Es una parábola, contiene elementos ficticios. Dios no pondría en el mismo lugar a justos e injustos. No hubo traslado de justos al Cielo, porque al morir vas directamente al lugar que te corresponde. Lo que relató Jesús fue además de una enseñanza de carácter moral, nos dio un atisbo de lo que sucede al morir, pero esto no implica que lo que contó fuese literal. Como ves, no niego la existencia después de la muerte, pero tampoco tomo literal una parábola, porque cualquier exégeta serio a día de hoy no lo hace.
Jesús no predicó el Evangelio a los muertos ni liberó a los justos para trasladarlos al Cielo. Utilizó la expresión Seno de Abrahán porque era conocida en aquella época por los judíos para indicarles que al morir vas a un lugar de paz, pero no a un compartimento dentro del Seol que está en las entrañas de la Tierra. Eso es antibíblico. Jesús proclamó a los Espíritus Encarcelados, que son ángeles caídos de los tiempos de Noé, esto lo corrobora después el mismo Pedro y se da más información en Judas 6. Tampoco la frase "llevó cautiva la cautividad" implica que trasladase a los justos a ningún sitio porque Dios no haría semejante chapuza. El versículo no nos aclara mucho, pero puede sugerir que se llevó a los que eran ya cautivos, o sea, a los Espíritus Encarcelados.
Esto armoniza con la Escritura y en ningún momento se niega la existencia después de la muerte. No es necesario retorcer la Biblia para mantener esa postura.