CONTEXTO CULTURAL
Un rey bueno, a quien el pueblo amaba, generalmente castigaba a los infractores de la Ley, de acuerdo a los castigos que la Ley establecía. Se decía que el rey actuaba con justicia. Cuando el castigo se aplicaba de manera contundente, visible y rápida, particularmente hacia quienes dudaban de del poder del rey para aplicarla, se hablaba de la "ira del rey".
A veces, sin embargo, el rey bueno no castigaba a los infractores, sino que, sin dejar de señalar su crimen como crimen, les exentaba o reducía el castigo. Se decía que el rey actuaba con misericordia. Tal rey bueno no era considerado injusto por hacer eso. Tampoco blandengue o tonto.
La misericordia del rey justo implicaba una simpatía por el infractor como ser imperfecto, y requería sabiduría, pues en la sabiduría se sopesan muchos factores de un caso complejo, que escapan a la Ley.
Cuando Israel experimentaba sequías y hambrunas, plagas o derrotas militares, lo explicaba pensando que Dios estaba enojado por sus pecados.
Sin embargo, a veces a pesar de sus pecados, no le sobrevenían estas catástrofes. Entonces Israel lo explicaba pensando que Dios tenía misericordia de sus pecados. En ambos casos, Israel no pensaba ni que Dios lo odiaba por castigarlos, ni que era injusto por no castigarlos.
LA MISERICORDIA ESTÁ POR ENCIMA DE LA IRA
En este hilo sostengo que la misericordia de Dios está por encima de su ira, porque de eso se trata precisamente la misericordia.
A fin de que la justa ira de Dios no se aplique en una persona o grupo, tiene que existir un principio que, intrínsecamente, tenga la propiedad de existir por encima de tal ira. Si la misericordia de Dios no estuviera por encima de su ira, simplemente no existiría redención. Todos seríamos destruidos por igual, sin importar ni nuestras obras ni nuestra profesión de fe. El clamar "Creo en que Jesús pagó por mis pecados" no tendría más poder que mostrar un escapulario, o recitar la Shahada. No es lo que confiesan nuestros labios, sino la misericordia de Dios, lo que nos mantiene vivos.
LA MISERICORDIA NO ES DESPRECIO POR LA JUSTICIA
En la misericordia, Dios no se hace de la vista gorda respecto a la maldad. Como bien dice @salmo51, Dios no entra en negociaciones o transacciones con el hombre para que pueda seguir pecando de manera impune. En la misericordia, Dios le da al hombre tiempo y espacio para que la gracia lo transforme en una nueva criatura.
No se trata, pues, de perdonar por perdonar... eso sí iría contra la justicia y sabiduría divina. Se trata de perdonar con un propósito: el de que el hombre viva de manera diferente. Por ello, Jesús nos enseña que Dios tiene misericordia solo si tenemos misericordia de nuestros semejantes
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores... Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mt 6:12,14,15)
Un rey bueno, a quien el pueblo amaba, generalmente castigaba a los infractores de la Ley, de acuerdo a los castigos que la Ley establecía. Se decía que el rey actuaba con justicia. Cuando el castigo se aplicaba de manera contundente, visible y rápida, particularmente hacia quienes dudaban de del poder del rey para aplicarla, se hablaba de la "ira del rey".
A veces, sin embargo, el rey bueno no castigaba a los infractores, sino que, sin dejar de señalar su crimen como crimen, les exentaba o reducía el castigo. Se decía que el rey actuaba con misericordia. Tal rey bueno no era considerado injusto por hacer eso. Tampoco blandengue o tonto.
La misericordia del rey justo implicaba una simpatía por el infractor como ser imperfecto, y requería sabiduría, pues en la sabiduría se sopesan muchos factores de un caso complejo, que escapan a la Ley.
Cuando Israel experimentaba sequías y hambrunas, plagas o derrotas militares, lo explicaba pensando que Dios estaba enojado por sus pecados.
Sin embargo, a veces a pesar de sus pecados, no le sobrevenían estas catástrofes. Entonces Israel lo explicaba pensando que Dios tenía misericordia de sus pecados. En ambos casos, Israel no pensaba ni que Dios lo odiaba por castigarlos, ni que era injusto por no castigarlos.
LA MISERICORDIA ESTÁ POR ENCIMA DE LA IRA
En este hilo sostengo que la misericordia de Dios está por encima de su ira, porque de eso se trata precisamente la misericordia.
A fin de que la justa ira de Dios no se aplique en una persona o grupo, tiene que existir un principio que, intrínsecamente, tenga la propiedad de existir por encima de tal ira. Si la misericordia de Dios no estuviera por encima de su ira, simplemente no existiría redención. Todos seríamos destruidos por igual, sin importar ni nuestras obras ni nuestra profesión de fe. El clamar "Creo en que Jesús pagó por mis pecados" no tendría más poder que mostrar un escapulario, o recitar la Shahada. No es lo que confiesan nuestros labios, sino la misericordia de Dios, lo que nos mantiene vivos.
LA MISERICORDIA NO ES DESPRECIO POR LA JUSTICIA
En la misericordia, Dios no se hace de la vista gorda respecto a la maldad. Como bien dice @salmo51, Dios no entra en negociaciones o transacciones con el hombre para que pueda seguir pecando de manera impune. En la misericordia, Dios le da al hombre tiempo y espacio para que la gracia lo transforme en una nueva criatura.
No se trata, pues, de perdonar por perdonar... eso sí iría contra la justicia y sabiduría divina. Se trata de perdonar con un propósito: el de que el hombre viva de manera diferente. Por ello, Jesús nos enseña que Dios tiene misericordia solo si tenemos misericordia de nuestros semejantes
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores... Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mt 6:12,14,15)
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