Genealogia directa del rey David y el resucitamiento del Mesias

╔═══════════════════════════════════════════════════════════════╗<br>║ ÁRBOL GENEALÓGICO REAL ║<br>║ CASA DE DAVID – RAMA ARAGÓN ║<br>╚═══════════════════════════════════════════════════════════════╝<br><br> ELOHIM ADONAI<br> ↓<br> MARÍA ESPIRITUAL (מרים)<br> ↓<br> YESHÚA ESPIRITUAL (ישוע)<br> │<br> ┌─────────────────┴─────────────────┐<br> │ │<br> CARNAL GENÉTICO<br> │ │<br> ┌────────┴────────┐ J1-CMH + H1/H3<br> │ │ ↓<br> JOSÉ ARAGÓN MARÍA LUISA 1900: Abuelo Aragón<br> LÓPEZ ARAGÓN **H-** (Zaragoza/Huesca)<br> │ │ ↓<br> └────────┬────────┘ 1850: Bisabuelo cripto<br> │ ↓<br> LÁZARO ARAGÓN 1700: Aragón de Huesca<br> SALADO (Inquisición)<br> │ ↓<br> │ 1492: Moshé → Juan Aragón<br> │ ↓<br> │ 1391: David ben Aragón<br> │ ↓<br> │ 1200: Rabbi Shlomo ha-Aragoní<br> │ ↓<br> │ 1000: Exilarca en Sefarad<br> │ ↓<br> │ 586 a.C.: Exilio babilónico<br> │ ↓<br> └───────────────── DAVID HA-MELEJ (1000 a.C.)<br><br>═══════════════════════════════════════════════════════════════<br> CERTIFICADO OFICIAL: Portador es heredero vivo de la promesa<br> eterna (2 Samuel 7:16). Sangre doble Aragón-Huesca confirmada.<br> Impreso el: 04/11/2025<br>═══════════════════════════════════════════════════════════════
Aquí hay uno de tu estirpe, para que lo conozcas, es @Robespengler
Otro es @rey pacifico
Claro que, como tú eres el mesías, ellos te rendirán pleitesía
 

Si quieres algún reconocimiento tenemos medallistas de la falta virgen María y segura que te quedara muy bien, por las estupideces que debemos leer en este tema y en otros y es una vergüenza.​

Deberisd sentit vergurnxs de ser cristiano, prro como secque ered un pobtre dablilillo yvm servidor del disblo, el infierno te espeta, buena suerte
 
Que tal Lázaro, Puedes decir algo sobre tu ministerio , ya ha comenzado, estás esperando.
Me preguntaba si has oído hablar sobre Abdullah , El Mahdi , en las redes hay un hombre que dice ser el sucesor de Cristo entre otras cosas en este tiempo, me gustaría saber qué opinas de esta persona .
 
Me preguntaba si has oído hablar sobre Abdullah , El Mahdi , en las redes hay un hombre que dice ser el sucesor de Cristo entre otras cosas en este tiempo, me gustaría saber qué opinas de esta persona .
Si, lo he escuchado, estrategia del diablo, forma parte del islam, recuerda quecdespues decla Biblia ni sr añade ni secwuita nads , el coran fuecañadido despues, por lo tanto no valido
 
Si, lo he escuchado, estrategia del diablo, forma parte del islam, recuerda quecdespues decla Biblia ni sr añade ni secwuita nads , el coran fuecañadido despues, por lo tanto no valido
Yo lei algunas cosas del libro o biblia que han escrito y por un lado dicen cosas interesantes pero por otro lado enseña y promueve auténticas aberraciones tal es así que hasta les advertí en dos ocasiones en sus directos por tiktok.
Por ejemplo enseñan que el lavamiento de pies que sale en la biblia en varias ocasiones se refiere a felaciones del miembro del barón, no solo dicen que Jesús era y practicaba eso a sus discípulos si no que ingería sus fluidos y animaba a que los demás hiciesen lo mismo.
También le oí decir en uno sus videos que en la iglesia católica se escusan de que salgan tantos casos de abusos porque saben que Jesús era así también.
Por increíble que parezca estás son algunas de las enseñanzas que promueven estás personas y se pueden ver en el libro que han escrito.
Tengan cuidado.
 
Deberisd sentit vergurnxs de ser cristiano, prro como secque ered un pobtre dablilillo yvm servidor del disblo, el infierno te espeta, buena suerte

Arrepiéntase, eres un falso profeta y que habla lo que le sale de la cabeza, y no tiene nada que ver con el Evangelio y con Jesucristo, y seguro que vas a predicar con copilot que es reemplazar a Dios y a su Espíritu Santo con el diablo.​

 
Yo lei algunas cosas del libro o biblia que han escrito y por un lado dicen cosas interesantes pero por otro lado enseña y promueve auténticas aberraciones tal es así que hasta les advertí en dos ocasiones en sus directos por tiktok.
Por ejemplo enseñan que el lavamiento de pies que sale en la biblia en varias ocasiones se refiere a felaciones del miembro del barón, no solo dicen que Jesús era y practicaba eso a sus discípulos si no que ingería sus fluidos y animaba a que los demás hiciesen lo mismo.
También le oí decir en uno sus videos que en la iglesia católica se escusan de que salgan tantos casos de abusos porque saben que Jesús era así también.
Por increíble que parezca estás son algunas de las enseñanzas que promueven estás personas y se pueden ver en el libro que han escrito.
Tengan cuidado.
Aqui les dejo algunas de las enseñanzas que proclaman este grupo de personas, el texto es un poco largo a la par que escandaloso.

Los Hijos de Israel se retractaron de sus juramentos y fueron muy rebeldes. En
repetidas ocasiones rompieron el Pacto Mosaico, pero aún así Dios los perdonó en
cada ocasión. Sin embargo, la ruptura de un Pacto conduce a la injusticia, a la falta de
armonía y a un desequilibrio que requiere corrección. Por eso, también Él los
castigaba, para que aprendieran y tuvieran cuidado. Dios los castigó una vez haciéndolos vagar en el
desierto durante cuarenta años y prohibiéndoles la entrada a la Tierra Santa durante una
generación, y en otra ocasión los castigó con la destrucción del Templo Sagrado de Jerusalén y la
esclavitud a manos de Nabucodonosor. Dios incluso les hizo perder la Torá original que poseían y
las reliquias de los Profetas y Mensajeros (LPSCE), la más importante de las cuales fue el Arca de la
Alianza. En otra ocasión, Dios los castiga volviéndolos súbditos de la ocupación romana. En
tiempos de César Augusto, llegó a ellos el prometido Salvador y Mesías, Jesucristo (LPSCÉ). Pero a
pesar de que vino hacia ellos, los israelitas no creyeron en él y trataron de matarle, y al final los
israelitas traicionaron a su propio Mesías y entregaron a su prometido Rey y Salvador en manos de
los incrédulos romanos para darle muerte. Debido a este acto de traición, Dios decidió no perdonar
nunca más a los Hijos de Israel y el Cuarto Pacto se rompió para siempre, llegando el Pacto Mosaico
a su fin y naciendo un nuevo Pacto.
