Re: GUERRA ESPIRITUAL?
Estoy de acuerdo.
Eso parece.
Pues es la primera vez que lo oigo. ¿Dónde aprendiste esto?
Si la "iglesia" fuera como tendría que ser, estas cosas no pasarían. Pero que algunos se infatúen con lo que no entienden ni conocen, no obsta a la responsabilidad ante Dios de no ser un ignorante y reconocer y conocer bien las artimañas del enemigo.
Son cosas diferentes. Las instituciones religiosas suelen hacer de su capa teológica pertinente una costra que ni Dios puede arrancar, y con qué facilidad se infatúan.
No pretendo tal cosa, y se he dado esa sensación, no es mi intención. Si acaso tengo en mente siempre esto:
2 Cor 2:5
Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
La ignorancia al respecto de dichas maquinaciones por parte de los llamados "cristianos institucionalizados", es casi absoluta. (Aquí, por supuesto, incluyo aquellos que usted cita, donde hay un enamoramiento encubierto de Satanás más que de Dios.)
No me inquieta. Me produce alivio, descanso y paz.
No conocía esto. Por lo tanto, su importancia tiene, ¿verdad? Hay cosas que deberían ser enseñadas, pero no se enseñan porque se desconocen. Es así de sencillo.
Eso es.
Efectivamente. Pero una cuestión que yo veo clara es la diferencia que existe entre la omnipotencia de Dios y su omnipresencia. Todos los seres creados por Dios tienen cierto nivel de poder. Esto es claro en la Biblia. El nivel más ínfimo es el de las plantas, luego viene el de los animales, luego el hombre, luego los ángeles en sus diferentes organizaciones y por último el Creador.
La omnipotencia ("poder absoluto") es algo propio de Dios, no de ningún otro ser creado. Eso es evidente.
Pero no ha respondido a mi argumento. Si usted no cree en la omnipresencia de Satanás, ¿cree entonces que Satanás en persona puede ser expulsado de un ser humano, y que Satanás sólo puede estar en un sólo ser humano concreto en una hora y minuto determinado? ¿Cree que podemos decir "Satanás está en Juanito y no puede estar más que en Juanito"?
La Escritura es clara respecto a poderes de Satanás que no se sujetan a nuestro tiempo y espacio, pero si esto no fuera suficiente argumento... (usted no acepta su omnnipresencia, pero sí su completa independencia de las leyes terrenales, lo cual algo incongruente) ¿cómo explica que Satanás tuviera atada a la mujer encorvada (Lc 13:10) mientras tentaba a Jesús en el desierto? ¿Abandonó a la mujer "momentáneamente"?
No, de ninguna manera. El Reino del Enemigo es espiritual, y tiene ciertos privilegios que esa condición le ofrece sobre nuestro reino terrenal. Esto es independiente de que Dios ponga límites a Satanás.
Creo que hay varias dudas que me surgen aquí:
1) Si el Diablo sólo actúa a través de la carne, ¿dónde sitúa usted la mente del hombre? ¿En el "espíritu"?
2) La contaminación del hombre decía Jesús que provenía del corazón del hombre, no de la carne del hombre.
3) ¿Cómo "crucificar" algo que ya está muerto? En la doctrina de Pablo encontramos en repetidas ocasiones que había una muerte ya realizada o "en pasado":
Col 2:20 y ss
Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
Col 3:1 y ss
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
"Con Cristo estoy juntamente crucificado con él mas ya no vivo yo"
Esto es, dejamos ahí y ahí debe permanecer nuestra vieja naturaleza, nuestro viejo yo, quieto, clavado en la cruz.
Pero en Cristo Jesús somos hechos nueva criatura, sentados en los lugares celestiales, con una nueva ciudadanía, aprendiendo cada dçia a depender de Dios, sujetarnos a El, obedecerle a EL y esto es parte de la renovación de nuestra mente y espíritu. El Señor Jesús vino a deshacer las obras del diablo , por lo que debemos entender y creer que es lo que hizo en nosotros, pero no por ello nos dejo sin capacidad de elegir y en esto necesitamos siempre su dirección si no de cierto erraríamos.
