Inmaculada Concepción de María e InfalibilidadPapal

24 Octubre 2000
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www.conocereislaverdad.org
INMACULADA CONCEPCIÓN E INFALIBILIDAD PAPAL


El 8 de Diciembre de 1854, el papa Pío IX emitió el siguiente decreto:

”Nosotros, por la autoridad de Jesucristo, nuestro Señor, del los santos apóstoles Pedro y Pablo, y por la nuestra propia, declaramos, promulgamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santa Virgen María, en el primer instante de su concepción, debido a un provilegio y una gracia singulares de Dios Omnipotente, en consideración a los méritos de Jesucristo, el Salvador de la humanidad, fue preservada libre de toda mancha del pecado original, ha sido revelada por Dios, y por lo tanto ha de ser firme y constantemente creída por todos los fieles.”
(The Catholic Catechism – Londres:Geoffrey Chapman Publishers, 1975 – pp. 157-158)

El 12 de Enero de 2000, el papa Juan Pablo II dijo en la Audiencia General:

” Como dije expresamente en la encíclica «Redemptoris Mater», la mediación materna de María «es mediación en Cristo» (n. 38). El Concilio explica: «todo el influjo salvífico de la Bienaventurada Virgen en favor de los hombres no es exigido por ninguna ley, sino que nace del Divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca toda su virtud; y lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con Cristo» («Lumen gentium», 60).
Es más, María, quien también fue redimida por Cristo, es la primera de los creyentes, pues la gracia que le concedió Dios Padre al inicio de su existencia se debe a los «méritos de Jesucristo, Salvador del género humano», como afirma la bula «Ineffabilis Deus» de Pío IX (DS, 2803).”


<A HREF="http://www.zenit.org/spanish/archivo/document/JPII-Au-Mar%eda.html" TARGET=_blank>Fuente: ZENIT (Prensa Católica) - http://www.zenit.org/spanish/archivo/document/JPII-Au-Mar%eda.html[/url]


Pregunto:

1. Si María fue SIN PECADO, ¿porqué necesitó ser redimida por Cristo?
2. ¿Quién tiene razón, Pío IX o Juan Pablo II?
3. ¿Es esto una contradicción entre “papas infalibles”?

Agradeceré el tiempo que le puedan dedicar a responder mis dudas.
Un abrazo en Cristo
 
:mad: LA BULA???? INFALIBLE??
NI la BURLA perdonan....
:D

GRACIAS SEÑOR PORQUE UN BUEN DIA, BENDITO DIA ME SACASTES DE LA IGLESIA CATOLICA.
TE ALABO POR ELLO Y TE ALABARE SIEMPRE, PORQUE NOS MOSTRASTE A MUCHOS TU SALVACION, Y PORQUE TU ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A LA UNICA VERDAD,EL UNICO CAMINO, Y LA UNICA VIDA QUE CONOCEMOS,QUE ERES TU, NUESTRO SALVADOR.

EN CRISTO
:) :)

"SAL DE ELLA PUEBLO MIO
 
Originalmente enviado por Juan 8:32:
INMACULADA CONCEPCIÓN E INFALIBILIDAD PAPAL


El 8 de Diciembre de 1854, el papa Pío IX emitió el siguiente decreto:

”Nosotros, por la autoridad de Jesucristo, nuestro Señor, del los santos apóstoles Pedro y Pablo, y por la nuestra propia, declaramos, promulgamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santa Virgen María, en el primer instante de su concepción, debido a un provilegio y una gracia singulares de Dios Omnipotente, en consideración a los méritos de Jesucristo, el Salvador de la humanidad, fue preservada libre de toda mancha del pecado original, ha sido revelada por Dios, y por lo tanto ha de ser firme y constantemente creída por todos los fieles.”
(The Catholic Catechism – Londres:Geoffrey Chapman Publishers, 1975 – pp. 157-158)

El 12 de Enero de 2000, el papa Juan Pablo II dijo en la Audiencia General:

” Como dije expresamente en la encíclica «Redemptoris Mater», la mediación materna de María «es mediación en Cristo» (n. 38). El Concilio explica: «todo el influjo salvífico de la Bienaventurada Virgen en favor de los hombres no es exigido por ninguna ley, sino que nace del Divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, de ella depende totalmente y de la misma saca toda su virtud; y lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con Cristo» («Lumen gentium», 60).
Es más, María, quien también fue redimida por Cristo, es la primera de los creyentes, pues la gracia que le concedió Dios Padre al inicio de su existencia se debe a los «méritos de Jesucristo, Salvador del género humano», como afirma la bula «Ineffabilis Deus» de Pío IX (DS, 2803).”


Fuente: ZENIT (Prensa Católica) - <A HREF="http://www.zenit.org/spanish/archivo/document/JPII-Au-Mar%eda.html" TARGET=_blank>http://www.zenit.org/spanish/archivo/document/JPII-Au-Mar%eda.html[/URL]</A>


Pregunto:

1. Si María fue SIN PECADO, ¿porqué necesitó ser redimida por Cristo?
2. ¿Quién tiene razón, Pío IX o Juan Pablo II?
3. ¿Es esto una contradicción entre “papas infalibles”?

Agradeceré el tiempo que le puedan dedicar a responder mis dudas.
Un abrazo en Cristo

La paz de Cristo el Señor...

Daniel, Daniel, como siempre, sin interpretar correctamente algo tan, pero tan especifico...

Vamos a tus preguntas, con las siguientes respuestas:

1.Esta respuesta te la hace el mismisimo Papa.
Declaramos, promulgamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santa Virgen María, en el primer instante de su concepción, debido a un provilegio y una gracia singulares de Dios Omnipotente, en consideración a los méritos de Jesucristo, el Salvador de la humanidad.(1854).
..........................................................................................
Como dije expresamente en la encíclica «Redemptoris Mater», la mediación materna de María «es mediación en Cristo» (n. 38).

María, quien también fue redimida por Cristo, es la primera de los creyentes, pues la gracia que le concedió Dios Padre al inicio de su existencia se debe a los «méritos de Jesucristo, Salvador del género humano», como afirma la bula «Ineffabilis Deus» de Pío IX (DS, 2803).”(2000)

Hermano, Daniel, despierta..

La Doctrina es la misma.

Maria, fue concebida sin Pecado, justamente en Cristo, quien desde toda la eternidad es Dios con el Padre y el Espiritu Santo.

Jesucristo es Salvador, Maria fue concebida por los meritos de Cristo.
Pues el Señor desde toda la eternidad predestinó este hecho.

Ademas, lo miras mucho desde Maria.
Daniel, este acontecimiento se divisa desde Cristo, y no desde Maria.

Maria es siempre Virgen, como señal del Mesianismo de Jesus.

Maria es sin pecado concebida, por ser predestinada a ser "Arca" de la Nueva Alianza, obtenida por Cristo, y como Señal del Mesianismo y Redencion, obtenidas por Jesus para todos los hombres, de todos los tiempos y generaciones.

las respuestas 2 y 3 ya fueron contestadas en la primera respuesta.

En el amor de Cristo.
 
Abraham, Abraham

¿En que bases bíblicas (La Palabra de Dios) te apoyas para decir que María fue siempre virgen? Sin embargo hay infinidad de pasajes bíblicos para afirmar y confirmar que eso es una diabólica mentira, inventada por el papado, y que nuestra amada hermana María si tuvo mas hijos y que por puritita lógica dejo de ser virgen ¿los quieres?

Mizpa
Daniel Ortega
 
Hola Abraham
Gracias por tu aporte...

A ver.. ¿sabes lo que es preservar?
En mi diccionario (no creo que mucho cambie en otros) dice: "PRESERVAR Proteger, poner a cubierto anticipadamente de algún daño o peligro.

Decir que yo preservo a mis hijos de la gripe, significa que gracias a mi cuidado NUNCA SE ENFERMARON. Si les doy remedio para que se curen, NO LOS PRESERVÉ SANOS, aunque obré en su curación.

Habiendo aclarado esto, veamos que han dicho estos dos papas infalibles:

PIO IX
"..., fue preservada libre de toda mancha del pecado original"

JUAN PABLO II
"...María, quien también fue redimida por Cristo.."

¿Entendés Abraham?
SI FUE PRESERVADA NUNCA NECESITÓ SER REDIMIDA

El Papa "infalible" Pío IX dijo que María, al ser PRESERVADA de pecado, no necesitaba redención. Sin embargo, otro papa "infalible" Juan Pablo II dijo que María fue "curada" de algo que Pío IX dijo que NUNCA TUVO.

