Según lo prometido, allí van algunos comentarios.
Bendiciones,
Jetonius
(Aníbal)
Cada día estoy mas convencido de que Jesucristo no fue un personaje histórico real.
(Jetonius)
Sería interesante que compartiese las bases de esta convicción personal.
(Aníbal)
Está plenamente acreditado que el texto de Josefo de las “Antigüedades de los Judíos” fue una interpolación encaminada a dar base histórica a la vida de Jesús.
(Jetonius)
Supongo que se refiere a Antigüedades 18. ¿Cuándo y cómo se acreditó que fuese una interpolación?
(Aníbal)
Siendo esta la única baza de los defensores se su historicidad, solo queda asomarse a la historia del cristianismo, al primer cristianismo, el cristianismo gnóstico barrido mas tarde por el cristianismo oficial.
(Jetonius)
Las bazas de los defensores de su historicidad son un poquito más amplias que la del Testimonium Flavianum, importante como éste pueda ser. Incluyen en primer lugar los propios documentos del Nuevo Testamento, que no se pueden descartar de un plumazo. En segundo lugar el testimonio de los autores cristianos postapostólicos. En tercer lugar fuentes no cristianas como el testimonio de Tácito; el de Suetonio; el de Plinio el joven, el de los emperadores Trajano y Adriano; el ya citado de Josefo; el del Talmud, y varios otros más tardíos.
Tomada en conjunto, la evidencia acerca de la historicidad de Jesús es mucho más fuerte que para otros antiguos de cuya existencia histórica nadie duda. De modo que negarle existencia histórica a Jesús de Nazareth surge como una decisión arbitraria, no de un examen desapasionado de la evidencia disponible.
(Aníbal)
Solo queda, pues, enlazar la historia de Jesús con la estructura de los grandes mitos pérsicos, egipcios, mesopotámicos y griegos, con las religiones de los misterios y, correlativamente, con los dioses Osiris, Dionisos, Mitra, Attis, Adonis, Baco, entre otros.
(Jetonius)
Lo de “sólo queda” supone que se da por demostrado precisamente la premisa. Pero ello por cierto no ha ocurrido. Tan sólo hay hasta aquí afirmaciones dogmáticas carentes siquiera de un remedo de discusión, para no hablar de pruebas.
Antes de proseguir, es importante efectuar algunas observaciones concernientes al método histórico, que servirán de marco.
1. Cuando se establece una presunta similitud entre dos religiones (en el presente caso, entre el cristianismo y ciertas religiones paganas de la cuenca del Mediterráneo) es importante precisar el grado de la similitud.
2. También es necesario establecer con claridad cualesquiera diferencias puedan existir.
3. Si se pretende establecer una relación de parentesco o derivación entre una y otra religión (por ejemplo, la existencia de elementos tomados del mitraísmo en el cristianismo) no basta con señalar semejanzas y diferencias, sino que debe mostrarse, sobre la base de la evidencia histórica disponible, de qué modo un culto puede haber derivado del otro.
Examinadas las afirmaciones que hace Aníbal aquí, noto que ninguno de estos criterios se cumple adecuadamente. Por tanto, las relaciones que quiere establecer entre la historia de Jesús y las religiones que menciona no pasan de ser expresiones de deseo.
(Aníbal)
Veamos las similitudes una por una:
EL SALVADOR: Jesús el el Salvador del género humano, Dios hecho hombre, el Hijo de Dios igual al padre, exactamente igual que Osiris, Dionisos, Mitra, Adonis, etc
(Jetonius)
Me llaman la atención las osadas palabras “exactamente igual”. Para no extenderme innecesariamente, me limitaré a las cuatro divinidades que efectivamente menciona.
Osiris. Tal como fue conocido en el Imperio Romano, el culto a Osiris (= Serapis) estaba indisolublemente unido al de Isis. El culto fue introducido al mundo helenístico por Ptolomeo I a fines del siglo IV a.C. Calígula fue el primer emperador romano en construirle un templo. La leyenda de Osiris, narrada por Plutarco, dice que Osiris era un rey cuyo hermano menor, Timón (= Seth) lo encerró en un cofre y lo arrojó al Nilo. Isis, “esposa” o “hermana” de Osiris, lo busca hasta hallarlo en Biblos. Timón hizo cortar el cadáver en catorce partes y diseminarlas. Isis pudo reunir los pedazos, y tras recomponerlos logró que Osiris volviese a la vida como dios y rey del mundo subterráneo. Isis engendró de Osiris redivivo un hijo, Horus, quien finalmente vengaría el asesinato de su padre.
