JUAN 1:1
Lo que nunca se debe hacer es ir a un texto con unas ideas preconcebidas de antemano e interpretar el texto ajustándolo a esas ideas. Esto es lo que ha pasado durante cientos de años con este famoso versículo de Juan.
Cuando leemos un texto tenemos que ceñirnos a lo que dice el texto, sin que ningún tipo de interferencias ni ideas preconcebidas influyan en la comprensión o interpretación del mismo.
Juan le está dando al Verbo, a la Palabra, un carácter de naturaleza, no de identidad. Asi como la palabra de un humano es humana, el Verbo o Palabra es divino porque es un atributo de Dios, y es eterno porque Dios es eterno.
Juan no se está inventando nada ni va más allá de lo que dicen los textos (1 Corintios 4:6), ¿Por qué Juan se iba a sacar de la chistera que Jesucristo es el Verbo?.
Juan, como no podía ser de otra manera, se está remitiendo a la teología del Antiguo Testamento, únicas escrituras que había por aquel entonces y donde en ninguno de los textos se le da al Verbo, a la Palabra, al Logos, o al Dabar de Dios, carácter de persona o de personalidad.
Ya lo he expuesto alguna vez en este foro. El texto dice:
EN PRINCIPO ERA EL VERBO Y EL VERBO ESTABA CON EL DIOS Y DIOS ERA EL VERBO
¿Por qué Juan al primer Dios que aparece en la frase le pone artículo (el), y al segundo Dios de la frase no?
¿Por qué además Juan no dice que "el Verbo era Dios" sino que "Dios era el Verbo"?
Para muchos gramáticos la estructura del versículo de Juan 1:1 no se puede traducir como que el Verbo era Dios o que el Verbo era un Dios, sino que el Verbo era divinidad, o dicho de otro modo, que la "palabra era divina".
El versículo en cuestión se está refiriendo única y exclusivamente a Dios y a su palabra y no a dos personas una dentro de la otra.
O es que tú y tu palabra sois dos personas una dentro de la otra.
Una vez que Juan nos ha hablado de Dios y de su Verbo en los versículos 1 y 2, este Verbo no vuelve a mencionarse hasta el versículo 14.
Si prestamos atención y continuamos estudiando los versículos que siguen, nos daremos cuenta que desde el versículo 3 hasta el 13 se están refiriendo a Dios, es decir, al Padre, y no al Verbo como mucha gente cree.
¿Por qué?
Porque el antecedente último con el que acaba el versículo de Juan 1:2 es “el Dios”
Juan 1:2
“Este era en el principio con el Dios”.
Por consiguiente, todos los versículos que siguen tienen como precedente a “el Dios”, y se están refiriendo al Padre.
Y así es:
Dios es el Creador (Apocalipsis 4:11).
En Dios estaba la vida (1Juan 1:2).
Dios es luz (1 Juan 1:5)
Dios siempre ha estado en este mundo, y a todos los que creen en su nombre, es decir, a todos los que aman su carácter, su forma de pensar y de ser, que viven conforme a su Palabra, a todos los que hacen su voluntad, Dios les ha dado potestad de ser hijos suyos.
Y ahora llegamos al versículo 14:
Es en este versículo cuando entra en escena Jesucristo.
Para hacernos ver que en los anteriores versículos no se está hablando del Verbo, algunas traducciones comienzan el versículo 14 diciendo: “Y aquel Verbo…”, es decir, nos lleva otra vez al Verbo de los versículos 1 y 2. Pero en los originales no pone eso, sino que empieza por “Y el Verbo…”
Juan 1:14
“Y el Verbo habitó carne”.
¿En qué carne?
En el ser humano Jesucristo nacido de María por el poder de Dios en el Espíritu Santo.
En el original de este versículo en griego, aparece por un lado el vocablo “egeneto”, el cual tiene multitud de acepciones y por otro la palabra “sarx” que significa carne. Según los eruditos, este versículo 14 es uno de los más difíciles de interpretar de toda la Biblia. La cuestión es: ¿Qué quiso decir Juan en este versículo?. Ya he dicho que el vocablo “egeneto” tiene multitud de acepciones, por lo que atendiendo al contexto en el que aparece este vocablo, unido en paralelo a otros versículos del Nuevo Testamento, nos ayudará a elegir la mejor traducción.
Tradicionalmente, este versículo 14, para dar más énfasis a una supuesta encarnación que no es tal, se ha traducido como que “el Verbo se hizo carne “; pero esto no es lo que dice el texto, porque si lo traducimos de esta manera nos encontraríamos con los siguientes problemas:
Primero:
Sí el Verbo se hace carne, Dios se queda sin su Verbo, es decir, que dejamos a Dios sin su Palabra, ya que ésta se habría transformado en carne.