¿Te lo digo de otra manera?
Si redención necesita un PECADOR, y Pío IX dijo que María NUNCA fue pecadora ¿Porqué Juan Pablo II dijo que María fue REDIMIDA?

Aguardo tu comentario
 
DTB JUAN 8:32

Bien haz dicho en tu ejemplo SOLO que lo has enfocado mal.
Si yo PRESERVO a mis hijos de la Gripe, NO se enferman de Gripe, PERO la Gripe SI existe, a pesar de lo poco o mucho que yo los preserve.

PIO IX
"..., fue preservada libre de toda mancha del pecado original"

JUAN PABLO II
"...María, quien también fue redimida por Cristo.."

¿Entendés Abraham?
SI FUE PRESERVADA NUNCA NECESITÓ SER REDIMIDA
Asi mismo alguien puede evitar que algo malo me pase, y eso sera por su poder, por que el lo quiso, por lo tanto NO sera merito propio, asi Maria NO por merito propio es preservada, pero para ello requiere de que "ALGUIEN" la preserve, por lo tanto ese alguien es su SALVADOR. si Maria por sus "pistolas" se hubiera preservado de pecado, entonces se tendria que decir que NO necesito un Salvador, PERO no fue asi, Dios la PRESERVO y por lo tanto la SALVO. es decir la redimio.


saludos en XTO y Maria de tu hno. karolusin
 
Estimado Karolusin
Te agradezco tu participación.

Creo que no soy yo quien no está bien enfocado.
Una cosa es no entender y otra es no querer entender.

Si yo CURO a alguien es porque estaba enfermo. No puedo curar a un sano.

Si mi esposa LAVA una prenda es porque estaba sucia. No lava algo que está limpio.

Si yo REPARO el auto es porque estaba descompuesto. No lo reparo si funciona bien.

Si Cristo REDIMIÓ a María es porque era pecadora. Jesús no necesitaría redimir a alguien que ES justo.

Estimado Karolusin. Usted me entiende perfectamente. No sé porqué necesita darle vueltas al asunto.

No estoy diciendo que María se redimió así misma. TODO HUMANO necesita de la Redención de Cristo para ser agradable a los ojos de Dios.

Solo repito lo que dijeron 2 papas "infalibles"

Uno (Pío IX) dijo que María NO TENIA PECADO.
Otro (JPII) dijo que María fue REDIMIDA DE PECADO.

Si no me quiere entender, lo acepto. Pero no pretenda desviar el clarísimo tema central.

Espero haberle sido claro.
Le mando un abrazo en Cristo.
 
Originalmente enviado por Juan 8:32:
Estimado Karolusin
Te agradezco tu participación.

Creo que no soy yo quien no está bien enfocado.
Una cosa es no entender y otra es no querer entender.

Si yo CURO a alguien es porque estaba enfermo. No puedo curar a un sano.

Si mi esposa LAVA una prenda es porque estaba sucia. No lava algo que está limpio.

Si yo REPARO el auto es porque estaba descompuesto. No lo reparo si funciona bien.

Si Cristo REDIMIÓ a María es porque era pecadora. Jesús no necesitaría redimir a alguien que ES justo.

Estimado Karolusin. Usted me entiende perfectamente. No sé porqué necesita darle vueltas al asunto.

No estoy diciendo que María se redimió así misma. TODO HUMANO necesita de la Redención de Cristo para ser agradable a los ojos de Dios.

Solo repito lo que dijeron 2 papas "infalibles"

Uno (Pío IX) dijo que María NO TENIA PECADO.
Otro (JPII) dijo que María fue REDIMIDA DE PECADO.

Si no me quiere entender, lo acepto. Pero no pretenda desviar el clarísimo tema central.

Espero haberle sido claro.
Le mando un abrazo en Cristo.


Querido Daniel:

Comprendo tu problema. Lo que ocurre es que el romanismo reclama para Maria un privilegio singular (y a mi entender imaginario) por el cual fue redimida "por anticipado", es decir, antes de que pecase.

Tal vez lo siguiente sea de utilidad para aclarar el panorama.

LA INMACULADA CONCEPCIÓN: ¿DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA?

Tal como la Iglesia de Roma formuló la definición dogmática de la inmaculada concepción (pasiva) de la Bienaventurada María, no puede objetarse en contra de este dogma que María tenía necesidad de redención (como cualquier descendiente de Adán), pues la definición tiene explícitamente en cuenta este hecho.

Lo que es ciertamente objetable, y la razón por la cual debe ser rechazado por los cristianos, es que simplemente no se enseña en la Biblia.

La doctrina de la concepción inmaculada de María no se encuentra explícitamente en la Sagrada Escritura.”

(Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Edición Revisada. Barcelona: Herder, 1969, p. 315).

Este autor pasa a decir que según “numerosos teólogos”, la doctrina está implícita en los siguientes textos: Génesis 3:15, Lucas 1:28 y Lucas 1:41 (sic; en realidad se refiere a 1:42).

Génesis 3:15

“Y enemistad pondré entre tú y la mujer,
y entre tu simiente y su simiente;
[él] te herirá la cabeza
y tú le herirás el talón”

Este texto, que es a menudo llamado el “primer evangelio”, anuncia una lucha que se prolongará a través de los siglos. Como parte del veredicto de Dios contra la serpiente, el final de tal combate le será adverso a ésta. La mujer a la que se refiere aquí es Eva (¡no había por entonces otra!). El pronombre masculino singular “él” es permitido (aunque no exigido) por el hebreo, y la Septuaginta pasa del neutro “simiente” (sperma) al pronombre masculino singular autos, “él” (en Génesis 4:25 el término “simiente” , hebreo zera’ también se aplica a un varón particular, Set).
De la plenitud de la revelación presente en el Nuevo Testamento entendemos que esta simiente es Cristo, quien derrotó a Satanás. Como corroboración podemos notar que en Gálatas 3:16-19 Pablo aplica a Cristo la referencia a la simiente (zera’) de Abraham de Génesis 12:7.

Es en extremo difícil ver cómo la doctrina de la inmaculada concepción pueda estar implícita en este texto. Entre Eva y Cristo se extiende una larga cadena de descendientes de los cuales María no es sino el último eslabón, lo cual no permite en modo alguno pensar que ella (y no el resto de los ascendientes de Cristo según la carne) fuese exceptuada del pecado original por algún decreto divino que no aparece por ningún lado en la Escritura.

Lucas 1:28

“Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».”

Estas palabras del ángel Gabriel a María constituyen el saludo previo a la anunciación. Las palabras “llena de gracia” de la Biblia de Jerusalén corresponden al término griego kejaritômenê, del verbo jaritoô, “favorecer” o “colmar de favores”. Los católicos sostienen que esta era una plenitud extensiva e intensiva que, por tanto, debía de incluir la excepción del pecado original. Sin embargo, debe notarse que las palabras del ángel no guardan referencia alguna a la concepción de María ni a su condición previa a la visita del ángel. De hecho, ante la perplejidad de María, en el versículo 30 Gabriel dice: “Has hallado gracia delante de Dios”. Además, en este verbo solamente aparece otra vez en todo el Nuevo Testamento, en Efesios 1:6, y en esta ocasión se refiere a todos los cristianos: “para la alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos colmó de favores (o “nos llenó de gracia”, ejaritôsen) en el Amado”. Si esta expresión implicase por sí misma la concepción inmaculada, entonces este sería un privilegio de todos los creyentes.

Lucas 1:42

“y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno».”

Estas palabras pronunciadas por Isabel, llena del Espíritu Santo, son tomadas por los católicos en el sentido de que la bendición de Dios sobre María y sobre Jesucristo a la vez implicaba que tanto la madre como el Hijo compartían el privilegio de ser libres de pecado desde la concepción. Pero de esto no hay ni jota en el texto ni en el contexto. Además, que tal bendición supusiese una bendición suprema y singular exclusiva de María es contradicho por las palabras del mismo Señor. En el mismo Evangelio de Lucas leemos:

“Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».” (Lucas 11:27-28)

En otras palabras, según Jesús, la bienaventuranza de quienes oyen y obedecen a Dios es mayor que la de haber llevado a Cristo en el vientre y haberlo amamantado.


La tradición

Si algún católico objeta que debe también tenerse en cuenta la tradición apostólica transmitida por vía oral como otra fuente de revelación, habrá que responderle que además de estar en desacuerdo con tal noción, de hecho no existe ninguna tradición confiable documentada en los primeros diez siglos del cristianismo que documente tal creencia.


