ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA

2 Septiembre 2012
2.916
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De Dios es la unidad del Espíritu en la Iglesia (Ef. 4: 3), la cual debemos con solicitud guardar, lo cual significa: cuidar, proteger, trabajar hacia ella y con ella.


La labor del maligno es la contraria. Muchas veces aprovechando una unidad aparente, basada en lo natural solamente, pretende a través de las personas que se prestan, sea voluntaria o involuntariamente, llegar a conseguir el objetivo contrario al del Espíritu Santo: la destrucción del Cuerpo de Cristo.
Lamentablemente, muchos, a causa de su falta de rectitud de corazón, son usados por el diablo sin darse cuenta realmente de que eso es así.

El apóstol Pablo dijo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3: 1-5)



  • Los celos (envidias)
  • Las contiendas (peleas, discusiones, desavenencias)
  • Las disensiones (oposición entre varios sujetos, riñas)

LOS QUE DIVIDEN“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”(1 Corintios 3: 16, 17)

El apóstol Pablo – de parte de Dios - hace una clara advertencia a todos aquellos que son divisionarios. ¿Por qué hablaba así Pablo?, porque en la iglesia de los corintios existía ese espíritu de división. Algunos de esos divisionarios lo eran debido a su extrema inmadurez; otros, porque buscaban lo suyo propio. Veámoslo:


“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3: 1-4)

Los cristianos inmaduros, manifiestan su inmadurez a través de:
Dice Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3: 13-16)
No son malos a propósito; son inmaduros, carnales, todavía llevados por los patrones de su antigua vida en algún modo. Necesitan dejar atrás su vieja manera de pensar (Romanos 12: 1, 2); necesitan recibir todo el consejo de Dios, y ponerlo en práctica, por lo tanto requieren de amonestación y disciplina, parte intrínseca del amor y la verdad. Necesitan, por tanto, corrección. Necesitan limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios...
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Co. 7: 1).

“3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4Porquealgunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3, 4)

La manera más sencilla de frenar la obra de Dios, es trayendo división al Cuerpo de Cristo. Esta división, que es la obra del diablo, ¿quiénes la transmiten? No es la gente declaradamente del mundo. Tampoco es la persecución desde afuera. ¿Entonces cual es la respuesta?

Aquellos que aparentan ser lo que no son. Aquellos que se dicen cristianos, pero no viven lo que dicen ser, ni realmente enseñan la verdad del Evangelio, suelen decir Dios me hablo, aparentan fidelidad y murmuran, trabajan con la famosa palabra que no lo sepan los pastores. juzgan pecados de otros aparentando temor de Dios y soltando su lengua con gente que es gobernada por el mismo espiritu. Estas personas que menciona Judas, entran en el seno de la Iglesia para hacer el daño que Satanás les envía a hacer, lo sepan o no; sean conscientes de ello, o no.

En esas escrituras, vemos que se trata cristianos profesantes, pero que por sus frutos llegan a mostrar que no lo son de verdad. Muchos de ellos solamente gustaron del don celestial (He. 6: 4), pero no experimentaron un nuevo nacimiento (Jn. 3: 3). Otros ni siquiera eso. Son por tanto, objeto fácil del maligno para su uso contra el Cuerpo de Cristo.
Por todo ello, nos será imprescindible discernir.
El diablo sabe que le queda poco tiempo. Ahora más que nunca es cuando la Iglesia de Jesucristo debe sacudirse todo polvo de ingenuidad de encima, y ser más sabia y prudente que nunca. Acordémonos de las palabras de Jesús: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10: 16)
(cf. facebook)
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA


De Dios es la unidad del Espíritu en la Iglesia (Ef. 4: 3), la cual debemos con solicitud guardar, lo cual significa: cuidar, proteger, trabajar hacia ella y con ella.


La labor del maligno es la contraria. Muchas veces aprovechando una unidad aparente, basada en lo natural solamente, pretende a través de las personas que se prestan, sea voluntaria o involuntariamente, llegar a conseguir el objetivo contrario al del Espíritu Santo: la destrucción del Cuerpo de Cristo.
Lamentablemente, muchos, a causa de su falta de rectitud de corazón, son usados por el diablo sin darse cuenta realmente de que eso es así.