Fíjate que no es Dios manipulando al hombre ni Satanás tampoco. Sino más bien Dios apoyándonos a salir adelante contra la naturaleza del viejo hombre viciado y las asechanzas del diablo.
Es decir, la ley del pecado que vive en nuestros miembros busca lo suyo, busca la comodidad, el placer mundano, el salirse con la suya, etc. Pero hay una ley mas grande que la ley del pecado y es la ley de Cristo, el Espíritu de Dios apoyándonos, sustentándonos, levándonos a toda verdad, rearguyéndonos, en fin, obrando en nosotros y ambas leyes son contrarias entre si.
La escritura es clara cuando dice que del interior del corazón del hombre salen los pecados, los malos pensamientos, no del infierno, no de alguien más sino de nosotros mismos.
Saludos[/QUOTE]
OSO dijo:Estimado Ibero.
He leído con profundo interés tu aportación que es larga por cierto y el tiempo menudas veces es corto.
Estoy de acuerdo.
Hay sin embargo puntos irreconciliables entre lo que pensamos, como creer en la omnipresencia de nuestro enemigo la cual al manos para mi, es inaceptable.
Eso parece.
Me preguntas porque le llamo el "innombrable" y te lo diré, Primero porque ese es uno de sus nombres,
Pues es la primera vez que lo oigo. ¿Dónde aprendiste esto?
curiosamente y segundo que no me gusta que comparta un papel o rol tan protagónico entre algunos grupos de cristianos. Tenemos ya de por si todo un mundo que le aclama velada o abiertamente como para estarlo nombrando tan reiteradamente como tantos hacen. En cierta ocasión un hermano mío fue a una asamblea Pentecostés, salió deprimido, citaron, mas veces al diablo en su culto que a Dios, me dijo...parece increíble, pero a veces algunos se pasan.
Si la "iglesia" fuera como tendría que ser, estas cosas no pasarían. Pero que algunos se infatúen con lo que no entienden ni conocen, no obsta a la responsabilidad ante Dios de no ser un ignorante y reconocer y conocer bien las artimañas del enemigo.
Son cosas diferentes. Las instituciones religiosas suelen hacer de su capa teológica pertinente una costra que ni Dios puede arrancar, y con qué facilidad se infatúan.
Comparto con el general mcArthur que para librar una buena batalla "hay que conocer al enemigo", pero creo que no tanto como para que se haga todo un personaje dentro de las propias filas de un ejército regular.
No pretendo tal cosa, y se he dado esa sensación, no es mi intención. Si acaso tengo en mente siempre esto:
2 Cor 2:5
Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
La ignorancia al respecto de dichas maquinaciones por parte de los llamados "cristianos institucionalizados", es casi absoluta. (Aquí, por supuesto, incluyo aquellos que usted cita, donde hay un enamoramiento encubierto de Satanás más que de Dios.)
Creo que el Nombre que debemos tener siempre en los labios es el de Jesús y no el de su enemigo. Es una convicción muy personal y espero no te inquiete demasiado.
No me inquieta. Me produce alivio, descanso y paz.
Cuando me convertí a Cristo Jesús me advirtieron: Mira "Dios existe, pero también el diablo". De hecho el NT nos advierte más veces del peligro del infierno que otras cosas también importantes.
No conocía esto. Por lo tanto, su importancia tiene, ¿verdad? Hay cosas que deberían ser enseñadas, pero no se enseñan porque se desconocen. Es así de sencillo.
Debemos de temer a Dios y cuidarnos del diablo, así es la perspectiva correcta, pero hay quienes le temen más al diablo que su temor a Dios y esto es incorrecto.
Eso es.
Un hermano muy amado un día en un sermón dijo que nos cuidáramos de aquel que puede destruirnos en el infierno ¡y se refería equivocadamente a Satanás! imagínate, que confusión. Dios es quien puede enviarnos al castigo eterno, como enviará a Satanás y sus ángeles; es Dios es omnipotente no Satanás.