Los Padres de la Iglesia

No solamente es esta doctrina ajena a la Biblia y no es apoyada por ninguna tradición confiable. Tampoco fue enseñada por ningún escritor cristiano de los primeros siglos. Uno puede buscar en vano durante el primer milenio del cristianismo un autor tenido por ortodoxo que enseñase la inmaculada concepción. Dice Ott (o.c., p. 316) :

"b]Ni los padres griegos ni los latinos enseñan explícitamente la concepción inmaculada de María[/b]."

Pero como su libro es una exposición de la teología católica, no puede dejar ahí la cosa, y argumenta que la doctrina está implícita en los Padres. La inmaculada concepción quedaría implícita en el alto concepto que tuvieron estos autores de la pureza y santidad personal de María, y en el paralelismo y antítesis entre Eva y María.

Permanece ciertísimo que, por más admiración que sintiesen por María, ningún Padre enseñó su concepción inmaculada, y de hecho cuando en la Edad Media comenzó a hablarse de esta doctrina, recibió una firme oposición de algunos de los teólogos más importantes de la época. La principal objecion era la universalidad del pecado y por tanto de la necesidad de redencion por Cristo.


Historia de una tradición espuria

La primera insinuación de lo que progresivamente y no sin controversia condujo a la doctrina en discusión la hallamos no en Occidente, sino en Oriente. A partir del siglo VII surge en las iglesias griegas una festividad de la concepción de Santa Ana, a quien se tenía por madre de María.

El origen de esta creencia puede trazarse a uno de los libros apócrifos del Nuevo Testamento que con el tiempo adquirió enorme influencia en las creencias acerca de María. Aunque esta obra narra el nacimiento de Jesús, su propósito obvio es el de ensalzar a su madre, de la cual narra nacimiento, infancia y casamiento. Se trata del Protoevangelio de Santiago.

Es uno de los llamados “evangelios de la infancia” y se cree que data de la segunda mitad del siglo II. Escrito en griego, se tradujo al siríaco, etiópico, georgiano, sahídico, eslavo antiguo, armenio y probablemente al latín (aunque no subsisten manuscritos latinos tempranos). Es en esta obra que aparecen por vez primera los supuestos nombres de los padres de María como Ana y Joaquín. Aunque, como dice Elliott, “las doctrinas desarrolladas de la mariología pueden trazarse hasta este libro”, irónicamente en la antigüedad fue prohibido por la Iglesia occidental porque enseñaba que María fue la segunda esposa de José.

En cambio, tuvo como dije gran popularidad en el Oriente, y probablemente explica el origen de una festividad dedicada a la concepción pasiva de María, ocurrida luego de una prolongada esterilidad de Ana, su madre, y anunciada por un ángel (según el pseudo Santiago).

Más tarde esta fiesta se introdujo en occidente, al principio en el sur de Italia y quizá en Irlanda allá por el siglo IX. A principios del siglo XII, mientras la celebración de la concepción de María se infiltraba en la liturgia, dos monjes británicos, Eadmer y Osberto, comenzaron a enseñar que en su concepción María había sido libre del pecado original


El hecho indisputable que tal creencia era una novedad en la Iglesia de Roma queda evidenciado por la reacción del Doctor melifluo, Bernardo de Claraval (1090-1153; el mismo que escribió Las glorias incomparables de María). Cuando la fiesta de la Inmaculada Concepción se introduce en Lyon en 1140, el abad de Claraval “la desaconseja como novedad infundada, enseñando que María había sido santificada después de su concepción...” (Ott, o.c., p. 317).


El más grande teólogo católico medieval, Tomás de Aquino, se opuso a la doctrina de la Inmaculada Concepción

De igual modo, los principales teólogos católicos del mismo siglo y del siguiente se opusieron a la doctrina de la inmaculada concepción; entre ellos Pedro Lombardo (1100-1160), Alejandro de Hales (1170-1245), Buenaventura (1221-1274), Alberto Magno (1200-1280) y su más grande discípulo, Tomás de Aquino (1225-1274). Este último enseñaba que María fue santificada desde el vientre de su madre, pero no desde el instante mismo de su concepción, sino más tarde. Tomás escribió en la Summa Theologica (III, 27: 2) según su método acostumbrado, los argumentos (Objeciones) a favor de la inmaculada concepción, y los contestó como sigue.


¿Fue la Bendita Virgen santificada antes de recibir el alma?

Objeción 1. Pareciera que la Bendita Virgen fue santificada antes de recibir el alma. Porque, como hemos dicho, se le otorgó más gracia a la Virgen Madre de Dios que a cualquier otro santo. Ahora bien, parece que se les concedió a algunos ser santificados antes de la recepción del alma. Pues está escrito (Jer. 1:5): "Antes de que te formase en el vientre de tu madre, yo te conocí"; y el alma no es infundida antes de la formación del cuerpo. De igual modo dice Ambrosio de Juan el Bautista (Comment. in Luc. i, 15): "Aún el espíritu de vida no estaba en él y ya poseía el Espíritu de gracia." Mucho más, por tanto, pudo la Bendita Virgen haber sido santificada antes de la animación.

Objeción 2. Además, como dice Anselmo (De Concep. Virg. xviii), "fue apropiado que esta Virgen resplandeciese con tal pureza que por debajo de Dios no puede imaginarse ninguna mayor ": por lo cual está escrito (Cant 4:7): "Tú eres en todo hermosa, mi amada, y no hay mancha en ti." Pero la pureza de la Bendita Virgen podría haber sido mayor si ella nunca hubiese estado manchada por el contagio del pecado original. Por tanto, le fue concedido ser santificada antes de que su carne recibiese el alma.

Objeción 3. Además, como e dijo arriba, no se celebra ninguna fiesta excepto la de algún santo. Pro algunos guardan la fiesta de la Concepción de la Bndita Virgen. Por tanto pareciera que en su mismísima concepción fue santa; y de aquí que fue santificada antes de recibir el alma.

Objeción 4. Además, el Apóstol dice (Rom. 11:16): "Pues si la raíz es santa, así son las ramas." Ahora bien, la raíz de los hijos son sus padres. Por tanto, la Bendita Virgen pudo ser santificada ya en sus padres, antes de recibir el alma.


Por el contrario. Las cosas del Antiguo Testamento eran figuras del Nuevo, según 1 Cor. 10:11: "Todas las cosas les ocurrieron en figura." Ahora bien, la santificación del Tabernáculo, del cual está escrito (Salmo 45:5): "El Altísimo ha magnificado su propio tabernáculo” parece significar la santificación de la Madre de Dios, quien es llamada “el Tabernáculo de Dios” según el Salmo 18:6: "Él ha establecido su tabernáculo en el sol.” Pero del tabernáculo está escrito (Ex. 40:31,32 [¿?]): "Después de que todo fue perfeccionado, la nube cubrió el tabernáculo del testimonio, y la gloria del Señor lo llenó.” Por tanto tampoco la Bendita Virgen fue santificada hasta que todo en ella fue perfeccionado, es decir, su cuerpo y alma.

Respondo que. La santificación de la Bendita Virgen no puede entenderse como ocurrida antes de la recepción del alma, por dos razones. Primero, porque la santificación de la que hablamos no es sino la limpieza del pecado original; pues la santificación es una “limpieza perfecta”, como dice Dionisio (Div. Nom. xii). Ahora bien, el pecado original no puede ser quitado excepto por gracia, el sujeto de la cual es solamente la criatura racional. Por tanto, antes de la infusión del alma racional, la Bendita Virgen no fue santificada.
Segundo, porque, ya que solamente la criatura racional puede ser el sujeto del pecado, la descendencia concebida no es capaz de pecar. Y así, en cualquier manera en que la Bendita Virgen hubiese sido santificada antes de recibir el alma, nunca hubiese podido incurrir en la mancha del pecado original; y de este modo no hubiese necesitado la redención y salvación que son por Cristo, de quien está escrito (Mt. 1:21): "Él salvará a su pueblo de sus pecados.” Pero esto es inapropiado, por implicar que Cristo no es el “salvador de todos los hombres”, como es llamado (1 Tim. 4:10). Se sigue, por tanto, que la Bendita Virgen ue santificada después de recibir el alma.

