A los venerables hermanos del foro y enparticular en un abrazo fraterno al Sr. Luis:
A continuacion les expongo de manera somera y muy sintetizada, algunos de los puntos de la doctrina bíblica y que no encuentra ningun problema ni deficiencia en la Apologetica Catolica, en el futuro tratare los temas restantes:
LA CONFESION DE LOS PECADOS:
Cristo penetraba y penetra todas las mentes, esto sería suficiente para confesarse de manera directa con Él, pero Cristo pese a no necesitar de nadie para conocer nuestros pensamientos y pecados, les dice a sus apóstoles después de infundirles el Espíritu Santo que los necesita para que perdonen en su Nombre y reconcilien de esta manera a los pecadores con Dios.
Sólo Dios perdona los pecados. Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: “El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra” (Mc 2: 10) y ejerce ese poder divino: “Tus pecados están perdonados”(Mc 2: 5; Lc 7: 48). Más aún, en virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a los hombres para que lo ejerzan en su nombre.
Cristo confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico, que está encargado del “ministerio de la reconciliación” (2 Co 5: 18). El apostol es enviado “en nombre de Cristo”, y “es Dios mismo” quien, a través de él, exhorta y suplica: “dejaos reconciliar con Dios” (2 Co 5: 20)
Nos lo enseñan las escrituras:
(A) .- “La Paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retuviereis, les serán retenidos” (Jn 20: 19-23).
(B).- “Y lo que ates en la tierra quedara atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedara desatado en los cielos” (Mt 16: 19). Es claro que también el colegio apostólico unido a la Cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro. El pecado es la principal atadura que nos impide ser de Cristo plenamente.
Es claro que Cristo conoce todos nuestros pecados, entonces por esta razón no tendría ningún sentido que les encargara a sus discípulos que perdonaran los pecados de quienes se los confesaran.
¿Entonces Cristo habló de más en el punto (A)?.
¿Por qué si Cristo penetraba todas las mentes les pidió a sus apostoles que perdonasen los pecados?. ¿No sería una redundancia?.
Cristo los llamó y les dio el poder de absolver los pecados por lo siguiente:
El Señor, quiso que sus apóstoles fueran sus colaboradores, y confesaran a los fieles, ellos son instrumentos de Cristo, ellos gracias al Espíritu Santo que Cristo les infundió pueden perdonar o retener nuestros pecados, ellos son representantes de Cristo, y perdonan en su nombre e invocando que la sangre preciosa de Jesús caiga sobre los que se confiesan y los lave. Mas claro, es Cristo quien perdona por medio de ellos.
Cuando la gente dejó de confesarse, aparecieron los psicólogos, y es más muchos hermanos visitan a su psicólogo, y les cuentan hasta sus cosas más intimas, más les valdría confesarse, así el sacerdote también oraría con y por ellos. Además les daría el SIGNO SENSIBLE del perdón, por eso cuando nos confesamos bien, salimos contentos y seguros que Jesús nos ha perdonado. Más si lo hacemos en una esquina de la pieza “directamente con Dios” no obtendremos de la pared una voz cálida, fraternal y cristiana del hermano que presentando a Nuestro Señor nos dirá “Yo te absuelvo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Amén. Es de entender que la confesion es sincera, pues a Dios nadie lo engaña ni juega con El.
Yo conozco hermanos evangélicos que dan a entender que pese a confesarse como dicen ellos, “directamente con Dios”, no tienen la seguridad plena de haberlo hecho bien, o si fue del agrado de Dios, más bien les queda la incertidumbre y la duda. Jesús ha dejado hombres igual que nosotros, pues si hubiese dejado ángeles, nunca nos habrían entendido plenamente en nuestras debilidades, entre pecadores nos entendemos y como estamos bajo una misma condición humana, podemos compadecernos unos por otros, ayudarnos y comprendernos. Un buen sacerdote es también un buen amigo que nos orienta, anima y aconseja.
ORACION POR LOS MUERTOS:
En macabeos (aunque un protestante dirá que no es un libro que pertenece a la Biblia, podemos encontrar la oración por los muertos).