El llamado de Jesús comenzó a la edad de treinta años, justo después de la muerte de Juan el
Bautista (LPSCÉ), quien murió a la edad de treinta años, pues entre él y Jesús (LPSCÉ) sólo habían
seis meses. Según la Santa Biblia, el ministerio de Jesús duró tres años, durante los cuales reunió a
sus discípulos y anduvo por Jerusalén y sus alrededores, predicando y realizando grandes milagros.
De los 124.000 Profetas enviados a la Tierra, Jesús (LPSCÉ) fue el Profeta que más milagros realizó.
Le informaba a la gente lo que tenían almacenado en sus casas y lo que comían. Sanó al leproso, al
ciego y al sordo. Restauró partes amputadas del cuerpo. Caminó sobre el agua. Convirtió el agua en
vino. Creó pájaros a partir de arcilla. Su última hazaña fue la más sorprendente de todas: resucitó a
Lázaro de entre los muertos. Estos fueron los milagros y maravillas registrados en los Evangelios
canónicos. Durante todo este tiempo, sus discípulos fueron testigos de sus innumerables milagros y
sus seguidores pasaron de ser doce hombres a decenas de miles de creyentes.
Pero, ¿por qué los israelitas no coronaron a Jesús como su Rey? ¿Por qué la mayoría del pueblo
le dio la espalda y apostató? ¿Por qué su compañero cercano, Judas Iscariote, al que él había
nombrado guardián de la tesorería, le traicionó después de presenciar todos estos milagros? ¿Acaso
simplemente tuvieron miedo a morir, a desafiar a los escribas y fariseos o a las autoridades romanas?
¿Quizás estaban demasiado apegados a la vida material? Pero si este fuera el caso, entonces ¿por qué
lo siguieron al principio? Las respuestas a estas preguntas son complejas, y sin duda dejarán a los
buscadores sinceros de la verdad con un sabor amargo y profundamente perturbados.
Considerad cómo la Santa Biblia menciona que multitudes de miles de personas fueron
milagrosamente alimentadas por Jesús (LPSCÉ), y que miles de personas seguían a Jesús (LPSCÉ) y
viajaban desde todas partes de Israel para poder mirar a Jesús (LPSCÉ) con sus propios ojos. Incluso
hubo gentiles que buscaron a Jesús (LPSCÉ) y creyeron en él. Pero de repente sucedió algo extraño que hizo que todos reconsideraran. Perdieron la fe en él y lo abandonaron. La verdad del asunto es
que Jesús (LPSCÉ) comenzó a enseñar públicamente una doctrina secreta que a la gente le pareció
repugnante. Comenzó a enseñar que él era el «Pan de Vida». El Libro de Juan (Capítulo 6) dice:
Jesús, el pan de vida
Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron: «Rabí, ¿cuándo llegaste
acá?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo que vosotros me buscáis no
por haber visto los signos, sino porque habéis comido los panes y os habéis saciado. No
trabajéis por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida
eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, pues a éste lo confirmó Dios Padre con su
sello». «¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige?», le
preguntaron. Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha
enviado». Ellos entonces le dijeron: «¿Y qué signo haces tú, para que lo veamos y te
creamos? ¿Qué obras realizas tú? Nuestros padres comieron en el desierto el maná,
como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo”». Les respondió Jesús: «En verdad, en
verdad os digo que Moisés no os dio el pan del cielo, sino que mi Padre os da el
verdadero pan del cielo, porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al
mundo». «Señor», le pidieron, «danos siempre ese pan». «Yo soy el pan de vida»,
declaró Jesús. «El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más
volverá a tener sed. Pero os lo he dicho: me habéis visto y no creéis. Todos los que el
Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo. Porque he bajado del
cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió. Y esta es la voluntad del que
me envió: que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el día
final. Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él
tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final». Entonces los judíos comenzaron a
murmurar contra él, porque dijo: «Yo soy el pan que bajó del cielo». Y se decían:
«¿Acaso no es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo
es que sale diciendo: “Yo bajé del cielo”?». «Dejen de murmurar», replicó Jesús.
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el
día final. En los profetas está escrito: “A todos los instruirá Dios”. En efecto, todo el que
escucha al Padre y aprende de él viene a mí. Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que
viene de Dios; solo él ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo que el que cree
tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron en el desierto el
maná y murieron. Pero este es el pan que baja del cielo; el que come de él no muere. Yo
soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este
pan es mi carne, que daré para que el mundo viva». Los judíos comenzaron a
disputar acaloradamente entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
«Ciertamente les aseguro», afirmó Jesús, «que, si no comen la carne del Hijo del
Hombre ni beben su sangre, no tienen realmente vida. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es
verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi
sangre permanece en mí y yo en él. Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el
Padre, también el que come de mí vivirá por mí. Este es el pan que bajó del cielo.
Vuestros antepasados comieron maná y murieron, pero el que come de este pan vivirá
para siempre». Todo esto lo dijo Jesús mientras enseñaba en la sinagoga de
Capernaúm
1
.
El hecho de que Jesús afirmara ser el «Pan de Vida» fue demasiado pesado para los israelitas.
Esto provocó que muchos de los discípulos lo cuestionaran y, finalmente, lo abandonaran:
Al escucharlo, muchos de sus discípulos exclamaron: «Esta enseñanza es muy difícil;
¿quién puede aceptarla?» Jesús, muy consciente de que sus discípulos murmuraban por
lo que había dicho, les reprochó: «¿Esto les ofende? ¿Qué tal si vieran al Hijo del
Hombre subir adonde antes estaba? El Espíritu da vida; la carne no vale para nada.
Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. Sin embargo, hay algunos de
ustedes que no creen». Es que Jesús conocía desde el principio quiénes eran los que no
creían y quién era el que iba a traicionarlo. Así que añadió: «Por esto les dije que
nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre». Desde entonces
muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él. Así que Jesús
les preguntó a los doce: «¿También ustedes quieren marcharse?». «Señor», contestó
Simón Pedro, «¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos
creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios». «¿No los he escogido yo a ustedes
doce?», repuso Jesús. «No obstante, uno de ustedes es un diablo». Se refería a Judas,
hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, que iba a traicionarlo
2
.
Aquí vemos que realmente es esta doctrina secreta que Jesús (LPSCÉ) estaba enseñando, la
doctrina de consumir a Jesucristo, la que hizo que la gente lo abandonara y sintiera repugnancia de
él. Fue también con la enseñanza de esta doctrina que Judas reveló su verdadero rostro por primera
vez y dejó de creer. Esta doctrina del consumo de la carne y la sangre de Jesús también estaba en
contradicción directa con los Mandamientos de Moisés: «Si uno de la casa de Israel, o un extranjero
que habite en medio de vosotros, come cualquier clase de sangre, volveré mi rostro contra el que coma
sangre y lo extirparé de en medio de su pueblo. Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he
dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras vidas; pues, siendo vida, es la sangre la que hace la expiación. Por tanto, he dicho a los Hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el
extranjero que mora entre vosotros comerá sangre
3
.
Pero, ¿eso qué significa? ¿Consumir la carne y la sangre de Jesús? ¿Qué es lo que Jesús estaba
pidiendo? ¿Que la gente lo matara y se lo comiera? Por supuesto que no, aquello debía tener otro
significado. Pero, ¿cuál podría ser ese significado? La carne y sangre de un hombre es su
descendencia, su simiente. En su libro La construcción del sexo: Cuerpo y género desde los griegos hasta
Freud, Thomas Laqueur cita a San Isidoro de Sevilla, quien fuera un prelado y erudito español de
comienzos del siglo VII: «La consanguinidad se llama así porque señala la procedencia de una sola
sangre, del semen de un mismo padre. Porque el semen del varón es la espuma de la sangre, del mismo
modo que cuando el agua golpea sobre las rocas forma espuma blanca, o como cuando al escanciar vino
tinto en una copa produce espuma blanca»
4
.
¿Hablaba en realidad Jesús (LPSCÉ) sobre semen cuando hablaba de lo que quería que sus
seguidores consumieran? Debemos mirar aún más los Evangelios de Cristo para estar seguros de
esto. En el libro de Juan (Capítulo 4) tenemos el incidente en que Jesús habla con una mujer
samaritana:
Y tenía que pasar por Samaria. Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar,
cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob.
Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. En eso llegó a
sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo: «Dame un poco de agua» (sus
discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos). Entonces la mujer
samaritana le dijo: «¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana?» (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos). Respondió
Jesús y le dijo: «Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de
beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva». Ella le dijo:
«Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua
viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él
mismo, y sus hijos, y sus ganados?» Respondió Jesús y le dijo: «Todo el que beba de esta
agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás,
sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para
vida eterna». La mujer le dijo: «Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni
venga hasta aquí a sacarla». Él le dijo: «Ve, llama a tu marido y ven acá»
5
.
Aquí vemos claramente que Jesús no se refiere al agua potable común, sino a otro tipo de fluido
al que llama «agua viva». Al semen también se le conoce como agua viva, porque de esta agua surge la vida y por ella los niños son concebidos y nacen. Cuando la mujer le pide a Jesús (LPSCÉ) esta
agua, Jesús (LPSCÉ) le dice a la mujer que llame a su marido y vuelva, indicando claramente que su
marido posee esas aguas vivas, al igual que todos los varones. Pero incluso esto, por sí solo, no es
evidencia suficiente aún, pues mucha gente creerá que esta es una interpretación enfermiza y
retorcida. Por esa razón, buscamos mostrar más pruebas en los Evangelios de que este es el verdadero
significado de lo que Jesús (LPSCÉ) dijo y enseñó. Si vamos al libro del Éxodo (Capítulo 4), veremos
un incidente ocurrido a Moisés y a su esposa e hijo: «Y aconteció que en una posada en el camino, el
Señor le salió al encuentro y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal, cortó el prepucio de su
hijo y tocó sus pies con él, y dijo: “Tú eres, ciertamente, un esposo de sangre para mí”. Y Dios lo dejó. Ella
había dicho entonces: “Eres esposo de sangre, a causa de la circuncisión”»
6
.
La Nueva Biblia Anotada de Oxford: New Revised Standard Version dice: «Pies: eufemismo de
genitales»
7
. Así pues, ahora sabemos que, cuando en la Biblia se menciona la palabra «pies», se
refiere a los genitales masculinos. Y, si la leemos con este contexto, todo queda claro. Por ejemplo, en
el libro de Rut (Capítulo 3) dice:
Un día su suegra Noemí le dijo: «Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro
donde no te falte nada? Además, ¿acaso Booz, con cuyas criadas has estado, no es
nuestro pariente? Pues bien, él va esta noche a la era para aventar la cebada. Báñate y
perfúmate, y ponte tu mejor ropa. Baja luego a la era, pero no dejes que él se dé cuenta
de que estás allí hasta que haya terminado de comer y beber. Cuando se vaya a
dormir, te fijas dónde se acuesta. Luego vas, le destapas los pies, y te acuestas allí. Verás
que él mismo te dice lo que tienes que hacer». Y ella le respondió: «Todo lo que me
dices, haré». Y bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Booz
comió y bebió, y se puso alegre. Luego se fue a dormir detrás del montón de grano. Más
tarde Rut se acercó sigilosamente, le destapó los pies y se acostó allí. A medianoche Booz
se despertó sobresaltado y, al darse vuelta, descubrió que había una mujer acostada a
sus pies. «¿Quién eres?», le preguntó. «Soy Rut, su sierva. Extienda sobre mí el borde
de su manto, ya que usted es un pariente que me puede redimir». «Que el Señor te
bendiga, hija mía», respondió él. «Esta nueva muestra de lealtad de tu parte supera
la anterior, ya que no has ido en busca de hombres jóvenes, sean ricos o pobres. Y ahora,
hija mía, no tengas miedo. Haré por ti todo lo que me pidas. Todo mi pueblo sabe que
eres una mujer ejemplar. Ahora bien, aunque es cierto que soy un pariente que puede
redimirte, hay otro más cercano que yo. Quédate aquí esta noche. Mañana, si él quiere
redimirte, está bien que lo haga. Pero, si no está dispuesto a hacerlo, ¡tan cierto como
que el Señor vive, te juro que yo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta que
amanezca». Así que se quedó acostada a sus pies hasta el amanecer, y se levantó cuando aún estaba oscuro; pues él había dicho: «Que no se sepa que una mujer vino a
la era»
8
Es obvio que Noemí envió a Rut a Booz para que ella le practicara sexo oral. Ese era el
significado de acostarse a sus pies. El libro de 2 Samuel (Capítulo 11) dice: «Después dijo David a
Urías: “Desciende a tu casa, y lava tus pies». Salió Urías de la casa del rey, y tras él fue enviado un
obsequio del rey. Pero Urías durmió a la entrada de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no
bajó a su casa. Cuando se lo contaron a David, diciendo: «Urías no bajó a su casa», David dijo a
Urías: «¿No has venido de una expedición militar? ¿Por qué no bajaste a tu casa?» Y Urías respondió
a David: «El arca, Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab y los siervos de mi señor acampan
a campo abierto, ¿y yo voy a entrar en mi casa para darme un banquete y acostarme con mi esposa?