Respuesta a la objeción 1. El Señor dice que “conoció” a Jeremías antes de que fuese formado en el vientre, por conocimiento, es decir, de predestinación; pero dice que lo “santificó” no antes de su formación, sino antes de que “saliera del vientre”, etc. Con respecto a lo cual dice Ambrosio, o sea que en Juan el Bautista no estaba el espíritu de vida cuando ya estaba el Espíritu de gracia, por espíritu de via no hemos de entender el alma que da vida, sino el aire que respiramos. O puede decirse que en él no estaba el espíritu de vida, esto es el alma, en cuanto a sus operaciones manifiestas y completas.

Respuesta a la objeción 2. Si el alma de la Bendita Virgen nunca hubiese incurrido en la mancha del pecado original, esto sería lesivo de la dignidad de Cristo, por causa de que él es el universal Salvador de todos. Consecuentemente después de Cristo, quien, como Salvador universal de todos, no necesitaba ser salvado, la pureza de la Bendita Virgen ocupa el lugar más elevado. Pues Cristo no contrajo el pecado original en absolutamente ninguna manera, sino que fue santo desde su mismísima concepción, según Lucas 1:35: “El santo Ser que nacerá de ti será llamado el Hijo de Dios.” Pero la Bendita Virgen ciertamente contrajo el pecado original, mas fue limpiada de él antes de su nacimiento desde el vientre. Esto es lo que se significa (Job 3:9) donde está escrito de la noche del pecado original “que espere luz”, es decir, Cristo, “y no la vea” (porque “nada inmundo viene a ella”, como está escrito, Sap 7:25), "que tampoco vea el rayar de la aurora” , esto es de la Bendita Virgen, quien en su nacimiento era inmune al pecao original.


Respuesta a la objeción 3. Aunque la Iglesia de Roma no celebra la Concepción de la Bendita Virgen, sí tolera la costumbre de ciertas iglesias que sí guardan aquella fiesta, por lo cual ella no ha de ser enteramente reprobada. De todos modos, la celebración de esta fiesta no nos da a entender que ella era santa en su concepción. Pero ya que no se sabe cuándo fue santificada, la fiesta de su Santificación, más que la fiesta de su concepción, se celebra en el día de su concepción.

Respuesta a la objeción 1. La santificación es doble. Una es la de toda la naturaleza: en la medida en que toda la naturaleza humana es liberada de toda corrupción de pecado y castigo. Esto ha de ocurrir en la resurrección. La otra es la santificación personal. Ésta no se transmite a los hijos engendrados de la carne; porque no considera la carne, sino la mente. Consecuentemente, aunque los padres de la Bendita Virgen fueron limpiados del pecado original, de todos modos ella contrajo el pecado original, ya que fue concebida por vía de la concuspicencia de la carne y la relación entre varón y mujer; pues dice Agustín (De Nup. et Concup. i): "Toda carne nacida de relación carnal es pecaminosa."


A pesar de todo, ya se había arraigado en el sentir popular

A pesar de la firme oposición de los maestros de los siglos XII y XIII, la doctrina ganó terreno sobre todo gracias a la defensa que de ella hicieron los franciscanos, en particular Juan Duns Escoto (1264-1308). El llamado Doctor Subtilis acuñó el término “prerredención” para expresar su idea de que no es absolutamente necesario que la santificación preceda cronológicamente a la infusión del alma, sino que basta una prioridad conceptual. Según Duns Escoto, María necesitó ser redimida por Cristo como cualquier otro ser humano, pero accedió a la forma más perfecta de redención, aquella que no la limpió sino que la preservó del pecado original. El hecho de que no hubiese precedente bíblico ni necesidad lógica de esta extraña y novedosa enseñanza no detuvo el entusiasmo. Lo cierto es que el Doctor Subtilis le proveyó a la Iglesia de Roma una excusa racional para enseñar lo que la gente quería creer.

A partir de entonces quedó relativamente allanado el camino para la doctrina de la Inmaculada Concepción. En 1439 el Concilio de Basilea, que no es tenido por ecuménico en el catolicismo, afirmó la creencia como una opinión piadosa conforme a la fe católica, la razón y las Escrituras. En 1476 el papa Sixto IV, franciscano, aprobó la fiesta de la Inmaculada Concepción con su propia liturgia. A pesar de sus obvias simpatías hacia la doctrina, Sixto se abstuvo de transformarlo en un dogma. Y es que todavía distaba de ser unánimemente aceptado en Occidente.

Prueba de ello es que en la Constitución Grave nimis del 4 de setiembre de 1483, este papa debió censurar duramente a los predicadores que “no se han avergonzado de afirmar hasta ahora públicamente en sus sermones al pueblo por diversas ciudades y tierras ... que todos aquellos que creen y afirman que la inmaculada Madre de Dios fue concebida sin mancha de pecado original, cometen pecado mortal, o que son herejes celebrando el oficio de la misma inmaculada concepción, y que oyendo los sermones de los que afirman que fue concebida sin esa mancha, pecan gravemente”. Al mismo tiempo, Sixto IV tampoco admitió que se condenase a quienes se oponían al dogma; en la misma Constitución, en efecto, reprendía también a los que

“se atrevieren a afirmar que quienes mantienen la opinión contraria, a saber, que la gloriosa Virgen María fue concebida con pecado original, incurren en crimen de herejía o pecado mortal, como quiera que no está aún decidido por la Iglesia Romana y la Sede Apostólica...” (Denzinger # 735)

En el siglo XVI, el Concilio de Trento, sin tratar específicamente el tema, dejó explícitamente fuera del Decreto sobre el pecado original del 17 de junio de 1546, a la Bienaventurada María, sin pretender avanzar en el asunto de la inmaculada concepción más allá de lo que lo había hecho Sixto IV.

“Declara, sin embargo, este mismo santo Concilio que no es intención suya comprender en este decreto, en que se trata del pecado original, a la bienaventurada e inmaculada Virgen María, Madre de Dios, sino que han de observarse las constituciones del Papa Sixto IV, de feliz recordación, bajo las penas en aquellas Constituciones contenidas, que el Concilio renueva.” (Denzinger # 792)

Poco más de un siglo más tarde, precisamente el 8 de diciembre de 1661, en la Bula Sollicitudo omnium Ecclesiae, el papa Alejandro VII básicamente ratificó lo actuado por su antecesor Sixto IV y el concilio de Trento, llamando a la inmaculada concepción “un antiguo y piadoso sentir” que abrazan “ya casi todos los católicos”. En 1708 Clemente XI hizo de la fiesta una observancia obligatoria para toda la Iglesia Católica.


La mendacidad de Pío IX

Vistos estos antecedentes históricos, no es de extrañar que finalmente en el siglo XIX la inmaculada concepción fuese elevada a la categoría suprema de dogma de fe católica definida, en la Bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854. La parte de la Bula que contiene la definición propiamente dicha es como sigue :

“Para honor de la santa e indivisa Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y acrecentamiento de la religión cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe por tanto ser firme y constantemente creída por todos los fieles.”

A la cual le sigue, como no podía ser de otro modo, el anatema de rigor:

“Por lo cual, si alguno, lo que Dios no permita, pretendiere en su corazón sentir de modo distinto a como por Nos ha sido definido, sepa y tenga por cierto que está condenado por su propio juicio, que ha sufrido naufragio en la fe y se ha apartado de la unidad de la Iglesia, y que además, por el mismo hecho, se somete a sí mismo a las penas establecidas por el derecho, si lo que en su corazón siente se atreviere a manifestarlo de palabra o por escrito o de cualquiera otro modo externo.”

Este texto figura en Denzinger # 1641. Lo que no aparece allí es la fundamentación que Pío IX ofreció en la citada Bula. He aquí algunas de sus afirmaciones más interesantes:

“La Iglesia Católica, dirigida por el Santo Espíritu de Dios, es la columna y el fundamento de la verdad y siempre ha sostenido como divinamente revelada y como contenida en el depósito de la revelación celestial esta doctrina concerniente a la inocencia original de la augusta Virgen –una doctrina que está tan perfectamente en armonía con su maravillosa santidad y preeminente dignidad como Madre de Dios- y así nunca ha cesado de explicar , de enseñar y de promover esta doctrina época tras época de muchas formas y por actos solemnes.” (negritas añadidas)

Como vimos, es patentemente falso que esta doctrina haya sido creída siempre, ni siquiera dentro de la Iglesia de Roma.

“Ahora, en la medida en que todo cuanto pertenece a la adoración ssagrada está íntimamente conectado con su objeto y no puede tener ni consistencia ni durabilidad si tal objeto es vago o incierto, nuestros predecesores, los Romanos Pontífices, por tanto, mientras dirigían todos sus esfuerzos hacia un aumento de la devoción, hicieron su objetivo no sólo el de enfatizar el objeto con el mayor celo, sino también de enunciar la doctrina exacta.” (negritas añadidas)

Falso por completo; por el contrario, como hemos visto, los papas Sixto IV y Alejandro VII, así como el Concilio de Trento, fueron deliberadamente vagos en sus enseñanzas al respecto, absteniéndose de definiciones dogmáticas al respecto.

