San Atanasio contra los arrianos.
"El Hijo no fue engendrado como se engendra un hombre de otro hombre, de forma que la existencia del Padre es anterior a la del Hijo. El hijo es vástago de Dios, y siendo Hijo del Dios que existe eternamente, Él mismo es eterno. Es propio del hombre, a causa de la imperfección de su naturaleza, engendrar en el tiempo: pero Dios engendra eternamente, porque su naturaleza es perfecta desde siempre" (Oraciones contra los arrianos I, 14).
"Dios existe desde la eternidad: y si el Padre existe desde la eternidad, también existe desde la eternidad lo que es su resplandor, es decir, su Verbo. Además, Dios, «el que es» (ὁ ὤν), tiene de sí mismo un Verbo que también es; este Verbo no es algo que antes no existía y luego vino a la existencia, ni hubo un tiempo en que el Padre estuviera sin Logos" (Oraciones contra los arrianos I, 25-26).