-Según me contaron y luego comprobé, cuando mis abuelas, madre, tías, hermana, hijas y nietas, eran pequeñitas, tras dar sus primeros pasos ya recibían de regalo en su primer cumpleaños una muñequita. El instinto maternal era así educado desde la más tierna infancia. Hoy día, un padre hincha de su equipo favorito, le pone la primera camiseta de fútbol y le obsequia una pelota para que juegue con sus hermanos.¿Puede pretenderse una espiritualidad femenina que no contemple la maternidad como algo constitutivo de toda mujer?