Una reseña de Casabianca:
En una
entrevista reciente en L'Homme Nouveau,
Tristan Casabianca, investigador francés, de la universidad de Aix-Marsella y líder del equipo en el nuevo estudio, afirmó que los datos sin procesar de las pruebas de 1988 mostraban que las muestras de prueba eran heterogéneas, lo que invalidaba los resultados.
Casabianca es católico converso: se bautizó en 2016. Tiene títulos académicos en Historia Moderna, Derecho Público y análisis de Derecho Económico. En 2017 organizó su equipo sobre la Sábana Santa de Turín con tres italianos: Emanuela Marinelli, autora de libros sobre el tema traducidos a muchos idiomas, y dos estadísticos de la Universidad de Catania: Giuseppe Pernagallo y el profesor Benedetto Torrisi.
"En 1989, los resultados de la datación del sudario se publicaron en la prestigiosa revista
Nature: entre 1260 y 1390 con un 95% de certeza", resumía Casabianca en
L'Homme Nouveau. "Durante treinta años, los investigadores han pedido a los laboratorios los datos sin procesar. Estos siempre se han negado a proporcionarlos.
En 2017, presenté una solicitud legal al Museo Británico, que supervisó a los laboratorios. Por lo tanto, tuve acceso a cientos de páginas no publicadas, que incluyen estos datos en bruto. Con mi equipo, realizamos su análisis.
Nuestro análisis estadístico muestra que la datación por carbono 14 de 1988 no era fiable: las muestras analizadas son obviamente heterogéneas, y no hay garantía de que todas estas muestras, tomadas de un extremo de la hoja, sean representativas de la toda la tela Por lo tanto, es imposible concluir que el sudario de Turín data de la Edad Media".
Tristan Casabianca es quien usó recursos legales para conseguir los documentos completos de 1988 en el British Museum, que es lo que ahora se ha podido repasar críticamente por primera vez con los datos en bruto
El estudio también
reclama nuevas investigaciones sobre la cubierta si se quiere determinar su fecha real. Para que eso suceda, el Vaticano tendría que proporcionar nuevamente acceso al sudario, a lo que el Vaticano parece reacio.
El que pide nuevas pruebas es el mismo Casabianca. "
Los cristianos no deben temerle a la ciencia. Debemos buscar la verdad, sea lo que sea.
El estudio del sudario de Turín puede ser parte de un movimiento apologético que ha cambiado profundamente tantas vidas, y mi vida. Este descubrimiento nos ofrece un ejemplo concreto a favor de
una apologética renovada y sin inhibiciones. ¿Por qué tendríamos miedo de descubrir la verdad y decírsela al mundo?", plantea
L'Homme Nouveau.
Un artículo publicado recientemente en la revista «Archaeometry» por investigadores franceses e italianos sugie...
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