Fe y obediencia parecen no llevarse bien

28 Febrero 1999
43.081
6.000
“Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre” Ro 1:5.

En tan breve versículo tenemos cuatro grandes palabras: gracia, obediencia, fe y amor.

Sin embargo, para muchas mega iglesias y ministerios internacionales son mucho más atractivas las otras tres: “apostolado”, “conducir” (liderazgos) y “naciones”.

En cuanto al inicial “por medio de él” (el Señor Jesucristo) y “su nombre” –al final- quedan como relegados ante el brillo de lo que habitualmente más se suele destacar.

Es gracioso advertir que Pablo prácticamente esperaba la conversión de todas las naciones a breve plazo, y eso, muy a pesar de lo limitado de las comunicaciones en aquellos tiempos.

¿Era ingenuo o demasiado optimista? ¡Nada de eso! Él mismo testifica: “todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro 15:19) con referencia a una región bastante extensa, por lo cual su pasión era llegar a los pueblos no alcanzados. Si los demás apóstoles y evangelistas hacían su parte en la obra, pronto todo el mundo habitado vería a los gentiles ser conducidos a la obediencia (v.18).

Y hablando de obediencia, ¿no es acaso la palabra menos simpática de aquellas cuatro de las que comenzamos hablando?

Nos encanta explayarnos hablando de la gracia, la fe y el amor. Pero la obediencia…

La intención de este epígrafe es mostrar cómo la actual inoperancia del evangelio “que es el poder de Dios para salvación” (Ro 1:16) no es porque haya perdido fuerza sino porque ha sido reemplazado por “otro evangelio”, que aunque no lo hay, se presenta como el genuino sin serlo.

La tesis propuesta, es que el factor “obediencia” ha sido quitado, pues se prefiere amoldarlo a las creencias y criterios particulares para hacerlo más potable, o sea, más fácilmente aceptable.
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

“Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre” Ro 1:5.

En tan breve versículo tenemos cuatro grandes palabras: gracia, obediencia, fe y amor.

Sin embargo, para muchas mega iglesias y ministerios internacionales son mucho más atractivas las otras tres: “apostolado”, “conducir” (liderazgos) y “naciones”.

En cuanto al inicial “por medio de él” (el Señor Jesucristo) y “su nombre” –al final- quedan como relegados ante el brillo de lo que habitualmente más se suele destacar.

Es gracioso advertir que Pablo prácticamente esperaba la conversión de todas las naciones a breve plazo, y eso, muy a pesar de lo limitado de las comunicaciones en aquellos tiempos.

¿Era ingenuo o demasiado optimista? ¡Nada de eso! Él mismo testifica: “todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro 15:19) con referencia a una región bastante extensa, por lo cual su pasión era llegar a los pueblos no alcanzados. Si los demás apóstoles y evangelistas hacían su parte en la obra, pronto todo el mundo habitado vería a los gentiles ser conducidos a la obediencia (v.18).

Y hablando de obediencia, ¿no es acaso la palabra menos simpática de aquellas cuatro de las que comenzamos hablando?

Nos encanta explayarnos hablando de la gracia, la fe y el amor. Pero la obediencia…

La intención de este epígrafe es mostrar cómo la actual inoperancia del evangelio “que es el poder de Dios para salvación” (Ro 1:16) no es porque haya perdido fuerza sino porque ha sido reemplazado por “otro evangelio”, que aunque no lo hay, se presenta como el genuino sin serlo.

La tesis propuesta, es que el factor “obediencia” ha sido quitado, pues se prefiere amoldarlo a las creencias y criterios particulares para hacerlo más potable, o sea, más fácilmente aceptable.

