Y sigue dándome gratas sorpresas la web católica de religion digital:
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La cara y la cruz de la Iglesia
Hace tiempo que leí el relato de un mendigo que frecuentaba los alrededores de Nôre Dame, en París. Contaba que era la gente más humilde la que le ofrecía las limosnas y quienes a veces acudían a darle una manzana o un trozo de queso y pan. Era muy dura la llegada del invierno sin tener dónde cobijarte. Pedía que nos imagináramos que todos los 'sin techo' tuvieran permiso para pasar las frías noches en aquella catedral. Aquello no ocurriría jamás. Para él, todas las iglesias se erguían mucho más altas que el resto de inmuebles, como si quisieran mirar por encima del hombro, o más bien del tejado. Imaginaba que Dios acudía siempre a escuchar misa; sin embargo a veces, prefería quedarse a su lado, haciéndole compañía. No voy a caer en el error de no reconocer la valiosísima labor de los misioneros , así como el mensaje y valores que procuran trasmitir los religiosos de a pie. Sin embargo y como ejemplo: en las últimas beatificaciones con lo que costaba el traje que habían comprado algunos cardenales para la ocasión, podrían repartirse medio millar de mantas entre los 'sin techo'; con ese dinero podría comer una familia etíope durante cuatro años. Creo que en la Iglesia, como en otras partes, unos le echan la cara y otros llevan la cruz. Los trajes de muchos cardenales costaban unos 4000 euros. Así que los cálculos de las mantas y la manutención de una familia en Etiopía son personales, a razón de unas 600 pesetas o 3,65 euros diarios para la comida. Las mantas las he calculado a 8 euros unidad. Hace un par de años, cuando aún vivía en Errenteria regalé a un hombre que vivía en una casa abandonada una manta que me costó ese precio. Aunque sean datos personales creo que son bastante fiables.Xabier Susperregi Gutiérrez.
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