“... hizo ofrecer ese sacrificio por los muertos, para que Dios les perdonara” (2 Mac 12, 45-46). La oración por los difuntos se entiende y explica mejor bajo la doctrina bíblica del purgatorio.
¿También desacreditarán la fe de los primeros cristianos?, les invito a leer algunos epitafios de primeros cristianos, encontrados en las catacumbas.
En las catacumbas, los cristianos durante las persecuciones de los primeros tres siglos, escribieron oraciones para los difuntos.
80. De Agacio, subdiácono pecador, ten misericordia, Dios.
81. Flavia Prima Amevania, hija de Aurelio Semnio. El Señor refrigere tu espíritu".
¿Dormidos?, los únicos dormidos son los protestantes que podan a destajo el árbol del evangelio a su conveniencia.
Nadie al morir queda como en un estado de inconsciencia. Al contrario se presenta ante el tribunal de Cristo (2 Corintios 5: 10), y es inmediatamente juzgado (Hebreos 9: 27). Y el alma va donde le corresponde, ¿o se va a dormir como dicen algunos protestantes?.
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos” (2 Corintos 5:1). Nuevamente la palabra del Señor nos da pistas de lo que nos sucede al morir y deshacerse nuestro cuerpo material (morada terrestre); no caemos en una dormisión e inconsciencia, sino que por el contrario nos espera una casa eterna en los cielos, y de manera inmediata no hasta el juicio final; pues en ese juicio final las casas celestiales se unirán a sus respectivos cuerpos materiales o casas (moradas) terrestres, a semejanza de nuestro Señor Jesús.
"Y siguieron arrojándole piedras a Esteban, mientras él hacía petición y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu" (He 7,59). Recibe mi espíritu, Esteban sabe que Jesús lo recibirá en su Reino, es el mismo caso de buen ladrón, de ninguna manera este lenguaje nos habla de dormisión e inconsciencia, al contrario deja entrever una clara actividad después de la muerte, los que mueren en el Señor están en el cielo alabándolo día y noche sin cesar.
Si hemos sido fieles a las enseñanzas de Jesús, estaremos donde Él está, esto según su promesa al buen ladrón en la cruz: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23: 43), el lenguaje de Jesús es muy claro, invita al buen ladrón a entrar de inmediato al paraíso, en ningún momento le sugiere que debe de esperar dormido hasta la resurrección de los muertos.
"Padre, en cuanto a los que me has dado, deseo que, donde yo esté, ellos estén también" (Jn 17,24). Jesús desea que aquellos que lo han amado fielmente, de inmediato pasen a gozar junto a Él en el cielo. Es la misma promesa que le hace al buen ladrón. Jesús ora al Padre pidiendo por sus fieles.
¿Hasta cuando, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Apocalipsis 6: 9-10). Los que están en el cielo piden justicia para aquellos que los martirizaron y que aún viven en la tierra.
“Y he aquí dos varones que hablaban con Él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida...” (Lc 9 30-31).
Moisés y Elías aparecen rodeados de gloria, ellos están vivos para Dios y muertos para el mundo, su alma esta activa, no esta dormida como erróneamente se interpretan ciertos párrafos de la Biblia. Y es más ellos hablan con el Maestro sobre su misión y sobre su partida.¿Por qué ellos no están dormidos, o al menos Moisés que murió? (sabemos que Elías fue llevado en cuerpo y alma al cielo, Enoc corrió similar suerte). La respuesta es sencilla ellos están vivos, ósea despiertos.
"...en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo. Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal. Por lo tanto, compenetrados del temor del Señor, tratamos de persuadir a los hombres". (2 Corintios 5, 9-11).
Dice este párrafo SEA QUE VIVAMOS EN ESTE CUERPO (EL ACTUAL) O FUERA DE EL (EN EL CIELO), deja evidente que al morir si hemos sido fieles iremos al cielo en espíritu, serán como los ángeles nos dirá Jesús, posteriormente en el juicio final las almas que están en el cielo se unirán a sus cuerpos en la resurrección al igual que las almas que están condenadas.