“Todos son conscientes de con cuánta diligencia esta doctrina de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios ha sido transmitida, propuesta y defendida por las más destacadas órdenes religiosas, por las más celebradas academias teológicas, y por eminentísimos doctores en las ciencias de la teología.” (negritas añadidas)

Esto es verdad si se excluye a todos los Padres orientales y occidentales de los primeros siglos, y a Bernardo de Claraval, Pedro Lombardo, Alejandro de Hales, Buenaventura, Alberto Magno y Tomás de Aquino...

“Y ciertamente, ilustres documentos de venerable antigüedad, tanto de la Iglesia Oriental como de la Occidental, muy vigorosamente testifican que esta doctrina de la Inmaculada Concepción de la Beatísima Virgen, la cual fue cotidianamente más y más espléndidamente explicada, establecida y confirmada por la más alta autoridad, enseñanza, celo, conocimiento, y sabiduría de la Iglesia, y la cual fue diseminada entre todos los pueblos y naciones del mundo católico de manera maravillosa – esta doctrina siempre existió en la Iglesia como una doctrina que ha sido recibida de nuestros ancestros, y que ha sido estampada con el carácter de una doctrina revelada.” (negritas añadidas)

No existe la más mínima evidencia histórica de esta afirmación, y de hecho Pío IX no pudo citar ninguno de los “ilustres documentos” de los que presume.

En consecuencia, es evidente que las consideraciones sobre las que la definición de la Inmaculada Concepción se fundamenta son irremediablemente falsas, por lo cual no cabe pensar mejor de la doctrina misma.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius


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¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!
 
Originalmente enviado por Juan 8:32:
INMACULADA CONCEPCIÓN E INFALIBILIDAD PAPAL
Pregunta de mi hermano Juan:
1. Si María fue SIN PECADO, ¿porqué necesitó ser redimida por Cristo?
Respuesta:
La vida en si es una prueba y como tal ha de ser superada. Maria ya la tenia superada antes de nacer pues habia sido escogida para el mayor honor que se le puede hacer a criatura alguna: Ser madre de Dios.
Pero en este periodo de su existencia tambien tuvo que pasar la prueba y fue aprobada por Jesucristo. Observa que Jesucristo siendo Dios tambien fué probado(tentado) por el demonio en el desierto.
Preguntas de mi hermano Juan
2. ¿Quién tiene razón, Pío IX o Juan Pablo II?
3. ¿Es esto una contradicción entre “papas infalibles”?
Respuesta:
Tienen razon los dos amigo Juan. Anda repasa las dos lecturas y fijate bien. No hay contradicción alguna si comprendes la respuesta a la redención de Maria. Toda persona encarnada ha de recibir el beneplacito de Dios por sus actos en la vida y Maria, aún siendo inmaculada, no es una escepción.

Que la paz de nuestro Señor este con todos nosotros y permanezca para siempre.
 
Marsuar dijo

"La vida en si es una prueba y como tal ha de ser superada. Maria ya la tenia superada antes de nacer..."
"Pero en este periodo de su existencia tambien tuvo que pasar la prueba..."
"Jesucristo siendo Dios tambien fué probado(tentado) por el demonio en el desierto." (¿y..?)
"Tienen razon los dos amigo Juan. Anda repasa las dos lecturas y fijate bien..."

Créeme, Marsuar, que le pongo voluntad. Pero no hay caso.
Las volteretas no me convencen.
De todas maneras, agradezco tu tiempo y dedicación.
Un abrazo.


Hermano Jetonius
Gracias por tu aporte. Muy interesante.
Confieso que termino de leerlo mañana.
Bendiciones en Cristo
 
Elevo una oracion al Altisimo para que quien lea lo siguiente sea iluminado por El z asi pueda entender.


Grande fue la ruina que el pecado de Adán trajo a los seres humanos, pues al perder la gracia o amistad con Dios se perdieron también muchísimos bienes que con la gracia iban a venir, y en cambio llegaron muchos males.

Pero quiso Dios hacer una excepción y librar de la mancha del pecado original a la Santísima Virgen a la que Él había destinado para ser madre del segundo Adán, Jesucristo, el cual venía a reparar los daños que causó el primer Adán.

Veamos cómo convenía que Dios librara de la mancha del pecado original a la Virgen María. El Padre como a su Hija preferida.
El Hijo como a su Madre Santísima.
El Espíritu Santo como a la que había de ser Sagrario de la divinidad.


PUNTO I: Convenía al Padre Celestial preservar de toda mancha a María Santísima, porque Ella es su hija preferida.

Ella puede repetir lo que la Sagrada Escritura dice de la Sabiduría: "yo he salido
de la boca del Altísimo" (Ecl. 24, 3). Ella fue la predestinada por los divinos decretos para ser la madre del Redentor del mundo. No convenía de ninguna manera que la Hija preferida del Padre Celestial fuera ni siquiera por muy poco tiempo esclava de Satanás.
San Dionisio de Alejandría dice que nosotros mientras tuvimos la mancha del pecado original éramos hijos de la muerte, pero que la Virgen María desde su primer instante fue hija de la vida.
San Juan Damasceno afirma que la Virgen colaboró siendo mediadora de paz entre Dios y nosotros y que en esto se asemeja al Arca de Noé: en que los que en ella se refugian se salvan de la catástrofe; aunque con una diferencia: que el Arca de Noé solo libró de perecer a ocho personas, mientras que la Madre de Dios libra a todos los que en Ella busquen refugio, aunque sean miles de millones.
San Atanasio llama a María: "nueva Eva, y Madre de la vida", en contraposición a la antigua Eva que nos trajo la muerte. San Teófilo le dice: "Salve, tú que has alejado la tristeza que Eva nos había dejado".
San Basilio la llama "pacificadora entre Dios y los seres humanos" y San Efrén la felicita como: "pacificadora del mundo".
Pero el pacificador no debe ser enemigo del ofendido ni estar complicado en el delito u ofensa que se le ha hecho.
San Gregorio dice que si para aplacar a un
ofendido llamamos a uno que es su enemigo, en vez de aplacarlo lo irritamos más. Siendo que María iba a colaborar con Cristo a conseguir la paz entre Dios y nosotros, no convenía que ella fuera una pecadora o enemiga de Dios sino todo lo contrario: una mujer con el alma totalmente libre de toda mancha de pecado.
Convenía que María no tuviera la mancha del pecado original porque ella estaba destinada a llevar entre sus brazos al que iba a pisar la cabeza del enemigo infernal, según la promesa que Dios hizo en el Paraíso terrenal, cuando le dijo a la serpiente: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre su descendencia y la tuya, y la descendencia de Ella te pisará la cabeza" (Génesis 3). Si María iba a ser la mujer fuerte que traería al que iba a aplastar la cabeza de Lucifer, convenía que Ella no estuviera ni siquiera por poco tiempo manchada con el pecado con el cual Lucifer manchó el alma de nuestros primeros padres. La que nos iba a ayudar a librarnos de toda mancha de pecado convenía que no tuviera ninguna mancha de pecado.
San Buenaventura dice: "Convenía que María que venía a librarnos de la vergüenza de estar manchados con el pecado, lograra verse libre de las derrotas que el demonio proporciona".
Pero la razón principal por la cual convenía que el Padre Celestial librara a María de todo pecado es porque la tenía destinada a ser Madre de su Santísimo Hijo.
San Bernardino decía que si no hubiera otros motivos bastaría este: que por el honor de su Hijo que es Dios, al Padre Celestial le convenía librar a María de toda mancha de pecado.
Santo Tomás enseña que lo que se consagra totalmente a Dios debe ser santo y libre de toda mancha. ¿Y qué creatura humana ha sido consagrada más perfectamente a Dios que la Virgen María?. El rey David decía que un templo no se destina para los seres humanos solamente, sino sobretodo para Dios (1 Crónicas 29) y así también el Creador que formó a la Santísima Virgen con un fin principal: ser Madre de su Santísimo, seguramente adornó su alma con los más bellos
adornos, y entre todos, el mejor: el estar libre de toda mancha de pecado, para que fuera digna morada donde iba a vivir nueve meses el Salvador del mundo.
San Dionisio afirma: "Dios preparó a su Hijo la más santa y bella morada en ese mundo: el alma de su Madre Santísima, libre de toda mancha".
Y algo parecido dice la liturgia de la Iglesia cuando reza esta oración: "Oh Dios
Omnipotente que por medio de el Espíritu Santo has preparado el cuerpo y el alma de María como digna morada de tu Hijo, concédenos a los que la invocamos, vernos libres de todo mal. Amén".
Gloria de los hijos es proceder de padres de intachable conducta. El libro de los
Proverbios dice: "La gloria de los hijos son sus padres" (Prov. 17, 6). La gente llega a aceptar que los demás digan que sus padres eran pobres o ignorantes, pero lo que no desean de ninguna manera es que puedan afirmar que sus padres no eran gente buena. ¿Y cómo nos pudiéramos nosotros imaginar que Dios pudiendo hacer que su Hijo naciera de una mujer libre de toda mancha de pecado,
hubiera permitido que Ella hubiera estado manchada por el pecado, y que Lucifer
pudiera afirmar que aunque fuera por poco tiempo, había logrado esclavizar con el
pecado a la Madre de Dios? No, esto nunca lo iba a permitir el buen Dios.
Por eso la Iglesia griega en uno de sus himnos dice: "Por especial Providencia hizo Dios que la Santísima Virgen desde el principio de su vida fuera tan totalmente pura cuanto convenía a su dignidad de Madre de Dios".
Los santos dicen que a ninguna otra creatura le concede Dios alguna virtud o cualidad espiritual que no le haya dado antes a la Madre de su Hijo.
San Bernardo afirma: "Las cualidades o virtudes que a otros santos da Dios, no se las negó a la Madre del Redentor".
Santo Tomás de Villanueva dice: "Esas cualidades y virtudes y privilegios que Dios les ha concedido a otros santos, ya antes los había regalado a la Santísima Virgen, y aún mucho mayores".
Y San Juan Damasceno se atreve a exclamar: "Entre las virtudes de la Santísima Virgen y las de los santos hay tanta diferencia como del cielo a la tierra", y Santo Tomás explica que Ella es la Madre y los demás santos son simplemente "siervos", y que se le
acostumbra conceder más privilegios a la Madre que a los siervos.
San Anselmo se pregunta: ¿Pudo Dios preservar a ciertos ángeles de toda mancha de pecado, y no podía preservar a su propia Madre? ¿Pudo Dios crear a Eva sin mancha de pecado y no iba a poder crear el alma de María sin esa
mancha? Y si pudo hacerlo y le convenía hacerlo, ¿por qué no iba a hacerlo?
Y continúa el gran doctor San Anselmo: "Era verdaderamente justo que a la Virgen a la cual tenía Dios reservada para ser Madre de su Hijo, la adornara con tan gran pureza que no sólo aventajara a los seres humanos y a los ángeles sino que también se pudiera decir de Ella que en pureza sólo le gana Dios".
San Juan Damasceno exclama: "Dios vigilaba cerca de la Santísima Virgen, para que fuera totalmente pura, porque Ella iba a albergar por nueve meses al Salvador del mundo y lo iba a acompañar en todos sus 33 años sobre la tierra. La que iba a estar junto al más puro de todos los habitantes de la tierra, debía ser también totalmente Inmaculada y libre de toda mancha de pecado".
De María se pueden repetir las palabras del Cantar de los Cantares: "Eres como un lirio entre espinas" (C. 2, 2). Todos fuimos manchados y somos como espinas, y Ella como un lirio blanquísimo, permaneció Inmaculada, sin mancha de pecado.