Estimado:Ricardo

Creo, que este epígrafe es un buen tema de reflexión. Y sobre todo, porque hay un elemento DE LOS MAS IMPORTANTES en esas grandes 4 palabras que has mencionado. Sin embargo, el único elemento que necesitamos los creyentes, y para que haya resultados de conversión en todas las gentes(NACIONES), ES EL AMOR A DIOS Y A SU PALABRA. Y por ende, que produce los frutos de la FE Y LA OBEDIENCIA, por la misma GRACIA DEL SEñOR JESUCRISTO QUE HA SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES POR EL ESPIRITU SANTO AL CONVERTIRNOS A EL.

PAZ Y GRACIA DEL SJ
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

“Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre” Ro 1:5.

En tan breve versículo tenemos cuatro grandes palabras: gracia, obediencia, fe y amor.

Sin embargo, para muchas mega iglesias y ministerios internacionales son mucho más atractivas las otras tres: “apostolado”, “conducir” (liderazgos) y “naciones”.

En cuanto al inicial “por medio de él” (el Señor Jesucristo) y “su nombre” –al final- quedan como relegados ante el brillo de lo que habitualmente más se suele destacar.

Es gracioso advertir que Pablo prácticamente esperaba la conversión de todas las naciones a breve plazo, y eso, muy a pesar de lo limitado de las comunicaciones en aquellos tiempos.

¿Era ingenuo o demasiado optimista? ¡Nada de eso! Él mismo testifica: “todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro 15:19) con referencia a una región bastante extensa, por lo cual su pasión era llegar a los pueblos no alcanzados. Si los demás apóstoles y evangelistas hacían su parte en la obra, pronto todo el mundo habitado vería a los gentiles ser conducidos a la obediencia (v.18).

Y hablando de obediencia, ¿no es acaso la palabra menos simpática de aquellas cuatro de las que comenzamos hablando?

Nos encanta explayarnos hablando de la gracia, la fe y el amor. Pero la obediencia…

La intención de este epígrafe es mostrar cómo la actual inoperancia del evangelio “que es el poder de Dios para salvación” (Ro 1:16) no es porque haya perdido fuerza sino porque ha sido reemplazado por “otro evangelio”, que aunque no lo hay, se presenta como el genuino sin serlo.

La tesis propuesta, es que el factor “obediencia” ha sido quitado, pues se prefiere amoldarlo a las creencias y criterios particulares para hacerlo más potable, o sea, más fácilmente aceptable.

Hola Ricardo

Me parece interesante, y comparto tu análisis; aunque me gustaría agregar que la obediencia es una consecuencia natural de la fe y también del amor; si no hay obediencia, es que carecemos de fe y de amor, y obedecemos más, en la medida que esto abunda en nosotros

Saludos y que estés muy bien.
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

Estimado Ricardo, me quitaste las palabras de la boca. Justamente estaba pensando abrir un epigrafe para reflexionar sobre el tema de la obediencia.

A mí me llama profundamente la atención cuando converso en este foro, que la obediencia es una virtud inexistente. Eso es sumamente preocupante, porque a mi parecer sin obediencia el cristianismo queda colgando de un hilo. La obediencia es parte esencial de toda la historia de la Salvación.

Por la desobediencia de Eva, entró el pecado en el mundo. Por la obediencia de María, entró el Salvador al mundo.
Por la desobediencia de Adán, todos fuimos constituidos pecadores, por la obediencia de Jesús, fuimos redimidos.

Miremos el ejemplo de nuestro modelo, Jesucristo:

"Se humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz"
(Fil 2, 8)

Los cristianos actuales somos al revés: desobedientes hasta la muerte.

A mí me llama poderosamente la atención que en este foro muchos se rien de nosotros los católicos por obedecer a nuestros obispos y dejarnos enseñar por ellos, y le ponen toda clase de nombres negativos: "sumisión", "títeres", "no los dejan pensar", "dicen amén a todo" etc etc. Acá cuando alguien es obediente, es objeto de burla.

Eso por ahora.
 
Estimado Petrino

Estimado Petrino

Respuesta a Mensaje # 4:

Concordamos respecto a la obediencia en el contexto que he introducido el tema.