El culto a Isis se realizaba principalmente en dos fiestas anuales: las Isia entre el 26 de octubre y el 3 de noviembre. La otra fiesta principal se efectuaba el 5 de marzo, cuando se reanudaba la navegación, de la cual era Isis la divinidad tutelar. Como ocurre con las otras divinidades “muertas y resucitadas”, el mito de Osiris se vinculaba con la “muerte y resurrección” periódicas de la naturaleza, enfoque que no tiene absolutamente nada que ver con la única e irrepetible muerte y resurrección de Jesús. Además, si este culto hubiese influenciado al cristianismo, es interesante que todo lo referente a Isis, quien en el fondo era la divinidad central del culto de origen egipcio, hubiese sido expurgado.
Dioniso. Se desconoce el origen preciso de la religión dionisíaca. Hacia el siglo V adoptó una forma de misterio. Dioniso es el dios de la naturaleza libre y salvaje. Se relaicionaba con los ciclos de florecimiento y maduración. Sus símbolos eran el vino, el macho cabrío y el falo. Dioniso, que se popularizó en el imperio romano como Baco, está siempre rodeado de mujeres.
El dios habría nacido de la unión de Zeus con la mortal Sémele. Estando embarazada, fue alcanzada por un rayo de Zeus y carbonizada. El padre de los dioses extrajo el bebé aún prematuro, y lo hizo madurar (por eso a Dioniso se lo llama el “nacido dos veces”). Dioniso fue custodiado por las ninfas, pero los titanes, por influencia de Hera, lo despedazaron y devoraron. Palas salvó, empero, el corazón del niño, a partir del cual Zeus le dio nuevamente vida. Dioniso desposó a Ariadna en Cnosos. Se dice que fue al Hades a buscar a su madre y a su esposa. De nuevo, Dioniso es el que periódicamente desaparece y retorna, el que muere y renace. Es básicamente un culto de fertilidad, no extento de excesos y orgías.
Mitra. Era originalmente la divinidad solar indo-iraní (en la India conocida como Mitra, hijo de Aditi, diosa de la infinidad). Era una divinidad amistosa, que recorre el cielo en su carroza según el Rigveda. Si bien llegó a ser popular en Asia menor, no logró gran número de seguidores en Grecia (que rechazaba la cultura persa). En cambio, tuvo gran éxito en Roma.
“A medida que los misterios de Mitra entran en escena en el Imperio Romano, su iconografía es la del aspecto cósmico (la escena del dios dando muerte al toro); en particular, Mitra es asimilado a Perseo, el legendario héroe griego. Hijo de Zeus y Dánae, Perseo fue el matador de la gorgona Medusa, y el rescatador y esposo de Andrómeda; el hijo de ellos fue Persés, de quien los persas tomaron su nombre (Herodoto 7.61).”
Jack Finegan, Myth and Mystery. An iontroduction to the Pagan Religions of the Biblical World. Grand Rapids: Baker Book House, 1989, p. 204)
La religión de Mitra estuvo estrechamente asociada con la astrología. En Asia Menor reunió elementos sincretísticos que configuraron hacia el siglo I a.C., los misterios de Mitra. Los santuarios a Mitra eran típicamente subterráneos (cavernas o criptas = spelaum]/i], crypta). Mitra habría nacido de una piedra, en una caverna. En la iniciación a los misterios, el adepto era bañado en la sangre de un toro sacrificado, cuya carne luego compartía en un banquete ritual. Puede que el sacerdote pronunciase las palabras “Salvaste a los hombres con el derramamiento de sangre eterna”, pero no se refiere a la sangre de Mitra, sino a la del toro.
Como dije, el culto de Mitra, mayor o exclusivamente reservado a los varones, se hizo muy popular entre los romanos y, siendo un dios guerrero, entre los soldados, llegando a ser el dios tutelar de las legiones romanas. Existían siete grados de iniciación a los misterios, cada uno de los cuales estaba bajo la protección de un planeta. El emperador Diocleciano lo elevó a la categoría de dios del estado y era considerado el defensor del imperio. Su principal celebración correspondía al 25 de diciembre, el natalicio del Sol invictus.
