Sobre los extraterrestres ---- ¿Es la Biblia tan silenciosa como parece?
¿Es posible que civilizaciones más avanzadas de otros planetas nos hayan visitado en el pasado? ¿Será que aún nos siguen visitando en el día de hoy? El tema no necesita introducción. Hasta en círculos cristianos se debate la posibilidad de la existencia de seres espaciales tripulando naves de tecnología mega-adelantada. La Biblia, una vez estudiada en profundidad, no deja margen para tales especulaciones.
Para el cristiano la palabra final en todo asunto, y aún el de los OVNIs, la tiene la Biblia. El tema de la posible existencia de “ovninautas” tal y cual son presentados en el foro popular -- civilizaciones más adelantadas que la humana -- será estudiado en este artículo a la luz del libro de Hebreos, capítulos uno y dos.
El propósito central del autor de Hebreos en los dos primeros capítulos del libro es presentar a Cristo como ser supremo sobre toda la creación, lo que incluye lógicamente los órdenes de seres creados. Además, en el contexto total del libro, la palabra mejor (kreitton) es usada trece veces para señalar la superioridad de Cristo sobre el sistema de religión judío. Cristo trajo “una mejor esperanza” (Heb. 7:19) y “un mejor pacto” establecido sobre “mejores promesas” (Heb. 8:6). Cristo también es “superior (kreitton) a los ángeles” (Heb. 1:4). (1)
Los ángeles eran de gran importancia en la religión judía, principalmente porque miles de ángeles asistieron en la entrega de la ley sobre el monte Sinaí (Dt. 33:2; Sal. 68:17; Hch. 7:53 y Gál. 3:19). Debido a que el tema de Hebreos es la superioridad de Cristo y Su salvación sobre la ley de Moisés, el autor tuvo que tratar con el importante tema de los ángeles (2). Aún “Podría ser que los destinatarios del libro de Hebreos se sintieran inclinados a asignarle a los ángeles una posición por encima de Cristo. (3)
El autor establece que Jesucristo es muchísimo superior a los ángeles, y emplea para ello prácticamente los dos primeros capítulos de la epístola. Nótese que el telón de fondo de estos dos capítulos es el universo (Heb. 1:2, 10 - 12). Hebreos 1:10 dice: Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste los cielos y la tierra, y los cielos son obra de tus manos.
Los cielos mencionados aquí son el cielo atmosférico, el que rodea la tierra (Mat. 6:26; 8:20; Hch. 10:12; 14:17), el cielo estelar o sideral, o sea el conjunto de estrellas, planetas y otros cuerpos celestes que forman las galaxias (Gé. 1:14; Mat. 24:29, 35; Heb. 11:12).
El autor del artículo piensa que una tercera definición de “cielo”, el cual es el lugar o la dimensión donde habita Dios, o donde encontramos la “presencia localizada” de Dios (Mat. 5:16; 12:50; Ap. 3:12; 11:13; 16:11; 20:9), también conocido con el nombre de “tercer cielo” (2 Cor. 12:2) (4), no está incluida en el pasaje.
Los ángeles de Dios desempeñan funciones en este último cielo (Mat. 18:10; 22:20; Ap.3:5) así como en los dos previamente mencionados, los que constituyen el universo material. Dentro de este universo, parecería que los ángeles están sumamente ocupados con los asuntos de la tierra, ya que parece que todos están al servicio de los creyentes en Cristo (Heb 1:14).
La comparación de Cristo con los ángeles no es la única que encontramos en el comienzo de la epístola. Hay una segunda comparación, y la vemos en Hebreos 2: 6 - 8, donde el autor de Hebreos cita el Salmo 8: “¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que lo visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies”.
El pasaje indica que los ángeles son de alguna manera superiores a los humanos. En realidad sabemos que se les concedió poderes sobrenaturales por parte de Dios. Por ejemplo: son superiores en potencia (Sal. 103:20; Mat. 28:2; 2 Pe. 2:11; ap. 20:1-3); son superiores en inteligencia (2 S. 14:17,20; Mat. 24:36); son espíritu, no están limitados por un cuerpo (Heb. 1:13-14; Ef. 6:12) son inmortales (Lc. 20:35-36), y tienen directo acceso a la presencia de Dios (Sal. 89:7; 99:1; Mat. 18:10; Ap. 5:11).
