No pierdas el tiempo con estos sujetos. Simplemente, hacen la obra de Satanas.
Nosotros creemos que Cristo viene por nosotros antes de la ira venidera.
No porque hagamos la obra de Satanás, como se nos calumnia.
Sino porque esta promesa salio de los mismos labios de Cristo:
"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí."
Estas son palabras del Señor dónde nosotros hallamos confianza en él.
El iba a sufrir la Cruz y sus discípulos serían perseguidos, pero el Señor nos revela esta preciosa esperanza:
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Así como fue en esa época, así es hoy en día, la promesa sigue firme:
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
La ira venidera es una perspectiva de horror, de terror, para este mundo impío e incrédulo.
Es una perspectiva sombría.
La injusticia, el desprecio a la santa Palabra y voluntad de Dios, recibirá su justa retribución.
La justicia y santidad de Dios exige la venganza de la muerte de su Santo Hijo Jesús.
El mundo es culpable, pero el único refugio de esta ira es Cristo Jesús.
La asamblea allí en Tesalónica creyó esta promesa del regreso de Cristo antes de la ira venidera, antes que los juicios de Dios se derramen sobre los moradores de la tierra.
Estos son hechos establecidos que descansan sobre la santa palabra de Dios...esperar de los cielos al Señor quien nos libra de la ira venidera no es hacer la obra de Satanás.
¿De qué lado están estos hombres que nos acusan de estar pecando porque creemos firmemente que el Señor viene a librarnos antes de la ira venidera?
¿De qué lado están?
Si estuvieran de parte del Señor amarían su venida.
Un poco! El Salvador vendrá
Y a su pueblo llevará
Al santo celestial Hogar
Que nos ha ido a preparar,
A estar con él, su rostro ver,
Y nuestras gracias ofrecer.