Esto no puede ser porque Dios sigue teniendo su Palabra.
Segundo:
¿Cómo es posible que algo como el Verbo o Palabra, que ni siendo persona ni teniendo personalidad, pueda llegar a transformarse en carne?.
Esto también es absurdo.
Sin embargo, si traducimos que “el Verbo habitó carne”, ya que el vocablo “egeneto” también lo permite, sería la traducción correcta, o por lo menos la que más se acercaría a lo que Juan quiso decir.
EL CONCEPTO QUE QUIERO TRANSMITIR ES QUE, YA DESDE LA ETERNIDAD, DIOS, EN SU MENTE ETERNA, ASOCIA SU VERBO, SU PALABRA, CON EL FUTURO HOMBRE JESUCRISTO QUE HA DE NACER DE LA VIRGEN MARÍA. DIOS, EL PADRE, SIN DESPRENDERSE NI PARCIAL NI TOTALMENTE DE SU VERBO, Y DE UNA FORMA QUE NO PODEMOS ENTENDER, LO INCORPORA EN JESÚS EN EL MOMENTO DE SU NACIMIENTO, ES DECIR, LO SEÑALA CON SU VERBO (Juan 6:26).
Esto estaría en consonancia con pasajes como Colosenses 1:19 donde leemos que al Padre agradó que en Cristo habitara toda la plenitud de la Deidad, es decir, su Verbo. Es por este motivo, que presentar a Jesucristo como con naturaleza divina no sería incorrecto, aunque esa plenitud no interfiere en nada en su persona, en su humanidad. La traducción “el Verbo habitó carne”, también estaría en consonancia con Filipenses 2:6, donde leemos que Jesucristo, existente con o en unión con “morfe” de Dios, no quiso ser igual Dios. En este pasaje de Pablo, “morfe” o “forma” sustituye a “verbo”.
¿Se da cuenta?
Juan 1:14,
Colosenses 1:19
Filipenses 2:6
están relacionados, tratan el mismo tema con diferentes palabras.
En Juan 1:14, el Verbo habitó carne.
En Colosenses 1:19, al Padre agradó que en Cristo habitara la plenitud de la deidad.
Y en Filipenses 2:6 leemos que Jesucristo existe en unión con morfe de Dios.
Así pues, el “verbo”, “la plenitud de la deidad” y la “morfe” de Dios, es lo mismo. Todo son aspectos de Dios, pero no Dios.
Lo que nunca se debe hacer es ir a un texto con unas ideas preconcebidas de antemano e interpretar el texto ajustándolo a esas ideas. Esto es lo que ha pasado durante cientos de años con este famoso versículo de Juan.
Cuando leemos un texto tenemos que ceñirnos a lo que dice el texto, sin que ningún tipo de interferencias ni ideas preconcebidas influyan en la comprensión o interpretación del mismo.
Juan le está dando al Verbo, a la Palabra, un carácter de naturaleza, no de identidad. Asi como la palabra de un humano es humana, el Verbo o Palabra es divino porque es un atributo de Dios, y es eterno porque Dios es eterno.
Juan no se está inventando nada ni va más allá de lo que dicen los textos (1 Corintios 4:6), ¿Por qué Juan se iba a sacar de la chistera que Jesucristo es el Verbo?.
Juan, como no podía ser de otra manera, se está remitiendo a la teología del Antiguo Testamento, únicas escrituras que había por aquel entonces y donde en ninguno de los textos se le da al Verbo, a la Palabra, al Logos, o al Dabar de Dios, carácter de persona o de personalidad.
Ya lo he expuesto alguna vez en este foro. El texto dice:
EN PRINCIPO ERA EL VERBO Y EL VERBO ESTABA CON EL DIOS Y DIOS ERA EL VERBO
¿Por qué Juan al primer Dios que aparece en la frase le pone artículo (el), y al segundo Dios de la frase no?
¿Por qué además Juan no dice que "el Verbo era Dios" sino que "Dios era el Verbo"?
Para muchos gramáticos la estructura del versículo de Juan 1:1 no se puede traducir como que el Verbo era Dios o que el Verbo era un Dios, sino que el Verbo era divinidad, o dicho de otro modo, que la "palabra era divina".
El versículo en cuestión se está refiriendo única y exclusivamente a Dios y a su palabra y no a dos personas una dentro de la otra.
O es que tú y tu palabra sois dos personas una dentro de la otra.
Una vez que Juan nos ha hablado de Dios y de su Verbo en los versículos 1 y 2, este Verbo no vuelve a mencionarse hasta el versículo 14.
Si prestamos atención y continuamos estudiando los versículos que siguen, nos daremos cuenta que desde el versículo 3 hasta el 13 se están refiriendo a Dios, es decir, al Padre, y no al Verbo como mucha gente cree.
