¿Judas actuó por libre albedrío?
El evangelio de Juan nos revela un rasgo profundo del carácter de Judas:
Juan 12:6 – “Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.”
Este texto muestra la doble personalidad de Judas:
Por fuera, aparentaba preocupación por los necesitados, pero en su interior predominaba la codicia.
Así como muchos aparentan servir una causa noble mientras buscan su propio beneficio, Judas colocó sus intereses personales por encima del amor al Señor.
Durante su ministerio, Jesús anunció repetidas veces a sus discípulos su muerte y resurrección:
Mateo 20:17–19; Marcos 10:32–34; Lucas 18:31–34
“Subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado... lo condenarán a muerte... y al tercer día resucitará.”
Y ya en los días finales, a pocas horas de su captura, Jesús reiteró el anuncio con claridad:
Mateo 26:1–2
“Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.”
Juan 12:23–33
“Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado... si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo... y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.”
Judas escuchó todas estas palabras.
No ignoraba lo que Jesús había dicho.
Sin embargo, en lugar de rendir su corazón a la verdad del Señor, trazó su propio plan, quizás razonando así:
“Si lo entrego al Sanedrín, tal vez manifieste su poder, se proclame Rey de Israel, y yo, como su tesorero, ocuparé una posición de honor.
Pero si muere y resucita, igual será el Rey, y yo habré sido parte de su plan como ministro de finanzas.”
En cualquiera de los dos escenarios, Judas pensó ganar. Pero su cálculo estaba fundado en avaricia y ambición, no en fe ni amor.
Aunque el plan de Dios incluía la traición (cf. Hechos 1:16), Judas no fue un simple instrumento forzado por el destino. Jesús le advirtió:
“¡Ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.” (Mateo 26:24)
Estas palabras muestran que Judas actuó libremente, responsable de su decisión. Dios conocía lo que haría, pero no lo obligó a hacerlo.
Conclusión
Judas actuó conforme a su propia voluntad, movido por intereses egoístas y codicia, colocando el dinero y la ambición por encima del amor a Cristo.
Escuchó la verdad directamente de los labios del Señor, pero eligió endurecer su corazón.
Su tragedia no fue haber sido parte del plan divino, sino haber preferido sus ganancias personales al llamado del Maestro.