Tuve la paciencia e investigué en el Libro “Razonamiento” lo que indicas y, efectiva y curiosamente, las citas que haces son exactas. Sin embargo, y aquí es donde entra lo que de antemano me adviertes sobre mi “replanteamiento” a lo dicho en el libro, definitivamente existe un mal planteamiento y no creo, como dices, esa sea la “tónica” o la costumbre de la WT por “incapacidad” o “ineficiencia”; ni por ser “jalada del pelo” la exégesis que se emplea. Por el contrario, es digno de admirar que las discrepancias o errores que se cometen, así como a las no muy “amplias explicaciones” con respecto a ciertos asuntos de difícil entendimiento, sean motivo suficiente para dudar de una organización que, en todos los aspectos, ha salido airosa, no solamente en asuntos doctrinales, sino en su actuar a través de más de 100 años, testificando al mundo en medio de una turbulenta oposición que a cualquiera haría desistir de su propósito. Y para muestra un excelente “botón” que le da crédito a la WT. Fíjate que allí, en el verso 10, pudieron haber “insertado” JEHOVA en vez de “Señor” y, a pesar de los pesares, no lo hicieron por respetar (aunque era evidente que aquí al que se refiere es a Jehová) los originales griegos más antiguos que decían “Señor” en vez del Nombre personal de Dios. ¡Esto por sí solo es un punto a favor de ellos y sinónimo de honradez intelectual!
Seven, es harto conocido que todas las estructuras religiosas del mundo, la católica, la evangélica, la protestante y movimientos disidentes, así como los “cristianos libres” o “lobos solitarios” como yo los llamo; todos ellos, han hecho grandes cambios a través del tiempo; cambios de doctrina, mejores planteamientos, mejores entendimientos, diferentes versiones “mejoradas” de las Escrituras; han afinado detalles, han “entendido” mejor unas cosas que otras; han “replanteado” (usando el término por ti empleado) en muchísimas oportunidades, sus mismas enseñanzas. Esto sin hablar de doctrinas contrarias que en un tiempo se creyó en ellas y que ya no se aplican en ninguna medida. Es lógico. El avance en el conocimiento de la “exégesis bíblica” nunca ha sido “de golpe” en ninguna estructura religiosa; siempre se ha sabido que el progreso del conocimiento es gradual; en algunos casos específicos por “revelación divina” directamente a los individuos que Dios escoja y, en otros, a los avances de la tecnología y a los descubrimientos que han arrojado, al momento de ser precisamente descubiertos, mejores elementos de juicio para evaluar y “replantear” lo que siempre se ha creído sobre “esto o aquello”. Esto, por supuesto, “amén” de los errores que se cometen al redactar o a circunstancias especiales que no se dio plena conciencia de ello en el momento en que fueron escritos como el presente caso que cuestionas como si fuera el “error del siglo”. Al menos en nuestra organización, al principio, se creía en cosas que ya no se creen y se actuaba de conformidad con el conocimiento que entonces se tenía a disposición y existe uno en especial que ustedes lo han criticado hasta el cansancio, el de emplear anteriormente el vocablo “adoración” en vez de “rendir homenaje”, como se vierte actualmente el texto. Se creía en la “cruz”, por ejemplo; en la “navidad”, en los “cumpleaños”, se señalaron algunas fechas incorrectas para el fin del mundo, no como “mensajes directos del cielo”, sino más bien por ese “despertar” religioso que afloró en esa época, en los albores convulsionados del siglo XX por llegar, y en donde se comprendió la gran responsabilidad que se tenía en darle atención a la predicación mundial del “Reino de Dios” como la única esperanza para la humanidad desorientada.
Ahora bien, en cuanto al argumento empleado por la WT respecto a que las “sombras” nunca son mayores a las “realidades” no es a este argumento que se dirige el libro Razonamiento. La explicación sobre Hebreos 1:10-12 más bien va enfocada a que, en la gran mayoría de casos similares, el individuo que se relaciona con otro aunque fuese en otro tiempo en particular y con similares características, NO significa que son el mismo “ser” o la misma “Divinidad”. El hecho en sí es que a pesar de poseer poderes, aptitudes, rasgos, semejanzas, propósitos, etc., etc., similares, este hecho en sí, no significa que se esté hablando del mismo individuo. El que se mencione a Salomón y a Cristo; el segundo “mayor” que el primero, son simples detalles, no para demostrar que uno es mayor o menor que el otro, sino más bien que el uno y el otro, son dos seres distintos entre sí, aunque mantengan similitudes de actuación que, efectivamente, comparten.
Lo mismo ha pasado con las diferentes versiones de la Reina Valera. En la primera versión se utilizó “infierno” para traducir Apocalipsis 20:14. Luego, en la versión de 1960 ya cambiaron el término “infierno” por “hades”, que es el correcto. ¿Es criticable? ¡En este caso no porque fue para mejorar el concepto correcto de la enseñanza bíblica! Otro ejemplo es el del texto de marras que estamos analizando: Hebreos 1:8. La Valera de 1960 dice: “Tu trono, Oh Dios, por el siglo del siglo…”, pero en la versión de 1995, dice “Tu trono, Dios, por los siglos de los siglos…” Se elimina el “Oh”. ¿Mejora? ¡La lógica me dice que sí porque de lo contrario, lo hubieran dejado como estaba!
Todavía hay muchísimo más para resaltar como cambios sustanciales por parte de su misma ideología religiosa, pero creo que al buen entendedor, estos dos ejemplos relevantes bastarán para comprender el mensaje transmitido.
Así que la WT no cae en “ninguna trampa” ni se enreda en sus propios “mecates”. Simplemente ciertos textos claves a través de los años, se han interpretado de manera diferente. Otros, como el caso específico de Juan 1:1,2 se mantiene inalterables y sólidos. De manera que por el amor a la verdad, poco a poco, se puede ir quitando el velo y reafirmando la realidad de la verdad expresa en las Escrituras como Palabra de Jehová Dios. La WT no es infalible, si es que a eso a lo que te refieres; ni tampoco ha dicho jamás que lo haya sido. El error o la falta de entendimiento con respecto a “pequeñas cosas” pueden ajustarse y pueden renovarse y darle un nuevo curso al entendimiento acerca de tal o cual profecía para mejor proveer, a medida que se acerca el nuevo mundo. Esto ha sido así, prácticamente, una característica común de todas las religiones.
Saludos cordiales.