editado ,terminado y con algunos anadidos .
La Concupiscencia desde un punto de vista cristológico
Conscupiscencia etimologicamente hablando (del verbo “cupere”) descríbe la acción de “hervír cocinar o desear” algo que latentemente estúbo preparado de antemano pero de forma paciva, Y aunque muchos han descríto la concupiscencia como un ente de maldad voluntario de la mente debemos tener cuidado en examinar los mecanísmos de la tentación y el pecado en una forma mas amplia con una perspectiva de revelación espiritual, mucho mas cuando hablamos de la experiencia del creyente y su vida la cual es la vida de Cristo.
Es sabido que la etimologia envuelve el verbo desear,pero no especifica de quien es el deseo.
Es un hecho que los creyentes nacídos de Nuevo sienten una lucha interna entre dos deseos totalmente contrarios , no podemos decir que la fórmula del Nuevo hombre sea defectuosa .así que sabiendo esto prefiero mejor dividir el consepto de la concupiscencia en dos partes, Uno , el archivo del mal, y otro, el deseo voluntario de la mente.
Muchos teólogos dicen que jesus no tuvo concupisencia porque asúmen que la concupisencia se alimenta del mal que practicamos ,sin embargo la concupisencia no nesesariamente se alimenta solamente del mal que practicamos sino del mal que conocemos aunque jamás lo hallamos practicado . Desde que nacemos la mente esta recibiendo información que es archivada en la memoria, pudieramos decir que el archivo del mal se nutre de toda la información negativa y maligna que recibimos a través de los sentidos físicos y espirituales .
Desde niños somos expuestos a escuchar y ver morbocidad, violencia, pecaminosidad, bulgaridad,obsenidad y todo tipo de ideas de maldad que sin dúda es archivado en el archivo del mal, en alguna parte escondida de nuestra mente,el cual voluntaria o involuntariamente, quedara archivado para siempre. por otra parte cuando recíbes una información de lo bueno en ese mismo instante es archivado en el archivo del mal su antítesis. .
cuando le dices a un niño que no mentír es bueno ,sin decirlo le estas enseñando el consepto de la mentira. Sin decirlo le estas enseñando a que mentír es malo,cuando le dices a un niño que no robar es bueno le estas diciendo que robar es malo. la idea de mentír y robar estará grabada en su archivo del mal, latente, y esperando poder en cualquier momento seducírle.
pudieramos decir que el archivo del mal es, la parte de la concupiscencia que se asemeja a, “el cofre a nuestras espaldas, esperando que mires atrás y pongas atención a sus engañosos e hipnotisantes tesoros.
Este proceso donde recibímos información del mal es común en todos los seres humanos y no fue distinto en el caso de nuestro Salvador y señor Jesucrísto.
Jesús desde pequeño creció en un entorno donde abundaba el pecado, seguramente estúbo expuesto a ver y escuchar de todo típo de pecados y maldad, ademas cada presepto aprendido por Jesús contenia dentro de si su antítesis,con la semilla de la idea de la desobediencia y el mal, siendo todo esto archivado en su infantil e inocente memoria. así que en este sentido y solo en este todos tenemos concupiscencia ,aunque en forma paciva,como un caldo en espera de ser cocinado .a esta parte de la concupiscencia es que hago alución en el caso de Jesús.
Este aspecto de la concupiscencia no representa de ningúna manera un pecado, pues de todas formas el archivo del mal que todos tenemos no tiene voluntad.
Para que el archívo del mal girára en torno al pecado tendria que haber una participación actíva de la mente.
Es la mente la que tendría que voluntariamente esforsarse por poner su Mirada y atención a este archivo del mal y así recrear una imagen pecaminosa .
un creyente lleno del Espíritu Santo pudiera involuntariamente ser expuesto a una imagen pecaminosa en el televisor, y en menos de dos segundos reprendería y cambiaría de canal pero, no asimiló su mente en ese segundo lo que vio? seguramente lo asimiló, y no solo eso, esa imagen quedará grabada para siempre en su mente .Es Esto pecado? Por supuesto que no, solo se convertiría en pecado cuando en algún momento y voluntariamente un creyente quíte su Mirada de Cristo y heche un vistaso a sus espaldas al cofre de la concupiscencia en un esfuerso mental y voluntario para recrear una imagen pecaminosa y deleitarse en ella.
la concupiscencia es tan túya como tu mísma persona,nadie tiene la mísma concupiscencia pues nadie a adquirido el mismo tipo de información de maldad, pero sea cual fuere el grado de depravación de la concupiscencia mas negra,este la concupiscencia llena de los mas nefastos recuerdos de depravación y maldad, en Cristo poniendo su mente y su Mirada en el constantemente podra permaneser fírme con toda la voluntad de su mente espiritual,y no mirar atrás de sus espaldas al cofre de la maldad,manteniendo su cabeza hacia el frente ,mirando y consentrado solo en el blanco de la soberana vocación ,nuestro rey señor y Dios Jesús de nazaret. el creyente tendrá siempre Victoria sobre la tentación , pues Dios no permitirá que seamos tentados mas de lo que podamos soportar ,sino que juntamente con la tentación,siempre nos dara la salida .
El creyente en Cristo podrá usar la misma técnica de Victoria que uso el Salvador,y con sus ojos puestos en Jesús saldrá al otro lado en Victoria. Y hechando un vistaso a nuestro amado anciano y consejero san Pablo en el libro de romanos y galatas,nos daremos cuenta que siempre la técnica para escapar es la misma, la técnica que uso Cristo es la misma técnica que santifíca al creyente,víve en el Espíritu y no satisfagais los deseos de tu carne,
Jesus mantúvo su mente y su Mirada puesta en su padre constantemente en oración. “orad en todo tiempo para que no caigais en tentación”,y aunque fue expuesto a información maligna inpregnando areas de su memoria o dardos del maligno desde afuera, sea como fuere, su mente núnca quitó su Mirada de Dios, viviendo en el Espíritu.
Y así mismo lo sigue haciendo en cada creyente que a muerto a su vida pasada y a aseptado la vida de Cristo en el .
mantén tu Mirada en el Salvador, y no míres al cofre de maldad que esta a tus espaldas .
Gal 2:20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.