Nuevamente el evangelio nos indica que después que morimos somos juzgados y nos vamos al cielo, infierno o purgatorio. Es más que claro que se debe orar por los que han muerto.
EL PURGATORIO
¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador... (Mal 3, 2). En el tribunal de Cristo, Nuestro Señor se nos presenta como fuego purificador.
Solamente los puros sin mancha pueden entrar en el cielo según el libro del Apocalipsis (21, 27). Pablo dice que Dios: habita en luz inaccesible (1 Ti 6, 16). Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio (Hab 1, 13). En la carta a los hebreos leemos: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor (Heb 12, 14). Tenemos que llegar a ser perfectos como Dios es perfecto (Mt 5, 48). No es fácil. La puerta es estrecha (Mt 7, 13). El rey David dijo que sólo los puros de corazón pueden subir al monte del Señor (Sal 24, 3-4). Este monte prefigura el cielo (Heb 12, 18-20 y Ap 14, 1). No estoy diciendo que Dios es inaccesible. No. Jesús mismo se encarnó para estar con nosotros, pero lo que Él quiere es una entrega, un compromiso total. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios... son sin mancha delante del trono de Dios (Ap 14, 5). Son intachables (Dios Habla Hoy).
Porque todos serán salvados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal (Mc 9, 49). Es un sacrificio. El grano de trigo tiene que morir dijo Jesús. He aquí que Jehová vendrá con fuego (Is 66, 15). Todos deberemos morir y ser purificados por fuego, a eso le llamamos el purgatorio. Un lugar de purificación, NO ES UN LUGAR DE SEGUNDA OPORTUNIDAD, los que llegan a ese lugar ya están salvados, pero deben ser purificados de TODA MANCHITA, porque al cielo nada manchado entra. Si tenemos un pequeño mal pensamiento o una mala mirada, o una intención doble, o un recuerdo con rencor, esto ya nos provoca una mancha. ¿Y si sucede justo antes de que expiremos?, ¿NOS IREMOS AL INFIERNO?
El Purgatorio es el lugar al que fue Jesús a predicar a los espíritus encarcelados como el rey David, Isaac, y el profeta Jeremías (1 P 3, 19).
Jesús habló de un pecado que no es perdonado ni en este mundo ni en el venidero (Mt 12, 32 Dios Habla Hoy). Sugiere que hay otro lugar y que la expiación puede suceder después de la muerte. Este texto menciona enseña que si el pecado no es de muerte (podrá ser perdonado en la otra vida). Esa otra vida es lo que llamamos purgatorio.
Hemos visto que Mateo dice: de cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante (5, 26). Esta "prisión" no puede ser el infierno porque nadie sale del infierno, tiene que ser otro lugar. El Juez es la figura de Cristo, Cristo perdona nuestros pecados, pero debemos de cancelar la deuda contraída contra El y contra el prójimo, y es muy duro cuando dice NO SALDRAS DE AHI HASTA QUE PAGUES EL ULTIMO CENTIMO. La misma oración del Padre Nuestros nos dice “Y perdona nuestras DEUDAS”, no dice “nuestros PECADOS”, gracias al sacrificio de Cristo en la Cruz nos son perdonados nuestros pecados, pero si nuestro arrepentimiento NO ES PERFECTO, la deuda debemos pagarla. Y la pagaremos en esta vida o en la venidera como dice indirectamente Mateo 12: 32.
La Biblia enseña que Jesús descendió a los infiernos, se entiende que exactamente al seno de Abraham, donde estaban reunidos todos los que habían muerto a través de las edades y lo esperaban.
“Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó los ojos, estando en tormentos, y vió de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.” (Lucas 16: 22-23).
Jesús nos da una parábola del hombre rico y el pobre (Lc 16, 22-26). El rico no está en el infierno, porque él pide misericordia para sus hermanos (vv. 27-28), y no hay amor así en el infierno. Tampoco podría hablar con Abraham si estuviera en el infierno porque no hay comunicación entre las almas del infierno y las del cielo. Si así fuera, las almas en el infierno tendrían un poquito de consolación al poder relacionarse con los Santos y con Dios. En el Infierno no hay este consuelo. Luego es un lugar cercano al abismo pero no es el, es lo que llamamos purgatorio. Ni el rico de Epulón ni Lázaro están dormidos, como dicen algunos, que cuando morimos ya no sabemos nada de nada.
