Re: JESÚS CONCEBIDO EL 8 DE DICIEMBRE Y NACE EL 24 DE DICIEMBRE???
Kepler, quien pensaba que la estrella de los Magos era una estrella nueva, es decir una nova, similar a aquélla que él había observado en 1604. , hace notar la coincidencia de su aparición con la conjunción Júpiter-Saturno
del año 7 A.C. en modo similar a la del año 1604 D.C., relacionando la primera con el nacimiento del cristianismo y la concepción de Cristo, y la segunda con la Reforma. En forma más general Kepler indica que el gran ciclo de los 3 planetas más lentos (el equivalente del ciclo Plutón-Neptuno-Urano de los astrólogos modernos) parecía marcar las grandes fases de la historia, especialmente la bíblica.
La hipótesis del
nacimiento de Cristo durante el verano del año 7 A.C. parece la mas probable. Ha sido propuesta inicialmente por el astrólogo John Addey quien da la fecha del
22 de agosto 7 A.C., por la tarde, para la elevación helíaca de la conjunción Júpiter-Saturn
tro astrólogo, el alemán Walter Koch, propone el tema hipotético del nacimiento de Cristo para el
14 septiembre 7 A.C. a la caída del sol.
Cuando ponemos atención a ciertos hechos astronómicos, la confirmación de la tradicional fecha en diciembre es muy sorprendente.
La estrella que los magos seguían parece haber aparecido en la constelación de Coma, y que los antiguos árabes la llamaban muy apropiadamente
“El Hijo de la Virgen” que se encontraba en las cercanías de la constelación de Virgo (la Virgen). Es mas, las palabras de los magos eran muy peculiares cuando decían,
“Hemos visto SU estrella en el oriente.” No decían
“Hemos visto una estrella,” o
“una estrella extraña,” o
“una estrella nueva,” sino enfáticamente SU estrella.
Con un brillo excepcional, la estrella llamada “El Hijo de la Virgen” era definitivamente SU estrella, y se ha calculado que la constelación de Coma, la cual contiene las más brillantes de todas las estrellas, se detuvo directamente sobre la ciudad de Belén en Judea a la hora exacta de la medianoche del equinoccio de primavera, 22 de marzo, 4 B.C., el año probable en que nació Jesús.
¿Quiere eso decir que Jesús nació el 22 de marzo? ¡Por supuesto que no! Los magos no visitaron al niño recién nacido en el pesebre, tal como lo habían hecho los pastores de los campos cercanos a la ciudad. Un número de eventos y un considerable período de tiempo debió haber pasado entre su nacimiento y la visita de los magos. De hecho, el niño ya no estaba en el establo cuando ellos llegaron a Belén, sino
“en la casa” (comparar Lucas 2:7 con Mateo 2:11).
No hay nada en el escrito bíblico que indique que la visita de los magos haya ocurrido inmediatamente después del nacimiento. Debió haber sucedido algún tiempo después. Si la excepcional extrella, SU estrella, estaba directamente sobre Belén en la medianoche, 22 de marzo, 4 B.C., ¿en dónde se encontraba tres meses anteriores, en diciembre? La respuesta es que se encontraría ascendiendo en el horizonte de oriente a la medianoche. Al recordar las palabras de los magos cuando llegaron a Jerusalén,
“Hemos visto SU estrella en el oriente” (Mt. 2:2), eso da apoyo substancial a la fecha de diciembre para el nacimiento.
Es más, nueve meses antes del nacimiento, la constelación de Virgo la Virgen se encontraba (también a la medianoche) en el meridiano de la ciudad de Nazareth, que era donde la virgen María vivía entonces, y ese sería indudablemente el tiempo preciso cuando el ángel Gabriel anunció a María que ella sería la madre del Mesías.
En Mateo 2:16 se nos dice que Herodes mandó a matar a todos los niños de Belén y sus alrededores
“de dos años para abajo” según el tiempo que había averiguado de los magos. Cabe aquí preguntar, ¿porqué de dos años para abajo?
Según Dean Farrar y J. A. Seiss, hubo una conjunción de dos planetas mayores, Júpiter y Saturno, en el año 6 B.C., dos años después del nacimiento de Jesús. Es más, hubo por lo menos tres conjunciones en un período de doce meses, y el tercero tuvo que ver con el planeta Marte a principios de diciembre. En tiempos antiguos, se creía que las conjunciones anunciaban el nacimiento de alguien notablemente grande.
Kepler fue el primer científico moderno en calcular retrogresivamente los movimientos de esos planetas y de verificar las conjunciones ocurridas en el año 6 B.C. El hecho de que sucedieron tres conjunciones hizo que los magos creyeran en el inminente nacimiento de alguien más grande que los demás.
Seiss señala que en los tiempos antiguos se daba particular atención a la constelación de Piscis los Peces, en la cual las conjunciones ocurridas eran especialmente conectadas con el particular pueblo de Dios, o sea, Israel. En todos los eventos, los magos conectaron el nacimiento esperado con la tierra de Israel y su capital a la que se dirigieron.
A. C. Custance ha presentado evidencia que los magos provenían del sur de Arabia en donde el judaismo tenía considerable influencia. Tal parece que estos magos poseían un alto grado de conocimiento en relación a las escrituras del Antiguo Testamento, y la promesa ahí contenida del advenimiento del Mesías a Israel. A su llegada a la ciudad, lo primero que preguntaron fue
“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos SU estrella en el oriente y hemos venido a adorarle” (Mt. 2:2). El rey Herodes los cuestionó sobre el asunto, y parece que ellos le informaron no sólo sobre la estrella brillante, SU estrella, sino también de la significante conjunción de planetas hace dos años, lo cual indicaba que el nacimiento había sucedido dentro de un período de dos años.
Sabiendo por medio de los escribas que Belén era el lugar de nacimiento del Mesías, Herodes envió a los magos a esa ciudad. Está claro que los magos no esperaban que la estrella aparecería inmediatamente sobre la ciudad a la que ellos se aproximaban, porque cuál no sería su alegría, la estrella al hacer su lento pero seguro ciclo a través del cielo tal como se desplazan las estrellas, apareció exactamente sobre el sitio al que se dirigían. La estrella que habían visto en el oriente ahora “iba delante de ellos” o sea, se estaba desplazando por encima de Belén al acercarse ellos a la ciudad,
“hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño” (Mt. 2:9) encontrándolo no como un recién nacido en pañales, sino como un niño ya más grandecito.
Manuel sm; saludos de paz a todos.
Manuel sm; saludos de paz a todos.
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