Hola hermano Natanael, no tengo la obra "Eventos del Porvenir", pero he consultado algunos comentarios bíblicos.Cosa difícil has pedido, pues quién lo hace es el Señor.
Nuestra responsabilidad es presentarles la Verdad de una Iglesia Celestial, nada que ver con los planes proféticos de Dios sobre Israel y las naciones como moradores de la tierra que son.
Ellos no tiene el Espíritu de Dios en sus vidas... por lo tanto, no pueden glorificar a Cristo como Aquel que nos libra de la ira venidera (1Ts.1:10).
1. Ellos no esperan el retorno de Cristo sin relación con el pecado, que los obligaría a entender que viene por su Iglesia, una Iglesia sin mancha y sin arruga, purificada por su propia sangre, leemos:
Jua_17:19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
1Jn_1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Efe 5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Si usamos la llave de interpretación que Cristo nos ha dado para comprender Apocalipsis, tendríamos el siguiente orden:
Apo 1:19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.
1. Las cosas que has visto comprenden los versículos 1 hasta el versículo 18, en relación con la visión de Cristo en medio de los siete candeleros.
2. Las cosas que son tienen que ver con esta edad de la Iglesia.
Los primeros tres capítulos nos hablan del desarrollo de la Iglesia en esta dispensación de la gracia de Dios.
3. Las cosas futuras, las que han de ser después que la Iglesia sea arrebatada, comienza con el cumplimiento de la profecía.
Veamos este orden cronológico:
La semana 70 de la profecía de Daniel, que contiene la Gran Tribulación, la podemos contemplar desde los capítulos 4 al 11, que finaliza con el regreso de Cristo a la tierra para establecer su Reino Milenial, leemos:
Apo 11:15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
Apo 11:16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
Apo 11:17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.
Apo 11:18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
Y de acuerdo con las instrucciones que le fueron dadas a Juan, los capítulos 12 al 19 presentan la semana 70 por segunda vez, leemos:
Apo 10:11 Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Y en esta segunda vez, con el propósito de revelar los actores en el escenario del drama.
Esta cronología hace imposible un arrebatamiento en medio o después de la Gran Tribulación por cuanto Cristo ha regresado a la tierra en el capítulo 11:15-18, este hecho apoya la posición del Traslado antes de la Gran Tribulación.
Pero el objetor, al ver que en el capítulo 19 contemplamos las Bodas del Cordero, se rasga la vestiduras, y cruje los dientes, con gran enojo, porque no acepta que el propósito de las instrucciones dadas a Juan en Ap.10:11, sea precisamente mostrarnos los actores de este drama profético.
Hermano Oso, no sé si en tu biblioteca tienes "Eventos del Porvenir", se puede descargar gratis de la Web, es una herramienta de consulta, muy útil a la hora de entender estos eventos futuros.
Mira por ejemplo el error de Patricio:
No considera las palabras del Señor:
Mat_16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro,[a] y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Y lo que es peor, hermano Oso, esta unión indisoluble, entre Cristo y la Iglesia:
1Co_6:17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
Efe 5:30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
Hace que la declaración de Francisco Céspedes:
"LA IGLESIA GENTIL DE JESÚS SERÁ PERSEGUIDA Y VENCIDA"
Sea una perversa blasfemia.
ESTÁ ENSEÑANDO QUE EL DIABLO VA A VENCER A CRISTO.
Apo_12:17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
La mujer es Israel y su descendencia son los judíos, al no estar la Iglesia presente, el dragón persigue a los judíos.
Y el dragón es el diablo, leemos:
Apo_12:9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Nosotros nos gozamos en la Esperanza de esperar de los cielos a Jesús, que nos libra de la Gran Tribulación, no porque seamos mejores que Israel, sino porque le plació a Dios darle una Esposa a su Hijo... ya que a Israel, por su desobediencia, se le dio carta de repudio, leemos:
Isa_50:1 Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre.
Y en la época del reino dividido leemos la misma carta de divorcio:
Jer_3:8 Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.
El Espíritu Santo glorifica a Cristo... esto no ocurre cuando Francisco Céspedes y los que piensan como él, enseñan que la Iglesia de Cristo sí pasará por la Gran Tribulación y que Satanás la perseguirá y la vencerá.
Es una afrenta a Cristo.
Yo diría que es una abominación, que piensa tu, hermano Oso.
Es terrible, efectivamente confundir a la Esposa santa, con alguien digno de castigo, para ser vencida por Satanás mismo durante la gran tribulación, es inaudito.
Es interesante notar que nuestros detractores se identifican plenamente con los santos que saldrán victoriosos, que morirán, en un bautismo de sangre por no dejarse marcar y lo digo porque me parece que todos ellos tienen algo pendiente, sienten que no es suficiente el sacrificio de Cristo, creen sinceramente que ellos deberán probar su fidelidad, que deberán probarse a si mismos (son cristianos de escritorio que jamás hicieron nada, pero de algún modo creen que aquel entonces si que serán valientes paladines), creen que deben hacer algo aún, algo en sus vidas de fe está incompleto, en suma creen en la salvación es por fe + obras. Uno a uno, encada dicho, puede leerse entre líneas su falta de fe.
Es esta la razón, pienso yo, por la que al final del milenio, estas mismas personas que habrían de salir airosos de la gran tribulación, estos santos, escogido para bautismo en sangre pagarán con fe+obras, su derecho a lavar sus ropas en la sangre del Cordero, el precio de ser cristianos durante la gran Tribulación es la muerte.
Pero nuestros detractores (el cespedes, el miniyo y otros más), parecen ignorar que quienes salen de la gran tribulación son los mismos actores que se revelarán contra Dios y contra Cristo en la gran batalla final de Armagedón.
La Iglesia, no está para esas cosas,
La Iglesia es santa, sin mácula, ya fue lavada en la sangre del Cordero y reposará amorosamente de sus obras en Aquel que es nuestro verdadero Reposo: Jesucristo, en quien podemos reposar confiadamente, juntamente con Él en las nubes por siempre.
Ciertamente, para ese entonces nuestro cuerpo ya habrá sido transformado, no estaremos como los que se queden.
Nosotros ya no haremos tales cosas, pero estaremos gozosos en las nubes juntamente con nuestro Señor y claro, le acompañaremos en su venida al Monte de los Olivos, y claro que vendremos a adorarle junto con todos los santos a su templo en Jerusalem.
Bendiciones.
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