Respecto a los múltiples aspecto de la misma en lo que hace a los gobiernos, Constitución, Leyes y autoridades a las que estamos sujetos, sea como ciudadanos, funcionarios y empleados, es muy pertinente la atención que el cristiano preste a todo ello, pero no es eso lo que me preocupa sino con relación al Evangelio que el Señor mandó a predicar por todo el mundo.

Muchas veces la obediencia a jerarquías religiosas no pasa de ser una cómoda sumisión en conflicto permanente con la obediencia debida a la Palabra de Dios y al Señor Jesucristo nuestro Salvador.
 
Apreciado El menor

Apreciado El menor

Respuesta a Mensaje # 3:

Dices bien en cuanto a la relación y dependencia de la obediencia con la fe y el amor.

Es que en orden a gracias, dones o virtudes, cuando alguno funciona bien es porque todo lo demás está funcionando armoniosamente bien.

Inversamente, cualquier cosa que descuidemos entrará a funcionar mal, y a poco hará estragos en nuestro ser espiritual si nos conformamos a tal negligencia.

En relación con el evangelio, me temo que ha sido tremendamente descuidado el factor “obediencia” en el evangelista con el resultado de que aparecen “convertidos” que cuestionan la autoridad de la Biblia y el Señorío de Cristo a medida que eligen: -Esto sí, esto no.

Lo que no ven en el evangelizador tampoco lo reproducen en su propia vida.
 
Re: Estimado Petrino

Re: Estimado Petrino

Muchas veces la obediencia a jerarquías religiosas no pasa de ser una cómoda sumisión en conflicto permanente con la obediencia debida a la Palabra de Dios y al Señor Jesucristo nuestro Salvador.[/SIZE]
Ok, conclusión: nos eximimos de obedecer a los pastores y sujetarse a ellos.

La Biblia dice: "obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos". (Heb 13, 17)

¿No ves que siempre hay excusas para no obedecer?
 
Re: Estimado Petrino

Re: Estimado Petrino

Ok, conclusión: nos eximimos de obedecer a los pastores y sujetarse a ellos.

La Biblia dice: "obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos". (Heb 13, 17)

¿No ves que siempre hay excusas para no obedecer?

Estimado:petrino

Las instrucciones, sobre el sometimiento a nuestros superiores(EF.4:11), Y en las iglesias del Señor, han sido CONDICIONADAS POR EL MISMO DIOS EN DIOS. Osea, el obedecer a Dios y al evangelio de nuestro Señor, VA POR ENCIMA de las reglas de los hombres QUE ENSEñAN COMO MANDAMIENTOS DE DIOS, DOCTRINAS DE HOMBRES. Pues, los tales, manipulan la regla de sus dogmas como ciega obediencia la a Dios. Y eso es peligroso. Pedro y Juan lo enseñaron, Y AL IGUAL QUE EL ESCRITOR A LOS HEBREOS: Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de dios obedecer a vosotros antes que a Dios;..... Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad sufe.

Por lo tanto, hay que obedecir esas instrucciones en primer lugar, y antes del sometimiento a nuestros supueriores. Y por ende, a nadie que se imponga POR ENCIMA DE LAS DEMAS IGLESIAS DEL SEñOR JESUCRISTO. Y aunque nos llamen;LOS HERMANOS SEPARADOS.

Finalmente, los verdaderos hermanos en Cristo, Y POR AMOR A LAS ESCRITURAS SAGRADAS DEL PADRE; DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO, NADIE NOS PODRA SEPARAR.

PAZ Y GRACIA DEL SJ
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

“Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre” Ro 1:5.

En tan breve versículo tenemos cuatro grandes palabras: gracia, obediencia, fe y amor.

Sin embargo, para muchas mega iglesias y ministerios internacionales son mucho más atractivas las otras tres: “apostolado”, “conducir” (liderazgos) y “naciones”.

