Originalmente enviado por: Maripaz
NO AMÉIS AL MUNDO
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2:15-17)
¿Qué significa “amar al mundo”?
Este texto nos explica que el mundo, lo que hay en el, son:
Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida.
Por contraposición, y como algo opuesto nos indica que lo contrario es HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
¿Qué es hacer la voluntad de Dios?
¿Es voluntad de Dios casarse y disfrutar del amor del cónyuge?
Sea bendito tu manantial,
Y alégrate con la mujer de tu juventud,
Como cierva amada y graciosa gacela.
Sus caricias te satisfagan en todo tiempo,
Y en su amor recréate siempre. (Pr 5:18-19)
No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. (1 Cor 7:5)
¿Es voluntad de Dios comer y beber , y disfrutar de ello?
Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora…..(Juan 2:7-10)
Recordemos con que epítetos llamaban a Jesús:
Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. (Lc. 7:34)
No debemos ser fariseos e imponer pesadas cargas que ni nosotros mismo cumpliremos.
La santidad nada tiene que ver con el cumplimientos de normas; la santidad es vivir apartados para Dios, pero NO EN UN CONVENTO, sino disfrutando sanamente cada cosa que el Señor ha puesto para que la disfrutemos.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (Juan 17:15-16)
Ante cualquier duda, siempre está la pregunta: ¿Lo haría Jesús?
¿Disfrutaría Jesús de una buena obra de teatro o de una sana película?
¿Disfrutaría Jesús de una buena comida o de un buen vino?
¿Disfrutaría Jesús leyendo un libro o estudiando historia?
¿Disfrutaría Jesús de una túnica bordada de una sola pieza?
Hermanos, no confundamos las obras de la carne, con el disfrute lícito de lo que Dios nos da.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gal 5:19-21)
Creo que muchos de nosotros, no nos hemos despojado de la religiosidad heredada del catolicismo y pretendemos ganarnos el cielo por lo buenos que somos y por todo lo que hemos sufrido en el mundo privándonos de aquello que nos gustaba y nos daba placer. Creo sinceramente que hemos sido rescatados de nuestra vana manera de vivir, pero muchos no entienden que eso, nada tiene que ver con disfrutar de lo bueno que en Su misericordia, Él nos regala