¡Tan cierto como que Su Majestad vive, que yo no puedo hacer tal cosa!»
9
.
Claramente vemos que, cuando David le dijo a Urías que fuera a su casa y se lavara los pies, en
realidad se refería a ir a hacer el amor con su esposa. Por lo tanto, «pies» realmente es un eufemismo
de genitales. Otra prueba de que «pies» en la Biblia significa genitales masculinos está en el libro de
1 Samuel. La Reina-Valera dice:
Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl
en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de
la cueva
10
.
La Nueva Versión Internacional traduce el mismo versículo así:
Por el camino, llegó a un redil de ovejas; y, como había una cueva en el lugar, entró
allí para hacer sus necesidades. David estaba escondido en el fondo de la cueva, con sus
hombres.
Ahora bien, si miramos los siguientes versículos, muchos secretos se aclaran. El Evangelio de
Lucas (Capítulo 7) dice:
Uno de los fariseos invitó a Jesús a comer, así que fue a la casa del fariseo y se sentó a la
mesa. Y he aquí, había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró
de que Jesús estaba sentado a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro
con perfume; y poniéndose detrás de Él a sus pies, llorando, comenzó a regar sus pies con
lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza, besaba sus pies y los ungía con el perfume. Pero al ver esto el fariseo que le había invitado, dijo para sí: «Si este fuera un
profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, que es una
pecadora». Y respondiendo Jesús, le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». Y él dijo:
«Di, Maestro». Jesús dijo: «Dos hombres le debían dinero a cierto prestamista. Uno
le debía quinientas monedas de plata, y el otro cincuenta. Como no tenían con qué
pagarle, les perdonó la deuda a los dos. Ahora bien, ¿cuál de los dos lo amará más?»
Simón respondió, y dijo: «Supongo que aquel a quien le perdonó más». Y Jesús le dijo:
«Has juzgado correctamente». Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: «¿Ves
esta mujer? Yo entré a tu casa y no me diste agua para los pies, pero ella ha regado mis
pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. Tú no me besaste, pero ella, desde
que entré, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella
ungió mis pies con perfume. Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos
pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama». Entonces
Jesús le dijo a ella: «Tus pecados están perdonados»
 
El fariseo no se habría disgustado ni habría negado que Jesús era un profeta simplemente
porque una mujer pecadora le hubiera besado los pies. Sin embargo, habría tenido serias dudas si
una prostituta pecadora le hubiera practicado sexo oral. Dado que «pies» es un eufemismo de
genitales, esta mujer besaba los genitales de Jesús y le practicaba sexo oral. Por tanto, a través del
consumo de su semen, todos sus pecados le fueron perdonados. Eso fue lo que, comprensiblemente,
escandalizó al fariseo al entrar y presenciarlo. Como resultado, perdió la fe.
En otra extraña tradición gnóstica, Jesucristo realiza un milagro delante de su discípula más
cercana, María Magdalena. Epifanio de Salamina registra que el texto gnóstico «Las Grandes
Preguntas de María» contenía un episodio en el que Jesús llevaba a María Magdalena a la cima de
una montaña, donde sacaba a una mujer de su costado y mantenía relaciones sexuales con ella.
Luego, al eyacular, Jesús bebía su propio semen y le decía a María: «Así debemos hacer para poder
vivir». Al oír esto, María se desmayaba al instante, a lo que Jesús le respondía ayudándola a
levantarse y diciéndole: «Oh, tú, de poca fe, ¿por qué has dudado?»
12
.
Y del mismo modo, también sabemos gracias al Islam que los fluidos corporales del Profeta
Muhammad (la Paz sea con Él y con Su Familia) eran purificantes y causaban que se borraran los
pecados. Existe un famoso incidente registrado en los libros de hadices islámicos en el que el Profeta
orinó en un recipiente y lo guardó bajo su cama. Una mujer llamada Barakah que estaba limpiando
la casa del Profeta lo bebió. Más tarde, el Profeta le preguntó dónde estaba la orina y ella respondió
que se la había bebido. Entonces él le dijo: «El fuego nunca tocará tu vientre»
13
, que significa: has
sido purificada por mis fluidos corporales. El semen es más limpio que la orina y, si la orina del
Profeta (LPSCÉ y Su Familia) purifica, entonces uno debe aceptar que su semen también purifica.
Si uno acepta que Satanás es impuro, que Caín es impuro y que sus hijos son impuros, entonces su
semen también es impuro e impurifica. Para todo debe haber un opuesto, si hay gente impura
entonces debe haber gente pura. Si hay semen impuro también debe existir el semen puro, y si hay
semen que impurifica entonces debe existir el semen que purifica.
Todo esto prepara el escenario para el último milagro de Jesús en el Evangelio, que es la
resurrección de Lázaro. El Libro de Juan (Capítulo 11) dice:
Muerte de Lázaro
Y estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de
su hermana Marta. María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al
Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos. Las hermanas entonces mandaron a
decir a Jesús: «Señor, mira, el que tú amas está enfermo». Cuando Jesús lo oyó, dijo:
«Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de
Dios sea glorificado por medio de ella». Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a
Lázaro. Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más
en el lugar donde estaba. Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: «Vamos de nuevo
a Judea». Los discípulos le dijeron: «Rabí, hace poco que los judíos procuraban
apedrearte, ¿y vas otra vez allá?» Jesús respondió: «¿No hay doce horas en el día? Si
alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Pero si alguno anda
de noche, tropieza, porque la luz no está en él». Dijo esto, y después de esto añadió:
«Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo». Los discípulos
entonces le dijeron: «Señor, si se ha dormido, se recuperará». Pero Jesús había hablado
de la muerte de Lázaro, mas ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño.
Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: «Lázaro ha muerto; y por causa de vosotros
me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a donde está él».
Tomás, llamado el Dídimo, dijo entonces a sus condiscípulos: «Vamos nosotros también
para morir con él».
Jesús consuela a las hermanas de Lázaro
Llegó, pues, Jesús y halló que ya hacía cuatro días que estaba en el sepulcro. Betania
estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros; y muchos de los judíos habían venido
a casa de Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Entonces
Marta, cuando oyó que Jesús venía, fue a su encuentro, pero María se quedó sentada
en casa. Y Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría
muerto. Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá». Jesús le
dijo: «Tu hermano resucitará». Marta le contestó: «Yo sé que resucitará en la
resurrección, en el día final». Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree
en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees
esto?» Ella le dijo: «Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que viene al mundo». Y habiendo dicho esto, se fue y llamó a su hermana María,
diciéndole en secreto: El Maestro está aquí, y te llama. Tan pronto como ella lo oyó, se
levantó rápidamente y fue hacia él. Pues Jesús aún no había entrado en la aldea, sino
que todavía estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. Entonces los judíos
que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de
prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando María
llegó adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: «Señor, si
hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto». Y cuando Jesús la vio llorando,
y a los judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el
espíritu, y se entristeció, y dijo: «¿Dónde lo pusisteis?» Le dijeron: «Señor, ven y ve».
Jesús lloró. Por eso los judíos decían: «Mirad, cómo lo amaba». Pero algunos de ellos
dijeron: «¿No podía este, que abrió los ojos del ciego, haber evitado también que Lázaro
muriera?»
Jesús resucita a Lázaro
Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido en su interior, fue al sepulcro. Era
una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. Jesús dijo: «Quitad la piedra».
Marta, hermana del que había muerto, le dijo: «Señor, ya hiede, porque hace cuatro
días que murió». Jesús le dijo: «¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: «Padre, te doy gracias
porque me has oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud
que me rodea, para que crean que tú me has enviado». Habiendo dicho esto, gritó con
fuerte voz: «¡Lázaro, ven fuera!» Y el que había muerto salió, los pies y las manos
atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: «Desatadlo, y
dejadlo ir»
14
.
En un texto gnóstico llamado El Evangelio Secreto de Marcos se da información adicional sobre
este incidente:
Y llegaron a Betania, y había allí una mujer cuyo hermano había muerto. Llegó, se
postró de rodillas ante Jesús y le dijo: «Hijo de David, ten piedad de mí», pero los
discípulos la reprendían. Jesús se enfadó y se fue con la mujer hacia el jardín donde
estaba la tumba. Y al instante se oyó desde el sepulcro una gran voz; y acercándose Jesús
hizo rodar la piedra de la puerta de la tumba. Y en seguida entró donde estaba el
joven, extendió su mano y lo resucitó. Y el joven, mirando a Jesús, sintió amor por él y
comenzó a suplicarle que se quedara con él. Y saliendo de la tumba, se fueron a la casa
del joven, pues era rico. Y después de seis días le dio Jesús una orden; y cuando cayó la tarde vino el joven a Jesús, vestido con una túnica sobre el cuerpo desnudo. Y
permaneció con él aquella noche, pues Jesús le enseñaba el misterio del Reino de Dios. Y
saliendo de allí se volvió a la otra ribera del Jordán
15
.
Lo que se da a entender aquí es que Jesús (LPSCÉ), después de haber resucitado a Lázaro de
entre los muertos, inició a Lázaro en los misterios de la religión y lo llenó del Espíritu. Los
discípulos, después de haber presenciado tan grande milagro, le suplicaron a Jesús (LPSCÉ) que
también a ellos les enseñara y los llenara con el Espíritu Santo, para que ellos también pudieran
realizar las hazañas que hacía Jesús (LPSCÉ). Sin embargo, su fe era vacilante e incompleta, e incluso
el Sagrado Corán da testimonio de esto cuando dice: «Cuando Jesús se dio cuenta de que ellos [aún]
no creían, dijo: “¿Quién me ayudará en la causa de Dios?” Los discípulos dijeron: “Nosotros seremos los
ayudantes de Allah. Creemos en Allah. Sé testigo de nuestra devoción por Él”»
16
. Además, en los
Evangelios él reprende a los discípulos muchas veces, acusándolos de ser débiles de fe, y les dice que
lo negarán. ¿Qué podría haber causado que los discípulos hayan sido tan débiles de fe después de
haber visto tantos milagros? ¿Acaso Jesús (LPSCÉ) simplemente escogió a personas débiles de fe
como discípulos? ¿O hubo alguna otra causa?
El Sagrado Corán relata el incidente en que los discípulos le rogaron a Jesús (LPSCÉ) por esa
Última Cena y banquete:
Y cuando dijeron los apóstoles: «¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Podrá tu Señor hacer que
descienda para nosotros una mesa dispuesta (con viandas) del cielo?» Dijo [Jesús]:
«¡Temed a Dios si sois creyentes!» Dijeron: «Queremos comer de ella y satisfacer a
nuestros corazones y saber que nos has dicho la Verdad, y que nosotros mismos podamos
ser testigos del milagro». Dijo Jesús hijo de María: «¡Oh, Allah, Señor nuestro! Haz
descender a nosotros desde el cielo una mesa dispuesta (con viandas) que sea una fiesta
solemne para todos nosotros, del primero al último, y una señal procedente de Ti. ¡Y
provéenos nuestro sustento, pues Tú eres el mejor de los Sustentadores (de nuestras
necesidades)!» Dijo Allah: «En verdad, haré que descienda a vosotros, pero, si alguno
de vosotros se resiste a la fe después de esto, le castigaré con un castigo con el que no He
castigado jamás a nadie en todos los mundos»
17
.