Adonis. Es el dios fenicio de la vegetación, y hacia el siglo VII a.C. su principal santuario se hallaba en Biblos. Adonis habría sido el amante de Afrodita. Fue herido de muerte por un jabalí, lo cual sume en duelo a la diosa y con ella a toda la naturaleza. El dios moría sólo para resucitar a cada año. La principal fiesta se realizaba en dos días sucesivos, en el verano. Se trata, una vez más, de un culto relacionado con los ciclos naturales.
(Aníbal)
LA CUEVA: Jesús nace en una cueva el 25 de Diciembre o el 6 de enero, según la versión pérsico-romana (Mitra) o egipcia-alejandrina (Dionisos, Eón y Osiris).
(Jetonius)
Ni en los Evangelios ni en el resto del Nuevo Testamento se da la fecha del nacimiento de Jesús. Tampoco los Padres Apostólicos tratan de este tema. La especulación cristiana referente al natailicio de Jesús data del siglo III. Clemente de Alejandría sugirió el 20 de mayo. La celebración no fue generalizada sino hasta el siglo, IV, lo cual sería incomprensible si la supuesta relación con misterios paganos fuese cierta. La primera noticia de la celebración el 25 de diciembre aparece en 336 en el calendario Filocaliano, en Roma. Probablemente la fecha se propuso en oposición al día de Mitra (Natalis Solis Invicti) que ya mencioné. En el Oriente la fecha del 6 de enero puede conectarse con la Navidad sólo a partir de la segunda parte del siglo IV, de modo que se aplica lo mismo dicho sobre el 25 de diciembre. Estas celebraciones fueron fijadas tardíamente y en modo alguno pueden trazarse a los orígenes del cristianismo.
(Aníbal)
Según los Evangelios, Jesús nace en un establo. No obstante, la palabra que suele traducirse por “establo” en los evangelios es “Katalemna” que literalmente significa refugio temporal o cueva. La cueva representa el vientre de la madre tierra. Sabemos de cuevas consagradas al dios Pan, Mitra nació en una cueva, Zeus nació en una cueva en Creta.
(Jetonius)
Supongo que la palabra griega a la que hace referencia es kataluma (Lucas 2:7) que significa lugar de parada, posada, albergue, no “cueva” (aunque cabe pensar que una cueva podría constituir un lugar de parada). Es el mismo vocablo que se emplea con referencia al “aposento alto” donde Jesús celebró la última cena (Marcos 14:14; Lucas 22:11).
De todos modos, las especulaciones que hace se van por la alcantarilla cuando se nota que Lucas dice que no había lugar para José y María en el albergue (kataluma). Por el contrario, dice no una sino tres veces que el Señor nació y yació en un pesebre, griego fatnê.
(Aníbal)
EL BAUTISMO: El rito del bautismo es muy antiguo y procede de la antigua ciudad sumeria de Eridú, del dios del agua Ea. En el período helenístico, Ea fue llamado Oannes, que en griego se traduce como Ioannes, en latín Johannes, en hebreo, Yohanam, en español, Juan. En vista de lo cual, varios estudiosos han sugerido que nunca existieron Juan ni Jesús, sino un dios del agua y un dios del sol.
(Jetonius)
Existen lavamientos rituales en muchas religiones paganas. Sin embargo, en el caos del bautismo cristiano, los antecedentes inmediatos son los lavamientos rituales del judaísmo, los practicados en Qumran (esenios) y el bautismo de Juan. El nombre “Juan” es la forma española del hebreo Yojanan, “Yahveh ha mostrado gracia” y era un nombre bastante común en tiempos de Jesús, de modo que mal puede vinculárselo con mitos sumerios.
Me gustaría saber quiénes son los “varios eruditos” que han sugerido la hipótesis que señala, y sobre qué bases.
