Re: ¿JESUS DIJO QUE ERA DIOS?
SEGUNDA PARTE:
Consideración de Juan 1:1,2.
La mayoría de las traducciones vierten de la misma manera que la versión Reina Valera el versículo 33: “porque tú, siendo hombre, te haces Dios”. ¿Estaba Jesús identificándose con Dios mismo? Veamos la traducción literal:
oti su anqrwpoV wn poieiV seauton qeon
porque tú hombre siendo te haces tu mismo dios
El sustantivo dios está en acusativo sin artículo y el contexto debe determinar si es definido o indefinido. La respuesta que Jesús da usando Salmo 82:6 que designa “dioses” a jueces humanos, permite interpretar que Jesús se clasifica como “un dios” en virtud de ser el de mayor rango por ser Hijo de Dios. Note que él usa este texto para enfatizar que es “Hijo de Dios” y no Dios. Por lo tanto, es más razonable pensar que los judíos lo acusaban de hacerse “un dios”, o uno como Dios, y no el mismo Dios.
Hay quienes insisten en que los judíos lo acusaron de blasfemo porque Jesús se autodenominaba Jehová, el Dios Todopoderoso. Esta afirmación carece de fundamento porque los líderes judíos afirmaron en Juan 19:7: “Nosotros tenemos una ley y, según nuestra ley, debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios”.
El llamarse Hijo de Dios implicaba para los judíos que Jesús era un ser divino, un miembro de la corte celestial. Por las palabras de Jesús referente a su persona y su íntima relación con Dios, al llamarlo Padre, ellos entenderían que él era primogénito de estos hijos, el mayor. Los líderes religiosos que lo acusaban estarían familiarizados con los siguientes textos de Job 38:4-7:“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia! ¿Quién dispuso sus medidas,si es que lo sabes? ¿O quién tendió sobre ella la cuerda de medir? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios?”
De este pasaje se desprende que antes que Dios terminara de formar la Tierra, ya existían hijos de Dios que observaban este acontecimiento. Es evidente que estos hijos eran seres celestiales, ángeles.
No sólo Dios posee divinidad Antes de citar los textos que prueban la divinidad de los ángeles veamos según la Nueva Enciclopedia Católica online el significado de la palabra hebrea elohím, dice así:
Elohim es el nombre común para Dios. Es una forma en plural, pero el uso de la lengua no provee soporte a la suposición que en la forma en plural de elohím aplicada al Dios de Israel tenemos los restos de un politeísmo primitivo, o cuando menos una combinación con los seres espirituales más elevados” (Kautzsch). Los lingüistas lo llaman plural de majestad o rango, o de abstracción, o de magnitud (Gesenius, Grammatik, 27th ed., nn. 124 g, 132 h). El plural etíope amlak ha llegado a ser un nombre apropiado para Dios. Hoffmann ha hecho notar un plural análogo elim en las inscripciones fenicias (Ueber einige phon. Inschr., 1889, p. 17 sqq.) y Barton ha demostrado que en las tabletas de El-Amarna el plural de ilani reemplaza el modo singular más de cuarenta veces (Proceedings of the American Oriental Society, 21-23 April, 1892, pp. cxcvi-cxcix).
Elohim ha sido explicado como una forma plural de Eloah o como un plural derivado de Él. Quienes se adhieren a la primera explicación no están de acuerdo con la derivación de Eloah. En hebreo no hay una raíz como alah; pero el arabista Fleischer, Franz Delitzsch, y otros recurren al aliha del árabe, que significa “ser llenado de pavor”, “ansiosamente buscar refugio”, así que ilah (eloah) significaría en primer lugar “pavor”, y luego ser el objeto del pavor. Gen., xxi, 42, 53, donde Dios es llamado “el temor de Isaac”, e Is., viii, 13, y Ps. lxxv, 12, parecen apoyar esta posición. Pero el hecho de que aliha probablemente no es una raíz verbal independiente sino solo un denominativo de ilah, que originalmente significa ” poseído de Dios” (cf. enthousiazein, daimonan) hace más que precaria la explicación. No tiene más probabilidades la pretensión de Ewald, Dillmann, y otros, de que la raíz verbal alah significa “ser poderoso” y debe ser considerada como una forma alternativa de la raíz alah; por ende Eloah resulta de alah como El surge de alah.