El Purgatorio fuego de amor que purifica al alma de sus manchas, y el infierno fuego de condenación:
He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción (Is 48, 10. Ver Job 15, 34). Amados, no os sorprendaís del fuego de prueba que os ha sobrevenido, ... sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo... (1 P 4, 12-13).
Seremos probados por el fuego: la obra de cada uno será manifiesta; porque el día la declarará. pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará (1 Co 3, 13. Ver 2 Ti 2, 11-13).
"Aun el sheol debajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida salieron a recibirte, hizo levantar de sus sillas ha todos los principes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. Todos ellos se expresan y dicen: ¿A ti mismo también se te ha hecho débil como nosotros? ¿A nosotros se te ha hecho comparable?" (Is 14,910).
El pasaje no puede ser más evidente. El rey de Babilonia desciende al sheol (lugar que recibía a los muertos); y aquello provoca una viva reacción entre las gentes que allí estaban, especialmente los dirigentes, que habían llegado al mismo con anterioridad. Y no sólo eso, sino que además gritan y preguntan al rey de Babilonia. Desde luego, no deja de ser una conducta curiosa para sujetos que, de aceptar la tesis de que duermen y no tienen conciencia, ni sufren ni padecen. El profeta Isaías, como podemos ver en su libro, sustenta una tesis diametralmente opuesta a lo anteriormente planteado.
Veamos un ejemplo más: "Los hombres de nota de los poderosos hablarán aún a él, con sus ayudantes, de en medio del sheol" (Ez 32,21).
“Y he aquí dos varones que hablaban con Él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida...” (Lc 9 30-31). Moisés estaba también en el seno de Abraham que es el purgatorio.
Otro texto que habla de una purificación después de la muerte el día del juicio ver (Hebreos 9:27):
"Sobre él (Cristo) se puede edificar con oro, plata, piedras preciosas, madera, pasto o paja: la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio, que se revelará por medio del fuego, la pondrá de manifiesto; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. Si la obra construida sobre el fundamento resiste la prueba, el que la hizo recibirá la recompensa; si la obra es consumida, se perderá. Sin embargo, su autor se salvará, como quien se libra del fuego". (1 Corintios 3, 12-15)
Esto claramente se aplica a los salvados, ya que Pablo lo dice ("su autor se salvará"), pero no indica que este examen de la vida sea algo divertido, ya que como Pablo también dice, la obra de la persona en cuestión "es consumida" y que "se perderá" y aunque él se salvará, será "como quien se libra del fuego". Ni falta que hace decir que ver que la obra de la vida de uno se consume en llamas, que se pierde cuando uno esperaba "recibir una recompensa", y escapar a través de las llamas, no es algo divertido.
Los protestantes NO creen en el purgatorio:
Lo siento, pero esto también es falso. Hay protestantes que creen en el purgatorio. Uno que fue muy explícito acerca de él fue C.S.Lewis. En sus Cartas a Malcom, escribió:
"Claro que oro por los muertos. La acción es tan espontánea, tan inevitable, que sólo el caso teológico más compulsivo contra ella podría detenerme. Y apenas sé cómo podría sobrevivir el resto de mis oraciones si las que son por los muertos fueran prohibidas. A nuestra edad, la mayoría de los que más amamos están muertos. ¿Qué clase de relación podría tener con Dios si no pudiera mencionarle lo que más amo?"
"Yo creo en el purgatorio... Nuestras almas demandan el purgatorio, ¿o no? ¿Acaso no nos partiría el corazón si Dios nos dijera, 'Es cierto, hijo, que tienes mal aliento y que tus harapos chorrean barro y limo, pero aquí somos caritativos y nadie te molestará por estas cosas, ni se apartará de ti. Entra al gozo'? Acaso no le responderíamos, 'Con todo respeto, señor, y si no hay objeción, yo preferiría ser limpiado primero'? "Sabes que puede ser doloroso'-"Aún así, señor'."