Por lo demás, es cierto que existía un dios sumerio llamado Enki (En= Señor; ki = de abajo; dios de la tierra y de los manantiales), que en acadio se llamaba Ea y cuyo culto se centraba en Eridú. Enki es el dios de la productividad de la tierra y, ya que el agua ablanda la arcilla, también de los artistas y artesanos (se le apoda Nudimmud, “el que da forma”). Mucho más tarde, se le atribuye en Mesopotamia al horrible monstruo marino Oannes las mismas funciones que los sumerios atribuían a Enki, según lo atestigua Beroso, sacerdote de Bel en el siglo III a.C.
“En Babilonia se había instalado una masa de gentes extrañas y en la tierra de los caldeos vivían como bestias salvajes ... En el primer año se presentó en el Mar Rojo, en medio del territorio babilónico, un horrible monstruo cuyo nombre era Oannes, que enseñó a los hombres la escritura y las múltiples actividades artísticas, la construcción de las ciudades y la edificación de templos, así como a cosechar cereales y frutos, y todo aquello que concierne a la humanización de la vida lo transmitió a los hombres. Y a la puesta del sol volvía a sumergirse en el mar para descansar en la noche ...”
Que estos mitos tengan relación con la historia de Jesús y Juan el Bautista parece muy poco plausible. Además habría que mostrar cómo el nombre de Jesús corresponde al de un dios solar...
(Aníbal)
Al examinar la historia de Juan el Bautista y de Jesús, comprobamos que nos adentramos en un terreno mitológico. Se trata de historias de vidas paralelas: Juan nace de una mujer vieja, Jesús nace de una mujer joven. La madre de Juan es estéril, la madre de Jesús no es fecundada. Juan nace en el solsticio de verano, cuando el sol empieza a menguar. Jesús nace seis meses después, en el solsticio de invierno, cuando el sol empieza a crecer de nuevo, de ahí que el Bautista diga: “Es preciso que el crezca y que yo mengüe. Juan nace bajo el signo de Cáncer, que para los antiguos representaba la puerta que cruzaban las almas al salir a la encarnación y entrar en la inmortalidad. Juan bautiza con agua y Jesús con fuego y espíritu. El nacimiento de Jesús se celebra en la fiesta pagana del sol naciente, el 25 de diciembre, el de Juan se celebra en Junio y sustituye a una fiesta pagana del agua que se celebraba en el solsticio de verano.
(Jetonius)
Sin duda hay semejanzas y diferencias entre la concepción, desarrollo y ministerio de ambos primos. Sin embargo, toda la conexión mitológica y astrológica se derrite como la nieve al sol cuando se recuerda que los documentos del Nuevo Testamento no nos informan de las respectivas fechas de nacimiento, no establecen ninguna significación astrológica, y de hecho no les otorgan importancia alguna. Nuevamente se trata de especulaciones sin base factual.
(Aníbal)
PARENTESCO ENTRE JESÚS, DIONISOS Y BACO: Según la mitología, el milagro de transformar el agua en vino tuvo lugar por primera vez en las bodas de Dionisos y Ariadna. El mismo milagro se atribuye a Jesús en las Bodas de Canaán.
(Aníbal)
EL MILAGRO PENTECOSTAL DEL DON DE LENGUAS: Después de la muerte de Jesús los discípulos empezaron a hablar milagrosamente lenguas extrañas que las otras personas oían como su propia lengua nativa. El mismo fenómeno se había producido cinco siglos antes en Trofonio y Delos, donde a algunas personas les pareció que las sacerdotisas de los oráculos hablaban de forma ininteligible mientras que a otras personas les parecía oírlas hablar en su propia lengua nativa.
(Jetonius)
Las descripciones de lenguaje extático son relativamente comunes en las religiones comparadas y en algunos casos tienen semejanza a lo que el Nuevo Testamento describe como “hablar en (otras) lenguas”.
“Religión griega. La religión délfica y pitia de Grecia entendía el comportamiento y el lenguaje extásico como evidencia de inspiración divina por Apolo. Descrita en la literatura griega por los términos ektasis y mantis (cf. el español “mancia”), este comportamiento puede proveer un trasfondo para explicar el malentendido corintio acerca de hablar en lenguas. Plutarco (Moralia 432, 438, 758) describió al oráculo de Delfos como una adivina que buscaba inspiración divina que la capacitase para hablar de manera extásica. Una segunda persona, un intérprete (profêtês, profeta), se paraba a su lado para hacer inteligible a los clientes lo que la adivina había recibido por insipración (cf. Platón, Timaeus 71s). Las lenguas sin interpretación en Corinto eran aparentemente entendidas como indicación suficiente de la posesión por el Espíritu, y por tanto de espiritualidad (1 Cor 14:4-6, 37s).”