En cuanto al inicial “por medio de él” (el Señor Jesucristo) y “su nombre” –al final- quedan como relegados ante el brillo de lo que habitualmente más se suele destacar.

Es gracioso advertir que Pablo prácticamente esperaba la conversión de todas las naciones a breve plazo, y eso, muy a pesar de lo limitado de las comunicaciones en aquellos tiempos.

¿Era ingenuo o demasiado optimista? ¡Nada de eso! Él mismo testifica: “todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro 15:19) con referencia a una región bastante extensa, por lo cual su pasión era llegar a los pueblos no alcanzados. Si los demás apóstoles y evangelistas hacían su parte en la obra, pronto todo el mundo habitado vería a los gentiles ser conducidos a la obediencia (v.18).

Y hablando de obediencia, ¿no es acaso la palabra menos simpática de aquellas cuatro de las que comenzamos hablando?

Nos encanta explayarnos hablando de la gracia, la fe y el amor. Pero la obediencia…

La intención de este epígrafe es mostrar cómo la actual inoperancia del evangelio “que es el poder de Dios para salvación” (Ro 1:16) no es porque haya perdido fuerza sino porque ha sido reemplazado por “otro evangelio”, que aunque no lo hay, se presenta como el genuino sin serlo.

La tesis propuesta, es que el factor “obediencia” ha sido quitado, pues se prefiere amoldarlo a las creencias y criterios particulares para hacerlo más potable, o sea, más fácilmente aceptable.

Eso que ha expuesto describe perfectamente la moral del siglo XVI, específicamente por dar un ejemplo, "la moral jesuita". Es un camino, la rectitud, el deber, la penitencia, "la obediencia". Es un sistema moral rígido y estricto. El Opus Dei practica esta moral, la estricta obediencia al Sumo Pontífice, no muy distante de la moral jesuita, ya que si consideramos, ambos son puntos de vista renacentistas de la moral cristiana.

Saludos
 
Re: Estimado Petrino

Re: Estimado Petrino

Estimado:petrino

Las instrucciones, sobre el sometimiento a nuestros superiores(EF.4:11), Y en las iglesias del Señor, han sido CONDICIONADAS POR EL MISMO DIOS EN DIOS. Osea, el obedecer a Dios y al evangelio de nuestro Señor, VA POR ENCIMA de las reglas de los hombres QUE ENSEñAN COMO MANDAMIENTOS DE DIOS, DOCTRINAS DE HOMBRES. Pues, los tales, manipulan la regla de sus dogmas como ciega obediencia la a Dios. Y eso es peligroso. Pedro y Juan lo enseñaron, Y AL IGUAL QUE EL ESCRITOR A LOS HEBREOS: Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de dios obedecer a vosotros antes que a Dios;..... Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad sufe.

Por lo tanto, hay que obedecir esas instrucciones en primer lugar, y antes del sometimiento a nuestros supueriores. Y por ende, a nadie que se imponga POR ENCIMA DE LAS DEMAS IGLESIAS DEL SEñOR JESUCRISTO. Y aunque nos llamen;LOS HERMANOS SEPARADOS.

Finalmente, los verdaderos hermanos en Cristo, Y POR AMOR A LAS ESCRITURAS SAGRADAS DEL PADRE; DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO, NADIE NOS PODRA SEPARAR.

PAZ Y GRACIA DEL SJ

Insisto: excusas para no obedecer.

Primero, la frase "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" los apostoles <NO la dirijeron a los pastores de la Iglesia, sino a los miembros del Sanedrín, judios. Se la dirigen a personas que se oponen a Jesucristo, no se debe aplicar ese texto como apuntandolo a los pastores.

Segundo: no hay ningún texto bíblico, repito, ninguno, nin-gu-no, que ponga condiciones a la sujeción a los pastores de la Iglesia. En ninguna parte la Biblia pide que obedezcamos a los pastores sujeto a ciertas condiciones. Es más: la Biblia nunca dice que debemos cuestionar a nuestros pastores.

