Comentario Bíblico Mundo Hispano
Tomo I - Génesis
Editorial Mundo Hispano
Evangelio según Mateo - Capítulo 1
MATEO
TEXTO, EXPOSICION Y AYUDAS PRÁCTICAS
El título del Evangelio de Mateo, según las autoridades más antiguas, es “Evangelio según Mateo”, o sencillamente
“Según Mateo”. Aun el texto en griego, publicado por las Sociedades Bíblicas, tiene “según Mateo”. Sorprendentemente la
versión de 1960 de Reina-Valera incorpora dos términos extrabíblicos: “El Santo Evangelio según San Mateo”. Estos términos
fueron agregados por influencia de la Iglesia Católica Romana. Felizmente, nuestra versión usa el título más antiguo
y más correcto. “Según Mateo” implica que había otros Evangelios y que éste es según el punto de vista particular de Mateo,
habiendo seleccionado los eventos y ense-ñanzas a incluirse de acuerdo con su propósito.
I. EL ORIGEN Y PRIMEROS AÑOS DE LA VIDA DEL REY, 1:1-2:23
1. Un plan divino: la genealogía, 1:1-17
La primera frase del Evangelio introduce directamente el tema que Mateo quiere destacar a través de su narración. La
primera pregunta que un judío haría a cualquiera que pretendiera ser el Mesías sería: ¿Eres judío (hijo de Abraham) e hijo
de David? Mateo contesta esa pregunta en la forma más convincente. Demuestra que Jesús es el Mesías quien descendió
directamente del linaje real de David y de la simiente de Abraham. Además, muestra que Jesús es el cumplimento de las
promesas de pacto hechas a Abraham (Gén. 12:1–3), padre de la nación judía, y a David, con el cual establece el reino
eterno de Dios (2 Sam. 7:16). Dios prometió dar un hijo a Abraham y a David. En cada caso y en muchos sentidos, los dos
padres fueron desilusionados por sus hijos, pero Jesús cumple lo que Isaac y Salomón no cumplieron. Jesucristo tiene
pleno derecho de sentarse en el trono eterno de David y reinar sobre el pueblo de Dios.
Libro de la genealogía probablemente se refiere solamente a los vv. 2 al 17, no a todo el Evangelio. “Genealogía” es la
transliteración del término griego génesis 1078 . Se usa también en 1:18, donde se traduce “nacimiento”. El término sugiere
un nuevo comienzo, como el “génesis” original en el libro canónico que lleva ese nombre. En Jesucristo, Dios inicia una
nueva etapa, una nueva creación, un nuevo pueblo.
El nombre Jesús 2424, término griego, es equivalente al nombre “Josué”, término hebreo, y significa “Jehovah es liberación
o salvación”, o “Jehovah salvará” (1:21). [página 44] Este es su nombre personal o privado. Cristo 5547 , término también
griego que es equivalente a Mesías en hebreo, significa “el ungido”. Al principio era más bien un título, pero luego
llegó a ser su nombre legal. El nombre Jesús generalmente se refiere a su humanidad mientras que Cristo a su divinidad.
El nombre compuesto Jesucristo es una afirmación de las dos naturalezas: la humana, destacada en 1:2–17, y la divina,
destacada en 1:18–25, del Hijo de Dios. Es una confesión de fe cristiana ortodoxa que fue aprobada oficialmente por el
cristianismo en el Concilio de Calcedonia, el 451 d. de J.C.
Al comparar las genealogías de Jesús, presentadas por Mateo y Lucas, uno descubre algunas diferencias sobresalientes
entre ambas. Algunos comentaristas explican estas diferencias con la teoría que sostiene que Mateo presenta la genealogía
legal, por medio de José, mientras que Lucas presenta la genealogía real, por el lado de María. La mayoría de
los Padres antiguos y buena parte de los comentaristas actuales, sin embargo, sostienen la teoría de que tanto Mateo
como Lucas trazan la descendencia de Jesús por José, el padre legal, y no por María. Mateo traza su genealogía desde
Abraham hacia adelante hasta Jesús, por medio de David y Salomón, mientras que Lucas traza la suya desde Jesús hacia
atrás hasta Adán, por medio de David y Natán. Mateo desea destacar la descendencia real por medio de la cual se cumplen
las esperanzas de Israel. Lucas, por su lado con interés en presentar el evangelio a toda la humanidad, comienza con
el padre de todas las naciones, Adán.
