Un enfoque teológico sobre el simbolismo de ambos arrebatamientos puede estar asociado a la Iglesia.
En este caso, Enoc representa a los redimidos que serán llevados al cielo antes de experimentar la muerte, como se describe en 1 Tesalonicenses 4:16-17, donde se habla del arrebatamiento de los creyentes en Cristo.
Por su parte Elías, tiene una conexión especial con el pueblo de Israel, ya que su ministerio y su figura se relacionan con la restauración de los judíos hacia Dios.
Por ejemplo, Malaquías 4:5-6 menciona el regreso de Elías antes del día del Señor, lo que algunos interpretan como una obra dirigida hacia Israel. Aquí está el texto:
Mal 4:5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
Mal 4:6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.
Y en las Palabras del Señor, uno puede observar un doble cumplimiento en esta profecía, pues el espíritu de Elías estaba en Juan el bautista como bien el Señor señala aquí:
Mar 9:13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.
Y el Dr. Lucas lo menciona aquí como la revelación del ángel a Zacarías el padre de Juan el bautista:
Luc 1:17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
¿Dónde están Enoc y Elías en este mismo momento?
En el tercer cielo donde estuvo Pablo, el día que lo mataron en Listra, a pedradas, pues cuando menciona que:
2Co 12:2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.
Digo que lo mataron porque las piedras que le lanzaron no eran para acariciarlo sino para asesinarlo:
Hch 14:19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
Hch 14:20 Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe.
Esto es un verdadero milagro, Pablo abandona el cuerpo (2P.1:14) y es llevado directamente al tercer cielo y una vez allí, sus ojos vieron y escucharon a los residentes allí, cuyo lenguaje el identifica de esta manera:
2Co 12:4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.
Es un lenguaje celestial, propio de los habitantes del cielo, y así como Esteban pudo ver el cielo abierto y a Jesús, mientras lo mataban a pedradas:
Hch 7:55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
Pero algunos eruditos afirman aquí que Jesús estaba de pie, no sentado, sino dándole ánimo a su discípulo como queriendo decir:
-"!Así se hace! Te estoy esperando Esteban"
De la misma manera Pablo recibió un enorme impulso en esta tribulación, que el más adelante llama "leve" (2Cor.4:17; 6:4-5).
No veo en las Escrituras ningún impedimento para que Enoc y Elías se encuentren en el tercer cielo.