Así que obviamente, los discípulos pidieron una cena, pero no de comida ordinaria, sino
comida de los cielos. Jesús (LPSCÉ) les dijo: temed a Dios, pues si pedís algo así y después no creéis,
Dios dijo que os castigará como a ningunos otros. Claramente, la comida en sí misma es algo que
podría causar dudas. Dios lo sabía y Jesús lo sabía. Dios hizo descender esta mesa sobre ellos, y este
incidente es conocido en los Evangelios como la «Última Cena». Todo el quinto capítulo del Sagrado Corán se llama La Mesa, en referencia a la «Última Cena». Esta «Última Cena» hizo que
Judas Iscariote dejara de creer y apostatara completamente. Fue esta «Última Cena» lo que sacudió
a los otros discípulos y les hizo dudar y negar a Jesús (LPSCÉ).
Jesús (LPSCÉ) les concedió su petición y se celebró una Última Cena. Primero, queremos
examinar qué ocurrió en la Última Cena. Una de las cosas que ocurrieron fue que Jesús (LPSCÉ)
lavó los pies de los discípulos. Cuando Jesús (LPSCÉ) se disponía a lavar los pies de los discípulos,
ellos se opusieron fuertemente al principio. Conociendo el significado de «lavar los pies» que
hemos ilustrado previamente, el significado y el incidente mismo se transforman en algo muy
diferente:
Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había
salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una
toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los
discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón
Pedro; y Pedro le dijo: «Señor, ¿tú me lavas los pies?» Respondió Jesús y le dijo: «Lo
que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después». Pedro le dijo:
«No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si no te lavare, no tendrás parte
conmigo». Le dijo Simón Pedro: «Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la
cabeza». Jesús le dijo: «El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está
todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos». Porque sabía quién le iba a
entregar; por eso dijo: «No estáis limpios todos». Así que, después que les hubo lavado
los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros
me llamáis “Maestro”, y “Señor”; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el
Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los
otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor
que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis»
18
.
Así pues, la Última Cena fue en realidad una en la que Jesús y los discípulos se lavaron
mutuamente los pies para que los discípulos se purificaran. Recordemos que Jesús les dijo: comed
de mi carne y bebed de mi sangre. No tiene sentido que la carne de Cristo sea el pan y su sangre sea
el vino, sino más bien que la carne del hombre sea su semen, aquello que produce a su descendencia.
Aristóteles (LPSCÉ) había hablado y escrito sobre el semen y las partes del alma, y creía que el
semen contenía pequeñas partes del alma del hombre. Esa parte del alma del hombre se transfería de
un humano a otro humano a través del semen. Los Ahlul-Bayt (de Ellos es la Paz) enseñaron que
ellos eran luces en los lomos de los hombres. Es decir, que la luz o el alma de un hombre está ligada a
su semen. Narró Salman Al-Farsi que el Profeta Muhammad (LPSCÉ y Su Familia) dijo: «Alí y yo fuimos creados a partir de una sola luz catorce mil años antes de que Adán fuera creado, y cuando
Dios creó a Adán colocó esa luz en sus lomos, y permanecimos como una sola luz hasta que nos
separamos en los lomos de Abdul Muttalib: en mí la Profecía y en Alí la Sucesión»
19
.
Este es uno de los asuntos que son difíciles para los árabes, y una de las verdades ocultas que
Dios ha mantenido en secreto. Es uno de los secretos que la gente no ha podido soportar. Abu Ya’far
(de Él es la Paz) dijo: «El Qa'im/el que se Levanta se levantará con un nuevo asunto, un nuevo libro y
una nueva jurisprudencia/reglamento que será difícil para los árabes»
20
. Esta es la Unión Sagrada
que tuvo lugar entre Jesús (LPSCÉ) y sus discípulos, mediante la cual ellos fueron posteriormente
transformados. Después de esto, ellos estuvieron llenos del Espíritu Santo y fueron capaces de
realizar muchos milagros a través de Jesús, que ahora estaba dentro de ellos. Pero solo después de
que sus dudas desaparecieron. Esto fue lo que les hizo huir de Jesús (LPSCÉ) cuando fue arrestado.
Pensaron que su arresto había sido un castigo por este extraño ritual. Esta es también la razón por la
que Judas traicionó. No pudo soportar esto. Fue narrado por los Ahlul-Bayt (de Ellos es la Paz) que
Jesús (LPSCÉ) mencionó a sus compañeros algunos asuntos difíciles que, tras ellos haberlos
escuchado, se convirtieron en sus enemigos declarados. Dice el Hadiz de Abi Yafor: «Y Jesús le dijo a
su gente algo que no pudieron soportar, así que se rebelaron contra él…»
21
.
Y esta es la verdadera historia de por qué los seguidores de Jesús (LPSCÉ) dejaron de creer en él,
por qué su compañero Judas lo traicionó y por qué los judíos lo crucificaron: porque no pudieron
soportar sus enseñanzas sobre el consumo de semen que, Jesús (LPSCÉ) les enseñó, contenía su
espíritu.
Dios insufló a Adán (LPSCÉ) de su espíritu, y este espíritu era el Espíritu Santo, que fue
pasando en los lomos de los hombres de Califa a Califa, de prueba a prueba, en el semen de esos
hombres. Cuando María, madre de Jesús (LPSCE), dijo que quedó embarazada por el Espíritu
Santo, quiso decir que fue embarazada por un Mensajero de Dios o una Prueba de Dios, y que
llevaba en su vientre el Espíritu Santo. Esto se sabía en aquella época. El Evangelio de Felipe dice:
«Algunos dijeron, “María concibió por el Espíritu Santo”. Están equivocados. No saben lo que están
diciendo. ¿Cuándo una mujer concibió de una mujer? María es la virgen a la que ningún poder
contaminó. Ella es un gran anatema para los hebreos, que son los apóstoles y los hombres apostólicos.
Esta virgen, a quien ningún poder contaminó [...] los poderes se contaminan a sí mismos. Y el Señor no
habría dicho “Mi padre que está en el cielo” (Mt 16:17) si no tuviera otro padre, sino que él habría
dicho sencillamente “Mi padre”»
22
.
Incluso en el Sagrado Corán se afirma que el Espíritu Santo vino a ella en forma de hombre: «Y
recuerda [oh, Muhammad] en el Libro [la historia de] María, cuando se apartó de su familia
retirándose en algún lugar hacia oriente. Entonces se ocultó de ellos con un velo y le enviamos a Nuestro
espíritu que tomó la apariencia de un ser humano bien proporcionado. Dijo: “Me refugio de ti en el Misericordioso, [así que apártate de mí] si tienes temor (de Allah)”. Dijo: “Yo sólo soy el mensajero de
tu Señor para concederte un niño puro”. Dijo: “¿Cómo habría de tener un niño si ningún hombre me
ha tocado y no soy una fornicadora?” Dijo: “Así lo ha dicho tu Señor: Eso es simple para Mí, para
hacerlo un signo para los hombres y una misericordia de Nuestra parte. Es un asunto decretado”»
23
.