El apóstol Pablo dijo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3: 1-5)



  • Los celos (envidias)
  • Las contiendas (peleas, discusiones, desavenencias)
  • Las disensiones (oposición entre varios sujetos, riñas)

LOS QUE DIVIDEN“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”(1 Corintios 3: 16, 17)

El apóstol Pablo – de parte de Dios - hace una clara advertencia a todos aquellos que son divisionarios. ¿Por qué hablaba así Pablo?, porque en la iglesia de los corintios existía ese espíritu de división. Algunos de esos divisionarios lo eran debido a su extrema inmadurez; otros, porque buscaban lo suyo propio. Veámoslo:


“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3: 1-4)

Los cristianos inmaduros, manifiestan su inmadurez a través de:
Dice Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3: 13-16)
No son malos a propósito; son inmaduros, carnales, todavía llevados por los patrones de su antigua vida en algún modo. Necesitan dejar atrás su vieja manera de pensar (Romanos 12: 1, 2); necesitan recibir todo el consejo de Dios, y ponerlo en práctica, por lo tanto requieren de amonestación y disciplina, parte intrínseca del amor y la verdad. Necesitan, por tanto, corrección. Necesitan limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios...
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Co. 7: 1).

“3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4Porquealgunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3, 4)

La manera más sencilla de frenar la obra de Dios, es trayendo división al Cuerpo de Cristo. Esta división, que es la obra del diablo, ¿quiénes la transmiten? No es la gente declaradamente del mundo. Tampoco es la persecución desde afuera. ¿Entonces cual es la respuesta?

Aquellos que aparentan ser lo que no son. Aquellos que se dicen cristianos, pero no viven lo que dicen ser, ni realmente enseñan la verdad del Evangelio, suelen decir Dios me hablo, aparentan fidelidad y murmuran, trabajan con la famosa palabra que no lo sepan los pastores. juzgan pecados de otros aparentando temor de Dios y soltando su lengua con gente que es gobernada por el mismo espiritu. Estas personas que menciona Judas, entran en el seno de la Iglesia para hacer el daño que Satanás les envía a hacer, lo sepan o no; sean conscientes de ello, o no.

En esas escrituras, vemos que se trata cristianos profesantes, pero que por sus frutos llegan a mostrar que no lo son de verdad. Muchos de ellos solamente gustaron del don celestial (He. 6: 4), pero no experimentaron un nuevo nacimiento (Jn. 3: 3). Otros ni siquiera eso. Son por tanto, objeto fácil del maligno para su uso contra el Cuerpo de Cristo.
Por todo ello, nos será imprescindible discernir.
El diablo sabe que le queda poco tiempo. Ahora más que nunca es cuando la Iglesia de Jesucristo debe sacudirse todo polvo de ingenuidad de encima, y ser más sabia y prudente que nunca. Acordémonos de las palabras de Jesús: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10: 16)
(cf. facebook)

todo muy bueno ,,solo q no debemos confundir unidad en el Espiritu= fenomeno experimentado entre diferentes denominaciones cristianas. a. control religioso=unidad en el error. fenomeno experimentado en todas las sectas incluyendo los mormones tdj y catolicos romanos
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA

Cuando los fariseos decían que Cristo expulsaba demonios por belcebú, ¿los hijos de ellos por quien podrían expulsar demonios?

Del mismo modo, al decir que el diablo es el responsable de la reforma protestante, supone que los hijos de la reforma protestante vieron algo más grandemente blasfemo que el diablo desde donde salieron. ¡Y eso qu'esque «no tenemos madre»!

¿Se entiende?
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA


De Dios es la
unidad del Espíritu en la Iglesia (Ef. 4: 3), la cual debemos con solicitud guardar, lo cual significa: cuidar, proteger, trabajar hacia ella y con ella.


La labor del maligno es la contraria. Muchas veces aprovechando una unidad aparente, basada en lo natural solamente, pretende a través de las personas que se prestan, sea voluntaria o involuntariamente, llegar a conseguir el objetivo contrario al del Espíritu Santo: la destrucción del Cuerpo de Cristo.
Lamentablemente, muchos, a causa de su falta de rectitud de corazón, son usados por el diablo sin darse cuenta realmente de que eso es así.

