Re: ¿JESUS DIJO QUE ERA DIOS?
Te crees muy seguro de tus ideas erráticas y pones en cuestión a los demás. Fíjate en la firmeza de un doctor de la iglesia que no aceptó la trinidad. Que la mayoría tenga la razón es un estereotipo que nadie lo acepta salvo los implicados.
GIORDANO BRUNO, UNA VIDA ERRANTE
Uno de los pensadores más importantes del tiempo de Kepler y Galileo que, como éstos, fue víctima de la persecución eclesiástica fue Giordano Bruno (1548-1600), muerto en la hoguera a manos de la Santa Inquisición.
FORMACIÓN RELIGIOSA
Su formación fue eminentemente religiosa, primero en la orden de predicadores y luego, en 1565,60 la de los dominicos; en ellas se especializó en dialéctica, en filosofía aristotélica y en la teología de santo Tomás de Aquino. Pero Bruno no aceptaba todos los dogmas cristianos, poniendo en duda las imágenes de los santos, por lo que tuvo que sufrir pronto las sospechas por herejía.
De todos modos, en 1572fue ordenado sacerdote dominico en Salerno y obtuvo su doctorado en Teología, aunque cuatro años después volvió a ponerse en duda su entrega a la Iglesia, y acabó marchándose a Roma, para luego huir a Francia y Ginebra, donde abandonó su carrera eclesiástica. Allí, entró en contacto con Cal-vino, fundador de una república protestante, a la que criticó tan duramente que fue encarcelado, hasta que se vio obligado a retractarse y salir de Ginebra.
CONDENA Y HOGUERA
Instalado en Francia como profesor en la Universidad de París, en 1581, gracias al permiso del rey Enrique III, empezó a divulgar sus primeras obras, para más tarde viajara Londres como secretario de un embajador francés y en donde daría clases de cosmología copernicana en Oxford.
En 1585, volvió a Francia, pero como siguió teniendo problemas con el orden establecido, retomó su itinerario por distintas ciudades europeas, como Marburgo.Wittenberg, Praga, Helmstedty Frankfurt, donde logró publicar buena parte de su obra.
Al fin, merced a la ayuda del noble veneciano Giovanni Moncenigo, Bruno regresó a Italia. Pero su destino no se apartaba de las persecuciones por herejía. En 1592, Moncenigo lo denunció ante la inquisición; acusado de cometer blasfemias, tener una conducta inmoral y afirmar que el universo es infinito, permaneció encarcelado en el palacio del Santo Oficio del Vaticano, desde enero de 1593 hasta el día en que fue quemado vivo el 16 de febrero de 1600, en Campo de Fiori.
Según cuentan las crónicas, Bruno se negó a retractarse, durante su largo encierro; llegó a tal punto la confianza en sus ¡deas, que en el momento previo a la ejecución, cuando un monje le ofreció un crucifijo para besarlo, el pensador lo rechazó diciendo que no iba a morir como un mártir y que su alma ascendería al paraíso. Antes de la hoguera, tuvo tiempo de dirigirse a los jueces y pronunciar esta rotunda frase: «Tembláis más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla».
Pues el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y el Verbo era Dios.
Que no te sea dado entender, ni creer, lo mismo da.
Te crees muy seguro de tus ideas erráticas y pones en cuestión a los demás. Fíjate en la firmeza de un doctor de la iglesia que no aceptó la trinidad. Que la mayoría tenga la razón es un estereotipo que nadie lo acepta salvo los implicados.
GIORDANO BRUNO, UNA VIDA ERRANTE
Uno de los pensadores más importantes del tiempo de Kepler y Galileo que, como éstos, fue víctima de la persecución eclesiástica fue Giordano Bruno (1548-1600), muerto en la hoguera a manos de la Santa Inquisición.
FORMACIÓN RELIGIOSA
Su formación fue eminentemente religiosa, primero en la orden de predicadores y luego, en 1565,60 la de los dominicos; en ellas se especializó en dialéctica, en filosofía aristotélica y en la teología de santo Tomás de Aquino. Pero Bruno no aceptaba todos los dogmas cristianos, poniendo en duda las imágenes de los santos, por lo que tuvo que sufrir pronto las sospechas por herejía.
De todos modos, en 1572fue ordenado sacerdote dominico en Salerno y obtuvo su doctorado en Teología, aunque cuatro años después volvió a ponerse en duda su entrega a la Iglesia, y acabó marchándose a Roma, para luego huir a Francia y Ginebra, donde abandonó su carrera eclesiástica. Allí, entró en contacto con Cal-vino, fundador de una república protestante, a la que criticó tan duramente que fue encarcelado, hasta que se vio obligado a retractarse y salir de Ginebra.
CONDENA Y HOGUERA
Instalado en Francia como profesor en la Universidad de París, en 1581, gracias al permiso del rey Enrique III, empezó a divulgar sus primeras obras, para más tarde viajara Londres como secretario de un embajador francés y en donde daría clases de cosmología copernicana en Oxford.
En 1585, volvió a Francia, pero como siguió teniendo problemas con el orden establecido, retomó su itinerario por distintas ciudades europeas, como Marburgo.Wittenberg, Praga, Helmstedty Frankfurt, donde logró publicar buena parte de su obra.
Al fin, merced a la ayuda del noble veneciano Giovanni Moncenigo, Bruno regresó a Italia. Pero su destino no se apartaba de las persecuciones por herejía. En 1592, Moncenigo lo denunció ante la inquisición; acusado de cometer blasfemias, tener una conducta inmoral y afirmar que el universo es infinito, permaneció encarcelado en el palacio del Santo Oficio del Vaticano, desde enero de 1593 hasta el día en que fue quemado vivo el 16 de febrero de 1600, en Campo de Fiori.
Según cuentan las crónicas, Bruno se negó a retractarse, durante su largo encierro; llegó a tal punto la confianza en sus ¡deas, que en el momento previo a la ejecución, cuando un monje le ofreció un crucifijo para besarlo, el pensador lo rechazó diciendo que no iba a morir como un mártir y que su alma ascendería al paraíso. Antes de la hoguera, tuvo tiempo de dirigirse a los jueces y pronunciar esta rotunda frase: «Tembláis más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla».