Estimado Oro - Tiempo
Estimado Oro - Tiempo
1 – Que digas que te da igual que yo sea esto o lo otro sólo indica desconsideración hacia el forista que abrió el epígrafe al que tú entraste. A fin de mantener un diálogo más atinado conviene conocer lo mejor posible a nuestro interlocutor, hasta ponernos en sus zapatos, si posible fuera.
2 – No creas que los TJ sean tan famosos como para que el mundo conozca sus doctrinas. La fama de la que gozan no es la mejor, y suelen trascender en los medios ante casos como este del que me ocupo.
3 – No me lanzo al ataque contra los TJ ya que no irrumpo en sus Foros para provocarlos con nuestras doctrinas evangélicas, ni golpeo las puertas de sus casas para exhortarlos a que huyan de la Torre del Vigía. Son ellos los que yendo de casa en casa saltean la mía, pues no conviene que el nuevo que se viene entrenando vea como su veterano acompañante no acierta en sus respuestas.
4 – Yo también leí alguna vez Hch 15 y me enteré de la inclusión de la abstención de sangre. Ya he comentado eso, pero ustedes escriben sin reparar en lo que hemos escrito. También he respondido ya al argumento de “porneia” coincidiendo que incluye toda práctica sexual ilícita e inmoral.
Pero no es lógico aplicar eso al caso de la sangre, pues los mandatos dados a Noé en el Génesis y a Israel en el Levítico son específicos en la prohibición de comer sangre.
Han ustedes desestimado mi argumento de que si se fuese a extender esa prohibición a cualquier contacto con sangre ajena, ni siquiera podría auxiliarse a un herido por temor a ser salpicado.
¿Por qué un árbitro en un partido de fútbol no permite seguir jugando a quien sangre, y de haber manchado con ella su camiseta, medias o pantalón debe cambiarse?
Pues porque de ser portador de VIH podría contagiar con el SIDA a otro jugador, que teniendo alguna pequeña herida abierta chocara con él entrando en contacto sangre con sangre.
5 – Si se sabe que el “abstenerse” de Hch 15 no modifica los mandatos del Génesis y del Levítico; que la razón estaba en que la vida del alma estaba en la sangre; que la de los animales limpios estaba destinada a ser rociada sobre el altar de sacrificio; que el Hijo de Dios nos dejó su propio ejemplo al derramar su sangre por nosotros en la cruz; que Él mismo dijo que no había mayor amor a dar esta misma vida del alma por los amigos –aunque Él la dio por nosotros cuando todavía éramos pecadores-, debe quedar suficientemente claro que esta es la doctrina cristiana pura y verdadera, y la vuestra ni es cristiana ni es verdadera.
Estimado Oro - Tiempo
Mira Ricardo, me da igual que seas Evángélico que Budista.
Todo el mundo sabe que los testigos de Jehová no aceptamos ni comer sangre, ni aceptamos la transfusión, ni somos donantes de sangre.
¿Entonces a que viene por tú parte el traer este tema?,yo veo que no es más que para revolver las aguas de dónde está sentada Babilonia la grande y que cada cristiano nominal se lance al ataque contra los testigos de Jehová.
La sangre, sigue siendo sagrada para los cristianos verdaderos,porque en el Concilio a postólico lo volvieron a recalcar.
El cristiano verdadero tiene que abstenerse también de la porneía,y esta palabra implica mucho más que tener relaciones sexuales fuera del matrimonio,¿o no?, ¿quiere decir eso que porque los apóstoles no explicaran en sus cartas a los creyentes lo que abarcaba la palabra porneía, que no era violar ese mandamiento?,como quizás bien sepas hay muchas formas de porneía,y no sólo implica el tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Por lo tanto,el abstenerse de la sangre,sabiendo lo que implica la palabra abstenerse y lo que representa la sangre,el cristiano verdadero no debe en ninguna de sus formas el meterse la sangre de otra persona en su cuerpo,ni donarla por supuesto.
1 – Que digas que te da igual que yo sea esto o lo otro sólo indica desconsideración hacia el forista que abrió el epígrafe al que tú entraste. A fin de mantener un diálogo más atinado conviene conocer lo mejor posible a nuestro interlocutor, hasta ponernos en sus zapatos, si posible fuera.
2 – No creas que los TJ sean tan famosos como para que el mundo conozca sus doctrinas. La fama de la que gozan no es la mejor, y suelen trascender en los medios ante casos como este del que me ocupo.
3 – No me lanzo al ataque contra los TJ ya que no irrumpo en sus Foros para provocarlos con nuestras doctrinas evangélicas, ni golpeo las puertas de sus casas para exhortarlos a que huyan de la Torre del Vigía. Son ellos los que yendo de casa en casa saltean la mía, pues no conviene que el nuevo que se viene entrenando vea como su veterano acompañante no acierta en sus respuestas.
4 – Yo también leí alguna vez Hch 15 y me enteré de la inclusión de la abstención de sangre. Ya he comentado eso, pero ustedes escriben sin reparar en lo que hemos escrito. También he respondido ya al argumento de “porneia” coincidiendo que incluye toda práctica sexual ilícita e inmoral.
Pero no es lógico aplicar eso al caso de la sangre, pues los mandatos dados a Noé en el Génesis y a Israel en el Levítico son específicos en la prohibición de comer sangre.
Han ustedes desestimado mi argumento de que si se fuese a extender esa prohibición a cualquier contacto con sangre ajena, ni siquiera podría auxiliarse a un herido por temor a ser salpicado.
¿Por qué un árbitro en un partido de fútbol no permite seguir jugando a quien sangre, y de haber manchado con ella su camiseta, medias o pantalón debe cambiarse?
Pues porque de ser portador de VIH podría contagiar con el SIDA a otro jugador, que teniendo alguna pequeña herida abierta chocara con él entrando en contacto sangre con sangre.
5 – Si se sabe que el “abstenerse” de Hch 15 no modifica los mandatos del Génesis y del Levítico; que la razón estaba en que la vida del alma estaba en la sangre; que la de los animales limpios estaba destinada a ser rociada sobre el altar de sacrificio; que el Hijo de Dios nos dejó su propio ejemplo al derramar su sangre por nosotros en la cruz; que Él mismo dijo que no había mayor amor a dar esta misma vida del alma por los amigos –aunque Él la dio por nosotros cuando todavía éramos pecadores-, debe quedar suficientemente claro que esta es la doctrina cristiana pura y verdadera, y la vuestra ni es cristiana ni es verdadera.