¿Por qué?
Porque el antecedente último con el que acaba el versículo de Juan 1:2 es “el Dios”
Juan 1:2
“Este era en el principio con el Dios”.
Por consiguiente, todos los versículos que siguen tienen como precedente a “el Dios”, y se están refiriendo al Padre.
Y así es:
Dios es el Creador (Apocalipsis 4:11).
En Dios estaba la vida (1Juan 1:2).
Dios es luz (1 Juan 1:5)
Dios siempre ha estado en este mundo, y a todos los que creen en su nombre, es decir, a todos los que aman su carácter, su forma de pensar y de ser, que viven conforme a su Palabra, a todos los que hacen su voluntad, Dios les ha dado potestad de ser hijos suyos.
Y ahora llegamos al versículo 14:
Es en este versículo cuando entra en escena Jesucristo.
Para hacernos ver que en los anteriores versículos no se está hablando del Verbo, algunas traducciones comienzan el versículo 14 diciendo: “Y aquel Verbo…”, es decir, nos lleva otra vez al Verbo de los versículos 1 y 2. Pero en los originales no pone eso, sino que empieza por “Y el Verbo…”
Juan 1:14
“Y el Verbo habitó carne”.
¿En qué carne?
En el ser humano Jesucristo nacido de María por el poder de Dios en el Espíritu Santo.
En el original de este versículo en griego, aparece por un lado el vocablo “egeneto”, el cual tiene multitud de acepciones y por otro la palabra “sarx” que significa carne. Según los eruditos, este versículo 14 es uno de los más difíciles de interpretar de toda la Biblia. La cuestión es: ¿Qué quiso decir Juan en este versículo?. Ya he dicho que el vocablo “egeneto” tiene multitud de acepciones, por lo que atendiendo al contexto en el que aparece este vocablo, unido en paralelo a otros versículos del Nuevo Testamento, nos ayudará a elegir la mejor traducción.
Tradicionalmente, este versículo 14, para dar más énfasis a una supuesta encarnación que no es tal, se ha traducido como que “el Verbo se hizo carne “; pero esto no es lo que dice el texto, porque si lo traducimos de esta manera nos encontraríamos con los siguientes problemas:
Primero:
Sí el Verbo se hace carne, Dios se queda sin su Verbo, es decir, que dejamos a Dios sin su Palabra, ya que ésta se habría transformado en carne.
Esto no puede ser porque Dios sigue teniendo su Palabra.
Segundo:
¿Cómo es posible que algo como el Verbo o Palabra, que ni siendo persona ni teniendo personalidad, pueda llegar a transformarse en carne?.
Esto también es absurdo.
Sin embargo, si traducimos que “el Verbo habitó carne”, ya que el vocablo “egeneto” también lo permite, sería la traducción correcta, o por lo menos la que más se acercaría a lo que Juan quiso decir.
EL CONCEPTO QUE QUIERO TRANSMITIR ES QUE, YA DESDE LA ETERNIDAD, DIOS, EN SU MENTE ETERNA, ASOCIA SU VERBO, SU PALABRA, CON EL FUTURO HOMBRE JESUCRISTO QUE HA DE NACER DE LA VIRGEN MARÍA. DIOS, EL PADRE, SIN DESPRENDERSE NI PARCIAL NI TOTALMENTE DE SU VERBO, Y DE UNA FORMA QUE NO PODEMOS ENTENDER, LO INCORPORA EN JESÚS EN EL MOMENTO DE SU NACIMIENTO, ES DECIR, LO SEÑALA CON SU VERBO (Juan 6:26).
Esto estaría en consonancia con pasajes como Colosenses 1:19 donde leemos que al Padre agradó que en Cristo habitara toda la plenitud de la Deidad, es decir, su Verbo. Es por este motivo, que presentar a Jesucristo como con naturaleza divina no sería incorrecto, aunque esa plenitud no interfiere en nada en su persona, en su humanidad. La traducción “el Verbo habitó carne”, también estaría en consonancia con Filipenses 2:6, donde leemos que Jesucristo, existente con o en unión con “morfe” de Dios, no quiso ser igual Dios. En este pasaje de Pablo, “morfe” o “forma” sustituye a “verbo”.
¿Se da cuenta?
Juan 1:14,
Colosenses 1:19
Filipenses 2:6
están relacionados, tratan el mismo tema con diferentes palabras.
En Juan 1:14, el Verbo habitó carne.
En Colosenses 1:19, al Padre agradó que en Cristo habitara la plenitud de la deidad.
Y en Filipenses 2:6 leemos que Jesucristo existe en unión con morfe de Dios.
Así pues, el “verbo”, “la plenitud de la deidad” y la “morfe” de Dios, es lo mismo. Todo son aspectos de Dios, pero no Dios.