Efectivamente. Pero una cuestión que yo veo clara es la diferencia que existe entre la omnipotencia de Dios y su omnipresencia. Todos los seres creados por Dios tienen cierto nivel de poder. Esto es claro en la Biblia. El nivel más ínfimo es el de las plantas, luego viene el de los animales, luego el hombre, luego los ángeles en sus diferentes organizaciones y por último el Creador.
La omnipotencia ("poder absoluto") es algo propio de Dios, no de ningún otro ser creado. Eso es evidente.
Pero no ha respondido a mi argumento. Si usted no cree en la omnipresencia de Satanás, ¿cree entonces que Satanás en persona puede ser expulsado de un ser humano, y que Satanás sólo puede estar en un sólo ser humano concreto en una hora y minuto determinado? ¿Cree que podemos decir "Satanás está en Juanito y no puede estar más que en Juanito"?
La Escritura es clara respecto a poderes de Satanás que no se sujetan a nuestro tiempo y espacio, pero si esto no fuera suficiente argumento... (usted no acepta su omnnipresencia, pero sí su completa independencia de las leyes terrenales, lo cual algo incongruente) ¿cómo explica que Satanás tuviera atada a la mujer encorvada (Lc 13:10) mientras tentaba a Jesús en el desierto? ¿Abandonó a la mujer "momentáneamente"?
No, de ninguna manera. El Reino del Enemigo es espiritual, y tiene ciertos privilegios que esa condición le ofrece sobre nuestro reino terrenal. Esto es independiente de que Dios ponga límites a Satanás.
Respecto a que el diablo influye en la mente del cristiano en forma intermitente o temporal, déjame decirte que actúa a través de su propia simiente, que espiritualmente se llama "la carne", esa es la razón por la que el hombre peca de continuo, al grado que el pecado es una ley, si así la describe Pablo: como "la ley del pecado que mora en mi"...Satanás contaminó al hombre en el Edén y le hizo caer haciéndolo desobediente contra Dios, la contaminación espiritual viene a través de la carne la cual debemos crucificar y deja crucificada ahí, en lo que bíblicamente se llama "el viejo hombre":
Creo que hay varias dudas que me surgen aquí:
1) Si el Diablo sólo actúa a través de la carne, ¿dónde sitúa usted la mente del hombre? ¿En el "espíritu"?
2) La contaminación del hombre decía Jesús que provenía del corazón del hombre, no de la carne del hombre.
3) ¿Cómo "crucificar" algo que ya está muerto? En la doctrina de Pablo encontramos en repetidas ocasiones que había una muerte ya realizada o "en pasado":
Col 2:20 y ss
Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
Col 3:1 y ss
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
"Con Cristo estoy juntamente crucificado con él mas ya no vivo yo"
Esto es, dejamos ahí y ahí debe permanecer nuestra vieja naturaleza, nuestro viejo yo, quieto, clavado en la cruz.
Pero en Cristo Jesús somos hechos nueva criatura, sentados en los lugares celestiales, con una nueva ciudadanía, aprendiendo cada dçia a depender de Dios, sujetarnos a El, obedecerle a EL y esto es parte de la renovación de nuestra mente y espíritu. El Señor Jesús vino a deshacer las obras del diablo , por lo que debemos entender y creer que es lo que hizo en nosotros, pero no por ello nos dejo sin capacidad de elegir y en esto necesitamos siempre su dirección si no de cierto erraríamos.
Fíjate que no es Dios manipulando al hombre ni Satanás tampoco. Sino más bien Dios apoyándonos a salir adelante contra la naturaleza del viejo hombre viciado y las asechanzas del diablo.
Es decir, la ley del pecado que vive en nuestros miembros busca lo suyo, busca la comodidad, el placer mundano, el salirse con la suya, etc. Pero hay una ley mas grande que la ley del pecado y es la ley de Cristo, el Espíritu de Dios apoyándonos, sustentándonos, levándonos a toda verdad, rearguyéndonos, en fin, obrando en nosotros y ambas leyes son contrarias entre si.
La escritura es clara cuando dice que del interior del corazón del hombre salen los pecados, los malos pensamientos, no del infierno, no de alguien más sino de nosotros mismos.
Saludos[/QUOTE]