Baethgen (Beitrage, 297) ha hecho notar que de cincuenta y siete incidencias de Eloah cuarenta y una pertenecen al Libro de Job, y las otras a textos tardíos o pasajes poéticos. Por tanto, está de acuerdo con Buhl en sostener que la forma singular Eloah surgió solo después que la forma plural Elohim había estado en uso por largo tiempo; en este caso, se dió un singular para un plural preexistente. Pero aún admitiendo que Elohim sea una forma anterior, hasta ahora no ha sido satisfactoriamente explicada su etimología. Los antiguos escritores judíos y eclesiásticos coinciden con muchos estudiosos modernos en derivar Elohim de El, pero hay una gran diferencia de opinión en cuanto al método de derivación. Nestle (Theol. Stud. aus Würt., 1882, pp. 243 sqq.) supone que el plural surgió de la inserción de una h artificial, como en hebreo amahoth (doncellas) de amah. Buhl (Gesenius Hebraisches Handworterbuch, 12a. ed., 1895, pp. 41 sq.) considera Elohim como una especie de forma argumentativa de El; pero a pesar del desacuerdo respecto al método de derivación, estos escritores se aúnan suponiendo que en el temprano hebreo el singular de la palabra que significaba Dios era El, y su forma plural Elohim y que solo en tiempos más recientes se acuñó la forma singular de Eloah, dando así a Elohim un correspondiente gramaticalmente correcto. Sin embargo Lagrange sostiene que Elohim y Eloah son derivados colateral e independientemente de Él.
Esta fuente de información admite que la palabra elohím puede significar dioses en un verdadero plural, o Dios como un plural de majestad o intensidad.
Ahora, veamos el Salmo 97:7 según el texto masorético hebraico: “Avergüencese todos los que sirven a la imágenes talladas, los que se glorían en los ídolos, inclínense ante Él todos los dioses (elohím)”. Note primero que el texto rechaza la adoración de ídolos, lo que implica dioses falsos. Pero después dice “inclínense ante Él todos los dioses”. No se refiere a los ídolos, pues estos no podrían inclinarse. La palabra hebrea que se tradujo dioses es elohím que es el plural de “El” o “Eloha”. La Septuaginta generalmente traduce el hebreo elohím (cuando no es plural intensivo) como qeoi, es decir, dioses. Esta es la traducción literal del hebreo al griego. No obstante, la Septuaginta no siguió tal criterio y vertió este versículo así:
proskunhsate autw panteV oiaggeloi autou
inclínense a él todos los ángeles de Él
Podemos notar que los ángeles son dioses (elohím) y así fueron considerados por los traductores de la Septuaginta, doscientos cincuenta años antes de Cristo. Sin embargo, alguien podría alegar que este fue un concepto errado de estos traductores. Para aclarar eso veamos una porción del Salmo 8:4, 5, dice así:
“¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Lo has hecho poco menor que los ángeles (aggeloi) y lo coronaste de gloria y de honra.” (Reina Valera)
Este Salmo traducido por la versión Reina Valera, ha sido tomado de la Septuaginta. Aquí se dice que el hombre fue creado por Dios un poco inferior a los ángeles. Sin embargo, el texto hebreo no menciona ángeles, sino elohím. Es decir, originalmente este Salmo que se escribió en hebreo, empleó la palabra dioses (elohím). El hombre, según este texto, fue creado inferior a los “dioses”, o seres parecidos a Dios, debido a que son espíritus. La Septuaginta vuelve a traducir elohím como aggeloi.
Sin embargo, lgunos afirman que elohím podría aplicarse al plural intensivo para Dios. Entonces aquí se traduciría: “Lo has hecho poco menos que Dios”. Esto, aunque gramaticalmente es correcto, no concuerda con la intención del texto. El apóstol Pablo citó este pasaje de la Septuaginta en su carta a los Hebreos para aplicarlo al nacimiento terrestre del Hijo de Dios. Note esta cita, de Hebreos 2:5-9:
“Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando. Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites? Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos. Todo lo sujetaste bajo sus pies”.
En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos”.
Es indudable que, después de leer lo anterior, Pablo confirma que los ángeles son considerados dioses. De otra manera él tendría que haber desaprobado la traducción de ese pasaje de la Septuaginta.