PUNTO II: Convenía al Hijo de Dios preservar a su Santísima Madre de toda mancha de pecado.

No se concede a los hijos poder escoger a su propia madre ni elegir qué tan santa debe ser. Pero si ello se nos permitiera, nosotros no iríamos a escoger por madre a quien no fuera bien santa y bien amiga de Dios. ¿Y Jesús que fue el Único Hijo que pudo escoger a su propia Madre y crearla según su parecer, no iba a hacer que la que le diera su naturaleza humana y lo acompañara cariñosamente durante toda su vida mortal fuera una mujer extraordinariamente pura y totalmente libre de toda mancha de pecado?
Cuando el Creador determinó que su Hijo naciera de una mujer, escogió a la que
más convenía a su Altísima dignidad, dice San Bernardo. Y siendo conveniente que la Madre de un Redentor Purísimo fuera Ella también totalmente pura, así la hizo Nuestro Señor.
La Carta a los Hebreos dice: "Tal convenía que fuera nuestro Pontífice: santo, inocente, sin mancha de pecado, apartado de los pecadores" (Hebr. 7, 26). ¿Y la Madre de este Pontífice Supremo no convenía que fuera también Santa, inocente, sin mancha? ¿Y cómo se hubiera podido afirmar que Jesucristo estaba "apartado delos pecadores" si hubiera tenido una Madre pecadora?
San Ambrosio enseña: "Jesucristo eligió a María por Madre, no en la tierra, sino ya desde el cielo, y para morar en Ella y nacer de Ella y vivir acompañado por Ella, la llenó totalmente de santidad y de pureza". Y este santo se atreve a llamar a María ‘Mansión Celestial’, no porque Ella no fuera humana, sino porque el Señor la adornó con cualidades celestiales para ser mansión donde viviera el Hijo de Dios.
Santa Brígida dice que en una revelación oyó que María superaba a los ángeles en santidad por estar destinada a traer al mundo al Redentor.
Y la misma santa añade: "María fue concebida sin mancha del pecado original, para que de Ella naciera el Hijo de Dios, también sin mancha alguna. Jesús no quiso permitir que la Madre de la cual iba a nacer, tuviera ni siquiera por breve tiempo, la mancha del pecado en su alma.
Los santos dicen que Dios libró a la Virgen María de padecer la podredumbre de un sepulcro, porque hubiera sido una deshonra para Jesucristo que su Madre se pudriera en una tumba. Pues si hubiera sido deshonroso para Jesucristo que su Madre sufriera la podredumbre de un sepulcro, mucho más deshonroso hubiera sido para Él que María hubiera tenido en su alma, aunque fuera por poco tiempo, la podredumbre del pecado. Hubiera sido verdaderamente deshonroso para Cristo encarnarse en una madre manchada por el pecado, y esclava de los enemigos del
alma.
María no sólo fue Madre, sino digna Madre del Redentor, como la han llamado infinidad de santos.
San Bernardo le dice: "Sólo tú has sido digna de que el Rey Celestial te eligiera para Madre suya".
Santo Tomás de Villanueva afirma: "Si la escogió Dios para madre de su Hijo, es porque estaba bien preparada para este oficio sublime". La misma Iglesia Católica en una de sus oraciones dice: "La Santísima Virgen, cuyas entrañas merecieron llevar al Salvador del mundo". Y Santo Tomás de Aquino lo explica así: "Decimos que Ella mereció llevar en sus entrañas al Salvador del mundo, no porque Ella mereciera por sí misma la
Encarnación, sino porque recibió de Dios todo el grado de pureza y de santidad, que eran convenientes para ser Madre del Salvador".
Y San Pedro Damián añade: "María recibió de Dios tal grado de santidad que mereció el singular privilegio de ser la única digna de ser elegida como Madre del Redentor".
Santo Tomás enseña que cuando Dios elige a una persona para un oficio especial le concede las gracias y cualidades que necesita para este oficio. Y deduce de esto que si escogió a María para Madre del Redentor, seguramente le concedió a Ella todas las gracias y cualidades que este sublime oficio exigía. Y es que el ángel le dijo: "No temas María, que has hallado gracia delante de Dios" (S. Lucas 1, 30). Si María hubiera tenido mancha de pecado, no hubiera hallado esa gracia y simpatía delante de Dios. Para Jesús habría sido un verdadero desdoro haber
tenido por madre a una mujer manchada de pecado.
San Agustín cuando habla de la Santísima Virgen dice: "aquí ni siquiera me atrevo
a nombrar el pecado, porque Ella por la excelsa condición de estar destinada a ser Madre de Cristo, tenía que estar libre de todo pecado. María que concibió y dio a luz al que no tuvo la más mínima mancha de pecado, debía estar ella también libre de esa mancha, y recibió gracias especialísimas para vencer en todo el pecado" (De Nat y grat. L.C. 36 Nº 42).
De todo esto teneos que concluir que el Hijo de Dios se escogió por Madre a una mujer tan pura que nunca tuviera que avergonzarse de estar manchada con pecado alguno.
San Proclo exclama: "Para Jesús nunca fue deshonroso que lo llamaran el hijo de María. Pero sí le habría sido deshonroso que los demonios le hubieran podido decir: ‘Tu madre fue pecadora en otro tiempo y esclava nuestra’".
Dios que es la Sabiduría misma supo fabricarse muy sabiamente en la tierra a la
que había de ser morada de su Hijo. Y si el profeta anunció: "La sabiduría no morará con gusto en cuerpo manchado por el pecado" (Sap. 1, 4) ¿cómo podríamos imaginar que el Hijo de Dios, Sabiduría Infinita, hubiera escogido
habitar en su encarnación, a una mujer que no estuviera absolutamente libre de toda mancha de pecado?
Un autor sagrado decía: Dios no encontró otro palacio más bello ni más puro que la Virgen María, para que su Hijo Santísimo viniera a habitar y nacer.
San Cirilo afirma: ¿Qué tal que uno construyera una hermosa morada para sí mismo y después se la diera a un enemigo suyo para que la habitara? ¿Y qué diríamos de Dios, que habiendo formado a la Virgen Santísima para orada y nacimiento de su Hijo, le dejara luego esa santa morada al pecado para que la
habitase?
Ningún hijo amó ni amará jamás a su propia madre con un amor tan grande como el de Jesús a María. ¿Y podríamos decir que la amaba verdaderamente si la dejaba esclava del pecado? ¿Si la honra como ningún otro hijo ha honrado a la propia madre, podría permitir que quedara deshonrada con la mancha del pecado? Pregunta Gerson.
San Agustín dice que hay dos modos de redimir: uno, levantando a quien ya cayó en pecado, y otro, evitando que la persona caiga en pecado. Pues a María la redimió de este modo, superior al otro: la libró de toda mancha de pecado, y de caer en pecado.
San Buenaventura en un sermón decía que el Espíritu Santo en vez de tener que liberar después a María Santísima del pecado original, la preservó de este pecado desde el momento mismo de su Inmaculada Concepción.
Y el Cardenal Cussano dice algo muy parecido: "A María, la gracia de Dios la preservó de toda mancha de pecado, mientras que a las demás creaturas lo que hace la gracia es liberarlas de las manchas del pecado que ya tienen. A Ella el Redentor la preservó de mancharse el alma con el pecado, mientras que a los demás el Redentor los libera de esa mancha de pecado cuando ya la han contraído".
Hugo de San Víctor exclama: "El fruto declara qué tal es el árbol que lo produjo. Si el fruto del vientre de la Virgen Maríafue Jesús, el totalmente puro, el Inmaculado y Santísimo, así la Madre que lo engendró debió ser totalmente pura, inmaculada y santísima. Sólo María fue digna de ser Madre de tal Hijo, y sólo Jesús fue digno de ser hijo de tal Madre".
San Ildefonso le dice: "porque eres perfecta y totalmente pura, por eso fuiste elegida para ser Madre del Creador".