Tres divisiones de catorce. Varios autores han señalado el valor simbólico del número 14, que posiblemente sea una
referencia en código al rey David, o a Jesús, el nuevo “rey David”. Por ejemplo, si se le asigna el número de orden correspondiente
a cada letra del alfabeto, según una costumbre hebrea antigua, las letras del nombre de David (DVD = 4 + 6 +
4) suman 14. Si es así, hay 3 consonantes en el nombre David, en hebreo, y se repite 3 veces el número 14, su nombre en
código.
Catorce no es el número exacto de las cabezas de familias en cada división de la genealogía. Mateo incluye 27 nombres
después de David, pero Lucas 42. La omisión de algunos nombres para crear divisiones, según un número favorito o simbólico, era una práctica común entre los judíos. Los términos “engendró”, en Mateo, e “hijo de”, en Lucas, no siempre señalan el parentesco más próximo. Por ejemplo, hay tres omisiones entre Joram y Uzías (v. 8, comp. 2 Rey. 8:24 ss.). El evangelio en la genealogía. Una de las notas más llamativas de la genealogía en Mateo es la mención de mujeres.
Normalmente, las genealogías judías mencionaban solamente a los hombres, cabezas de familias. Por un lado, Mateo omitió algunos de los reyes importantes de Israel. Por otro lado, incluyó a cuatro mujeres, tres de las cuales estaban relacionadas con actos vergonzosos (Tamar, [página 45] Rajab y la esposa de Urías) y una que era moabita, es decir, gentil (Rut).
Se pregunta: ¿Por qué quiso Mateo incluir a estas mujeres en su genealogía de Jesús? Tendría que haber tenido un
motivo muy importante, pues corría el riesgo de ofender a algunos judíos a los cuales quería convencer que Jesús era el
Mesías. Había tres posibles motivos de ofensa: (1) violar la costumbre judía de incluir solamente a los hombres, (2) incluir
a mujeres de mala fama y (3) incluir a mujeres paganas (Rajab y Rut). Persiste la pregunta: ¿Por qué? Una razón sería la
de subrayar la gracia y misericordia de Dios que se extiende a los pecadores, aun hasta las rameras. Y llamarás su nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (1:21). La inclusión de dos gentiles (Rajab y Rut) sirve para
hacer resaltar la misión universal de Jesús (comp. 15:22; 28:19, 20). Dar prominencia a cuatro mujeres en la genealogía
de Jesús sería, también, un anticipo de la nueva posición, de respeto y participación, que las mujeres ocuparían en el reino
de Dios (Gál. 3:28).
2. Un proceso divino: el nacimiento virginal, 1:18-25
Origen divino. Habiendo establecido el plan divino por medio de la genealogía (1:1–17), Mateo procede a describir el
proceso divino del nacimiento de Jesucristo, con énfasis en su origen divino. Génesis 1078 es el término griego que aquí se
traduce nacimiento (1:18) y se refiere al comienzo de algo radicalmente nuevo. Mateo establece dos hechos de suma importancia:
Jesucristo nació de la virgen María, habiendo sido concebido por el poder del Espíritu Santo, y todo esto en
cumplimiento de la profecía de las Escrituras (1:22).
No es el propósito de Mateo relatar todos los detalles en relación con el nacimiento, sino solamente lo que sirve a su
propósito. El origen divino se establece principalmente por dos expresiones: concebido del Espíritu Santo (1:18, 20b) y
Emanuel (1:23). La primera expresión habla de la intervención y participación directa de Dios en la concepción. Es una
intervención única de parte de Dios en la historia de la humanidad. Ningún otro ser nacido de mujer puede pretender tal
relación con Dios. No deja de ser uno de los más grandes misterios de la fe cristiana. Tal es que muchos racionalistas, no
[página 46] pudiendo explicar el fenómeno, rechazan el origen divino de Jesús y, por lo tanto, la doctrina de la Trinidad.
Este niño que nacería de María sería llamado Emanuel (v. 23), un nombre hebreo compuesto que significa Dios con
nosotros (v. 24). El niño nacido de María sería Dios en forma de hombre. El fuego, la nube, el tabernáculo y especialmente
el arca del pacto eran formas visibles de la presencia de Dios en su pueblo en el AT. Pronto el tabernáculo y el arca serían
destruidos. Además, las formas creadas por los hombres para representar a Dios, siendo inanimadas, tenían limitaciones.
Ahora, Dios se presenta en medio de su pueblo en forma viviente, visible, palpable. Siendo Dios mismo, en forma de hombre
(ver Fil. 2:6), es la revelación suprema de Dios (ver Heb. 1:1–3).
