LA RESPONSABILIDAD DEL CREYENTE ANTE EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA
Por Don Samuel Ussher
Vamos a leer en el libro de Juan:
Jua 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Ahora en 1Cor.capítulo 15
1Co 15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
1Co 15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Ahora en Filipenses, vamos a leer algo en Filipenses capítulo 3:
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Y primera de Tesalonicenses capítulo 4:
1Ts 4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
1Ts 4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
1Ts 4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
1Ts 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1Ts 4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Y finalmente una referencia en primera de Juan capítulo 3:
1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1Jn 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
Hasta aquí, esperando que el Señor prospere la lectura de su Palabra.
Ahora queridos hermanos y hermanas, lo que tenemos por delante es el tema del Cristiano ante la venida del Señor. Y creo que algo importante para el cristiano que espera la venida del Señor, es tener una convicción, acerca de la realidad de su venida, basada en la palabra de Dios.
No es solamente pensar: “Qué bueno, el Señor viene”, sino tener convicción, y repito esta convicción, basada en las sagradas escrituras.
Sabemos la razón por la cual estamos esperando al Señor, porque no somos de aquí, porque nuestra ciudadanía está en los cielos, aquí solo somos extranjeros, aquí solamente somos pasajeros en tránsito, como quién espera en un aeropuerto la venida de su vuelo, esta es nuestra posición delante del Señor. Esperar su venida.
Quizás sería bueno ahora, decir antes de continuar, que debemos saber diferenciar entre la venida del Señor por su pueblo, el arrebatamiento de la Iglesia, y la venida del Señor con su pueblo para entrar al Reino Milenario.
Estos dos eventos:
1. El arrebatamiento de la Iglesia (El día de Jesucristo)
2. La venida del Señor con sus santos (EL DÍA DEL SEÑOR)
El uso de la primera expresión:
“EL DÍA DE JESUCRISTO”
Comprende la venida del Señor para arrebatar a su pueblo y eventos en el cielo, el tribunal de Cristo y las Bodas del Cordero.
La segunda expresión:
“EL DÍA DEL SEÑOR”
Esta es la venida del Señor en Gloria y los eventos acá en la tierra.
Sin duda, el día del Señor, comienza después del arrebatamiento de la Iglesia, el período de la Gran Tribulación, luego la venida del Señor en Gloria, en Juicio, el Juicio de las naciones y el establecimiento de su Reino Milenial. Esto es el Día del Señor.
Quizás también queridos hermanos, sería bueno aclarar que, la venida del Señor por su pueblo, es decir, por su Iglesia, no es tema de la profecía del AT, allí no se encuentra; ni en el evangelio de Mateo, Marcos y Lucas, estos evangelistas hablan del Día del Señor, de la venida del Señor en Gloria, la venida del Señor en Juicio.
Sí. El Día del Señor, es tema de la profecía, pero en cuanto al arrebatamiento de la Iglesia es diferente, leemos que dice:
“OS DIGO UN MISTERIO”
Esto es algo no revelado en otros tiempos.
Así pues, teniendo claro en nuestra mente, la venida del Señor por su pueblo, tenemos tres porciones que tratan el asunto, otras que dan detalles, pero hay tres porciones principales:
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Y Él Señor cumple siempre con su Palabra, con la realidad, con la veracidad de su venida.
“voy, pues, a preparar lugar para vosotros”.
Sin duda Él lo hizo, cuando murió y resucitó al tercer día y ya está en la gloria, esperando el momento de su venida.
Así pues, tenemos la promesa; Juan 14 nos introduce en este gran tema, de la venida del Señor por sus santos.
Cuando llegamos a 1Ts.4 (que fue una epístola temprana en la era cristiana, puedo entender que se escribió antes de Primera de Corintios). Vemos a Pablo predicando el evangelio en la ciudad de Tesalónica, vio almas convertidas y una asamblea establecida, él les había enseñado la realidad: El Señor viene (1Ts.1:10).
Pero algo ocurrió que estaba preocupando a los Tesalonicenses, pues algunos miembros de la asamblea, habían muerto.
Ellos no tenían duda de la venida del Señor… ¿Pero qué de los hermanos que habían muerto? ¿Será que ellos perdieron la esperanza de ser arrebatados?
Así pues, el apóstol escribe, por inspiración divina, por revelación progresiva, él les dice:
“Miren, el Señor viene con voz de mando, con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros que estemos viviendo, seremos arrebatados para que juntos nos encontremos con el Señor en el aire, en las nubes.”
Ni los que han muerto, ni los que estemos viviendo, no vamos a perder nada.
Vamos a ser todos, llevados a la gloria con nuestro Señor Jesucristo.