Acá entonces hay un ejemplo clarísimo de rechazo de la obediencia a los superiores que Dios ha puesto en la Iglesia para velar por nuestras almas. Rechazar a los pastores es rechazar al mismo Cristo, el asunto es grave.
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

Se me borró una parte del mensaje.

Quise poner:

Primero: la frase "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" los apóstoles NO la dirigen a los pastores de la Iglesia de Jesucristo, sino a los miembros del Sanedrín, judios que se oponen a Jesús. No se puede usar esa frase para aplicarsela a los pastores de la Iglesia, pues ese no es el contexto de a frase.
 
Re: Estimado Petrino

Re: Estimado Petrino

Insisto: excusas para no obedecer.

Primero, la frase "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" los apostoles <no la="" dirijeron="" a="" los="" pastores="" de="" iglesia,="" sino="" miembros="" del="" sanedrín,="" judios.="" se="" dirigen="" personas="" que="" oponen="" jesucristo,="" no="" debe="" aplicar="" ese="" texto="" como="" apuntandolo="" pastores.

Segundo: no hay ningún texto bíblico, repito, ninguno, nin-gu-no, que ponga condiciones a la sujeción a los pastores de la Iglesia. En ninguna parte la Biblia pide que obedezcamos a los pastores sujeto a ciertas condiciones. Es más: la Biblia nunca dice que debemos cuestionar a nuestros pastores.

Acá entonces hay un ejemplo clarísimo de rechazo de la obediencia a los superiores que Dios ha puesto en la Iglesia para velar por nuestras almas. Rechazar a los pastores es rechazar al mismo Cristo, el asunto es grave.

Estimado:petrino

Estoy de acuerdo contigo. No hay excusas para obedecer a los pastores y líderes que retienen con integridad la verdad del evangelio del Señor Jesús, y las instrucciones de los apóstoles y profetas de Cristo. Sin embargo, hay que entender, que HAY QUE CONSIDERAR EL RESULTADO DE SUS CONDUCTAS Y par imitar SU FE; y por ende: QUE PROFESAN TENER EN EL EVANGELIO DEL SEñOR JESúS Y SUS DOCTRINAS PURAS Y PUNTO. Tergiversar eso, es, DEJARSE ENGAñAR POR FALSOS MAESTROS Y APOSTOLES que exigen obediencia ciega a ellos. Y sean, católicos, anglicanos, protestantes, ect, ect. Entonces, a los tales, HAY QUE RECHAZARLOS. Y hasta los mismos ángeles del cielo, si anuncian otro evangelio diferente. A eso me refiero. ¿Entiendes?

PAZ Y GRACIA DEL SJ

</no>
 
Re: Estimado Petrino

Re: Estimado Petrino

Estimado:petrino

Estoy de acuerdo contigo. No hay excusas para obedecer a los pastores y líderes que retienen con integridad la verdad del evangelio del Señor Jesús, y las instrucciones de los apóstoles y profetas de Cristo. Sin embargo, hay que entender, que HAY QUE CONSIDERAR EL RESULTADO DE SUS CONDUCTAS Y par imitar SU FE; y por ende: QUE PROFESAN TENER EN EL EVANGELIO DEL SEñOR JESúS Y SUS DOCTRINAS PURAS Y PUNTO. Tergiversar eso, es, DEJARSE ENGAñAR POR FALSOS MAESTROS Y APOSTOLES que exigen obediencia ciega a ellos. Y sean, católicos, anglicanos, protestantes, ect, ect. Entonces, a los tales, HAY QUE RECHAZARLOS. Y hasta los mismos ángeles del cielo, si anuncian otro evangelio diferente. A eso me refiero. ¿Entiendes?

PAZ Y GRACIA DEL SJ

</no>
Entiendo muy bien y estoy de acuerdo.

El punto es que si estoy en una iglesia, es porque en esa iglesia hay buena doctrina, entonces confio en los pastores y debo obedecerlos y sujetarme a ellos.

