Holanda, país "progresista"

18 Noviembre 1998
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Hoy en El Mundo

La ministra holandesa de Sanidad apoya la 'píldora del suicidio' para los ancianos

Defiende una regulación para limitar su uso a los que estén «cansados de vivir»

AMSTERDAM.- Holanda se convertía esta semana en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia y podría ser pionero también en autorizar la denominada píldora del suicidio. La medida es vista con buenos ojos por la ministra de Sanidad, Els Bort, que ya ha anunciado que ella no se opondría a su administración para aquellas personas muy ancianas, cansadas de vivir.
«No estoy en contra de la medida, siempre y cuando se regule con el cuidado suficiente para que sólo afecte a los ancianos que ya han vivido suficiente», declaró Borst en una entrevista publicada ayer en el diario NRC Handelsblad.

Su postura abre un nuevo debate en Holanda, que ya ha generado el rechazo de muchos países del planeta al aprobar la legislación de la eutanasia para reconocer una práctica tolerada desde hace dos décadas en este país.

Esta nueva ley permite ejecutar la muerte por compasión bajo estrictas reglas y restricciones a los médicos, que deben cerciorarse de que el paciente sufre dolores insoportables y de que su enfermedad es incurable y terminal. No basta además con la simple petición del enfermo, la decisión queda en manos del doctor, que además está vigilado y controlado por una comisión. Algunos países han comparado esta posibilidad con las políticas de la Alemania nazi, que exterminaba sistemáticamente a adultos y niños con discapacidades.

Sin embargo, Borst insistió en que permitir la utilización de la píldora del suicidio a los muy ancianos y cansados de vivir se diferencia de la eutanasia. La clave está en que el diagnóstico para la prescripción de la pastilla de la muerte voluntaria no tendría nada que ver con una dolencia orgánica, sino psíquica.

«El estar cansado de vivir no tiene nada que ver con la ley de eutanasia, con medicina o doctores. Uno podría estar liberando a una persona de su sufrimiento, pero es un sufrimiento que no tiene vínculos con una enfermedad o una incapacitación», precisó la ministra de Sanidad.

No obstante, Borst se apresuró a aclarar que no es éste un asunto del ministerio de Sanidad, «pero bien podría ser que un ministro de Justicia diga, 'quiero permitirle a la gente que acabe con todo'».

Y en ese caso, a ella no le cabe duda alguna sobre la postura que adoptaría: favorecería esa situación siempre y cuando cada persona pudiera administrarse la píldora por sí misma y se sometiera previamente a un examen que verificara que cumple con los criterios correctos.

«No temen la muerte»

Pero, ¿cómo cerciorarse de si alguien está realmente cansado de vivir? ¿Quién lo decide? ¿Cuáles son esos criterios correctos? La ministra no despeja en la entrevista las dudas sobre el significado de sus palabras y todas las preguntas que generan, pero para explicarse sí pone un ejemplo basado en su experiencia personal con personas de 95 años que ha conocido.

«Estaban extremadamente cansados y aburridos de vivir, pero no temían la muerte, porque realmente eso era lo que querían hacer por encima de todo. Una de ellos ni siquiera tenía familia con la que hablar. Si hubiera dicho 'tengo una píldora y voy a tomarla' hubiera estado de acuerdo con ella», señaló.

La polémica que desatan esta declaraciones obedece a que no sólo la eutanasia está prohibida en el resto del mundo, sino también la inducción al suicidio.

El único precedente comparable a la propuesta de la ministra holandesa se recoge en una ley de Oregón (EEUU), donde se permite que un paciente ingiera un medicamento letal prescrito por un médico. De esta forma han muerto 43 personas en este estado.
 
Uno de los aspectos útiles del diálogo ecuménico es que se pueden dar respuestas unitarias (católico-protestantes) a problemas como el creado por la legislación holandesa.
Hoy vi la siguiente noticia en un periódico español:

Católicos y protestantes alemanes se unen para criticar la eutanasia

Efe - Berlín.-
La condena a la legalización de la eutanasia en Holanda y los alegatos en favor del respeto a la vida han centrado las homilías de Semana Santa de las iglesias católica y evangélica alemanas. Los arzobispos de Múnich, Wetter, y de Colonia, Meisner, criticaron duramente la decisión holandesa en sus mensajes de ayer, Domingo de Resurrección, siguiendo la tónica marcada el Viernes Santo por el presidente de la Conferencia Episcopal, Karl Lehman. El prelado colonés calificó de «enferma y psíquicamente degenerada» a una sociedad que «emite leyes que permiten matar impunemente a terceras personas».
Por su parte, Wetter dijo que la misión de los cristianos es «auxiliar a los enfermos, ancianos y agonizantes, pero no ayudar a matarlos». El obispo de Erfurt, calificó la legalización de la eutanasia activa de «catástrofe ética, que tendrá consecuencias devastadoras».
 
