Dios. Más que el término griego agápi (habitualmente traducido por "amor") quiere indicar una intensidad estática del amor, según la expresión del Pseudo Dionisio: "El amor de Dios es estático, porque no permite que los amantes permanezcan en sí mismos, sino que los convierte en posesión de los amados" (De divinis nominibus, IV 13, PG 3, 712 A).

ESPIRITUAL o INTELIGIBLE (noitós): todo lo que se refiere al intelecto, entendido como suprema facultad espiritual del hombre y visto como el núcleo más profundo del alma. Es por ello que nos pareció mejor traducir como "espiritual" antes que "inteligible", ya que esta última palabra -aunque sea más exacta-, tiene un matiz más bien intelectual y abstracto, desviando a veces el sentido respecto a estos discursos.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

ESTÍMULO (prosvolí): estímulo o asalto es el impulso inicial al mal. Si, mediante la fuerza de la oración constante, y la "custodia del corazón", el mismo es inmediatamente rechazado, la tentación es erradicada de raíz.

FE (parrisía): etimológicamente, en griego, significa "decir todo", es decir, libertad de palabra y, por lo tanto, confianza, franqueza, seguridad. En el Nuevo Testamento, tiene generalmente un sentido positivo: es la seguridad infundida por el Espíritu, para dar testimonio en Cristo, frente a Dios. Pero el vocablo tiene también el significado negativo de excesiva seguridad, desenfado, libertad en sentido negativo, libertad equivocada, exceso de confianza en sí mismo: éste es quizás, el sentido prevalentemente usado por nuestros autores. Indica de este modo, la actitud fundamentalmente contraria a la humildad.

FILOSOFÍA, FILOSOFAR (filosofía, filosofín): la tradición cristiana ha usado este término remontándose a su sentido etimológico de amor a la sabiduría, y lo ha aplicado a la globalidad y coherencia de la vida del cristiano, en oposición a la "filosofía" entendida como especulación abstracta. Aun más, ella es la búsqueda de aquella verdadera sabiduría que viene de lo alto, que es un regalo vital del Espíritu, y que informa concretamente a la vida cristiana, dándole un sentido evangélico.

FÍSICA: contemplación natural (ver contemplación).

GNÓSTICO: aquel que tiene el don de la ciencia o el conocimiento espiritual.

HESICASTA (isihastís): aquél que practica la hesichía.

HESIQUÍA (isihía): indica al mismo tiempo recogimiento, silencio, soledad exterior e interior, unión con Dios. Es un término técnico en la historia de la espiritualidad monástica, que refiere el estado de quietud y de silencio de todo el ser del hombre, necesario para permanecer con Dios: es una concentración sobre lo único necesario (cf. Lc 10,42), buscada también mediante condiciones externas. De tanto en tanto, el término podrá referirse al solo aspecto interior y espiritual, o bien, a las condiciones externas que lo favorecen, o a ambas cosas.

IMPASIBILIDAD (apáthia): estado de reintegración del alma a su pureza y libertad originales. Para algunos autores, tiende a indicar una verdadera liberación de las pasiones: para otros, más bien un retorno al buen uso de aquellas pasiones que Dios originariamente creó, orientándolas al bien. El vocablo no debe pues, ser entendido con el matiz negativo de la indiferencia, que es de uso común; tal liberación es, por el contrario, asimilable a la pureza del corazón y se orienta hacia la caridad.

INTELECTO (nus): es la suprema facultad humana y órgano de la contemplación; es aquella parte del espíritu humano que -contrariamente a la razón-, no procede de modo discursivo, sino que percibe intuitiva y sintéticamente la verdad divina, de la iluminación de la gracia. Por medio del intelecto, a través de grados sucesivos, el hombre avanza en el conocimiento espiritual, a los niveles supremos de la contemplación.

INTELIGIBLE (noitós): ver Espiritual.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

IRASCIBLE (to thimikón): es una de las tres potencias del alma, conforme a la filosofía griega. Lo irascible, o potencia irascible, manifiesta su accionar en la cólera o en la ira, en el desdén o, en general, en sentimientos e impulsos particularmente ardientes y violentos. Usado según natura, vuelve a su fuerza contra los demonios o rinde más ardiente el ímpetu de la atracción hacia Dios, pero en la naturaleza herida por el pecado, se ha convertido en fuerza prevalentemente negativa, origen de toda violencia (ver también concupiscible y racional).