"Supongo que el proceso de purificación normalmente involucrará sufrimiento. En parte por tradición; en parte porque la mayoría de lo que se me ha hecho de verdaderamente bueno, lo ha involucrado.
Pero no pienso que el sufrimiento sea el propósito de la purificación. Puedo creer bien que personas no mucho peores ni mucho mejores que yo sufrirán menos o más que yo... el tratamiento dado será el que sea necesario, sea que duela poco o mucho".
"Mi imagen favorita en esta materia viene de la silla del dentista. Espero que cuando me sea extraído el diente de la vida y esté 'recobrándome', una voz dirá 'Enjuáguese la boca con esto'. Esto será el purgatorio. El enjuague puede durar más tiempo de lo que ahora me imagino. Su gusto puede ser más ardiente y astringente de lo que mi sensibilidad actual podría soportar. Pero... [no] será asqueroso ni impío".
Pero más allá de protestantes como Lewis, que abiertamente admiten su creencia en el purgatorio, puede decirse que los protestantes en general creen en el purgatorio, y simplemente no lo llaman así.
Ya que todo protestante histórico admitirá que nuestro continuo pecar en esta vida no continúa en el cielo. De hecho, insistirán bastante en que aunque nuestra santificación no es completa en esta vida, será completada (instantáneamente, dicen) tan pronto como esta vida termine. ¡Pero eso es lo que es el purgatorio!-la santificación final, la purificación. Por lo tanto es permisible decir que muchos protestantes creen en el purgatorio sin darse cuenta.
El tema es muy extenso y hay muchas citas bíblicas que mencionan la existencia del purgatorio. Las mencionadas son sólo algunas.
INMACULADA CONCEPCIÓN:
Jesús se ha hecho hombre, en todo semejante a nosotros menos en el pecado, Jesús ha querido nacer de una Mujer humana la Santísima Virgen Maria, Jesús ha querido gestarse como todo bebe humano en la matriz de su madre, y como todo ser humano se ha desarrollado como tal en su vientre bendito.
La ciencia enseña que mientras el bebe humano se encuentra como huésped en el vientre de la madre, la sangre que circula por las venitas y arterias del bebe, es 100% la sangre de la madre, y esto se extiende incluso hasta los primeros meses de vida del bebe.
Pregunta:
¿Dios ha permitido que por las venitas y arterias de Jesús-Bebe haya circulado la sangre de una mujer pecadora?
¿Acaso la carne de Jesús, no le ha sido entregada 100% por su madre, para formarle un cuerpo?, recordemos que el Espíritu Santo fecundó a la Virgen y el Espíritu NO TIENE CUERPO (CARNE), es la Santísima Virgen Maria quien de su propia carne y sangre y carga genética, le ha formado el cuerpecito a Jesús.¿O EL CUERPO DE JESUS SE FORMÓ DEL AIRE?
¿Están la CARNE y SANGRE que formaron el cuerpo de Jesús también manchadas por el pecado?, ¿Jesús que se revistió de humanidad, tomaría una vestidura inmunda?. ¿Y el CORAZÓN DE MARÍA TAMBIÉN ESTARÍA INMUNDO PARA ACOGERLO?
“Fui tejido en el vientre de mi madre” (Salmo 139: 13-16)
Para ser perfecto hay que estar inmaculado (sin defecto) y la Virgen es inmaculada:
“Eres toda hermosa, amada mía, en ti no hay defecto” (Cantares 4:7)
“Pero, una sola es mi paloma, mi toda perfecta. Ella es la hija única de su madre.” (Cantares 6: 7-9)
Todas las almas justas son hijas de la divina gracia, pero, entre todas ellas, María fue la paloma sin sentimiento de culpa, la perfecta sin mancha de pecado original, la única concebida en gracia.