C.M. Robeck, Jr. Tongues, Gift of. En G.W. Bromiley, Ed. International Standard Bible Encyclopedia. Grand Rapids: Wm.B. Eerdmans, 1988; 4: 872).
En tanto que en Delfos la expresión extática estaba reservada a la pitonisa y requería de un intérprete, en Pentecostés el Espíritu se derrama sobre todos los discípulos. La defensa de Pedro , sobre la base de la profecía de Joel 2:28-32, muestra que no se trataba de expresiones extásicas ininteligibles, sino de un milagro que hizo posible la profecía a cada cual en su propia lengua.
(Aníbal)
LOS DOCE APÓSTOLES: Los doce apóstoles de los que Jesús se rodea se suele interpretar como una referencia simbólica a las doce tribus de Israel. Sin embargo, este número es una referencia simbólica a los doce signos del zodiaco babilónico. Osiris, Dionisos y otras deidades aparecen representadas como el inmóvil centro espiritual en torno al cual giran los doce signos zodiacales. Durante la ceremonia de iniciación en los misterios de Mitra, doce discípulos rodeaban al dios-hombre, igual que en el caso de Jesús. Si indagamos aún mas en el valor mágico del número doce, podremos advertir que forma parte de la geometría sagrada del sistema pitagórico. Pitágoras concibió a Dios como una esfera perfecta y descubrió que para que una esfera quedase en el centro de otras idénticas en tamaño, doce habían de ser las que la rodeasen..
(Jetonius)
La conexión astrológica se presenta sin sustento probatorio, al igual que la relación con la geometría pitagórica. No hay datos bíblicos ni del Nuevo Testamento que apoyen tales relaciones. Sin duda pueden hallarse ciertos números, como siete o doce, en otras religiones, pero la conexión con las doce tribus de Israel es explícita en el Nuevo Testamento, mientras que las otras no (Mateo 19:28; Lucas 22:30; Apocalipsis 21:12-14)
(Aníbal)
LA ENTRADA EN JERUSALÉN A LA GRUPA DE UN ASNO: Según relatan los evangelios Jesús entra en Jerusalén montado en un asno en olor de multitudes que tienden ramas en su camino. También el dios Dionisos aparece subido en un asno en el camino que le conduce a la pasión. En Atenas, cuando los peregrinos caminaban por la vía sagrada a Eléusis con la intención de celebrar allí los misterios un pollino portaba un cesto que contenía los enseres sagrados con los que se iba a crear el ídolo de Dionisos.
(Jetonius)
Sin duda el asno fue un animal de carga y de transporte muy empleado en la antigüedad especialmente en tiempo de paz; además el animal que tradicionalmente acompañaba a Baco es el macho cabrío. Los relatos del Nuevo Testamento afirman que en la entrada de Jesús en Jerusalén se cumple una profecía de Zacarías.
(Aníbal)
LA CONDENA DEL HOMBRE JUSTO E INOCENTE: Los Evangelios presentan a Jesús como a un hombre inocente y justo que, por instigación de los sumos sacerdotes judíos, es objeto de acusaciones espurias y llevado ante la presencia del cónsul romano Pilatos para ser condenado a muerte. El mismo tema mitológico lo podemos encontrar cinco siglos antes en la obra de Eurípides “Las Bacantes”, pero refiriéndose en este caso a Dionisos. Al igual que Jesús en Jerusalén, Dionisos es un forastero tranquilo que trae una religión nueva. En “Las Bacantes” el Rey Penteo es un tirano que no cree en Dionisos ordenando a sus esbirros que prendan al hombre-dios.
(Jetonius)
Pero las acusaciones que, según Eurípides, Penteo lanza contra Dioniso, son muy diferentes que las esgrimidas por los judíos contra Jesús. Además a Penteo le sale el tiro por la culata.
Por lo demás, que sea un “tema mitológico” en el caso de Jesús es una afirmación no demostrada (ver más abajo).
