de todas maneras no me lo imagino como te lo imaginas tú y otros. Como un gobernante dictador que hace lo que quiere porque tiene todo el poder. Un Dios que se equivoca al crear al hombre, se arrepiente y decide destruirlo, sin caer en la cuanta de que no va a servir para nada porque todo volverá a ser igual.
Un Dios que expulsa a Adán y a Eva maldiciéndoles a ellos y a toda la humanidad que nada le había hecho. Y que deja a millones de personas sin conocer a Jesús, porque hasta pasados miles de años no decide mandar a Jesús a pagar por los pecados. Un Dios, que si no hay sangre de por medio, no perdona.
¡Pues sí que llama amar a un Dios así!