El hecho de que los ángeles son “espíritus ministradores” (Heb. 1:14), sin un cuerpo que los limite, pudo haber hecho pensar a los judíos que tenían cierta ventaja sobre Jesús, quien tuvo un cuerpo humano mientras estuvo en la tierra (Hoy posee un cuerpo humano glorificado que no conoce limitaciones) (5).
¿Cómo podía Jesús, después de todo, ser superior a los ángeles? Para explicar esto el autor de la epístola desarrolla argumentos irrefutables sobre el porqué Cristo tuvo que “participar de carne y sangre” (Heb.2:14) para poder ser el autor de nuestra salvación (Heb. 2:11).
Ahora, a los efectos de centrar nuestro argumento en el tema de los supuestos seres extraterrestres, es importante considerar que cuando la Escritura compara al hombre con los ángeles utiliza las palabras “un poco menor”.
La palabra “poco” (brachus) es un adjetivo que se usa entre otras cosas con referencia a rango, como en el caso de Hebreos 2: 7, 9. La palabra “menor” (elattoo), es usada como verbo en la voz activa en Heb. 2:7, y en la voz pasiva en el versículo 9. Significa en sí el ser hecho menos, el ser inferior en cierto sentido. En Juan 3:30 tenemos un ejemplo cuando Juan el bautista dice: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe (elattoo - hecho menos).
Es importante destacar también que lingüísticamente hablando, cuando un sujeto es comparado en una escala jerárquica con otro en posición superior, como en el caso de los hombres siendo comparados con los ángeles, la palabra poco determina que tan menor es el sujeto.
Por ejemplo, en una escala de rangos militares, encontramos de mayor a menor los siguientes títulos: general, coronel, capitán, teniente, sargento, cabo, y soldado. Nosotros podemos decir que soldado es menor que capitán, y expresarnos correctamente a pesar de que hay varios rangos de por medio.
Pero no podemos decir que soldado es “un poco menor” que capitán sin que sea obvio el error, porque entre soldado y capitán hay varios rangos de por medio. Tampoco podemos decir que soldado es “un poco menor” que sargento porque aún existe un rango intermedio entre ambos (cabo). Pero sí podemos decir que soldado es “un poco menor” que cabo, porque en nuestra escala al menos, no existe un rango de por medio.
Es correcto entonces decir que la palabras “un poco menor que los ángeles” eliminan lingüísticamente la existencia de seres creados entre el nivel de los ángeles y los humanos, ya que la expresión es una comparación ascendente con el nivel siguiente de seres creados, o sea los ángeles. No tendría sentido usar las palabras “un poco menor” si hubiera una creación intermedia entre ambos.
Es necesario recordar que en el foro popular, los supuestos extraterrestres son descritos mayormente como una clase de seres superiores a los humanos. La Biblia erraría al decir que el hombre es “un poco menor” que los ángeles si en realidad existiera otro orden de seres creados que son superiores a los humanos.
Como vemos, la Biblia, aunque en forma indirecta, y desde otro contexto absolutamente diferente, no guarda silencio ni es ambigüa con respecto a la posibilidad de la existencia de vida inteligente en el espacio. Lo que hemos visto no es más que una de las evidencias más directas en contra de la idea. La Escritura ofrece más evidencias, tanto directas como indirectas, todas de carácter sólido.
Una cosa de mayor incidencia en el tema de los seres espaciales es el hecho de que el autor definitivo de la Biblia, el Espíritu Santo, cuando tiene que comparar al hombre con una clase de seres superiores, tiene que saltar de esta dimensión física en la que habita la raza humana, a la dimensión espiritual donde habitan los ángeles. Esto es clara indicación de que no existe ninguna clase de seres superiores al hombre en el universo físico. De lo contrario, el Espíritu Santo no hubiera escrito, “ ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él …. Le hiciste UN POCO MENOR QUE LOS ANGELES, le coronaste de gloria y de honra …”
Referencias:
1-Warren Wiersbe, The Bible Exposition Commentary, Volume 2, Victor Books, Wheaton, Illinois,1989, p. 276.
2-Ibid, p.p. 280,281
3-Ron Rhodes, Preguntas y Respuestas, Apología Cristiana, Volumen 4, Número 1, Enero - Marzo 2000, p.
4-Para una detallada información de las diferentes definiciones de cielo, ver cualquier diccionario de palabras bíblicas. Nosotros usamos Vine’s Expository Dictionary of Biblical Words, Thomas Nelson Publishers, 1985.
5-Warren Wiersbe, The Bible Exposition Commentary, Volume 2, Victor Books, Wheaton, Illinois,1989, p. 283.