Calumnia contestada. El origen divino de Jesús dio pie a una calumnia de parte de los que lo negaban. Los primitivos
cristianos tuvieron que contestar la calumnia que sostenía que Jesús nació de fornicación. Probablemente Juan 8:41 es
una alusión a tal calumnia, pues nosotros no somos nacidos de fornicación es enfático y sugiere que “otro”, sí, había nacido
de fornicación. Preguntarían: ¿Por qué José no quiso denunciar a María cuando encontró que estaba encinta? Mateo
contesta esta pregunta también, describiendo el dilema de José.
El dilema de José. Todo hombre puede imaginarse el dolor, la agonía y la [página 47] desilusión que sentiría si descubriera
que su novia le ha traicionado. ¿Qué tipo de medida tomaría? Mateo dice que José era justo y no quería difamarla
(v. 19). En estas dos expresiones vemos el dilema de José. Siendo justo, era su deber y su costumbre obedecer la ley de
Dios. Obedecer la ley significaría denunciarla, lo cual llevaría la sentencia de muerte por apedreamiento (Lev. 20:10; Deut.
22:23 ss.). Mateo aclara que estaban desposados, o comprometidos formalmente, lo cual según la costumbre en algunos
de nuestros países latinos, se compara a un acto formal de intercambio de alianzas. Tal relación llevaría los mismos compromisos
entre los novios como si fueran casados oficialmente.
Por otro lado, José no quería difamarla (v. 19). A pesar de estar seguro de que el niño no era suyo, optó por una provisión
que estaba abierta para el novio en tales casos: Terminar la relación secretamente, divorciándose de ella. A pesar
de su dolor, José amaba a María y quería protegerla hasta donde fuera posible. Apenas había comenzado a pensar así
cuando un ángel del Señor se presentó para calmar sus temores, explicar que un gran misterio había sucedido y darle
instrucciones en cuanto al nombre del niño. José, aunque no sería realmente el padre de Jesús, por estar casado con
María, daría estado legal al niño. Es significativo que el ángel se dirige a José como hijo de David (v. 20), de modo que
Jesús sería hijo de David por parte de la madre y, por adopción, del padre.
Llamarás su nombre Jesús, porque... Mateo emplea el nombre Jesús dos veces en este pasaje (vv. 21, 25). En la sección
anterior se explicó el significado del nombre Jesús. Aquí se agregan dos conceptos importantes. Primero, el nombre
le fue puesto por Dios mismo, por boca del ángel. El verbo llamarás está en tiempo futuro del indicativo, pero lleva la fuerza
de un imperativo. Realmente Dios manda a José ponerle al niño el nombre Jesús. Fue divinamente concebido y divinamente
nombrado.
El segundo concepto en esta expresión aclara y define la naturaleza de la misión del Hijo de Dios. El salvará a su
pueblo de sus pecados (v. 21). La misión de Jesús sería traer a los hombres una salvación espiritual; ofrecería perdón de
los pecados y una relación correcta con Dios. Esta salvación, genuinamente espiritual, afecta todas las áreas de la vida
humana: social, económica y política. Los judíos del primer siglo, y en manera especial los zelotes, esperaban que el Mesías
vendría para librar a su pueblo de las injusticias del dominio de un imperio extranjero, es decir, la esclavitud, opresión
y explotación de parte del imperio romano. La negación de Jesús de satisfacer las expectativas del pueblo, de que fuese
un libertador político-económico, fue uno de los motivos principales de su crucifixión. Este pasaje debe servir, especialmente
en América Latina, como un elemento eficaz para corregir algunas afirmaciones erróneas de las teologías de la
liberación que no concuerdan con las Escrituras. Por ejemplo, la afirmación de que el evangelio de Jesucristo promete
liberación político-social-económica y que todos los seguidores de Cristo deben, como una de sus responsabilidades primarias,
trabajar para la realización práctica de ese fin.
Para que se cumpliese... (v. 22). Mateo [página 48] utiliza esta expresión, tan característica de su Evangelio, para introducir
una profecía del AT. (Ver la sección introductoria para más datos referentes a la expresión.) En este caso, cita
Isaías 7:14, dándole una aplicación netamente mesiánica.
El contexto original de Isaías 7:14 tiene que ver con una crisis de Judá, el reino del sur, cuando Acaz era rey. Peka,
rey de Israel, y Rezín, rey de Siria, vinieron contra Jerusalén para conquistarla. Dios mandó un mensaje a Acaz, por medio
de Isaías el profeta, asegurándole de su protección. Además, le mandó que pidiera una señal que serviría para confirmar
la promesa de Jehovah. Acaz se negó a pedir una señal, pero igual Jehovah le mandó una señal. La señal consistía en
una promesa de que Jehovah libraría a su pueblo de las amenazas de los enemigos dentro del plazo necesario para que
una doncella se casara, tuviera un hijo, y que ese hijo llegara a la edad para distinguir entre lo bueno de lo malo. El nombre
Emanuel, que significa Dios con nosotros (v. 23), señalaba una persona que sería una manifestación real y visible de
la intervención de Dios a favor de su pueblo.