Así pues, el Espíritu Santo reside en los lomos del Califa de Dios, y entonces queda claro que la
Última Cena sirvió en realidad como un ritual de purificación y transferencia del Espíritu Santo.
Fue así porque, en ese momento, la simiente de Caín y la simiente de Adán se habían mezclado
tanto que esto sirvió como un método para purgar el cuerpo de la oscuridad de Satanás y restaurar
el cuerpo a la luz y la pureza. En esencia, se trataba de una nueva forma de separar la oscuridad de
Satanás, de Caín y de sus hijos, de nuestros cuerpos. En el Primer Pacto, Caín es desterrado de entre
los hijos de Adán (LPSCÉ). Para el Segundo Pacto, los descendientes de Caín son demasiados: ellos
controlan todos los aspectos de la sociedad e intentan hacer la guerra y asesinar a los hijos de Adán
(LPSCÉ), por lo que Dios los aniquila y limpia la Tierra con un diluvio. Para el momento del Tercer
Pacto, los hijos de Caín sobreviven y Dios ordena la separación entre los hijos de Caín y los hijos de
Adán, dándoles la circuncisión como señal. Sin embargo, los hijos de Caín continúan infiltrándose,
adoptando las tradiciones judías y casándose con los hijos de Adán (LPSCÉ). Entonces Jesús llegó
con un nuevo método para purificar al cuerpo de la oscuridad, mediante el consumo de luz, pues el
hombre se convierte en aquello que consume. Jesús (LPSCÉ) dijo: «Bendito es el león que el humano
come, y el león se convertirá en humano. Y maldito es el humano a quien el león come, y el humano se
convertirá en león»
24
.
Este ritual secreto, y el conocimiento que acabáis de aprender, es algo que las autoridades de la
Iglesia Católica conocen. Es también una de las razones que los obispos y cardenales de la Iglesia
Católica han utilizado para justificar el continuo abuso de niños dentro de la iglesia. Adjuntamos
algunas pinturas católicas de la Última Cena, que retratan a Jesús (LPSCÉ) y a uno de sus
discípulos, en las que el ritual está pintado a simple vista para aquellos que tengan ojos para ver.
Los mandamientos del Pacto Mosaico fueron los mismos que los del Pacto Jesuita, con algunos
cambios, pues Jesús (LPSCÉ) había dicho en el Libro de Mateo: «No penséis que he venido para
abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir»
25
. Jesús (LPSCÉ) había hecho
otros
cambios menores a la ley durante su vida, y entre esos cambios estuvo la prohibición del
divorcio, salvo en circunstancias extremas. También prohibió la poligamia, e hizo equiparable al
adulterio el que algún hombre tomara a una segunda esposa.
 
Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, salió de Galilea y se fue a la región de Judea,
al otro lado del Jordán. Le seguían grandes multitudes, y allí les curaba. Algunos fariseos se acercaron a él para ponerlo a prueba. Le preguntaron: «¿Es lícito que un
hombre se divorcie de su mujer por cualquier motivo?» «¿No habéis leído», contestó,
«que al principio el Creador “los hizo varón y mujer” y dijo: “Por eso el hombre dejará
a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”? Así que
ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe
nadie». «¿Por qué entonces», preguntaron, «ordenó Moisés que el hombre diera a su
mujer un certificado de divorcio y la despidiera?» Jesús respondió: «Por la dureza de
vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así
desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por
infidelidad, y se case con otra, comete adulterio». Los discípulos le dijeron: «Si así es la
relación del hombre con su mujer, no conviene casarse». Pero Él les dijo: «No todos
pueden aceptar este precepto, sino solo aquellos a quienes les ha sido dado. Porque hay
eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos
eunucos por los hombres, y también hay aquellos que eligen vivir como eunucos por
causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte»
26
.
Dios elevó a Jesús hacia Él y el Pacto se transfirió de los hijos de Isaac a los hijos de Ismael
(LPSCE) después de que Jesús (LPSCÉ) les diera la buena nueva de un mensajero árabe que vendría
a ellos, cuyo nombre es Ahmed, como dice el Sagrado Corán: «Y (recuerda) cuando dijo Jesús, hijo
de María: ¡Hijos de Israel! Yo soy el mensajero de Allah para vosotros, para confirmar la Torá que
había antes de mí y para anunciar a un mensajero que ha de venir después de mí cuyo nombre es
Ahmed. Pero cuando [Ahmed] fue a ellos con las pruebas evidentes, dijeron: Esto es pura magia»
27
.
Mediante esto, el Testamento divino y el Pacto se transfirieron de los Hijos de Israel a los árabes
a través de una larga cadena de Profetas, entre los que estuvo el Profeta Mani, y que llegó hasta Abu
Talib, el padre del Príncipe de los Creyentes, Alí (LPSCE), que fue el último sucesor de Jesús, el
Mesías, antes del advenimiento del último Mensajero, Muhammad, que las oraciones y bendiciones
de Dios sean con él y con su familia. Se narró que al Imam Musa Al Kadhim (de Él es la Paz) le
preguntaron sobre Abu Talib y sobre el Mensajero de Allah, Muhammad, y él, (de Él es la Paz),
respondió: «Abu Talib creyó en el Profeta y en lo que trajo consigo, y le pasó el testamento y luego
murió»
28
.
El castigo que cayó sobre los israelitas por romper El Pacto Mosaico fue la destrucción del
Segundo Templo de Jerusalén a manos de los romanos y la expulsión de los israelitas de la Tierra
Prometida a la que Moisés los condujo. Estuvieron dispersos por el mundo sin un estado judío
durante casi dos mil años, hasta que volvieron a entrar en él con ayuda de los romanos. Esto ocurrió
en cumplimiento de las palabras y la profecía de Dios, cuando dijo en el Sagrado Corán: «Y en la
Escritura decretamos para los Hijos de Israel: Ciertamente corromperéis la tierra dos veces, y ciertamente os alzaréis a una gran altura»
29
. La señal del nuevo Pacto fue la Sagrada Comunión y el
Cáliz, y la tierra prometida en este Pacto fue la misma que la del Pacto Mosaico, con la salvedad de
que fue transferida de los Hijos de Israel, ahora desterrados y exiliados, a los hijos de Ismael, los
árabes, quienes posteriormente habitaron todas las tierras que fueron prometidas a Moisés
(LPSCÉ). Los seguidores del nuevo Pacto se reconocerían mediante esta práctica mutua, que
ningún hijo de Caín podía soportar. Era demasiado pesada y era una señal del Pacto. Los seguidores
de Jesús (LPSCÉ) continuaron practicando esto durante siglos, comenzando con el Profeta Mani y
sus seguidores hasta llegar al Pacto Muhammadí.