(Aníbal)
EL PAN Y EL VINO: Antes de morir, Jesús celebra una última cena simbólica que consiste en pan y vino. En “Las Bacantes” Eurípides llama al pan y al vino “los dos poderes que son supremos en los asuntos humanos”. Los antiguos creían que el dios-hombre mistérico había enseñado a la humanidad el arte de cultivar el trigo y la vid para producir pan y vino. La idea de comulgar con la divinidad comiéndola es un rito tan antiguo que se encuentra en el “Libro de los Muertos” de los egipcios, en el que los difuntos se comen a los dioses y se apropian así de sus poderes. Beber vino en los ritos de Dionisos es comulgar con el Dios y tomar su poder y su presencia física en tu cuerpo. En los ritos eucarísticos cristianos se afirma que Jesús se convierte simbólicamente en el vino que bebe quien participa en ellos. Eurípides decía que Dionisos se convierte en el vino y es escanciado como ofrenda.
(Jetonius)
Antes de morir, Jesús celebra una cena pascual, conforme a la enseñanza de la Ley de Moisés y no a ninguna religión griega. Después de la cena, Jesús instituye la conmemoración del pan y del vino. Por cierto que la eucaristía careció desde el principio de las connotaciones orgiásticas del culto a Dioniso.
(Aníbal)
EL SACRIFICIO DEL HIJO DE DIOS: Generalmente se suele creer que Jesús murió en la Cruz, aunque la palabra que en el Nuevo Testamento se traduce por “cruz” tiene el significado de “poste”. En los Hechos de los Apóstoles Pedro no dice que Jesús fuera crucificado, sino que lo habían matado “colgándolo de un madero”.
(Jetonius)
La palabra griega stauros tiene varios significados, entre ellos “estaca”, “viga”, “poste” y “cruz”. Por tanto, la palabra en sí no permite conocer exactamente el significado. La crucifixión fue sin embargo, empleada por Alejandro Janeo contra 800 fariseos en el siglo I a.C. Los romanos copiaron la práctica de persas o cartagineses, y la empleaban como una forma particularmente ejemplificadora de ejecución. Estaba reservada a los peores reos de las provincias del imperio. En tiempo de Herodes, Quintilio Varo la empleó en Judea contara lgunos rebeldes.
“El castigo por crucifixión era visto como una medida disciplinaria para la mantención de la autoridad existente, entendido más como un disuasivo que como una retribución ... con toda probablididad el staurus tenía una viga transversal. Según la práctica romana ... primero estaba la convicción legal ... el hombre condenado llevaba el patibulum (viga transversal) al sitio ... La expresión “llevar la cruz” que era una expresión típica del castigo de los esclavos, tiene su origen aquí. En el lugar de la ejecución, la víctima era desnudada y azotada ... El hombre era atado con los brazos extendidos en la viga transversal. El uso de clavos sólo está testimoniado en casos aislados ... la víctima era luego fijada a la estaca con la viga transversal. La muerte llegaba lentamente después de una extraordinaria agonía, probablemente por agotamiento o sofocación.”
(E. Brandenburger, Cross. En C. Brown , Ed. New International Dictionary of New Testament Theology. Grand Rapids: Zondervan, 1975, 1:392-393).
En 1968 se halló en un osario al norte de Jerusalén el cadáver de un hombre en el cual cada antebrazo había sido atravesado por un clavo, y un tercer clavo, aún en posición, había atravesado ambos tobillos.
Los textos de Hechos (5:30; 10:39) y Gálatas 3:13 que se refieren al procedimiento como “colgar de un madero” (xylon) son una descripción imprecisa pero no errónea del procedimiento.
(Aníbal)
En la representación de la pasión de Attis (dendroforía) este era representado como la imagen de un hombre atada a un pino.. En los misterios de Dionisos colgaban en un poste de madera una gran máscara barbuda que representaba al dios hombre. Jesús es coronado con una corona de espinas, Dionisos es coronado con hiedra. A Jesús lo cubren los soldados con un manto escarlata, a Dionisos también. Jesús muere al lado de dos ladrones, uno de los cuales sube al cielo, mientras que el otro va al infierno. En los misterios de Mitra se representa a este acompañado de dos figuras, dos portadores de antorchas, una de ellas apunta con su antorcha hacia arriba, que significa la ascensión al cielo, otra apunta con su antorcha hacia abajo, lo cual significa el descenso a los infiernos.
