Pluma de Ícaro
"Dios trata con el Hombre, cuando hace a un lado al Ángel."
Mat. 4:5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
4:6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, y,
En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.
4:7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
De la abertura subió un hilo
como de humo saliendo
por las cañadas.
Se encendió el fuego.
En un jardín y por un huerto
-algo disparejo-
Y todo un Amazonas sin río
es para la gente dichosa.
A ver... pero, ¿qué es esto?
Pluma de Ícaro...
quizás es la de un último
Ángel Caído. Porque de ti
yo se lo que eras en silencio.
Luego que un ojo se nos volvió monitor
el sol en su vorágine va pasando con su
scanner
que con cada movimiento nos fluye y se refluye
luego vi, formarse las pantallas en el plano horizontal
para cumplirse en lo que se termina el Libro.
Éste, al oído del hermano de Abel...
¡qué breve fue la orden de su susurrar! qué terminante.
Cometas dirigidos en contra de pajaritos con coro de alelíes.
Descubierto, pertrechado, ¡no te muevas estás rodeado!
Fue tomada y el creído como siempre no ha pensado
¿qué tan fuerte ha de ser su sacudida?
Que tanto así no van cuadrar las cuentas.
e irán desde su ímpetu cayendo en todo caso.
Desde mi distrito he podido con la elegancia
de un Némesis,
porque no he querido
verme como soy victorioso y triunfante.
"Niña del verano que inundas de luz lo que no
destellé. Pónme un beso cercano a la risa y pónme otro beso
en lo que no seré. Qué te lleve el sol que te lleve vencida en su red."
Estos otros versos de Amaury
me comprueban lo que siento y de ángeles entiendo.
Que el hombre siempre quiso ser bueno y como no se pudo,
tuvo que ser malo necesariamente: Rom. 7:19
"Porque no hago el bien que quiero,
sino el mal que no quiero, eso hago."
Ignacio Rodríguez Galván.
Sin excepción ha resultado ser un imposible.
"Dios trata con el Hombre, cuando hace a un lado al Ángel."
Mat. 4:5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
4:6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, y,
En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.
4:7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
De la abertura subió un hilo
como de humo saliendo
por las cañadas.
Se encendió el fuego.
En un jardín y por un huerto
-algo disparejo-
Y todo un Amazonas sin río
es para la gente dichosa.
A ver... pero, ¿qué es esto?
Pluma de Ícaro...
quizás es la de un último
Ángel Caído. Porque de ti
yo se lo que eras en silencio.
Luego que un ojo se nos volvió monitor
el sol en su vorágine va pasando con su
scanner
que con cada movimiento nos fluye y se refluye
luego vi, formarse las pantallas en el plano horizontal
para cumplirse en lo que se termina el Libro.
Éste, al oído del hermano de Abel...
¡qué breve fue la orden de su susurrar! qué terminante.
Cometas dirigidos en contra de pajaritos con coro de alelíes.
Descubierto, pertrechado, ¡no te muevas estás rodeado!
Fue tomada y el creído como siempre no ha pensado
¿qué tan fuerte ha de ser su sacudida?
Que tanto así no van cuadrar las cuentas.
e irán desde su ímpetu cayendo en todo caso.
Desde mi distrito he podido con la elegancia
de un Némesis,
porque no he querido
verme como soy victorioso y triunfante.
"Niña del verano que inundas de luz lo que no
destellé. Pónme un beso cercano a la risa y pónme otro beso
en lo que no seré. Qué te lleve el sol que te lleve vencida en su red."
Estos otros versos de Amaury
me comprueban lo que siento y de ángeles entiendo.
Que el hombre siempre quiso ser bueno y como no se pudo,
tuvo que ser malo necesariamente: Rom. 7:19
"Porque no hago el bien que quiero,
sino el mal que no quiero, eso hago."
8
Y desplómese el cielo sin quicio,
guerra se hagan los astros chocando,
y la muerte risueña imperando
el infierno aniquile también.
Suspendiendo yo entonces mi vuelo,
adurmiéndome al ronco estallido,
de los cielos el !ay! dolorido
mi alma fiera henchirá de placer.
Y desplómese el cielo sin quicio,
guerra se hagan los astros chocando,
y la muerte risueña imperando
el infierno aniquile también.
Suspendiendo yo entonces mi vuelo,
adurmiéndome al ronco estallido,
de los cielos el !ay! dolorido
mi alma fiera henchirá de placer.
Ignacio Rodríguez Galván.
Sin excepción ha resultado ser un imposible.