Muy sencillo.
En la iglesia primitiva no se lee a nadie ivitando a "aceptar" a Jesus para que no se fueran al infierno. Eso es de nuestro tiempo.
Ahora que se predica un evangelio diluido que nada tiene que ver con la predicacion del Evangelio del Reino.
Los apostoles fueron enviados a predicar que Jesucrito habia sido declarado Hijo de Dios y constiuido Señor y Rey.
Que su reino se habia establecido y que para ser parte de este se tenian que arrepentir de pecado, recibir el señorio de Cristo.
Bautizandose en su nombre.
Se predicaba que en su nombre serian salvos de esa perversa generacion y que eran trasladados del reino de la tinieblas al Reino de su luz admirable. Pasaban a formar parte de la familia divina. Pasaban de muerte a vida si vivian sometidos a su Rey y Señor Jesucrito.
La invitacion estupida es la que hacen hoy los predicadores que no entienden que La gracia es la que nos enseña apartarnos de toda impiedad en vez de que no se preocupen que nomas acepten a Jesucristo para que cuando se mueran no se vayan al infierno . Esa es una idotez y una mentira que ningun Apostol enseño.
Ddebes ser cuidadoso en tu uso del lenguaje por un par de razones. Primero porque el derrotero linguistico es parte de la evolucion de las civilizaciones y las culturas. O sea, en la medida de que pasa el tiempo, usamos diferentes palabras, modismos, etc para indicar algo que en el pasado se comunicaba de otra manera, sin perder el significado en el proceso. Segundo ninguno de nosotros tenemos autoridad para comandar o inducir a alguien al evangelio. "Invitamos", "exhortamos" etc porque es de esa manera en la que nos expresamos hoy dia. No seas tan legalista ni perfeccionista. No hay razon para hacerlo. Ninguna de esas frases cambia el significado teologico que queremos comunicar.
Jesús y sus seguidores a menudo llamaban “don” a la salvación y a la consiguiente morada del Espíritu Santo en nosotros. Por ejemplo, Jesús le dijo a la mujer junto al pozo:
“Si conocieras el don (regalo) de Dios y quién es el que te dice que bebas, tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Juan 4:10). Pablo dijo:
“Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva (regalos, ofreciento) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
Por definición, un don no se fuerza, pero debe aceptarse. Un don puede rechazarse. Juan el Bautista dijo de Jesús:
“Él da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que lo acepta, da fe de que Dios es veraz” (Juan 3:32-33). La palabra aceptar aquí es una traducción de la misma palabra griega traducida como “tomar” en Apocalipsis 22:17:
“El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. “Tomar”, “aceptar”, “recibir”: esto es lo que debemos hacer con el don gratuito de Dios. Se ofrece la salvación, pero debemos aceptar la oferta para recibir el don. Puesto que lo hacemos ejerciendo la fe en Cristo, la frase “aceptar a Cristo” es simplemente una forma abreviada de decir “poner la fe en Cristo y recibir su salvación”.
El objetivo de utilizar términos como “aceptar a Cristo” o "invitar a recibir a Cristo" es comunicar la verdad de manera más eficaz a alguien con un conocimiento bíblico limitado. Mientras un término sea teológicamente correcto y ayude a la comprensión, no tiene por qué ser parte del vocabulario bíblico. Si, durante la evangelización, un determinado término causa malentendidos, entonces es bueno desechar el término confuso y explicar con paciencia la verdad a partir de las Escrituras. Si bien la frase “aceptar a Cristo” no aparece en la Biblia, el concepto de recibir un don sí, y la frase parece funcionar bien en la mayoría de los contextos evangelísticos.
Saludos