Yo no inventé el intervalo de 7 años entre el arrebatamiento y la segunda venida de Cristo, eso es una patraña del jesuitismo la cual muchos evangélicos se han tragado.
Marcelino:
Un ciego espiritual es aquel que obedece las enseñanzas de una mujer profeta y no escudriña la Biblia, sino que le succionan el entendimiento y lo convierten en un esclavo fiel y discreto a la profeta Elena de White.
En el pasillo se te contempla arrastrando esas pesadas cadenas sin posibilidad de liberación, hasta que se convierte al Señor.
Entonces el velo se te caerá y podrás ver con los ojos espirituales, que a causa del rechazo de Israel a su Hijo y al evangelio del reino, Dios envió al Espíritu Santo a la tierra, para buscarle Esposa para su Hijo, de entre todas las naciones, y así abrir este paréntesis de Gracia en medio del mar rojo de la profecía, donde solo transitan los salvados por pura gracia sin ninguna conexión con la ley, solo unidos a Cristo, pues el que se une a Cristo, un Espíritu es con él.
Y una vez su pueblo llegue a la otra orilla, no vamos a permanecer aquí en la tierra, seremos trasladados a nuestra patria celestial (Jn.14:1-3;1Ts.4:13-18).
Para que el Señor cumpla las promesas hechas en los pactos Abrahámico, Davídico, Palestino, y los nuevos pactos, en su segunda venida, es necesario que haya un remanente creyente sobre el cual El pueda reinar y en el cual los pactos puedan cumplirse.
Debe haber también un grupo de creyentes gentiles que pueda recibir, por la fe, los beneficios de los pactos en su reinado.
Estos grupos entran al milenio con sus cuerpos naturales, salvados,
pero sin haber experimentado la muerte y la resurrección.
Si la Iglesia estuviese en la tierra hasta el tiempo de la segunda venida, estos individuos salvados serían salvos para ocupar una posición en la Iglesia, serían arrebatados en ese momento, y por consiguiente no quedaría ni una sola persona salva sobre la tierra.
¿Quiénes entonces estarían esperando encontrarse con Cristo a su regreso?
¿ Con quiénes podría Cristo cumplir literalmente los pactos hechos con Israel?
Estas consideraciones
hacen necesario el traslado de la Iglesia antes de la tribulación, de manera que Dios pueda llamar y preservar un remanente durante la tribulación en el cual y mediante el cual puedan cumplirse sus promesas.
Ojalá entiendan, no solo Marcelino, sino también sus correligionarios, aquellos seres espirituales de baja estatura y con un solo ojo, que se resisten a recibir el amor de la verdad para ser salvos, antes de la Gran Tribulación (1Ts.1:10).