Gays: lo legal y lo moral

Tobi

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21 Noviembre 2000
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Gays: lo legal y lo moral

Jose Mª Martínez es una de las grandes figuras de la España contemporánea protestante, con el añadido de una enorme discreción y modestia (a las que le violentará verse destacado). Por eso, sinceramente nos ha emocionado que nos escriba diciendo: “Con suma complacencia he leído el Editorial de PROTESTANTE DIGITAL de ayer (por la semana pasada) sobre "Lo legal y lo moral". Sinceramente felicito al editorialista, con cuyo trabajo me identifico, por haber tratado un tema de tanta actualidad con ponderación y claridad. Es hora de que los evangélicos alcemos nuestra voz -o nuestra pluma- para dejar constancia de que muchos miles de españoles no estamos de acuerdo con la corriente política empeñada en apoyar el refrendo legal de situaciones inaceptables para millones de personas. Sobre todo, causa irritación oír de algunos gobernantes y líderes políticos que lo que ahora se legisla es respuesta a un clamor de la sociedad. Si al menos dijeran:"de una parte de la sociedad"... Todavía hay millones de españoles que, por sus principios morales, e incluso de ética natural, nos consideramos ajenos a esa "parte" de la sociedad española. Un saludo cordial”. Firmado, José M. Martínez (Presidente honorario de la Alianza Evangélica Española, teólogo y escritor, que sigue en activo en la web de PensamientoCristiano.com). Sinceramente, que Jose María Martínez coincida con este Editorial -así como la actualidad del tema- nos anima y obliga a mantenerlo una semana más.

Sin duda ha sido el tema estrella de esta semana en España la legalización de las parejas homosexuales, así como la posible adopción de niños por las mismas. Prácticas ambas que ahora serán legales, pero no moralmente aceptables para la inmensa mayoría del cristianismo, tanto protestante/evangélico como católico u ortodoxo.

Y la gran cuestión es la diferencia o distancia que separa y une a lo legal y lo moral. ¿Debe el cristiano aceptar la ley que se opone a lo moral? ¿Debe el Estado legislar con criterios morales?

En cuanto a la primera pregunta, es evidente que ante una mayoría que apuesta decididamente por una legislación contraria a la moral cristiana es más que difícil frenarla. Por otra parte, defienden quienes legislan que sólo regulan lo que ya existe, de la misma forma que se podría legalizar la prostitución: legalizar es regular lo ya existente, evitando el vacío legal y la indefensión jurídica ante las situaciones que ya viven los ciudadanos.

Estas razones no quitan tres verdades . La primera. Que la práctica homosexual es claramente contraria a la ética cristiana , algo que evidentemente afecta sólo a quienes se consideren cristianos. La segunda, que aunque exista legislación, el derecho y deber de los cristianos es anunciar, publicar, su postura de aviso acerca de que con esta y otras legislaciones vamos hacia una sociedad cada vez más apartada de Dios , lo que a la larga traerá sus consecuencias negativas (no ha prosperado ninguna sociedad en la que la homosexualidad haya sido consentida o apoyada, por el contrario, la práctica homosexual ha florecido coincidiendo con su declive). El hablar o callar en estos casos es de una enorme trascendencia y responsabilidad. No se trata de imponer nada a nadie, sino de anunciar lo que creemos que es correcto o incorrecto.

La tercera verdad es de autocrítica . Los creyentes (de todas las religiones, nos atreveríamos a decir) sólo nos alarmamos de las cuestiones éticas referentes a la sexualidad. Un miembro de una iglesia puede estafar, practicar la violencia doméstica, abusar de sus empleados, destruir la naturaleza, o mentir (pongamos por caso); pero si no hay pecado sexual por medio, lo más fácil es que se mire discretamente hacia otro lado y la vida siga adelante como si nada hubiera pasado (y a veces aunque haya pecado sexual por medio: véase los casos de sacerdotes católicos pederastas). Este hecho, sin duda, quita fuerza e influencia a la hora de hablar de principios éticos.

Entrando en la segunda pregunta, es evidente que el Estado español está incumpliendo su teórico deber de legislar sin entrar en el campo de las cuestiones morales , que atañen a los individuos y las instituciones sociales. El Gobierno actual (además de legislar) opina que la práctica homosexual es una opción adecuada o positiva (defendiendo ya incluir la bondad de la homosexualidad en la futura enseñanza escolar).

