Erras porque no conoces las escrituras. Si quieres ser un verdadero siervo de Dios, ten cuidado y no mientas. Debes estudiar y empaparte de la Biblia primero. Mira cómo las escrituras hablan contra tus palabras: "Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.
Jesús es el Espíritu. Dijo que si no se iba no vendría el Espíritu. Este verso confirma que Jesús es el Espíritu que nos santifica y nos da gloria: "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".
Para que te quede claro te diré que tú no puedes tener la gloria de Jesús, pues su gloria es la del Padre. Está sentado en el trono de Dios para gobernar.
Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.