Ahora, si no estoy en una iglesia concreta y escucho a pastores aislados por aquí y por allá, a este le hago caso, este no me gusta, este más o menos... ¿cómo va a seguir la voluntad de Dios puesta en la Escritura?

Yo creo que muchos de los que opinan en este foro y no obedecen a los pastores, es porque están en esa situacion. No pertenecen a ninguna iglesia, entonces no se sienten vinculados a nadie. En pocas palabras: no reconocen a ningun pastor. Claramente esa no es la voluntad de Dios.
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.

La fe en Dios esta muy ligada al amor y el amor se encuentra en el cumplimiento de la ley. Es por eso que Jesus vino a cumplir la ley, no a abolirla.
 
Cuando la obediencia retroalimenta la fe

Cuando la obediencia retroalimenta la fe

Prosigo con el tema, pues para nada me interesa involucrarme ahora en el sometimiento a jerarquías eclesiásticas a las que no estoy ligado.

Cuando insinúo que fe y obediencia no parecen llevarse bien, presento algo totalmente anormal por más común que sea en nuestros días.

Si la fe no va acompañada a la tácita obediencia al Señor y su Palabra, es porque es inmadura o se halla debilitada.

¿Qué clase de fe pueden tener aquellos que presentándose como creyentes recorren las iglesias para ver si dan con un indulgente pastor que tolere sus desvaríos?

No tienen puesta su vista en Dios y las Escrituras sino en el hombre que por el pago de un diezmo transe por aceptarle con todas sus rarezas.

¡Mejor fuera que se hicieran ateos que pretender ser cristianos de tal ralea!

¡Cuánto mejor sería que se olvidaran de Dios que andar con el Jesús en la boca sin hacer lo que Él les manda!

Cuando era jovencito tuve la dicha de conocer a muchos cristianos en proceso –imperfectos todavía-, pero cuya fe y obediencia eran tales que me eran de fortísimo aliciente. Su vida y conducta iba cambiando a medida que recibían más comprensión de la Palabra de Dios. Algunos de ellos eran muy entendidos, otros eran analfabetos que aprendieron a leer llevados de su pasión por familiarizarse con la Palabra de Dios. La fe de todos ellos era tan convincente y entusiasta que se hacía contagiosa y ganaban a otros para Cristo.

Los de mi generación, en cambio, se acomodaban a la rutina; y aunque en lo exterior mantenían la misma piadosa fachada, en lo interior todo les era muy relativo. Temían volverse radicales, dogmáticos y legalistas y que acabaran por verlos por fanáticos. Así que se fueron al otro extremo de ser indulgentes consigo mismos, permisivos con los demás, y saludando al Señor desde lejos y de reojo. La Biblia en sus manos no fue mejor que el Misal en las del católico, y apenas por un temor supersticioso continuaban apegados a las prácticas religiosas acostumbradas.

A quienes por gracia de Dios teníamos una fe viva alimentada de continuo en la Palabra con la apetencia de ser llenos del Espíritu Santo, se nos hizo cada vez más difícil convivir con esta generación de “cristianos light”.

De mi reciente experiencia en el Foro descubro ahora que todavía es posible retornar a la pureza y el poder del evangelio primitivo.

Considero que el secreto está en decirle siempre ¡sí! al Señor cuando nos instruya en algo.

Lamentablemente, defendemos nuestro derecho a disentir diciendo con Pedro: -Señor, no (Hch 10:14).

Así que nos quedamos asidos a nuestros derechos, adheridos a nuestros caprichos y arrastrando una fe enfermiza y agónica que no atrae a nadie.

Si fuésemos convencidos de que la inmediata obediencia al Señor revive nuestra fe, refresca el espíritu, sana la mente, rejuvenece el cuerpo y le da una inusitada expectativa a la vida ¡estaríamos encantados de vivirla!
 