SOLO ANDABA POR AQUI Y ME DIO MUCHO GUSTO VERTE POR EL FORO YA HACE RATO QUE NO ENTRABA LUIS FERNANDO , SOY TU AMIGO RAMON DEL VIEJO FORO Y ME DIO GUSTO VERTE EN EL , TE ENVIO CORDIALES SALUDOS Y ESPERO QUE TE ENCUENTRES BIEN SALUDOS TU AMIGO RAMON.
 
De la web de ICPRESS
http://www.icp-e.org/hemeroteca/e010421.htm


"Y edificó (Caín) una ciudad y llamó el nombre de la ciudad
del nombre de su hijo, Enoc." (Génesis 4:17)


LA CIVILIZACIÓN CAINITA, FUENTE DEL ACTUAL HUMANISMO
Por Wenceslao Calvo



La reciente adopción por el Parlamento holandés de la legalización de matrimonios entre personas del mismo sexo supone un salto cualitativo en lo que hasta ahora venía siendo considerado el matrimonio normativo en el mundo occidental. Ese mismo Parlamento ya ha legalizado también el consumo de drogas, la prostitución y la eutanasia: toda una toma de posiciones que explica hacia dónde camina la Comunidad Europea en el terreno de los valores morales y espirituales.
Si definimos al humanismo como "el sistema en el que el hombre es la medida de todas las cosas", estaremos de acuerdo en afirmar que el origen de lo que está pasando en Holanda es el humanismo en estado puro. Ahora bien, este sistema no tiene su comienzo en el Renacimiento del siglo XV ni en la Ilustración del XVIII, sino que es mucho más antiguo que todo ello. En el capítulo 4 de Génesis hallamos los orígenes y las claves que definen a cualquier humanismo y nos ayudan a entender lo que hoy está pasando.

En primer lugar allí encontramos una religión humanista, en la que no se niega a Dios manifiestamente, pero en la que se pretende imponer como válidos los medios que un ser humano (Caín) ha inventado para buscar a Dios, dejando a un lado al mismo tiempo los que Dios ha señalado como auténticos. Es decir, el humanismo comienza trastocando los asuntos trascendentales, como es la relación entre la criatura y su Creador, para, a partir de ahí, cambiar todo lo demás: "Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda al Señor."

En segundo lugar allí tenemos una sociedad humanista, en la que el hombre que la funda le pone el nombre de su hijo; en otras palabras, es una sociedad-réplica de lo que él mismo es, de su carácter y sus valores, una sociedad hecha a su medida, a su imagen y semejanza: "Salió pues Caín de delante del Señor... y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo."

En tercer lugar allí vemos un modelo de matrimonio humanista, en el que se deja a un lado el modelo original que Dios instituyera: el matrimonio heterosexual y monogámico, para crear otro modelo de acuerdo a los patrones que los hombres mismos inventan: "Y Lamec tomó para sí dos mujeres."

En cuarto lugar allí hallamos una jurisprudencia humanista, en la que se sustituye el código penal que Dios estableciera en casos de agresión y muerte por otro que los hombres conciben de su propio corazón:
"Un varón mataré por mi herida y un joven por mi golpe."

En quinto lugar allí percibimos un progreso humanista. Se trata de una civilización organizada, próspera, tecnológica y estética, cosas que en sí mismas nada tienen de malo; al contrario, ellas son la expresión del mandato de señorear sobre toda la creación. Pero el problema radica en que en toda esa abundancia y prosperidad no hay mucho sitio para Dios, pues en las bases mismas sobre las que dicha civilización fue organizada no había hueco para él.

En suma, es una civilización hecha por y para el hombre, en la que él es el origen y el fin, el artífice y señor de la misma, o sea, la medida de todas las cosas. Así es la civilización que hoy se está construyendo en Europa y de la cual Holanda no es más que el anticipo de lo que vendrá.

Pero, según el refrán español, bien está lo que bien acaba; ahora bien, ¿cómo acabó aquella civilización humanista que fundó Caín? De la única manera que acaba todo lo que se hace a espaldas de Dios aunque momentáneamente parezca muy prometedor: sucumbiendo sus frágiles fundamentos ante el peso del justo juicio de Dios en aquel desastre universal que fue el diluvio. Toda una lección y una advertencia para los humanistas de ayer, de hoy y de siempre




Wenceslao Calvo es pastor evangélico y un conocido conferenciante español
© Wenceslao Calvo
© I+CP 2001
 
Originalmente enviado por Luis Fernando:
Algunos confunden progreso con economia. En vez de construir una vejez mas en concordancia con los servicios de sus progenitores prefieren pagar a sus padres con la muerte alegando que su economia tendra un notable progreso. A estas mentes tambien les ha dado en pensar que progresaran mucho mas si en vez de invertir en hijos invierten en bienestar. Pero yo me pregunto. ¿Es ese el progreso que queremos para la sociedad?. Estoy totalmente de acuerdo contigo Luis Fernando. Eso no es progreso sino desalojo de la humanidad en la tierra.
 
