Re: ¿Interpretación novedosa o no de Mateo 5:17-19?
estimado patricio. saludos cordiales.
Tú dices:
GABRIEL SALINAS, UN ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA, LE ESCRIBE LO SIGUIENTE AL FORISTA EX-CATOLICO:
Gabriel.
Estimado excatólico.
Respondo: patricio le sigue los pasos a D. M. Canright quién trató de argumentar que los 10 mandamientos estaban abrogados, y en una maniobra que usan los magos con un sombrero, para hacer aparecer un conejo, va descubriendo uno a uno los mandamientos en el Nuevo Testamento, pero haya sólo 9 de ellos. Su ardid era dejar obsoleto el cuarto mandamiento.
Reconozco mi error juvenil, de haberle prestado ese libro de Canright, hace más de treinta años atrás, cuando pensé que su fe y conocimiento era firme, pero no era así.
Patricio se identificó con Canright que era tan orgulloso como él.
ESTA ES MI RESPUESTA A GABRIEL SALINAS:
Para conocimiento de todos los Foristas, D.M. Canright vivio en los dias de Elena G. de White, fue un Adventista del Septimo Dia y trabajo juntamente con Elena G. de White, como Ministro y predicador.
Sin embargo, este hombre fue sincero y honesto cuando descubrio las falsedades en que Elena G. de White estaba involucrada, no solamente con sus falsas ensenanzas, sino tambien con la copia profusa que Elena G. de White hizo de otros autores literarios y, despues, ella escribia sus propios libros como si todo proveniese de la pluma de ella.
Esta es la razon de por que los libros de ella contienen literatura muy agradable. No porque fue escrito por Elena G. de White, sino porque ella la copio de excelentes autores literarios, cuyos libros circulaban en la epoca de ella. En su biblioteca personal, Elena G. de White tenia aproximadamente 50 libros de diferentes autores, de los cuales ella copio profusamente. Tenia libros que hablaban sobre la religion, la salud, el hogar, el vegetarianismo, el matrimonio, etc.
El Pastor D. M. Canright dejo el Adventismo del Septimo Dia porque fue un hombre honesto, que unicamente deseaba ser instruido por la Santa Palabra de Dios y no por las doctrinas de Elena G. de White.
Lo propio hice yo, cuando me retire personalmente del Adventismo del Septimo Dia, despues de haber militado alli durante 15 anos. La correcta comprension de la doctrina protestante de LA JUSTIFICACION POR LA FE SOLA, SIN OBRAS, fue lo que finalmente me hizo tomar esa decision PARA SIEMPRE JAMAS.
LA BIBLIA Y LA BIBLIA SOLA, es lo que yo sigo. No sigo doctrinas de hombres, de Iglesias o de falsos profetas.
Respondo: Como seguidor de hombres y doctrinas de hombres estás engañado, y pretendes al mismo tiempo "engañar"
Acá no te podrán ayudar ni Brismhead como tampoco el mentiroso de Canright a quién quieres imitar.
Es bueno conocer la declaración de ambas partes para poder reflexionar con mayor criterio, no te envanezcas en tus propios razonamientos.
Leamos a D M Canright: "
Por qué no los abandoné antes"
A menudo se me pregunta por qué no los abandoné antes; por qué me tomó tanto tiempo descubrir que era un error. Luego, los Adventistas afirman que debo haber sido deshonesto mientras estuve con ellos, o que soy deshonesto ahora.
Cualquier hombre sincero puede ver la inconsistencia de las posiciones de ellos. Yo me uní a los Adventistas cuando apenas era un muchacho, sin educación, sin ningún conocimiento de la Biblia, de historia, ni de otras iglesias. Entré por ignorancia. Por años, mi celo por esa fe, y mi ilimitada confianza en sus dirigentes, me cegó a sus errores. Pero, al pasar los años, y leer más mi Biblia, leer historia, conocer otras iglesias, escuchar sermones y leer libros contra el Adventismo, me familiaricé mejor con nuestros dirigentes y con las intimidades de la iglesia, aprendí más acerca de su origen desfavorable y los muchos errores que habíamos cometido, vi el fruto de ello en antiguas iglesias, las familias y la sociedad, y eché mano de los primeros escritos de la Sra. White y otros. Gradualmente, comencé a ver que el Adventismo no era exactamente lo que yo había supuesto al principio. Cuando lo abracé en 1859, el Adventismo del Séptimo Día sólo tenía catorce años, los creyentes eran pocos, y el sistema era comparativamente no probado. Pero cuando el Adventismo tenía veinticinco años, era diez veces más grande, y había desarrollado plenamente su espíritu y mostrado sus frutos, cuando yo tenía a la mano la educación, la observación y la experiencia de un cuarto de siglo, pienso que mi buen juicio en el asunto debería tener más valor que cuando lo abracé siendo un muchacho inexperto.
(Dudley M. Canright, Mi renuncia al adventismo del séptimo día, cap. 2,http://www.geocities.com/alfil2_1999/canright-renuncia2.html).
Si comparamos esta versión de la historia con las evidencias, llegaremos a la conclusión de que Canright miente.
Lo primero que debemos aclarar es que la apostasía de Canright no fue, como él pretende, una decisión concienzuda ni producto de una reflexión espiritual madura y seria, sino el resultado de un vaivén de incertidumbres que lo hicieron ir y venir en su fe en varias oportunidades. Cada vez que mostraba sus dudas, era aconsejado por sus hermanos en la esperanza, quienes lo exhortaban y fortalecían con oración, con paciencia y con estudio de la doctrina, como bien se nos insta a hacer (2 Tim. 4:2). Fortalecido de esta manera, Canright volvía a la obra con redoblados ánimos. Pero eso sólo para luego volver a caer.
En uno de esos episodios de conflictos internos, la hermana White se dirige a él con palabras directas y sin rodeos, formulándole una solicitud a todas luces razonable:
"Si Ud. ha decidido cortar toda relación con nosotros como pueblo, tengo que formularle un pedido, por su bien tanto como por el bien de la causa de Cristo: Manténgase alejado de nuestro pueblo, no visite a los miembros y no comente con ellos sus dudas ni su incredulidad. Satanás está rebosante de alegría porque Ud. se ha apartado del estandarte de Jesucristo, y se ha colocado bajo su propia bandera. Ve en Ud. a una persona a quien puede convertir en un agente valioso para edificar su reino. Ud. está siguiendo la misma conducta que yo esperaba que siguiera si cedía a la tentación" (Carta 1, 1880, Mensajes Selesctos, t. 2, pp. 184, 185,
http://redadvenir.org/lecturas/Mensa...20Tomo%202.pdf).
De lo que White escribe podemos entender:
1. Que para el año 1880, Canright había decidido cortar toda relación con los adventistas.
2. Que esta no parece ser la primera vez que Canright tomaba esa decisión, a juzgar por las palabras de White Ud. está siguiendo la misma conducta que yo esperaba que siguiera si cedía a la tentación, lo que demuestra que ya antes había manifestado sus sentimientos adversos a la fe adventista.
3. Que se le advierte que si se alejaba de la fe adventista, era seguro que sería empleado por Satanás para atacar al pueblo remanente.
4. Que si Canright no cortó con los adventistas definitivamente en aquel momento, fue porque recibió de sus hermanos todo el apoyo, exhortaciones y confirmaciones en la fe, tal como él mismo lo testificará luego públicamente.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.