LIBERTAD: equivocada, negativa, excesiva (parrisía): ver fe.

MEDITACIÓN (meléti): el sentido del vocablo no corresponde habitualmente al moderno de meditación. Indica, antes que nada, una especie de frecuente petición, a menudo hecha en voz alta o a media voz, de trozos o versículos bíblicos, o bien de una expresión de súplica, a menudo inspirada en las Escrituras. Otro aspecto es el de la meditación llamada "secreta," constituida por la constante repetición, como en el caso precedente, de versículos bíblicos o invocaciones, practicadas no exteriormente, sino como constante actividad mental. O, como se dirá en los siglos sucesivos, referido al intelecto fijado en lo profundo del corazón, en las profundidades del hombre interior La oración de Jesús es una de las fórmulas, inicialmente múltiples, usadas para la meditación, ya sea en su aspecto más externo de repetición vocal o como meditación "secreta."

MENTE (diánia): lugar e instrumento de los procesos discursivos de la razón, usado también para indicar la razón misma: diferenciada del intelecto e inferior a él. Ver el vocablo razón.

NATURA, según y contra n. (katá físin, pará físin): "según natura" y "contra natura". Son expresiones con las cuales los Padres se refieren al obrar de una pasión, conforme o contrariamente al que fuera su cometido originario en la naturaleza humana, tal como surgió de las manos de Dios. Por ej., la ira, es aquel impulso de desdén vehemente que el hombre debe dirigir contra los demonios y el mal, y de tal modo, esta pasión obra "según natura" cuando el desdén se dirige contra el hermano, entonces la pasión obra "contra natura" debido a la zozobra que el pecado ha producido en la naturaleza humana.

OLVIDO (líthi): es el olvido de los grandes beneficios de Dios, de su amor, de sus juicios, y es, al mismo tiempo, el olvido de nuestro mal y, por lo tanto, de nuestra necesidad de ser salvados. Éste paraliza la vida del espíritu, eliminando la oración, la acción de gracias y la confesión, y torna el alma siempre más opaca, inerte, incapaz de buscar a Dios. Es uno de los mayores enemigos de la vida espiritual, en la medida en que el recuerdo es, por otro lado, una de las más eficaces ayudas para progresar.

OPERACIÓN (enérgia): operación o más bien energía, es la acción propia de cada naturaleza. El término es usado también para indicar la acción divinizante de Dios, y también el acto, la acción puntual, en oposición a la acción habitual o hábito.

ORACIÓN DE JESÚS (Isueuhí): es la invocación del Señor Jesús, constantemente repetida con los labios, con la mente y con el corazón o, por don divino, con el corazón solamente, poniendo en ello el intelecto silenciosamente entregado. La fórmula más habitual es: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí." Junto con alguna técnica que quizás ayude a la concentración, ésta produce realmente sus frutos, dependiendo de la fe intensa y actualizada al máximo en nuestro Señor Jesús.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

PASION (páthos): la pasión es aquella tensión que el alma "padece" con respecto de cuanto se le puede presentar como bien o como mal. Algunos padres tienden a ver las pasiones siempre como fundamentalmente malas, son enfermedades del alma y, por lo tanto, deben ser eliminadas radicalmente. Otros, sin embargo, sostienen que las pasiones son impulsos buenos, puestos por el Creador en el hombre, y que luego se pervirtieron con el pecado. En este caso, más que suprimir la pasión, se hablará de un retorno a su valor original, sustancialmente orientado hacia Dios y hacia la salvación. Naturalmente, este retorno no podrá producirse mediante una banal "reeducación" de las pasiones, sino mas bien mediante la reinserción de todo el hombre en Cristo, por medio del bautismo, los sacramentos y el camino concreto de una vida evangélica, con la mortificación de los miembros que se encuentran sobre la tierra (cf. Col 3,1-10).

PASIÓN POR DIOS (éros): ver eros.