(Jetonius)
Los ladrones reciben su destino a causa de su actitud hacia Jesús. Dioniso viste una corona de hiedra como un adorno, no como un castigo. Attis, el joven consorte de Cibeles, es una divinidad secundaria como consorte de Cibeles. Una vez muerto, se transformó en pino, por lo cual éste era el árbol sagrado del culto a Cibeles, en el cual los árboles tenían un papel destacado. Su fiesta principal en Roma se realizaba entre el 15 y el 27 de marzo. Más tarde Attis fue identificado con Adonis, Baco (Dioniso), Pan, Osiris y Mitra; muestra clara de sincretismo que, sin embargo, falta completamente del cristianismo primitivo.
(Aníbal)
La cruz fue un símbolo sagrado para los antiguos. Sus cuatro brazos representaban los cuatro elementos del mundo físico: tierra, aire, agua y fuego. El Padre de la Iglesia Arnobio se escandalizaba al ver que en los misterios de Dionisos los iniciados se pasaban una cruz sagrada de unos a otros. Algunos jarrones de la época ilustran a Dionisos colgado de una cruz. Se ha hallado un talismán que reproduce a un hombre crucificado al cual identificaríamos fácilmente con Jesús a no ser por la inscripción que reza bajo la figura: “Orfeo-Bakkikos”.
(Jetonius)
Totalmente de acuerdo. La cruz en diversas formas, incluidas la anxata y gamada, fue un símbolo en diversas religiones, pero siempre indicando fuerzas naturales. En el caso del cristianismo, la cruz devino un símbolo a causa no de representar fuerzas cósmicas, sino la muerte del Señor por los pecados del mundo.
(Aníbal)
EL CHIVO EXPIATORIO DIVINO: La tradición cristiana asegura que Jesús murió por el perdón de los pecados del mundo. Muchas son las culturas que han usado el mismo motivo del chivo expiatorio con el fin de alejar los males y demonios de la comunidad. Existe una inscripción que reza: “¡Tú nos has salvado al derramar la sangre eterna!” No se refiere a Jesús, sino a Mitra. Hay otra inscripción que dice “¿Te han sacrificado? ¿Dicen que has muerto por ellos? ¡No has muerto! ¡Vives eternamente! ¡Eres Nuestro Señor, vivo y joven eternamente!” Tampoco se refería a Cristo, sino a Osiris.
(Jetonius)
La sangre que derrama Mitra es la del toro, no la propia. El mito de Osiris, como ya se vio, tiene que ver, como la mayoría de estos cultos, con los ciclos naturales. En obvio contraste, Jesús murió una sola vez por los pecados del mundo.
A modo de comentario general, quisiera recalcar nuevamente que el mero acopio de semejanzas superficiales, sin un examen cuidadoso de las diferencias, no permite establecer parentescos o dependencias.
Además, para ser tomadas seriamente tales relaciones deberían mostrar de manera al menos plausibles cómo llegaron al cristianismo en primer lugar.
La fe cristiana nació en el entorno judío de Palestina en el primer siglo, un ambiente notablemente hostil a las religiones paganas. Imaginar cómo semejante caudal de mitos pudieran haberse introducido en mentes judías palestinas es un desafío a la imaginación.
Por lo demás, en toda la exposición Aníbal ha ignorado alegremente una diferencia fundamental entre las religiones paganas y el cristianismo. Mientras que los mitos paganos carecen por completo de historicidad, es decir, no pueden ser localizados en un contexto temporal y espacial, sino que, como los cuentos infantiles, podrían bien comenzar con “había una vez”, no ocurre otro tanto con el cristianismo. En los relatos neotestamentarios encontramos referencias concretas a personas (Herodes, Arquelao, Tiberio, Pilato, Caifás, Claudio, etc), lugares (Nazaret, Belén, Jerusalén, Capernaum, Corinto, Antioquía de Siria y de Pisidia, Éfeso, Galacia, Roma, etc) y a acontecimientos históricamente comprobables.
Comparar los mitos paganos con la historia neotestamentaria es, pues, metodológicamente incorrecto, para decirlo suavemente.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria