Al parecer don Jaimito estaba harto de su manipuladora esposa:
“Puedes estar segura que ninguna de estas cosas me hunden ni en la medida de un cabello. Me gustaría encontrarme contigo y con Mary en el congreso de Kansas,s
iempre y cuando me trates al mismo nivel que tú misma, a no ser que tengas una directa revelación del Señor. Estaré contento de trabajar contigo, pero pienso que si se me ha dado la responsabilidad de supervisartoda la obra,sería incorrecto si dependiera de las opiniones privadas de cualquier otra persona. En ese caso estaría dependiendo de la infalibilidad de otros.
Si no puedo tomar mis propias decisiones, entonces debería cortésmente dejar mis responsabilidades. No quiero tener más controversias con mi querida esposa. Ella puede tener su forma de ver las cosas, y si no le gusta mi posición con referencia a Edson,
¿será que puede guardarse su opinión para sí misma y dejarme gozar de la mía? Tus comentarios me han sonsacado. Tú no puedes soportar mis declaraciones, pero yo sí he tenido que hacerlo. ”Con relación a si debes venir a Kansas, no estoy ansioso en lo más mínimo. A juzgar por la última página de tu carta, pienso que será mejor trabajar separados hasta que puedas dejar de lado
tus esfuerzos de condenarme continuamente. Si tienes un mensaje del Señor para mí, espero estar dispuesto a temblar ante su palabra. Pero aparte de eso,
debes considerarme como tu igual; de otra manera será mejor que trabajemos solos. ”No te preocupes de recordarme las cosas en las que no concordamos; ya las tengo en mi corazón. Pero mientras tenga que actuar, prefiero usar la vieja cabeza que Dios me ha dado, hasta que él mismo me muestre que estoy equivocado.
Tu cabeza no calza bien sobre mis hombros; mantenla donde corresponde, y yo trataré de honrar a Dios usando mi propia cabeza. Estaré contento de tener noticias tuyas, pero
no pierdas tu precioso tiempo y energías tratando de sermonearme en asuntos que son de tu opinión personal”.