PASIÓN PRE-CONCEBIDA (prólipsis): hemos traducido habitualmente con esta perifrase, la palabra griega que podría significar "predisposición" o "pasión preformada." Se trata del estado pasional, determinado en el alma por una precedente "toma de posesión" que, luego de sucesivos actos de pecado, una particular pasión ha obtenido sobre ella. Tal pasión, aunque haya sido vencida en la frecuente manifestación en los actos, deja, sin embargo, el alma enferma, "predispuesta" a caer en aquellos pecados en los cuales la pasión se actualiza habitualmente, sujeta, por lo menos a sentirse turbada por el recuerdo de estos males.

PENITENCIA (metánia): ver conversión.

PENSAMIENTO (logismós): tiene habitualmente un sentido negativo: se trata de los "razonamientos" que surgen en el corazón y el intelecto, por un impulso de las pasiones y por sugestión del demonio. Es tarea de la custodia del corazón impedir el acceso de los pensamientos negativos.

PERCEPCIÓN (ésthisis): ver sentido.

PLENA CERTEZA (pliroforía): conciencia de la gracia, sentimiento de plenitud y certeza, seguridad intocada por la duda de los hechos de la fe, en la consciente percepción de su presencia actual y operante de la vida, en lo profundo del corazón. Cuando no es originada en el engaño o la ilusión (aunque en este caso se mezcla con la soberbia, confianza en sí mismo, e incapacidad de someterse al discernimiento de alguna guía), ésta es el índice de la presencia del Espíritu Santo, es la manifestación de su obra, la certeza de "sentir" y obrar en Él.

PRÁCTICA, de las virtudes, de los mandamientos (praktikí, praktikón): vocablo usado sobre todo por Evagrio, quien lo recibe directamente de Orígenes, el cual ve en María y en Marta el símbolo de la contemplación y de la práctica. Ambas virtudes son entendidas como inseparablemente unidas, en cuanto que la práctica es el actuar de los mandamientos, de las virtudes, de la ascesis tendiente a la obtención del conocimiento espiritual y de la contemplación.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

PRINCIPIO FUNDAMENTAL o DIRIGENTE (to egemonikón): el ser humano, dotado de múltiples facultades, no se resuelve en ellas, sino que es unificado en su núcleo más profundo, del cual proceden y son ordenados, con un fin único, todos los impulsos. Y éste es el principio fundamental o dirigente del alma. Esta noción de la antropología clásica (sobre todo del estoicismo), ha sido asumida por los Padres. Esto se puede ya constatar en Orígenes, quien ve en el principio fundamental, el punto de enlace entre el hombre y el don de Dios: "… la parte del alma… que es la más preciosa de todas, y que algunos llaman el ápice del corazón, y otros, sentido espiritual o sustancia inteligente o, que, del modo como se la llame, está en nosotros, siendo aquella parte de nosotros mismos, por la cual podemos ser capaces de Dios" (cf. Homilías sobre el Éxodo, hom. IX, 4). Hemos traducido el vocablo también como "suprema potencia del alma."

PRUEBAS (pirasmós): ver tentación.

RAZÓN (lógos): facultad intelectiva que obra mediante procesos lógicos de carácter discursivo, procesos deductivos e inductivos, que parten de datos proporcionados por los sentidos o por la Revelación (contrariamente a aquella operación del intelecto que es intuitiva y sintética). Pero a este vocablo, la recopilación prefiere el vocablo griego (diánia) que nosotros traducimos como mente.

RACIONAL (to logistikón): potencia intelectiva del alma, conforme a la filosofía griega (ver irascible y concupiscible).

RECUERDO (mními): la doctrina del recuerdo de Dios se remonta a san Basilio, de la cual nos habla repetidamente en su libro Obras Ascéticas, definiendo como "deber" del cristiano que come el pan y bebe del cáliz del Señor, custodiar incesantemente la memoria de Aquel que ha muerto y resurgido por nosotros. El recuerdo de Dios, impreso como un sello indeleble en la memoria, se opone a las agresiones de los pensamientos e impide los males provenientes del olvido. El recuerdo de Dios es lo opuesto a cualquier posibilidad de auto contemplación, por la cual nos mantenemos ajenos a nuestros semejantes, es lo opuesto a toda tristeza malsana, a todo cansancio y envilecimiento. Toda obra de la sobriedad tiende a permitirnos permanecer en tal recuerdo y, por consiguiente, en la oración continua.

