Bendecido Manuel;
Gracias por permitirme el honor una vez más de exponerle, lo que pienso y en lo que estoy convencido en mi propia mente con respecto al cielo y tierra, sol, luna y las estrellas, por lo que leo de la Palabra del Santo;
En el año 70 ocurrió la destrucción del "Cielo y de la Tierra". La dificultad que existe en la mente de los futuristas es su entendimiento de estas palabras. Los dispensacionalistas (sensacionalistas) ven la referencia al cielo y la tierra como una referencia literal. Nosotros al contrario, interpretamos las palabras como vinculadas espiritualmente a Israel, el reino original, el sistema religioso judío y el Pacto Viejo. Quisiéramos llamar la atención al lector de que las referencias a estas palabras en la Escritura a veces son referencias literales y otras veces espirituales o simbólicas:
Gen.1:1: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. "
Esta es una referencia clara y literal. Dios creó cielos y tierra físicos y nosotros vivimos sobre esta creación.
Lev.26:18-19: "Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. "
Pero el pasaje de Lev.26 no puede ser tomado como una referencia literal. Se habla de "vuestra" tierra y cielo, y esto habla de Israel, su gobierno y religión.
Isa.1:1-2: "Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. 2Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí"
Isaías habla "acerca de Judá y Jerusalén" y dirige sus palabras a los cielos y la tierra, así refiriéndose a Judá y a la ciudad de Jerusalén. Este es otro uso simbólico de las palabras.
La Biblia emplea las palabras tierra y cielo para hablar de la caída de una nación. Debe ser transparente que no habla en forma literal:
Nahum 1:5: "Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan."
Ahora, el Nuevo Testamento no contiene nuevas profecías caídas del cielo con nueva información nunca antes mencionada en la Biblia. Entonces cuando encontramos expresiones en el Nuevo Testamento como "tierra y cielo", debemos comparar estos textos con los del Antiguo Testamento para ver si se refieren a aquellos.
II Ped.3:1-2: "Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, 2para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;"
Así que Pedro no está introduciendo una profecía nueva sino recordando a sus lectores de lo que ya fue dicho antes. Guarde en mente que se refiere al Antiguo Testamento.
II Ped. 3:3: "que en los postreros días vendrán burladores"
Se acuerda Pedro a sus lectores que los profetas hablaron en cuanto a "los postreros días". Y, ¿cuándo ocurrirían estos "postreros días"?:
Miqueas 4:1: "Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos"
Miqueas profetiza que el Reino de Dios será establecido en "los postreros días". Noten la referencia a un "monte", un uso simbólico de la palabra.
En el libro de los Hechos Pedro predicó a sus hermanos en la carne, los hebreos de su día diciéndoles que estaban viendo el cumplimiento de la profecía de Joel:
Hch.2:17-20: "Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; 18Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. 19Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; 20El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto;"
Lo que pasó en el cielo y la tierra, en el sol y en la luna no son cosas literales, sino simbólicas, nada de naturaleza física. Y todo esto fue en preparación antes de la llegada del gran "día del Señor".
Pedro sigue hablando los cielos que fueron y la tierra que entonces existía (en la creación del universo) y los compara con los cielos y la tierra que en sus días existían (noten que no son los mismos):
II Ped.3:5-7: "Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos."
El mundo que existía antes, dice Pedro, pereció anegado en agua, pero el mundo de ahora (del primer siglo d.C.) estaba siendo sostenido para que fuera enjuiciado en el gran día del Señor. La destrucción que resultó de ese juicio es la destrucción del estado civil y religioso y de los hombres que pertenecían a ese estado.
¿Qué pereció en la primera destrucción de la tierra? ¿El suelo? No, los hombres principalmente y sus sociedades. El planeta no fue literalmente destruido. Y la segunda destrucción es también de hombres (los judíos) y de su gobierno (Israel) y todo lo que representaba.
La primera vez Dios destruyó por medio del agua física. La segunda vez por medio del fuego (no físico).
Conclusión:
El objeto de la referencia a "cielos y tierra" es la de demostrar el cambio en la manera por la cual Dios se relaciona con los hombres, con referencia a un cambio en total el sistema religioso y el establecimiento de un nuevo sistema (nuevos Reino y Pacto).
Con respecto a las estrellas. sol y luna, le recomiendo que lea Génesis 37;9, que espero nos dé un poco más de luz sobre éste asunto, puesto que ya por sus últimos aportes, aparentemente, me de la impresión, de que únicamente, de no ser porque Ud. no entiende lo de las estrellas en referencia al pueblo judío, no tendría ya ninguna objeción a toda la argumentación que hemos desarrollado. Puesto que no ha contraargumentado, a no ser por esto último, toda nuestra exposición, puesto que casi todas las señales que Nuestro Señor dió para entender su inminente venida en aquella generación la misma Biblia de Hechos en adelante, nos dá la evidencia escrita de su cumplimiento antes de llegar a la destrucción del templo en el año 70d.C.tal y como Nuestro Señor lo prometió.
Con amor inalterable.
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Jacobo Arends
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