SEGUNDA PARTE:
Consideración de Juan 1:1,2.
La mayoría de las traducciones vierten de la misma manera que la versión Reina Valera el versículo 33: “porque tú, siendo hombre, te haces Dios”. ¿Estaba Jesús identificándose con Dios mismo? Veamos la traducción literal:
oti su anqrwpoV wn poieiV seauton qeon
porque tú hombre siendo te haces tu mismo dios
El sustantivo dios está en acusativo sin artículo y el contexto debe determinar si es definido o indefinido. La respuesta que Jesús da usando Salmo 82:6 que designa “dioses” a jueces humanos, permite interpretar que Jesús se clasifica como “un dios” en virtud de ser el de mayor rango por ser Hijo de Dios. Note que él usa este texto para enfatizar que es “Hijo de Dios” y no Dios. Por lo tanto, es más razonable pensar que los judíos lo acusaban de hacerse “un dios”, o uno como Dios, y no el mismo Dios.
Hay quienes insisten en que los judíos lo acusaron de blasfemo porque Jesús se autodenominaba Jehová, el Dios Todopoderoso. Esta afirmación carece de fundamento porque los líderes judíos afirmaron en Juan 19:7: “Nosotros tenemos una ley y, según nuestra ley, debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios”.
El llamarse Hijo de Dios implicaba para los judíos que Jesús era un ser divino, un miembro de la corte celestial. Por las palabras de Jesús referente a su persona y su íntima relación con Dios, al llamarlo Padre, ellos entenderían que él era primogénito de estos hijos, el mayor. Los líderes religiosos que lo acusaban estarían familiarizados con los siguientes textos de Job 38:4-7:“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia! ¿Quién dispuso sus medidas,si es que lo sabes? ¿O quién tendió sobre ella la cuerda de medir? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios?”
De este pasaje se desprende que antes que Dios terminara de formar la Tierra, ya existían hijos de Dios que observaban este acontecimiento. Es evidente que estos hijos eran seres celestiales, ángeles.
No sólo Dios posee divinidad Antes de citar los textos que prueban la divinidad de los ángeles veamos según la Nueva Enciclopedia Católica online el significado de la palabra hebrea elohím, dice así:
Elohim es el nombre común para Dios. Es una forma en plural, pero el uso de la lengua no provee soporte a la suposición que en la forma en plural de elohím aplicada al Dios de Israel tenemos los restos de un politeísmo primitivo, o cuando menos una combinación con los seres espirituales más elevados” (Kautzsch). Los lingüistas lo llaman plural de majestad o rango, o de abstracción, o de magnitud (Gesenius, Grammatik, 27th ed., nn. 124 g, 132 h). El plural etíope amlak ha llegado a ser un nombre apropiado para Dios. Hoffmann ha hecho notar un plural análogo elim en las inscripciones fenicias (Ueber einige phon. Inschr., 1889, p. 17 sqq.) y Barton ha demostrado que en las tabletas de El-Amarna el plural de ilani reemplaza el modo singular más de cuarenta veces (Proceedings of the American Oriental Society, 21-23 April, 1892, pp. cxcvi-cxcix).
Elohim ha sido explicado como una forma plural de Eloah o como un plural derivado de Él. Quienes se adhieren a la primera explicación no están de acuerdo con la derivación de Eloah. En hebreo no hay una raíz como alah; pero el arabista Fleischer, Franz Delitzsch, y otros recurren al aliha del árabe, que significa “ser llenado de pavor”, “ansiosamente buscar refugio”, así que ilah (eloah) significaría en primer lugar “pavor”, y luego ser el objeto del pavor. Gen., xxi, 42, 53, donde Dios es llamado “el temor de Isaac”, e Is., viii, 13, y Ps. lxxv, 12, parecen apoyar esta posición. Pero el hecho de que aliha probablemente no es una raíz verbal independiente sino solo un denominativo de ilah, que originalmente significa ” poseído de Dios” (cf. enthousiazein, daimonan) hace más que precaria la explicación. No tiene más probabilidades la pretensión de Ewald, Dillmann, y otros, de que la raíz verbal alah significa “ser poderoso” y debe ser considerada como una forma alternativa de la raíz alah; por ende Eloah resulta de alah como El surge de alah.