SENTIDO íntimo, del corazón, etc. (ésthisis): significa en griego, ya sea "percepción" como "sentido" (eventualmente con adjetivos especificantes), y también, en plural, "sentidos", "facultades sensitivas". En los primeros dos significados, se refiere a la íntima experiencia de las cosas de Dios, al sentimiento consciente de la gracia operante, y a menudo se asocia con la plena certeza, con el sentido en plenitud. Esta nueva sensibilidad se torna factible en el cristiano, gracias a ese organismo nuevo que se constituye con el bautismo y crece con los sacramentos y la oración, organismo dotado de sentidos nuevos (la misma palabra, pero en plural), espirituales: "Así como hay sentidos distintos, el gusto, la vista, así… también en el alma existe, ya sea la facultad de ver y contemplar, ya sea la de saborear y percibir la calidad de los alimentos inteligibles... Al Señor se lo saborea y se lo ve" (Orígenes, In Jo XX, 33, PG 14, 676 AB).

SINERGIA (sinérgia): cooperación. Sin embargo, en la patrística griega, este término tiene un significado técnico que indica la de Dios y del hombre en la obra de la salvación; una cooperación, no entre iguales, entiéndase bien, sino que es la unión de la operación salvificante de Dios, con el sí de la obediencia de fe del hombre.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

SOBRIEDAD (nípsis): es una especie de ayuno espiritual que consiste en custodiar el intelecto, la mente y el corazón no alterados ni excitados por las pasiones ni por las distracciones, a fin de permitir al hombre permanecer en la oración (cf. 1 P 4,7). Es la actitud debida del cristiano quien debe, siempre "permanecer en Cristo" (cf. Jn 15,4 y otros), con todas sus facultades propias y que constituye en sí mismo, todo el programa de la vida monástica, En la tradición bizantina, los santos monjes maestros de oración son llamados precisamente en el término griego niptikí.

TEÁRQUICO (thearhikós): podríamos traducir este término como "divino", pero preferirnos conservar la sugestión de las dos raíces griegas, de las cuales la palabra resulta compuesta: divino y principio deificante.

TENTACIÓN (pirasmós): con este término se designa todo el proceso de un pensamiento pasional o de una sugestión diabólica, desde su comparecer como simple estímulo, al definirse como pensamiento acompañado por imágenes -etapa en la cual un cierto consentimiento a la tentación ya ha sido dado-, hasta el punto en el cual el hombre entra, por así decirlo, en dialogo con el pensamiento (como Eva con la serpiente), y es así que la tentación ha alcanzado, su objetivo. Difícilmente podrá el hombre dejar de traducir en acto su pensamiento pecaminoso, cuando se trate de un pensamiento que encuentra su concreción en una acción; y más aún, si se trata de un pensamiento que encuentra su consumación pecaminosa ya a nivel mental: al entablar el hombre el "diálogo", se puede decir que, por lo habitual, tal consumación ya ha actuado. La palabra griega misma designa, y con razón, aquel término que nosotros llamamos "prueba," al cual tendemos a darle el valor de "sufrimiento" meramente soportado, y que no ofrece ninguna ambigüedad de resultado sino que, simplemente, nos ha sido enviado por Dios para nuestro progreso. En realidad no es tan así para los Padres. La enfermedad, el dolor, las dificultades interiores, las contradicciones de la vida, son reales "tentaciones", pues ponen al hombre frente a una elección: la de optar por aceptar y vivir la prueba, con una adhesión y sumisión de fe, que produce los frutos más felices, o bien, la murmuración y la falta de fe, que nos pueden llevar a la rebelión y al rechazo de Dios mismo.

