Hermanos os voy a hacer una breve exposición corta, para que veamos según la palabra de Dios, que Jesús no puede ser el Padre.
Hay dos cosas diferentes:
1. Que el Señor sea Dios junto con el Padre. (Cosa que mediante el Espiritu Santo queda muy clara en la Biblia)
2. Que Jesús sea el Padre (cosa que es imposible), ya que en la Biblia diferencia claramente un Padre y un Hijo, aunque los dos sean Dios.
En estos versiculos la Palabra de Dios nos mostrará que el Padre y el Hijo no son el mismo.
Pro 8:24 Cuando no había abismos fui engendrada, cuando no había manantiales abundantes en aguas. <o
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Pro 8:25 Antes que los montes fueran asentados, antes que las colinas, fui engendrada, <o
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Pro 8:26 cuando El no había hecho aún la tierra y los campos, ni el polvo primero del mundo. <o
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Pro 8:27 Cuando estableció los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo, <o
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Pro 8:28 cuando arriba afirmó los cielos, cuando las fuentes del abismo se afianzaron, <o
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Pro 8:29 cuando al mar puso sus límites para que las aguas no transgredieran su mandato, cuando señaló los cimientos de la tierra, <o
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Pro 8:30 yo estaba entonces junto a El, como arquitecto; y era su delicia de día en día, regocijándome en todo tiempo en su presencia, <o
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Pro 8:31 regocijándome en el mundo, en su tierra, y teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.
Partimos de que Jesús es la Sabiduría, el Verbo, la Palabra.
Aquí podemos leer que Jesús, que es la Sabiduría, estaba con el Padre haciendo todas las cosas.
Estaba junto a El como arquitecto, con lo cual, no puede ser el mismo.
Con lo cual, aquí nos deja muy claro de que el Padre y el Hijo no son el mismo.
Os ruego respondamos con amor, los unos con los otros.
Hay dos cosas diferentes:
1. Que el Señor sea Dios junto con el Padre. (Cosa que mediante el Espiritu Santo queda muy clara en la Biblia)
2. Que Jesús sea el Padre (cosa que es imposible), ya que en la Biblia diferencia claramente un Padre y un Hijo, aunque los dos sean Dios.
En estos versiculos la Palabra de Dios nos mostrará que el Padre y el Hijo no son el mismo.
Pro 8:24 Cuando no había abismos fui engendrada, cuando no había manantiales abundantes en aguas. <o
Pro 8:25 Antes que los montes fueran asentados, antes que las colinas, fui engendrada, <o
Pro 8:26 cuando El no había hecho aún la tierra y los campos, ni el polvo primero del mundo. <o
Pro 8:27 Cuando estableció los cielos, allí estaba yo; cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo, <o
Pro 8:28 cuando arriba afirmó los cielos, cuando las fuentes del abismo se afianzaron, <o
Pro 8:29 cuando al mar puso sus límites para que las aguas no transgredieran su mandato, cuando señaló los cimientos de la tierra, <o
Pro 8:30 yo estaba entonces junto a El, como arquitecto; y era su delicia de día en día, regocijándome en todo tiempo en su presencia, <o
Pro 8:31 regocijándome en el mundo, en su tierra, y teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.
Partimos de que Jesús es la Sabiduría, el Verbo, la Palabra.
Aquí podemos leer que Jesús, que es la Sabiduría, estaba con el Padre haciendo todas las cosas.
Estaba junto a El como arquitecto, con lo cual, no puede ser el mismo.
Con lo cual, aquí nos deja muy claro de que el Padre y el Hijo no son el mismo.
Os ruego respondamos con amor, los unos con los otros.