Baethgen (Beitrage, 297) ha hecho notar que de cincuenta y siete incidencias de Eloah cuarenta y una pertenecen al Libro de Job, y las otras a textos tardíos o pasajes poéticos. Por tanto, está de acuerdo con Buhl en sostener que la forma singular Eloah surgió solo después que la forma plural Elohim había estado en uso por largo tiempo; en este caso, se dió un singular para un plural preexistente. Pero aún admitiendo que Elohim sea una forma anterior, hasta ahora no ha sido satisfactoriamente explicada su etimología. Los antiguos escritores judíos y eclesiásticos coinciden con muchos estudiosos modernos en derivar Elohim de El, pero hay una gran diferencia de opinión en cuanto al método de derivación. Nestle (Theol. Stud. aus Würt., 1882, pp. 243 sqq.) supone que el plural surgió de la inserción de una h artificial, como en hebreo amahoth (doncellas) de amah. Buhl (Gesenius Hebraisches Handworterbuch, 12a. ed., 1895, pp. 41 sq.) considera Elohim como una especie de forma argumentativa de El; pero a pesar del desacuerdo respecto al método de derivación, estos escritores se aúnan suponiendo que en el temprano hebreo el singular de la palabra que significaba Dios era El, y su forma plural Elohim y que solo en tiempos más recientes se acuñó la forma singular de Eloah, dando así a Elohim un correspondiente gramaticalmente correcto. Sin embargo Lagrange sostiene que Elohim y Eloah son derivados colateral e independientemente de Él.
Esta fuente de información admite que la palabra elohím puede significar dioses en un verdadero plural, o Dios como un plural de majestad o intensidad.
Ahora, veamos el Salmo 97:7 según el texto masorético hebraico: “Avergüencese todos los que sirven a la imágenes talladas, los que se glorían en los ídolos, inclínense ante Él todos los dioses (elohím)”. Note primero que el texto rechaza la adoración de ídolos, lo que implica dioses falsos. Pero después dice “inclínense ante Él todos los dioses”. No se refiere a los ídolos, pues estos no podrían inclinarse. La palabra hebrea que se tradujo dioses es elohím que es el plural de “El” o “Eloha”. La Septuaginta generalmente traduce el hebreo elohím (cuando no es plural intensivo) como qeoi, es decir, dioses. Esta es la traducción literal del hebreo al griego. No obstante, la Septuaginta no siguió tal criterio y vertió este versículo así:
proskunhsate autw panteV oiaggeloi autou
inclínense a él todos los ángeles de Él
Podemos notar que los ángeles son dioses (elohím) y así fueron considerados por los traductores de la Septuaginta, doscientos cincuenta años antes de Cristo. Sin embargo, alguien podría alegar que este fue un concepto errado de estos traductores. Para aclarar eso veamos una porción del Salmo 8:4, 5, dice así:
“¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Lo has hecho poco menor que los ángeles (aggeloi) y lo coronaste de gloria y de honra.” (Reina Valera)
Este Salmo traducido por la versión Reina Valera, ha sido tomado de la Septuaginta. Aquí se dice que el hombre fue creado por Dios un poco inferior a los ángeles. Sin embargo, el texto hebreo no menciona ángeles, sino elohím. Es decir, originalmente este Salmo que se escribió en hebreo, empleó la palabra dioses (elohím). El hombre, según este texto, fue creado inferior a los “dioses”, o seres parecidos a Dios, debido a que son espíritus. La Septuaginta vuelve a traducir elohím como aggeloi.
Sin embargo, lgunos afirman que elohím podría aplicarse al plural intensivo para Dios. Entonces aquí se traduciría: “Lo has hecho poco menos que Dios”. Esto, aunque gramaticalmente es correcto, no concuerda con la intención del texto. El apóstol Pablo citó este pasaje de la Septuaginta en su carta a los Hebreos para aplicarlo al nacimiento terrestre del Hijo de Dios. Note esta cita, de Hebreos 2:5-9:
“Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando. Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites? Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos. Todo lo sujetaste bajo sus pies”.
En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos”.
Es indudable que, después de leer lo anterior, Pablo confirma que los ángeles son considerados dioses. De otra manera él tendría que haber desaprobado la traducción de ese pasaje de la Septuaginta.