Re: Fe y obediencia parecen no llevarse bien

Estimado Ricardo, me quitaste las palabras de la boca. Justamente estaba pensando abrir un epigrafe para reflexionar sobre el tema de la obediencia.

Sin embargo, para muchas mega iglesias y ministerios internacionales son mucho más atractivas las otras tres: “apostolado”, “conducir” (liderazgos) y “naciones”.

Tu si sabes cual es la mas grande megaiglesia apostolica profetica que tiene aspiraciones de liderazgo sobre naciones cierto?

La catolica.
 
Sin obediencia no hay aprendizaje

Sin obediencia no hay aprendizaje

“4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta” (2Co 10:4-6).

Contrasta en este capítulo la humildad de Pablo en el v.1 con la advertencia que les hace a los corintios en el v.6 de estar pronto a castigar toda desobediencia.

También nos hace sonreír su fina ironía descubriéndoles que ya sabe que dicen de él que se envalentona en las cartas y se achica en presencia de ellos.

Sabemos que no era verso lo de ese poder espiritual capaz de destruir fortalezas, derribar argumentos, aplastar la altivez y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

El que sabe y cree siempre es más fuerte que el que ignora y duda.

Claro está también que nunca llevaría a la práctica aquello de “castigar toda desobediencia”, pues eso lo condiciona a cuando la obediencia de ellos fuera perfecta, cosa que por más deseable que fuera difícilmente se daría, en aquella medida.

Lo único que puede generar en el cristiano un anhelo constante por obedecer al Señor y su Palabra, es el descubrimiento de que nada realmente se aprende hasta que es acatado con prontitud y alegría.

Hay cosas que la mente capta que el corazón rehúsa admitir. Tal freno impide que una verdad sea asimilada; por lo que se seguirá en el error, como si nada se hubiera oído, leído ni aprendido.

Nuestros amigos foristas son víctimas crónicas de esta situación, cuando no dan el brazo a torcer por más que la verdad rompa sus ojos.
 
Obedecer a la verdad es más importante de lo que imaginamos

Obedecer a la verdad es más importante de lo que imaginamos

“Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido” (1Pe 1:22).

Algunos dirán ahora que en algunos manuscritos no aparece “mediante el Espíritu”. ¡Qué lástima! ¿Y qué quieren que hagamos? ¿Qué tengamos tal expresión por espuria? ¡Ni locos! Está muy bien así como está.

En realidad, nada podemos por nosotros mismos sino por la vida de Cristo en nosotros y su Santo Espíritu que nos dota de poder para ello.

La santificación del Espíritu nos llevó a aquella obediencia que resultó en la redención de nuestros pecados por la sangre de Jesucristo (v.2).

Este mismo Espíritu de Dios, activo ya desde nuestra elección, es quien nos induce a la obediencia inspirándonos por su Palabra y el ejemplo de todos aquellos que aman al Señor y le siguen en fidelidad.

Algunos parecen no ver en el Espíritu sino un poder explosivo que incinera su ser de pies a cabeza, haciéndoles perder el control sobre sí mismos, y dándoles alguna manifestación extravagante que despierta la admiración de los circunstantes.

Pocos y raros son los que piensan que el Espíritu de Dios les mueve a escudriñar su Palabra, para averiguar la voluntad de su Autor y así hacerla para mayor gloria de Dios. Esto no parece darle a nadie notoriedad alguna.

Sin embargo, qué importante es que el alma sea purificada de tantas vanas expectativas para centrarse en el amor fraternal, verdadero y práctico.

Cuán distintas serían las vidas de los cristianos y de sus congregaciones si pudieran apreciar la relación entre el Espíritu y nuestra obediencia.

La clave está, en que habiendo obediencia hay un Señor activo que se expresa a través de nosotros.
 
Re: Cuando la obediencia retroalimenta la fe

Re: Cuando la obediencia retroalimenta la fe

Prosigo con el tema, pues para nada me interesa involucrarme ahora en el sometimiento a jerarquías eclesiásticas a las que no estoy ligado.