PUNTO III: Convenía al Espíritu Santo que María fuera totalmente libre de toda
mancha de pecado.

Santo Tomás llama a María: "Sagrario del Espíritu Santo". Varios santos la llaman
"Templo del Espíritu Santo". Pues bien, el Espíritu Santo estaría más contento y más satisfecho si el Sagrario o el templo donde iba a habitar era totalmente libre de toda mancha de pecado. Por eso Dios libró a María de toda mancha pecaminosa.
En el Cantar de los Cantares se dice algo que le corresponde muy bien a María Santísima: "Eres totalmente hermosa y en ti no hay mancha alguna ni defecto" (Cant. 4, 7) y también: Tu eres como un huerto cerrado a donde no han llegado los enemigos a hacer mal, y eres como una fuente sellada que nadie ha podido contaminar (Cant. 4, 12). San Bernardo dice que el Espíritu Santo que es el autor principal de la Sagrada Biblia, afirmó esto de la Santísima Virgen. Y en el Libro
Sagrado sigue diciendo: "Las jóvenes son muchas, pero una sola es mi paloma, la perfectamente pura" (Cant. 6, 7). Por eso el Ángel le dijo al saludarla "Salve, llena de gracia".
San Sofronio dice que a las demás creaturas les concede Dios mucha gracia y bendición, pero que a María la llenó totalmente de su gracia. Y si estaba llena de gracia de Dios no podía tener mancha de pecado en su alma.
San Pedro Damián afirma: "La que Dios eligió para ser Madre de su Hijo debía tener su alma totalmente llena del Espíritu Santo". Y por lo tanto sin sitio para la mancha del pecado.
Los Santos afirman: "María estuvo siempre llena de luz espiritual en el alma, y nunca tuvo tinieblas de pecado en su espíritu". – "Dios que creó pura a la Madre carnal de los seres humanos, también podía crear totalmente pura a María, la Madre espiritual de todos los creyentes" – .
San Bernardino afirma: "No es aceptable que Jesús quisiera nacer de una madre manchada por el pecado, pudiendo nacer de una madre totalmente pura y santa". Si el ángel le dice: "Has hallado gracia delante de Dios" puede significar que en su alma no había ninguna mancha de pecado que la hiciera antipática ante Nuestro Señor.
Ya en el año 1661 solamente entre los Padre Dominicos (que eran los más reacios) se habían contabilizado 136 escritores de esa Orden religiosa que proclamaban que María no tuvo ni la más mínima mancha de pecado en su alma. Y las Universidades más famosas de entonces: la de La Sorbona en París, las de
Colonia y Nápoles en Italia, las de Salamanca y Alcalá en España y la de Maguncia en Alemania, declararon solemnemente estar totalmente de acuerdo con la idea de que María Santísima fue preservada de toda mancha de pecado. Si tan altos intelectuales lo han proclamado, ¿por qué no proclamar esto mismo
todos los fieles sencillos de la Iglesia Católica?
La Iglesia Católica ha celebrado desde muy antiguo la fiesta de la Inmaculada Concepción, en recuerdo de que María fue concebida sin pecado original, y esta fiesta la han aprobado los Sumos Pontífices y los obispos de todo el mundo.
La Iglesia celebra también el 8 de septiembre la fiesta del nacimiento de la Virgen María. Santo Tomás enseña que la Iglesia católica no acostumbra celebrar el nacimiento de sus santos, pero que a María sí le celebra el nacimiento porque Ella fue totalmente santa ya desde antes de nacer (Summa. T. 3, q. 27 a 1).


ORACIÓN:

Inmaculada Madre Mía, me alegro contigo al verte enriquecida con tanta pureza por parte de Dios y quiero dar gracias al Creador por haberte preservado de toda mancha de pecado, como lo creo firmemente. Y estoy siempre dispuesto a defender la gran verdad de que has sido concebida sin mancha de pecado original.
Quisiera que todo el mundo te admirara y te alabara, como la Aurora que anuncia la llegada del Sol, que es Jesucristo; como el Arca de la Nueva Alianza, que se salvó del naufragio de la mancha del pecado original, como la Paloma sin mancha y blanquísima, como el Huerto cerrado al cual no han logrado llegar los enemigos del alma, como la Fuente Sellada que no ha sido contaminada, como el blanco lirio que floreció entre las espinas, pues en medio de tantas gentes manchadas
con el pecado, tu naciste y te conservaste siempre blanca, pura y completamente amiga del Divino Creador.
Permíteme que te alabe con las palabras pronunciadas por el mismo Dios: "Toda hermosa eres tú, y en ti no hay mancha alguna".
Oh amabilísima e Inmaculada María: tu que eres tan bella ante los ojos de Dios, no dejes de mirar con compasión a las asquerosas llagas de mi pobre alma. Mírame con compasión y ayúdame a curarme de las llagas de mis pecados. Tú que eres un imán que atrae los corazones, atráeme también a mí hacia tu corazón maternal. Tú que desde el primer momento de la vida apareciste tan completamente pura y tan agradable a
Dios, ruega por mi que no sólo nací con la mancha del pecado original sino que durante toda mi vida he venido manchando mi alma con tantas culpas y pecados. Dios que te eligió como Hija predilecta del Padre, y Madre Santísima del Hijo y Sagrario del Espíritu Santo, y por eso te libró de toda mancha de pecado y te demostró más amor que a toda otra creatura, ¿qué favor o gracia que pidas para
nosotros te podrá negar? Virgen Inmaculada: ¡tienes que ayudarme a salvarme!
Por eso te digo con San Felipe Neri: haz que yo siempre me acuerde de Ti, y Tú nunca te olvides de mi. Me parece que faltaran mil años todavía para poder contemplar tu hermoso rostro maternal en el cielo, para empezar a amarte y alabarte en el Paraíso como a la más buena de las madres, mi madrecita, mi Reina, mi gran benefactora, la más bella, la más amable, la más pura, la siempre
Inmaculada Virgen María.
Amén.