No tenemos intereses en esta publicación a favor o en contra de ningún partido político, salvo lo que nos marca nuestra conciencia ante Dios. Desde esta libertad y responsabilidad, en su día denunciamos al PP por su evidente vinculación confesional con la ICR (Iglesia católica-romana) y en contra de la libertad religiosa.

Ahora señalamos al Gobierno del PSOE, y quienes le apoyan por acción u omisión, como un pseudoprogresismo que camina hacia la conversión de la religión (de cualquier religión) en un hecho anecdótico e íntimo; porque la moral, a golpe de leyes, la marcan e imponen ellos.

Y esto sin entrar en la cuestión de la adopción, en la que no sólo se deben considerar los derechos de las personas que forman la pareja homosexual (parejas, dicho sea de paso, de una enorme “infidelidad” de promedio, como evidenció el Sida); sino que es una situación que afecta fundamentalmente a los derechos del niño. Es una cuestión que debería mover a la máxima cautela, y no a la precipitación injustificada del actual Gobierno. No en vano la postura internacional, incluso entre aquellos países que avalan la legalización de la pareja homosexual, es mantener a la adopción en entredicho sin llevarla a la práctica.

(c) ProtestanteDigital.com, 2004 (España)
 
Re: Gays: lo legal y lo moral

EN VERDAD esto es lo que te facina , esto es lo que si puedes hacer

traer anuncios de periodicos o revistas

y cual es tu bendita opinion en este asunto??

apoyas la inmoralidad? tobi?

o cuales serian tus palabras basado en la biblia al respecto?

digo sin que cites mas fuentes que la que tenemos como base
la biblia
 
Re: Gays: lo legal y lo moral

Este mensaje ha sido ocultado porque PIOLIM está en tu lista de ignorados.
 
Re: Gays: lo legal y lo moral

Anda, ¿se puede poner a alguien en la lista de ignorados de forma que no se lean sus mensajes?
 
Re: Gays: lo legal y lo moral

parece que si verdad?

bueno los demas leeran mis comentarios y los de el
pero el los mios quizas no

pero yo si leo los de el

(no le tengo miedo a nadie , lo digo con respeto a todos , no que yo lo sepa todo , o que nadie pueda conmigo , lo digo en el sentido biblico que no podemos tener miedo a los comentarios de los demas , no se nos caera una oreja o nos caera cangrena ,si podemos defender la biblia , pues amen nadie tendra miedo verdad?llamese erudito o lo que se llame )

estamos aqui por la palabra y en defensa de la sana doctrina

es mil veces estar dividos por la verdad

la biblia es una fuente de verdad

la inmoralidad es atacada en la biblia

no se le puede decir amen a todo ,asi lo diga el periodico los angeles times
o el newyork post


primero seamos sensatos ( asi se dice verdad)
seamos cuerdos en la palabra no podemos decir amen a todo
 
Re: Gays: lo legal y lo moral

Hermanos:

El tema viene discutiéndose hace muchos años y cada vez es más candente. ¿Cómo puede ser que una minoría de la población dicte las pautas a seguir en la moral? En los EU los gays confesos son un 2 porciento, pero ya han conseguido, en algunos estados, que se les permita unirse en matrimonio, compartir sus bienes y adoptar niños.

Cuando una sociedad llega a estos límites, entonces se ha convetido en una Sodoma, justamente una señal precursora del segundo advenimiento de Cristo (Lucas 17:28,29). ¿Y qué distinguía a Sodoma? Dice el mismo Dios: "...el pecado de ellos (los hombres de Sodoma) se ha agravado en extremo" (Génesis 18:20).

El capítulo 19 de Génesis presenta el drama de Sodoma. Sus hombres eran homosexuales y bisexuales. La corrupción moral cundía por todos lados. Dios no soportó más su condición y destruyó a Sodoma y a las otras tres ciudades de la llanura del Mar Muerto que la seguían en su obra perversa.

Cuando legisladores y jueces aprueban las demandas de los homoxuales, obviamente en contra de la mayoría del pueblo, entonces el país está rumbo a ser una Sodoma. Y si es la mayoría del pueblo que acepta esta obvia conducta aberrante, entonces ya no hay más que buscar: la maldición de Dios vendrá sobre ese país.