El apóstol Pablo dijo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3: 1-5)



  • Los celos (envidias)
  • Las contiendas (peleas, discusiones, desavenencias)
  • Las disensiones (oposición entre varios sujetos, riñas)

LOS QUE DIVIDEN“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”(1 Corintios 3: 16, 17)

El apóstol Pablo – de parte de Dios - hace una clara advertencia a todos aquellos que son divisionarios. ¿Por qué hablaba así Pablo?, porque en la iglesia de los corintios existía ese espíritu de división. Algunos de esos divisionarios lo eran debido a su extrema inmadurez; otros, porque buscaban lo suyo propio. Veámoslo:


“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3: 1-4)

Los cristianos inmaduros, manifiestan su inmadurez a través de:
Dice Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3: 13-16)
No son malos a propósito; son inmaduros, carnales, todavía llevados por los patrones de su antigua vida en algún modo. Necesitan dejar atrás su vieja manera de pensar (Romanos 12: 1, 2); necesitan recibir todo el consejo de Dios, y ponerlo en práctica, por lo tanto requieren de amonestación y disciplina, parte intrínseca del amor y la verdad. Necesitan, por tanto, corrección. Necesitan limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios...
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Co. 7: 1).

“3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4Porquealgunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3, 4)

La manera más sencilla de frenar la obra de Dios, es trayendo división al Cuerpo de Cristo. Esta división, que es la obra del diablo, ¿quiénes la transmiten? No es la gente declaradamente del mundo. Tampoco es la persecución desde afuera. ¿Entonces cual es la respuesta?

Aquellos que aparentan ser lo que no son. Aquellos que se dicen cristianos, pero no viven lo que dicen ser, ni realmente enseñan la verdad del Evangelio, suelen decir Dios me hablo, aparentan fidelidad y murmuran, trabajan con la famosa palabra que no lo sepan los pastores. juzgan pecados de otros aparentando temor de Dios y soltando su lengua con gente que es gobernada por el mismo espiritu. Estas personas que menciona Judas, entran en el seno de la Iglesia para hacer el daño que Satanás les envía a hacer, lo sepan o no; sean conscientes de ello, o no.

En esas escrituras, vemos que se trata cristianos profesantes, pero que por sus frutos llegan a mostrar que no lo son de verdad. Muchos de ellos solamente gustaron del don celestial (He. 6: 4), pero no experimentaron un nuevo nacimiento (Jn. 3: 3). Otros ni siquiera eso. Son por tanto, objeto fácil del maligno para su uso contra el Cuerpo de Cristo.
Por todo ello, nos será imprescindible discernir.
El diablo sabe que le queda poco tiempo. Ahora más que nunca es cuando la Iglesia de Jesucristo debe sacudirse todo polvo de ingenuidad de encima, y ser más sabia y prudente que nunca. Acordémonos de las palabras de Jesús: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10: 16)
(cf. facebook)

 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA

Este tipo de temas no causa gran alboroto como los que son de agresiones e injurias, como los de aquellos que se aferran a sus errores; estos temas de reflexión sobre lo perdido se van al cesto de mensajes intrascendentes.
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA

Los que toman la piedad como fuente de ganancia (1-Tim.6.5) no pierden la oportunidad de abrir nuevos negocios.Tienen mucha clientela, la cual son todos aquellos que creen que los favores divinos se pueden comprar con dinero, llámense diezmos, ofrendas, primicias, siembra, o como se le quiera llamar.(Hch.8.20). Resquebrajan la buena marcha de las congregaciones, dañan su unidad.Pero, ¿Unidad real, o tan solo gente que recibe teoterapia para sobrellevar los durezas de la vida) Los que son objeto de contaminación espiritual, tal como dice en 2-Co.7.1 son aquellos que no obedecen el principio doctrinario que precede a esta cita, es decir 2-Co.6. 14-18 Muchos racionalizan lo que allì se prescribe como si solo hablara de las relaciones matrimoniales o religiosas. !No! Allí se le habla al pueblo de Dios como a pueblo, es decir, abarcando a todo lo que concierne con el diario vivir de la comunidad. En resumen: Los creyentes en el Evangelio del Reino de Dios no debe tener compromisos de asociación con la gente común, sino solo con los demàs miembros del Cuerpo de Cristo "para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular." (1-Co.12.25-27).
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA


De Dios es la unidad del Espíritu en la Iglesia (Ef. 4: 3), la cual debemos con solicitud guardar, lo cual significa: cuidar, proteger, trabajar hacia ella y con ella.


