Supongamos que yo soy ese forista, y Dios reprueba mi mente. ¿Qué vida he de abandonar?, ¿acaso sabe alguien de este foro sobre mi vida?
Y puesto que este foro es público y he expuesto públicamente mi parecer en ocasiones amparado en lo que nos enseña nuestro Maestro, ¿en qué he de nacer de nuevo en Cristo Jesús?, ¿hay algo de lo que haya explicado, argüido o sintetizado en el foro que vaya en contra de lo que nos enseña Jesucristo?
¿Dios reprueba mi mente?
No amigo, es la criatura la que se aleja de Dios después de haberlo discernido, no porque se le haya predicado nada, por cuanto nacemos ya condenados, reos al infierno todos (Ro.5:18), sino porque las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles a través de las cosas hechas como el sol, la luna, las estrellas, etcétera.
¿Qué vida he de abandonar?
Rom 1:21 Pues habiendo conocido a Dios,
no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Rom 1:22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,
Rom 1:23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Envanecerse en nuestros razonamientos, es cometer toda suerte de actos idolátricos como señala el v.23 como si nada.
Y este fue el resultado:
Rom 1:24 Por lo cual también
Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
Rom 1:25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Naciones enteras en su historia, registran la deshonra de sus propios cuerpos como un culto natural, practicando estos actos de perversión sexual:
Rom 1:26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
Rom 1:27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Rom 1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios,
Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
¿en qué he de nacer de nuevo en Cristo Jesús?
La gracia de Dios no toma en cuenta nuestra vida anterior a Cristo.
Para nada.
La gracia de Dios en Cristo Jesús, transforma nuestra mente para entender, que nuestro viejo hombre, viciado con toda clase de porquerías, ha sido crucificado juntamente con Cristo Jesús en el altar de cruz, aquí está el texto:
Rom 6:6 sabiendo esto, que
nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado
sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
CRISTO NO ES RELIGIÓN
¿Cómo se hace esto?
El 14 de Abril del año 89 en horas de la mañana, en mi propio hogar, este servidor experimentó un encuentro personal con Jesucristo.
No que lo haya visto, como le ocurrió a Saulo de Tarso en su camino a Damasco.
Sino que lo contemplé crucificado, con los ojos de la fe, allí en altar de la Cruz, no por los pecados de él, pues jamás hizo pecado ni hubo engaño en sus labios, pero estaba allí, izado entre el cielo y la tierra, recibiendo la sentencia que mis pecados merecían.
Esto me dolió en el alma.
Y de rodillas, comencé a confesar los pecados de los que me acordaba, uno por uno, de inmediato, mis ojos se convirtieron en ríos desbordados, me hallaba solo en casa, con mi Señor que observaba mi corazón y mis lágrimas.
Me quebré por completo.
Mi mente estaba fija en el Calvario.
Allí estaba el Señor, sufriendo lo indecible por causa de mis pecados, sus manos, su costado y pies de sangre manaderos fueron, y las espinas de su sien, mi aleve culpa las clavó.
No sé cuánto tiempo pasó, el Señor lo sabe, pero también he entendido, que, a partir de allí, poseo una conciencia sensible al pecado.
Es como si alguien me advirtiera antes de llevar a cabo un pensamiento reprobado para hacer cosas que no convienen, a la aprobación del Señor:
-"Mira, no lo hagas, pues ejemplo te he dado para que, así como yo hice, ustedes también actúen igual"-, Cristo debe ser nuestro ejemplo de vida.
1. No una religion.
2. No un magisterio.
3. No un lugar de reunión.
Es el Señor, el Hijo del Hombre que tiene sus manos, costado y pies, horadados por causa de mis pecados, pero que vive eternamente para interceder por nosotros como nuestro Gran Sumo Sacerdote, porque estuvo aquí en la tierra, en un cuerpo semejante al nuestro, y padeció siendo tentado, no porque tuviese concupiscencia, sino porque se compadeció de nuestro estado como cautivos del Tirano, aquí está el texto que nos habla del emperador de la muerte (Heb.2:14).
Isa 49:24 ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano?
Isa 49:25 Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé,
y yo salvaré a tus hijos.
Es nuestra comunión diaria con él, algo que se olvida fácilmente cuando nuestra edad es joven, pero que se transforma en nuestra respiración diaria cuando vemos venir nuestro encuentro con él (2P.1:14).
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, aquí está el texto:
1Co 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
La vida cristiana no es fácil, es una batalla diaria contra el pecado por cuanto todavía no hemos sido perfeccionados.
Cargamos con ese cadáver del viejo hombre, cuyo hedor es la concupiscencia, esa inclinación a imponer nuestra propia voluntad por encima de la voluntad de Cristo.
Abraham, el mentiroso; Rahab, la ramera; Sansón, el fornicario; Jacob, el engañador; David, el adúltero y asesino.
Si Dios en su gracia anticipada (Jn.3:16) los ha amado a ellos, cuánto más a un pecador que se arrepiente, y abandona su vida de pecado para servir al Dios vivo, sabiendo que Cristo nos amó antes de conocerlo.
Considera las Escrituras presentadas y que el Señor te dé entendimiento en todo.