Pero cuando llegamos a 1 de Corintios 15, él dice:
“OS DIGO UN MISTERIO”
“No todos dormiremos, pero todos seremos transformados”
Aquí se nos revela algo más, nuestro cuerpo será transformado en un cuerpo semejante al del Señor Jesucristo.
Queridos hermanos y hermanas, este cuerpo de la humillación nuestra, va a ser transformado en un cuerpo semejante al cuerpo del Señor, todos seremos transformados en el momento de la venida del Señor, con un cuerpo glorificado.
No habrá ni un solo creyente en Cristo que se quede en el momento de la venida del Señor.
Algunos enseñan que si el creyente no es fiel, se va a quedar. No queridos hermanos, la palabra que leemos es:
“Todos seremos transformados”
Así pues, queridos hermanos, aquí vemos la realidad de la venida del Señor que el prometió en Juan 14, Él dijo claramente:
“VENDRÉ OTRA VEZ Y OS TOMARÉ A MÍ MISMO, PARA QUE DONDE YO ESTOY, VOSOTROS TAMBIÉN ESTÉIS”
Y 1Ts.4 y en 1Cor 15, nos está confirmando esta gran verdad.
Y en Fil.3:20 nos habla que nuestra ciudadanía está en los cielos, de dónde esperamos al Señor Jesucristo, el cual transformará este cuerpo de la humillación nuestra en un cuerpo semejante al cuerpo de la gloria suya.
Aquí vemos, queridos hermanos, la exhortación, que debemos estar esperando, debemos estar en la expectativa de la venida del Señor. Nosotros sabemos que Él viene y va a cambiar este cuerpo, nos va a dar un cuerpo glorificado, semejante al cuerpo de Él y debemos vivir en la anticipación de estar esperando la venida del Señor.
Queridos hermanos, nosotros no somos moradores de la tierra, nosotros no heredamos la tierra, esta promesa es para Israel y las naciones, el profeta Isaías señala esto cuando dice:
Isa_60:21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
Y los salmos también dan testimonio de esto, leemos:
Sal_37:29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.
Y en Apocalipsis contemplamos a los moradores de la tierra siendo los objetos de la ira del diablo, leemos:
Apo_12:12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. !!Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
Mientras en el cielo hay gente viviendo allí; la expresión “los que moráis en ellos” nos habla directamente que mientras aquí en la tierra hay la gran tribulación, la Iglesia está morando en el cielo.
Queridos hermanos, nosotros somos ciudadanos de los lugares celestiales con Cristo, leemos:
Efe_2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Si. Nuestro hogar está en el cielo y aquí en la tierra hay una colonia de ciudadanos celestiales.
Nosotros tenemos que vivir aquí en la tierra, vivir y trabajar, pero no debemos mezclarnos con los asuntos de este mundo, con la política de este mundo no, porque no somos ciudadanos de la tierra, somos del cielo, y desde allí esperamos al Señor Jesucristo, estamos solamente de visita, estamos solamente pasando por aquí y no tenemos que meternos en los asuntos de acá. Estamos esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Así pues, el creyente, ante esta gran verdad, de que el Señor Jesucristo viene, el creyente está esperando la venida del Señor, pero no con los brazos cruzados, o sentado plácidamente.
Y cuando llegamos a la primera epístola de Juan capítulo 3, allí el apóstol Juan tratando el asunto. El allí dice claramente que cuando el Señor viene, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es.
Queridos hermanos, entendiendo que cuando Él Señor venga, Él va a cambiar este cuerpo de la humillación nuestra, en un cuerpo semejante al de la gloria suya y vamos a ser como Él es puro. La naturaleza Adámica erradicada… ¡Qué cambio! Y dice que el que tiene esta esperanza se purifica así mismo, como Él es puro.
Si voy a ser puro como el Señor en aquel día, esto me ayuda a mí a purificarme a mí mismo, procurando vivir una vida santa, en vista de la venida de nuestro Señor Jesucristo.
1Jn 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
Gracias al Señor por la realidad de su venida, tenemos la seguridad de sus labios, Él dice: “VENDRÉ OTRA VEZ POR USTEDES” de tal manera que nosotros vivimos en la expectativa de estar esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Pero también hermanos, hay otra verdad, en la cual debemos pensar, que nos ayuda a vivir, con la venida del Señor por delante, que nos ayuda a cambiar nuestras vidas.
En Filipenses capítulo uno también se habla del día de Cristo, leemos:
Flp 1:9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento,
Flp 1:10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,
Debemos procurar ser fieles al Señor, viviendo una vida santa, irreprensibles para el día de Cristo.
Y cuando llegamos 1 Cor. 3 y 2 de Cor.5, tenemos la realidad del Tribunal de Cristo.
