¿ Fue Jesús Dios o hijo de Dios?
Entre los creyentes cristianos existe una gran confusión sobre el tema de la divinidad de Jesús, si era el Hijo igual que el Padre en poder y en eternidad y en gloria, como afirman los trinitarios, que Padre, Hijo y Espíritu santo, las tres personas de la supuesta Trinidad eran coiguales, coeternas en estos tres aspectos, y si Jesús era el mismo Dios Todopoderoso hecho carne, y muchas otras cosa que se contradicen ellas mismas, por lo que resultan inadmisibles, pues en la palabra de Dios no pueden existir contradiciones o dejaría de ser la verdad eterna de Dios. Y no hablemos de quienes no son creyentes ni entienden nada de las cosas espirituales, estos dicen tales disparates respecto a ello que no habría por donde empezar. Sin embargo, en la Biblia se dan abundantes detalles y explicaciones para que quienes buscan la verdad divina pueda ver con claridad la razón de todas estas cosas.
Las Escrituras hablan de un solo Dios todopoderoso y eterno, que ha existido siempre, por lo que no tiene principio ni fin. Es un Dios amoroso que disfruta haciendo el bien a otras personas, por lo que todas sus creaciones él quiere compartirlas con ellas, su sabiduría, su justicia y su amor. Así creó primero a seres inteligentes con cualidades semejantes a las suyas propias, que pensaran y razonaran como él, y que pudieran forjarse proyectos y planes que ellos mismos pudieran realizar; seres celestiales, ángeles, y seres materiales, pero con facultades espirituales, los humanos, para que unos y otros pudieran disfrutar de sus creaciones tanto físicas como espirituales, y compatirlas con ellos: esto es amor.
De Jesús se dice que fue el hijo primogénito y unigénito de Dios, el principio de las creaciones divinas, es decir, el primero que fuera creado directamente por Dios, y por medio de él, Jesús, Dios creó a todas las demás cosas y seres que han llegado a existir, ángeles y hombres. También se le conoce a Jesús, por la palabra de Dios, o el verbo divino, porque es por medio de él que Dios se comunica con los humanos. Pues es Jesús el intermediario entre Dios y nosotros para darnos a conocer los propósitos y la voluntad divina, el verbo o la palabra de Dios. Por eso es apropiado y lógico que en Juan 1:1,2 se diga que en el principio la palabra estaba con Dios, o sea, que la persona de Jesús ha estado con o junto a Dios desde el principio de ser creado, y por ello ha recibido de él toda la sabiduría y el amor divino, a lo que él mismo ha correspondido con una lealtad y fidelidad sin límites, porque es un hijo agradecido y amante, y su mayor deleite está en hacer la voluntad de su Padre celestial. También se dice a continuación en Juan 1:1 que la palabra era un Dios, lo cual es también lo más apropiado, pues por la labor y la fidelidad con la que ha compartido con su Padre todas sus creaciones, éste le ha nombrado rey de reyes y señor de señores, es decir, le ha colocado en el puesto más elevado sobre todos los demás seres en el cielo y en la tierra, por lo que su poder es superior al de todos, ecepto el del Padre, al que Jesús siempre se ha sentido subordinado, y lo seguirá siendo voluntariamente porque lo ama y reconoce su superioridad en todos los aspectos. Por último se dice en Juan 1:2 que por medio de él, Jesús, llegaron a existir todas las cosas, y sin él ningura de ellas llegaron a existir, lo cual también es cierto, pues aunque Dios es quien concibe y planifica todas sus creaciones, es Jesús quien las ha hecho realidad bajo la dirección divina, por lo tanto, es Jesús el que las ha traído a la existencia con sus esfuerzos y la sabiduria que recibió de su Padre.
Por lo tanto, Jesús es el hijo de Dios, no el Dios todopoderoso, que es único y sin haber tenido principio, mientras que el Hijo sí lo tuvo, pero merece también el título de Dios poderoso por el poder y la sabiduría que ha alcanzado. A Satanás también se le llama el dios de este sistema de cosas, pero un dios perverso que ha conseguido su poder con mantiras y toda clase de maquinaciones solapadas. En las Escrituras encontramos todas las verdades que necesitamos saber si buscamos en ellas con corazón limpio y con el deseo de agradar al divino Hacedor y cumplir su entera voluntad, no de otra manera o intención.