TEOLOGÍA (theología): según los padres griegos, este término no se refiere al ejercicio de una actividad discursiva relativa a las cosas de Dios, sino más bien, al grado superior de la ciencia o conocimiento espiritual (gnósis). Es una iluminación (fotismós) que introduce al conocimiento de la Santísima Trinidad, al estado de impasibilidad de la oración perfecta, al coloquio silencioso con Dios. A este estado, el intelecto humano no llega más que por un don gratuito del Espíritu, además de escuchar la palabra: sólo esta iluminación habilita a hablar de las cosas de Dios. La liturgia griega, en este sentido, llama "teólogo" al ladrón que fue crucificado con Jesús, porque en la Cruz lo reconoce como el Señor, siendo misteriosamente instruido por el Espíritu respecto a la gloriosa identidad del Crucificado. Teología significa también, simplemente, el misterio trinitario, el misterio de la vida de Dios en Dios, y en este caso, se contrapone a economía, término que se relaciona con los misterios de la encarnación, de la muerte y de la resurrección de Cristo.

XENITÍA (xenitía): se podría traducir como "alejamiento." Indica -como la hesichía-, tanto una actitud interior como una exterior. Es, antes que nada, una actitud interior de alejamiento, que tiende a mantenernos ajenos y peregrinos (cf. 1 P 2,11), en camino hacia la Ciudad celeste, puesto que nuestra ciudadanía está en los cielos (Fil 3,20). En este sentido, la xenitía se manifiesta con humildad, rechazando toda curiosidad, no interfiriendo en lo que no nos concierne, dejando de lado todo juicio y evaluando cada cosa en continua referencia con la eternidad, la incertidumbre del mañana, la hora desconocida de nuestra muerte. Pero la xenitía ha sido también definida en un sentido amplio, dentro de la vida monástica, como una elección material de vida, en un país extranjero, para vivir a fondo, en la carne y en la cotidiana percepción, aun psicológica, ese desgarro que es ontológicamente propio en todo cristiano, desde el momento en que el bautismo lo ha convertido en un extranjero en el mundo, un sin patria, tendiendo a esa Ciudad bien fundada que está en los Cielos (cf., He 11,10).

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(Este ha sido, el último aporte de los textos que poseo; no obstante, me agradaría mucho, que hubieran preguntas sobre lo aportado; que hasta donde pueda trataré de responderlas lo mas satisfactoriamente posible.)
 
Apreciado Norberto

Apreciado Norberto

Acabamos de ver en la TV de nuestro país (Canal 4 programa En Foco) el viaje de un periodista uruguayo por Armenia y Grecia.

Dos cosas me llamaron la atención:

1 - Las viñas con el monte Ararat al fondo. ¿Serán las mismas cepas de las que plantó Noé? El patriarca no perdió tiempo en darse el gusto tras bajar del arca. Por lo menos este detalle acredita el relato bíblico en cuanto a la aptitud de la tierra y el clima para el cultivo de la uva.

2 - Volviendo ahora a los padres Nípticos, es sorprendente que desde tan antiguos tiempos los monjes cristianos habitaran en aquellos monasterios levantados en las cumbres rocosas, sin otro acceso desde el valle que el ser izados con una cuerda dentro de una canasta.

Viendo ahora esas cuevas y el paisaje que se extendía a las miradas hasta las lejanías, se hace comprensible el ejercicio espiritual que permitía meditar del modo de los escritos que has aportado.

Aunque seguramente que no pocos foristas han aprovechado de estas edificantes lecturas, ¿qué podrían ponerse a comentar ahora desde el bullicio de nuestro moderno trajinar cotidiano?

Aunque no llegaran comentarios, lo cierto es que el manjar sólido fue provisto a los hambrientos espirituales con esta Filocalia.


Muchas gracias y cordiales saludos.
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

Es verdad Ricardo, yo también vi ese programa. Te pone en contexto, de la dura e inclemente forma de vida originalmente en esos lugares. En alguno de los textos filocálicos, no me acuerdo cual; se hace mención de tres maneras de llamamiento a la vida "retirada" (del mundo), y una de ellas, era la circunstancial o a la fuerza -huyendo, quizá de la ley- como en el caso de Macario (por un homicidio), y que terminó siendo uno de los pilares de la espiritualidad monástica.

Saludos afectuosos
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

Espero, ya sea comentarios o preguntas.

La Gracia sea con ustedes
 
Re: La Filocalia de los padres Nípticos

La Filocalia, al no pertenecer al canon sagrado solo es una obra más en el estante de cualquier biblioteca.