1Co 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
1Co 3:14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
1Co 3:15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque, así como por fuego.
2Co_5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Sí. Todos tenemos que comparecer ante el Tribunal de Cristo, lo que indica que este evento del Tribunal de Cristo se va a efectuar después de la venida del Señor por sus santos, es decir, después del arrebatamiento de la Iglesia. Yo no estoy diciendo que, si el Señor viene hoy, mañana estamos en este Tribunal, pero sí que muy pronto vamos a estar ante el Tribunal de Cristo.
Oh, queridos hermanos y hermanas, nosotros debemos vivir con este día por delante, porque hemos de dar cuenta por nuestra vida, porque dice: “para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.
Nuestro Señor va a examinar nuestra vida, Él nos va a indicar todo lo que hicimos para su honra y su gloria y nos va indicar lo que no era. Primera de Corintios
3:13 dice: “porque el día lo declarará”. Allí el Señor es el que está ministrando la Palabra, allí el va a declarar si lo que estábamos enseñando edificaba al amado pueblo del Señor, o debilitaba el testimonio. De una o de otra manera, los ancianos, los diáconos, el pueblo del Señor y los siervos de tiempo completo, cada uno, tenemos que dar cuentas a Dios. Y nuestra recompensa va a estar de acuerdo con nuestra fidelidad a Cristo mientras estábamos de paso por el mundo.
Cuando llegamos a Apocalipsis, nosotros leemos la porción del capítulo 19, allí tenemos otro evento, después de la venida del Señor por su pueblo, y el Tribunal de Cristo tenemos las Bodas del Cordero, allá en el cielo, allá en la Casa de su Padre.
De manera que las Bodas del Cordero nos está hablando de la Esposa, que, sin ninguna duda, la Esposa es la Iglesia.
Y Ella sale en aquel día, vestida de lino fino, y dice que este lino fino son las acciones justas de los santos.
En una Boda el vestido de la Novia es algo de mucha importancia, lo que significa queridos hermanos y hermanas, que el vestido que vamos a tener está de acuerdo con nuestra vida aquí en la tierra, las acciones justas de los santos.
Que el Señor nos ayude a vivir con aquel momento por delante, el Tribunal de Cristo, y procurar vivir ahora para honrar al Señor, para que, en aquel día de las Bodas del Cordero, las acciones justas van a resplandecer en el vestido que vamos a lucir.
Así pues, queridos hermanos y hermanas, la venida del Señor se acerca, cualquier momento se hará presente y nosotros debemos procurar vivir con aquel día por delante.
Sí. La palabra del Señor nos asegura en otros lugares lo siguiente:
2Ti_2:12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.
Esto quiere decir, que vamos a ser arrebatados, examinados en el Tribunal de Cristo y participamos de las Bodas del Cordero, pero también se nos dice que descenderemos con él para entrar al Reino Milenial.
Notemos los vestidos de los ejércitos celestiales después de las Bodas del Cordero, son los mismos de la Esposa, leemos:
Apo 19:8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Apo 19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
Cuando el venga con todos sus santos, como afirma el profeta Zacarías 14:4-5.
Porque para descender con todos sus santos es necesario que primero los haya arrebatado al cielo.
Y 1Ts.4:17 dice:
“Y ASÍ ESTAREMOS SIEMPRE CON EL SEÑOR”
Vamos a reinar con Él, vamos a reinar con el Señor, nuestro rol será el de corregentes, e Israel y las naciones serán súbditos del Rey, leemos:
1Co 6:2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
1Co 6:3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
Esto nos indica que vamos ayudar en la administración.
De manera que es muy saludable al creyente, meditar sobre su responsabilidad en el Reino Milenial, la cual estará de acuerdo a nuestra devoción a nuestra fidelidad al Señor, acá en esta vida.
Qué bueno pensar en el Tribunal de Cristo.
Que bueno pensar en el Reino Milenial.
Que bueno oír de los labios del Señor:
Mat 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Si queremos oír de los labios del Señor estas palabras, debemos procurar serle fieles ahora, haciendo todo para la gloria del Señor, para poder oír estas palabras de los labios de Nuestro Señor Jesucristo.
Dejo estos pensamientos con vosotros, Oh queridos hermanos, y
hermanas, que tengamos plena seguridad que el Señor viene.
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos el Señor viene, y debemos vivir en la expectativa de su venida purificándonos a nosotros mismos y no mezclandonos en las cosas de este mundo, sabiendo que somos un pueblo celestial, que vamos a Reinar con Cristo en el Reino Milenial y en el Reino Eterno, siempre con nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Esto debe de ayudarnos. No vivir para este mundo, sino para vivir para la honra y gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Que el Señor nos ayude y que Él bendiga su Palabra.