Por esta razón que el ángel, antes de que María fuese Madre de Dios, la encontrara tan llena de gracia, que la saludó de este modo: “Salve llena de gracia; el Señor está contigo.” (Lucas 1: 28)
Nota: La traducción correcta llena de gracia que proviene de la frase griega kecaritwmevnh (Kecharitomene) traducida como llena de gracia. El significado de estar lleno de gracia para un Católico es estar sin pecado. (ref Hech 15:11 y Ef 2:5), la palabra Chari (Járis) de Kecharitomene, significa gracia. Por lo tanto la traducción “amada y favorecida” no es la más exacta y precisa, son traducciones posteriores que apuntan a debilitar el dogma mariano.
Dios se hizo una Madre acorde a la dignidad de su Hijo, la Virgen María fue preservada del pecado, así como el alfarero se hace una vasija de barro perfecta para un uso especialísimo, como es contener algo riquísimo y precioso, así el Señor hizo a la Virgen libre de toda mancha. Para que de esta forma como preciosísima vasija contuviese a lo mas precioso y riquísimo que puede existir sea ayer, hoy y siempre, y que es contener al Hijo de Dios.
“¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? (Romanos 9: 21)
Por esta razón Dios (el alfarero) preparó una vasija de barro sin mancha de pecado, para así dar honra a su Hijo Jesús que habitaría aquella vasija que sería la Santísima Virgen María.
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro?. Así como Dios creó inmaculada a Eva, de la misma manera podría crear inmaculada a María, o sea, sin mancha de pecado original. EL alfarero tiene potestad sobre el barro, para hacer una criatura sin pecado como lo sería la Madre del Salvador.
La Biblia nos enseña que “El árbol se conocerá por su fruto”, es decir, si el árbol es santo, sin mancha, perfecto, el fruto también deberá gozar de semejantes características. Y es Isabel quien llena del Espíritu Santo, dirá a la Virgen María a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!...” (Lc 1, 41-46). Jesús es “el fruto” de María, y si Jesús el fruto de María es Santo, Perfecto y sin mancha, María también poseerá tales características, así entendemos que María es el árbol y Jesús es el fruto, “el árbol se conocerá por su fruto”. Pero la Virgen tiene tales características únicas, no por cuenta propia, sino por haber sido capacitada por el Verbo para tan grande misión, como debía ser la Madre Dignísima de la segunda persona de la trinidad. Méritos no dados por la carne, sino que por acción directa de Dios, Ella es la primera criatura en que brillan en toda su plenitud, los méritos alcanzados por Cristo con su Eterno Sacrificio en la Cruz, para la salvación del género humano. La Virgen María desde su concepción fue preservada del pecado, en Ella no entró el pecado que todos heredamos de nuestros primeros padres Adán y Eva, su origen o “raiz” es santa, como dice la escritura “si la raíz es santa las ramas también” (con mayor razón lo será el árbol) (Romanos 11: 16).
“Son los Hijos regalo del Señor, es el fruto del vientre, premio suyo.” (Salmo127: 3)
Todos sabemos que el principal orgullo de los hijos es ser descendientes de padres nobles:
“Y la honra de los hijos, sus padres,...” (Proverbios 17: 6)
Pues bien ¿cómo podríamos pensar que Dios hubiera consentido de que su Hijo naciera de una madre manchada por el pecado, si con ello hubiese dado paso a Lucifer para que le achacara la vergüenza de haber nacido de una madre esclava suya y enemiga de Dios? ¡De ninguna manera!, no pasó el Señor por esto, sino que ayudo al honor de su Hijo, haciendo que su Madre, la Virgen María, fuese siempre inmaculada, para que fuera la Madre que convenía a su Hijo. Además debemos de recordara que la Santísima Virgen María dijo de Ella “Yo soy la esclava del Señor”.
Frente a tan grande misterio como es la encarnación del Verbo de Dios en las purísimas entrañas de la Santísima Virgen María, el Espíritu Santo solo descendería en un alma libre de pecado, como lo es la Santísima Virgen María, como dice la escritura el respecto:
“No, la sabiduría no entrará en un alma perversa, no habitará en un cuerpo instrumento del pecado” (Sabiduría 1: 4)
Estas expresiones del Rey David, significan que María fue santa desde su concepción y que vienen a significar lo que el propio Espíritu Santo dice en otros lugares: “Muchas mujeres han obrado maravillas, pero, tú las superas a todas”. (Proverbios 31: 39)