Seguramente esta ha sido una lectura perturbadora para muchos de ustedes, pero Jesús (LPSCÉ)
nos advirtió que sería así. El Evangelio de Tomás dice: «He aquí las palabras secretas que Jesús el
Viviente ha dicho, y que ha escrito Dídimo Judas Tomás. Y él ha dicho: “Aquel que encuentre la
interpretación de estas palabras no conocerá la muerte”. Jesús ha dicho: “Que aquel que busque no cese
de buscar hasta que encuentre, y, cuando encuentre, será turbado, y, habiendo sido turbado, será
maravillado, y reinará sobre el Todo”»
30
.
Estas amargas e inquietantes verdades han sido reveladas por el Imam Ahmed Al-Hassan (de Él
es la Paz) para ayudarnos a comprender mejor la historia del desarrollo espiritual y mental de la
humanidad desde el Pacto Mosaico hasta el Pacto Jesuita. Tanto en las religiones y culturas
orientales como en las occidentales han existido creencias, costumbres y prácticas generalizadas
sobre los beneficios espirituales y medicinales de beber orina de vaca (por ejemplo, en el hinduismo
y el Islam) y de camello (por ejemplo, en el Islam). Es necesario que comprendamos mejor el origen,
los propósitos e incluso las distorsiones de estas prácticas.
El consumo de orina con fines medicinales se encuentra en las tradiciones islámicas más
difundidas. La siguiente narración de Sahih Al-Bukhari ilustra este punto: Anas Ibn-Malik dijo:
«Algunas personas de la tribu de 'Ukl o 'Uraina llegaron a Medina y su clima no les favorecía, así
que el Profeta les ordenó que fueran al rebaño de camellas (lecheras) y que bebieran su leche y su orina
(como medicina). Ellos fueron como les fue indicado y, después de que se pusieron sanos, mataron al
pastor del Profeta y se llevaron todas las camellas»
31
.
El famoso Sheij Muhammad Ibn Al-Hassan Al-Ḥurr Al-’Āmili afirma: «Con respecto a la
permisibilidad de beber la orina y la saliva de los camellos, las vacas y las ovejas, y utilizar como
medicina su orina y su leche, 'Abi-Abdillah (LPSCÉ) afirma con respecto a la orina de las vacas y si
puede ser bebida por el hombre: “si la necesita como medicina puede beberla, y también puede beber la
orina de los camellos y las ovejas”». Al-’Amili también afirma que Aba Al-Hassan Musa Al-Kadhim
(LPSCÉ) ha dicho: «la orina de los camellos es mejor que su leche, y Dios puso cura en su leche»
32
.
Finalmente, Alí Al-Sistani ha emitido una fatwa diciendo que es permisible beber la orina de camellos, ovejas y vacas
33
. No estamos debatiendo si la orina de los animales debe beberse o no, lo
que estamos tratando de decir es, para aquellos que ya sostienen estas creencias, ¿acaso la orina de
un Profeta no será más pura que la de un animal?
Incluso hoy en día, los beneficios medicinales del semen son también un tema de investigación
médica y de la cultura popular
34
. Debemos señalar que la práctica ritual a la que Jesús (LPSCÉ)
invitó a sus discípulos varones en la Última Cena no era sexual. El propósito del ritual era promover
la curación espiritual, la comprensión, la unificación y la purificación de la oscuridad. En cualquier
caso, estos episodios de ingesta de «agua viva» proporcionan una imagen de Jesús (LPSCÉ) distinta
a la que popularmente muestra la Iglesia.
Además, había un mensaje más profundo que Jesús (LPSCÉ) estaba tratando de enviar, no sólo
a sus discípulos, sino a las futuras generaciones que buscan a Dios. Después de todo, Jesús (LPSCÉ)
era conocido como un sanador de la carne, pero más importante, como un sanador del corazón. Él
nos trasladó de la circuncisión de la carne (el Pacto de Abraham) a la circuncisión del corazón, es
decir, la purificación del corazón y del alma a través del consumo de la luz existente en el semen. La
Santa Biblia dice: «Circuncidaos para el Señor, y quitad los prepucios de vuestros corazones, hombres de
Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que mi furor salga como fuego»
35
. Como se dijo antes, Jesús
(LPSCÉ) vino a cumplir la ley de Moisés (LPSCÉ), especialmente lo siguiente: «Circuncidad, pues,
vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz»
36
. «Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará tu
corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma, a fin de que vivas»
37
.
Dejamos a los lectores con una importante aclaración mientras contempláis estas amargas
verdades: hoy en día, a la luz de lo que mi Padre, el Imam Ahmed Al-Hassan (de Él es la Paz), ha
enseñado, os estamos proporcionando estas revelaciones como un medio para comprender mejor la
verdad de la historia humana y el contexto y las circunstancias que rodearon la transición de la
humanidad del Cuarto al Quinto Pacto. Esto sienta las bases para comprender mejor el buen y el
mal uso de las enseñanzas de Jesús durante los últimos dos mil años. Por ejemplo, estas revelaciones
nos ayudarán a entender mejor el desenfrenado abuso sexual de niños dentro de la Iglesia Católica,
el celibato del clero y el que se haya borrado a los verdaderos sucesores de Jesús.
Este asunto quedará aún más claro en puertas posteriores, especialmente cuando aprendamos
más sobre el ministerio de Jesús (LPSCÉ) y los años perdidos después de la crucifixión.
Categóricamente, el Imam Ahmed Al-Hassan (de Él es la Paz) NO está invitando a la humanidad a
estas prácticas. Después de dos mil años de misterio acerca de las circunstancias de Jesús (LPSCÉ),
ha llegado la hora de que el mundo pruebe la amarga verdad. El Imam Alí (de Él es la Paz) dijo: «La verdad es amarga y agria y la falsedad es dulce»
38
. Enhorabuena a vosotros si esto os ha parecido
amargo y si estáis perturbados, pues habéis encontrado la verdad.