Cuando insinúo que fe y obediencia no parecen llevarse bien, presento algo totalmente anormal por más común que sea en nuestros días.

Si la fe no va acompañada a la tácita obediencia al Señor y su Palabra, es porque es inmadura o se halla debilitada.

¿Qué clase de fe pueden tener aquellos que presentándose como creyentes recorren las iglesias para ver si dan con un indulgente pastor que tolere sus desvaríos?

No tienen puesta su vista en Dios y las Escrituras sino en el hombre que por el pago de un diezmo transe por aceptarle con todas sus rarezas.

¡Mejor fuera que se hicieran ateos que pretender ser cristianos de tal ralea!

¡Cuánto mejor sería que se olvidaran de Dios que andar con el Jesús en la boca sin hacer lo que Él les manda!

Cuando era jovencito tuve la dicha de conocer a muchos cristianos en proceso –imperfectos todavía-, pero cuya fe y obediencia eran tales que me eran de fortísimo aliciente. Su vida y conducta iba cambiando a medida que recibían más comprensión de la Palabra de Dios. Algunos de ellos eran muy entendidos, otros eran analfabetos que aprendieron a leer llevados de su pasión por familiarizarse con la Palabra de Dios. La fe de todos ellos era tan convincente y entusiasta que se hacía contagiosa y ganaban a otros para Cristo.

Los de mi generación, en cambio, se acomodaban a la rutina; y aunque en lo exterior mantenían la misma piadosa fachada, en lo interior todo les era muy relativo. Temían volverse radicales, dogmáticos y legalistas y que acabaran por verlos por fanáticos. Así que se fueron al otro extremo de ser indulgentes consigo mismos, permisivos con los demás, y saludando al Señor desde lejos y de reojo. La Biblia en sus manos no fue mejor que el Misal en las del católico, y apenas por un temor supersticioso continuaban apegados a las prácticas religiosas acostumbradas.

A quienes por gracia de Dios teníamos una fe viva alimentada de continuo en la Palabra con la apetencia de ser llenos del Espíritu Santo, se nos hizo cada vez más difícil convivir con esta generación de “cristianos light”.

De mi reciente experiencia en el Foro descubro ahora que todavía es posible retornar a la pureza y el poder del evangelio primitivo.

Considero que el secreto está en decirle siempre ¡sí! al Señor cuando nos instruya en algo.

Lamentablemente, defendemos nuestro derecho a disentir diciendo con Pedro: -Señor, no (Hch 10:14).

Así que nos quedamos asidos a nuestros derechos, adheridos a nuestros caprichos y arrastrando una fe enfermiza y agónica que no atrae a nadie.

Si fuésemos convencidos de que la inmediata obediencia al Señor revive nuestra fe, refresca el espíritu, sana la mente, rejuvenece el cuerpo y le da una inusitada expectativa a la vida ¡estaríamos encantados de vivirla!

-----------------------------------------------

¡Así es!... y solo Dios lo hace en aquellos corazones que buscan la verdad reconociendo a Dios en ella... para vivirla...


Juan7:17

EL QUE QUIERA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, CONOCERÁ SI LA DOCTRINA ES DE DIOS, O SI YO HABLO POR MI PROPIA CUENTA.


La condición de Dios es querer conocer la verdad para vivirla... porque la salvación NO la opera la sabiduría humana ni el conocimiento intelectual... sino SOLAMENTE Dios mediante Jesucristo que actúa en los corazones por el Espíritu Santo... por eso es imprescindible el reconocer y rendirse a Dios en la verdad que nos revela.

Que Dios les bendiga a todos

Paz a la gente de buena voluntad
 
Apreciado Miniyo

Apreciado Miniyo

Gracias por tus reconfortantes palabras, ya que estos temas no son frecuentados al no prestarse a tantas escaramuzas como a los que algunos son adictos.