Adam Meck Roth
 
Estimado Adam.
Paz de Dios en su vida, y bienvenido a este foro.

Le hago una aclaración. En este epígrafe no estamos discutiendo acerca de la veracidad o mendacidad de la doctrina católica de la "Inmaculada Concepción de María". Esto se ha tratado en otros foros (y estimo que se seguirá haciendo)

Usted ha hecho la siguiente afirmación:

"Pero quiso Dios hacer una excepción y librar de la mancha del pecado original a la Santísima Virgen..."

Mi pregunta es la siguiente:
¿Cuando usted dice "librar, se refiere a que fue preservada o fue redimida?

Y entiendo "preservar" como "evitar de antemano que algo acontezca"

Y entiendo por "redimir" como "cancelar una deuda previamente contraída"

Le agradezco el tiempo que le dedique a la respuesta.
Bendiciones en Cristo.
 
Saludos Daniel !!!:

Sin desmerito de lo que el hermano Adam u otro pueda expresar quisiera hacer un humilde aporte:

Tu pregunta es:
¿Cuando usted dice "librar, se refiere a que fue preservada o fue redimida?

Y entiendo "preservar" como "evitar de antemano que algo acontezca"

Y entiendo por "redimir" como "cancelar una deuda previamente contraída"

Le agradezco el tiempo que le dedique a la respuesta.

respuesta:
ambas cosas. Fue preservada del pecado original para su Divina maternidad, en atencion a los meritos de Cristo, y fue redimida porque la Redencion SOLO viene por Cristo.
Respecto de ser preservada, cuando hablo de los méritos de Cristo hablo justamente de la Redencion.

Un fraterno abrazo en el Señor.
 
Daniel Brion dice:


respuesta:
ambas cosas. Fue preservada del pecado original para su Divina maternidad, en atencion a los meritos de Cristo, y fue redimida porque la Redencion SOLO viene por Cristo.
Respecto de ser preservada, cuando hablo de los méritos de Cristo hablo justamente de la Redencion.


¿Y eso donde lo encontramos en la Palabra de Dios? :confused:, pues lo que yo se es que Dios dice que todos somos pecadores y que no hay justo ni aún uno, pero a pesar de haber leído varias veces la Biblia, NUNCA HE LEIDO QUE DIGA NADA SOBRE LA PRESERVACION DE MARIA; aunque si he leido que ella dice: mi espíritu se regocija en Dios mi SALVADOR


¿Me podría aclarar por favor de donde sale esa idea de la preservacion de la bienaventurada María? :confused:


Gracias


Maripaz
 
Estimada Maripaz:

La admiro mucho porque ud. obra fervientemente por la causa del Señor, mas allá de que tengamos diferencias.

Pero dejeme pedirle que reflexione un poco mas y no se deje dominar por las pasiones.

Lo que estabamos tratando en este foro es sobre el Magisterio de La Iglesia.
Daniel (Juan 8.32) intentaba demostrar que habia contradicción entre el papa pío IX y Juan Pablo II.
Por ello el tema no se centraba en lo que diga la Biblia o no.

Un fraternal abrazo en Cristo.
 
Estimado Daniel Brion:

¿Como debo entender su respuesta? :confused:


1 Es una evasiva
2 Me contestará mas adelante
3 no sabe como contestarme


El título de este foro es Inmaculada Concepción e infalibilidad papal, usted ha respondido a una pregunta de Daniel, y yo me he limitado a preguntarle sobre esa respuesta.

¿Va usted a contestarme? :rolleyes:


Usted dijo:
ambas cosas. Fue preservada del pecado original para su Divina maternidad, en atencion a los meritos de Cristo, y fue redimida porque la Redencion SOLO viene por Cristo.
Respecto de ser preservada, cuando hablo de los méritos de Cristo hablo justamente de la Redencion.


A lo que yo, muy educadamente le he preguntado:

¿Y eso donde lo encontramos en la Palabra de Dios? , pues lo que yo se es que Dios dice que todos somos pecadores y que no hay justo ni aún uno, pero a pesar de haber leído varias veces la Biblia, NUNCA HE LEIDO QUE DIGA NADA SOBRE LA PRESERVACION DE MARIA; aunque si he leido que ella dice: mi espíritu se regocija en Dios mi SALVADOR


¿Me podría aclarar por favor de donde sale esa idea de la preservacion de la bienaventurada María?


Gracias


Maripaz
 
"ambas cosas. Fue preservada del pecado original para su Divina maternidad, en atencion a los meritos de Cristo, y fue redimida porque la Redencion SOLO viene por Cristo.
Respecto de ser preservada, cuando hablo de los méritos de Cristo hablo justamente de la Redencion."

Gracias Daniel por tu respuesta..
Pero no me satisface.

Reconozco que la argumentación tiene un "aire de religiosidad" efectivo para conformarse, aunque poco claro. Ideal para quien no quiera darle "mas vueltas" y cobijarse bajo la "indiscutible e indudable infalibilidad" de ambos papas.

Pero semánticamente "PRESERVAR" y "CURAR" son dos cosas diferentes. No contraer una deuda (preservar) y pagar una deuda (redimir) son cosas diferentes. Por lo menos para quien no busca una respuesta preconcebida.

¿Fue exenta (preservada) de la deuda, o la deuda fue pagada (redimida) ?

Te mando un fuerte abrazo
:)
 
Originalmente enviado por Maripaz:
Estimado Daniel Brion:

¿Como debo entender su respuesta? :confused:


1 Es una evasiva
2 Me contestará mas adelante
3 no sabe como contestarme


El título de este foro es Inmaculada Concepción e infalibilidad papal, usted ha respondido a una pregunta de Daniel, y yo me he limitado a preguntarle sobre esa respuesta.

¿Va usted a contestarme? :rolleyes:


Usted dijo:

A lo que yo, muy educadamente le he preguntado:

¿Y eso donde lo encontramos en la Palabra de Dios? , pues lo que yo se es que Dios dice que todos somos pecadores y que no hay justo ni aún uno, pero a pesar de haber leído varias veces la Biblia, NUNCA HE LEIDO QUE DIGA NADA SOBRE LA PRESERVACION DE MARIA; aunque si he leido que ella dice: mi espíritu se regocija en Dios mi SALVADOR


¿Me podría aclarar por favor de donde sale esa idea de la preservacion de la bienaventurada María?


Gracias


Estimada Maripaz.
Ud. es una persona inteligente y sabe la respuesta. Por las dudas lo repito: el Deposito de la Fe de la Iglesia consta no solo de la Biblia, sino tambien con la Tradicion y el Magisterio.
Veamos, ¿quiere Ud. que la Inmaculada Concepción no esta en la Biblia?
NADIE LO VA A NEGAR. Si de lo que se discute, y lo repito por si no lo captó "se está discutiendo sobre el Magisterio de la Iglesia y, mas precisamente, sobre la Infalibilidad Papal".
Por lo cual, disculpeme, su aporte no va de acuerdo al punto que Daniel(Juan8:32) intenta probar.
Espero esta vez haya Ud. comprendido de que se trata.

Maripaz

;)
 
Daniel (juan8:32):
¿Fue exenta (preservada) de la deuda, o la deuda fue pagada (redimida) ?

Querido Daniel, sobre tu comentario a mi anterior nota no comparto que ella tenga un "aire de religiosidad". ES LA VERDAD.

Veamos:
Cristo es el Unico Redentor. María misma lo canta en la Biblia, en el Magnificat. Por lo tanto Ella es REDIMIDA por Cristo.

María, ademas, fue concebida para un propósito para el cual Ella asintió haciéndose "esclava del Señor". Bien sabemos que ese propósito del Señor era la Divina Maternidad.

Aquí entramos de lleno en el tema del pecado original, del cual arrastramos, como humanidad, la concupiscencia de la carne.

María, como criatura, fue PRESERVADA, de esta marca de satanás (el pecado original), en atención a su Maternidad, mas bien, en atencion a Cristo el Señor.

Por ello espero en que no sigas llamando "aire de religiosidad" a algo que esta perfectamente claro.

Aunque respeto que puedas no compartir el punto, porque tenes derecho y absoluta libertad para que hagas tu interpretación personal.