Esta profecía se cumplió cuando Dios levantó a Asiria como su instrumento para castigar a los enemigos de Judá, de
modo que Asiria llegó a ser el garrote de mi furor (Isa. 10:5). Pero, el segundo cumplimiento de la profecía, el más perfecto,
tuvo lugar con el nacimiento del Hijo de Dios quien libraría al “Judá espiritual” —el verdadero pueblo de Dios, los creyentes
en Cristo— del poder, las amenazas y la esclavitud de Satanás.
En el texto hebreo de Isaías 7:14, el término es “doncella” (una señorita de edad como para casarse), pero cuando se
tradujo el AT al griego en el tercer siglo a. de J.C. (versión llamada Septuaginta, o la de los Setenta, cuya abreviatura es
LXX), los traductores emplearon el término griego que significa “virgen”, en vez de “doncella”. Hay mucha especulación
sobre este cambio. ¿Inspiró Dios a los traductores a hacer el cambio, o ellos optaron por un término esencialmente sinónimo?
De todos modos, la doncella sería seguramente una virgen (ver las leyes de castidad, Deut. 22:13–30). Felizmente
nuestra creencia en el nacimiento virginal no se apoya únicamente en el uso del término “virgen” en el texto de Isaías. La
afirmación más contundente y clara del nacimiento virginal se encuentra en Lucas 1:27–34.
Sobre la Virgnidad Perpetua de María:
Pero no la conoció hasta... (v. 25). La Iglesia Católica Romana afirma categóricamente la “Inmaculada Concepción” y
la “Virginidad Perpetua” de María. El v. 25 ofrece dos expresiones que rebaten el dogma de la “Virginidad Perpetua” de
María. Primero, Mateo afirma que no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo. La expresión “conocer” es el modo más
común para referirse a la relación sexual entre hombre y mujer. La manera más sencilla de afirmar la virginidad perpetua,
si ésa fuese la intención de Mateo, sería de poner un punto después del verbo conoció. Pero Mateo agrega una cláusula
adverbial que modifica el verbo conoció: hasta que ella dio a luz... El adverbio (realmente una conjunción de tiempo y un
adverbio) hasta que significa que antes de ese punto en el [página 49] tiempo prevalecía una condición, “no la conoció”,
pero después prevaleció otra condición. Se implica que “la conoció”. Es decir, antes de ese punto en el tiempo (cuando dio
a luz a su hijo), José no tuvo relación sexual con María, pero la implicación necesaria es que después, sí tuvo relación
conyugal con ella.
Los que afirman la virginidad perpetua de María argumentan que la expresión “hasta que” no significa necesariamente
que, luego del nacimiento de Jesús, José y María se hayan unido en relación conyugal. Sin embargo, la expresión hasta
que que se usa en Mateo 1:25 (en griego una conjunción acompañada por un adverbio) se encuentra 19 veces en el NT y
siempre indica, o implica claramente, un cambio en la condición después de un punto en tiempo. El comentarista Broadus
menciona una posible excepción en 1 Timoteo 4:13, pero en este caso no es exactamente la misma construcción.
En segundo lugar, el término “primogénito” se usa uniformemente para establecer la relación de Jesús con María. Al
usar “primogénito”, el autor estaría destacando el hecho de que antes de Jesús, María no tuvo hijos; pero que después el
término implica necesariamente sí, tuvo por lo menos uno más. Para el v. 25, la expresión “su hijo primogénito” tiene muy
poco apoyo en los mejores manuscritos en griego. Probablemente, un escriba, al hacer copias del Evangelio de Mateo,
introdujo en el texto esta expresión que sí se encuentra en Lucas 2:7. Por esta razón, nuestra versión omite la expresión
en el texto del v. 25 y coloca una nota.
La interpretación presentada en los pá-rrafos anteriores se ratifica por dos evidencias bíblicas que no dan lugar a dudas.
En Mateo 13:55, 56, el autor nombra a cuatro hermanos de Jesús y también se refiere a “hermanas”. Entonces, el
texto bíblico afirma que María tuvo por lo menos seis hijos, después de dar a luz a Jesús. Por otro lado, el NT se refiere a
la relación entre Jesús y su Padre Celestial como “unigénito”. Si Jesús fuese el único hijo de María, cabe la pregunta:
¿Por qué no se usa “unigénito” también en relación con María?