La orden de Dios es clara: "No te echarás con varón como con mujer: es abominación" (Levítico 18:22). En Lev 20:13, la sentencia está echada: "Y cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron: ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre". Con razón los gays odian a Moisés.

Pero odian también a Pablo, pues él los condena igualmente. En Romanos 1:27 describe la conducta aberrante de los homosexuales y en el verso 32 condena también a los "conscienten a los que las hacen". Esta sentencia va sobre los gobernantes, jueces y gente influyente que tolera a esta gente.

Si un hombre quiere vivir con otro hombre o una mujer con otra mujer, es su derecho, pero que no digan que Dios aprueba sus actos. Dios "es el mismo ayer, hoy y por los siglos" (Hebreos 13:8) . Hoy da pena ver aun iglesias de gays. Sus pastores y pastoras defienden sus postulados agregando que Dios es muy amoroso; y sí que lo es, pero de ninguna amanera tolerará el pecado. Me pregunto: ¿qué Biblia usarán estos líderes religiosos?

Luis Cajiga
 
Re: Gays: lo legal y lo moral

Dilema

VITAL DE ANDRÉS

Según el Diccionario, «matrimonio» es la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales. Podríamos decir que matrimonio es un concepto social y moral. Eso sería lo mismo que decir que la unión matrimonial es un producto histórico que obedece a una moral monogámica judeocristiana superpuesta al Código Civil romano anterior (en la cultura occidental). Hablar de matrimonio tal como está legislado en las naciones-estado occidentales, es hablar, entonces, de un concepto de base moral, en primer lugar. Y si es un concepto moral, no importa el notable arraigo de siglos como concepto jurídico; podríamos decir que pasa a ser un concepto relativo con otras formas de moral: matrimonio poliándrico, poligámico, incesto, de hecho, comunal, etcétera. Una vez que el concepto de matrimonio tradicional hombre-mujer queda expuesto y «exhibido» como producto histórico modificable e intercambiable por otras formas de relación de pareja o grupo, entonces todo concepto de matrimonio o relación de pareja o grupo habrían de quedar situados, por lo menos en teoría, en un mismo plano de igualdad ante la Historia. Ya no existe justificación alguna para negar legalidad a aquello que ya se percibe como una opción libre o cultural, desvinculada de todo monopolio religioso o ideológico. ¿Quién me demuestra a mí que un matrimonio poliándrico no está basado en un amor sincero e igualitario? ¿Quién ha de ser el juez que decida que una relación incestuosa no es moralmente aceptable? Siendo consecuentes, una vez «liberado» el concepto de matrimonio monogámico judeocristiano de su supuesta condición metafísica, para bajarlo al mundo de la producción histórica y social, toda forma de relación de pareja o grupo habría de quedar situada en un plano de igualdad jurídica. Tan legal debería ser un matrimonio monogámico homosexual como una relación poligámica. Es todo cuestión de poder político y los grupos de presión adecuados. También de tiempo.

Obviamente, creemos estar deslizándonos hacia una supuesta liberación generalizada de todo aquello que durante siglos parecía anclado en valores universales del orden metafísico o religioso. Cuando pensamos que toda vida no es más que una relación de poder o producto histórico intercambiable hasta el infinito, entonces ningún Estado democrático, en teoría, puede sancionar o proteger opción alguna de relación de pareja, sea esta monogámica hombre-mujer o poligámica, por poner un ejemplo. Dar legalidad a una forma matrimonial X sobre otra Y (sea ésta gay o heterosexual da lo mismo para el caso) no deja de ser una incongruencia democrática. No vemos por qué los musulmanes españoles no pueden ejercer su derecho a la poligamia cuanto antes. ¿Quién es el juez que decida lo que es mejor o peor? El Estado, para ser justamente democrático, en un extremo, no debería inmiscuirse en cuestiones de ningún orden moral en cuanto a vida de pareja o grupo. Privilegiar una forma de matrimonio sobre otra (sin importar sexo) sería una injusticia, no importa el apoyo mayoritario que se tenga a la hora de votar. Premios morales, cero. Bonito dilema. Si Dios ha muerto, todo nos es permitido, decía Dostoievski. La Historia, no obstante, es un pozo sin fondo, un verdadero agujero negro de posibilidades tanto apoteósicas como apocalípticas. Los nuevos espacios liberados generan sus nuevos dilemas. Todo es un riesgo.



Vital de Andrés

LA NUEVA ESPAÑA (7-10-04)