En Holanda mueren 16 personas al día al serles aplicada la eutanasia sin su consentimiento

Diez de cada cien ancianos no quieren ir a hospitales por temor a que acaben con sus vidas, según ha publicado el rotativo «Wall Street Journal Europe». El ocho por ciento de las muertes infantiles son provocadas

Durante la invasión nazi de Holanda en la Segunda Guerra Mundial, los médicos holandeses jamás participaron en actos de exterminio o de eutanasia. Incluso las órdenes dictadas por el III Reich para no dar un tratamiento médico a los pacientes terminales con pocas esperanzas de sobrevivir fueron sistemáticamente desobedecidas. Por eso se sorprendía el ensayista inglés Malcolm Muggeridge al constatar que en una sola generación «se haya transformado un crimen de guerra en un acto de compasión». En 1990, 130.000 holandeses fallecieron, casi 12.000 de ellos tras solicitar la eutanasia, según informes publicados por el Gobierno. A otros 6.000 se les aplicó sin su libre autorización.


El diez por ciento de los ancianos holandeses teme ir a los hospitales

Á.N.
Richard Miniter lo sacaba a relucir en el Wall Street Journal Europe del pasado 25 de abril: según informes hechos públicos por el Gobierno holandés, 5.981 personas murieron en Holanda tras serles aplicados diversos métodos para acabar con sus vidas sin contar con su consentimiento. Otros 11.800 morían tras requerir a sus médicos que pusieran fin a sus vidas. «En la actualidad hay un 33 por ciento de suicidios menos entre la tercera edad que hace dos décadas. Esta cifra coincide casi exactamente con el aumento del número de personas que solicitan la eutanasia en el mismo grupo de edad», subraya Miniter.
Holanda es el primer país democrático del mundo en aprobar leyes que autorizan a los médicos a matar a sus pacientes. Los requisitos son que el paciente sea un enfermo terminal, que no haya cura médica para su enfermedad y que el afectado sea el que solicite la eutanasia.

Matar a niños enfermos

Esos son los requisitos que requiere la ley. Sin embargo, los casos en que no se cumplen a rajatabla abundan. Además de las casi 6.000 personas a las que se aplica la eutanasia sin su libre consentimiento, hay que añadir a los niños discapacitados, a los enfermos terminales y a los pacientes mentales. Según un estudio publicado en 1997 por Lancet, una revista médica británica, el ocho por ciento de los niños que mueren en Holanda son matados por sus médicos.
Miniter relata el caso de un doctor que acabó con la vida ¬contando con el consentimiento de los padres¬ de una niña de tres años con espina bífida y una herida abierta en la base de la misma. «El médico nunca intentó curar la dolencia, según recoge el libro Cultura de la muerte , de Wesley J. Smith», asegura el periodista del Wall Street Journal Europe. «El tratamiento fue la muerte», concluye.
Los que se oponen a la eutanasia hablan del peligro de que se abuse de la ley. Una vez que se ha introducido una cuña en un bloque es fácil hacer presión para acabar de fragmentarlo. Estos excesos han sembrado el pánico entre muchos ancianos. Según un estudio en el que no se mencionaba el término «eutanasia», el diez por ciento de los ancianos holandeses teme que los médicos les apliquen la eutanasia sin su consentimiento. Muchos de ellos se han visto obligados incluso a portar en sus carteras una tarjeta en la que se declaran contrarios a que se les acelere la muerte.
La situación dista mucho de cambiar. Según algunas encuestas, el 80 por ciento de los holandeses apoya la eutanasia voluntaria. El propio gremio de médicos ve con buenos ojos su práctica. «Los holandeses hemos llegado tan lejos tan rápidamente porque desde el principio hemos tenido a los profesionales sanitarios de nuestro lado», confesó Derek Humphrey, fundador de la asociación pro¬eutanasia Hemlock Society, al rotativo canadiense Canada´s Globe and Mail el pasado mes de septiembre.

Médicos como contables

Según Miniter, la cultura de la muerte comenzó a asentarse entre los médicos a medida en que comenzaron a comportarse como contables. Las cuentas de la Sanidad Pública se dispararon, y en muchos hospitales se pegaron carteles recordando lo mucho que sufren las arcas del Estado para mantener con vida a los ancianos.
Las restricciones contra la eutanasia han sido arrinconadas hasta lograr una legislación flexible. El Juramento Hipocrático ha sido bien condenado al olvido o reelaborado. La Sociedad Holandesa de Pediatría incluso publicó en 1993 una guía que contenía sugerencias y métodos para acabar con la vida de los niños. La Real Sociedad Holandesa de Farmacología ha llegado más allá enviando un libro a todos los nuevos médicos que incluye fórmulas sobre cómo elaborar venenos para acabar con la vida de los pacientes que así lo soliciten.
El presidente de una asociación católica de personas de la tercera edad ha asegurado que «los ancianos tienen que excusarse por seguir viviendo. Cuando cuentan que todos sus amigos están muertos, la gente les dice: a lo mejor ya toca que tú también te vayas , en vez de necesitas encontrar nuevos amigos ».
Muchos que solicitan la eutanasia presentan, en realidad, un cuadro depresivo. Pero curar una depresión, claro, cuesta dinero.