La labor del maligno es la contraria. Muchas veces aprovechando una unidad aparente, basada en lo natural solamente, pretende a través de las personas que se prestan, sea voluntaria o involuntariamente, llegar a conseguir el objetivo contrario al del Espíritu Santo: la destrucción del Cuerpo de Cristo.
Lamentablemente, muchos, a causa de su falta de rectitud de corazón, son usados por el diablo sin darse cuenta realmente de que eso es así.

El apóstol Pablo dijo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3: 1-5)



  • Los celos (envidias)
  • Las contiendas (peleas, discusiones, desavenencias)
  • Las disensiones (oposición entre varios sujetos, riñas)

LOS QUE DIVIDEN“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”(1 Corintios 3: 16, 17)

El apóstol Pablo – de parte de Dios - hace una clara advertencia a todos aquellos que son divisionarios. ¿Por qué hablaba así Pablo?, porque en la iglesia de los corintios existía ese espíritu de división. Algunos de esos divisionarios lo eran debido a su extrema inmadurez; otros, porque buscaban lo suyo propio. Veámoslo:


“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3: 1-4)

Los cristianos inmaduros, manifiestan su inmadurez a través de:
Dice Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3: 13-16)
No son malos a propósito; son inmaduros, carnales, todavía llevados por los patrones de su antigua vida en algún modo. Necesitan dejar atrás su vieja manera de pensar (Romanos 12: 1, 2); necesitan recibir todo el consejo de Dios, y ponerlo en práctica, por lo tanto requieren de amonestación y disciplina, parte intrínseca del amor y la verdad. Necesitan, por tanto, corrección. Necesitan limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios...
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Co. 7: 1).

“3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4Porquealgunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3, 4)

La manera más sencilla de frenar la obra de Dios, es trayendo división al Cuerpo de Cristo. Esta división, que es la obra del diablo, ¿quiénes la transmiten? No es la gente declaradamente del mundo. Tampoco es la persecución desde afuera. ¿Entonces cual es la respuesta?

Aquellos que aparentan ser lo que no son. Aquellos que se dicen cristianos, pero no viven lo que dicen ser, ni realmente enseñan la verdad del Evangelio, suelen decir Dios me hablo, aparentan fidelidad y murmuran, trabajan con la famosa palabra que no lo sepan los pastores. juzgan pecados de otros aparentando temor de Dios y soltando su lengua con gente que es gobernada por el mismo espiritu. Estas personas que menciona Judas, entran en el seno de la Iglesia para hacer el daño que Satanás les envía a hacer, lo sepan o no; sean conscientes de ello, o no.

En esas escrituras, vemos que se trata cristianos profesantes, pero que por sus frutos llegan a mostrar que no lo son de verdad. Muchos de ellos solamente gustaron del don celestial (He. 6: 4), pero no experimentaron un nuevo nacimiento (Jn. 3: 3). Otros ni siquiera eso. Son por tanto, objeto fácil del maligno para su uso contra el Cuerpo de Cristo.
Por todo ello, nos será imprescindible discernir.
El diablo sabe que le queda poco tiempo. Ahora más que nunca es cuando la Iglesia de Jesucristo debe sacudirse todo polvo de ingenuidad de encima, y ser más sabia y prudente que nunca. Acordémonos de las palabras de Jesús: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10: 16)
(cf. facebook)

De acuerdo contigo, 100 %
Estos que mencionas acá, son los que causan las divisiones dentro de nuestra Iglesia Católica.
y se da en forma transversal, es decir, desde un obispo hasta el agente pastoral, (no menciono a los fieles comunes, que son arrastrados por el ejemplo de aquellos que les deben predicar).
Los primeros días de Marzo en mi comunidad hubo un consejo muy duro, en el que nos vimos en la obligación de, luego de muchas correcciones, destituir a aquellos que por su mal ejemplo, le dan la razón a todos aquellos hermanos evangélicos que tanto nos atacan.

Nuestra comunidad sufre por estas divisiones, pero aquellos que están unidos en un mismo espíritu sabrán llevar adelante la misión evangelizadora a la que fuimos llamados.
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA


De Dios es la unidad del Espíritu en la Iglesia (Ef. 4: 3), la cual debemos con solicitud guardar, lo cual significa: cuidar, proteger, trabajar hacia ella y con ella.


La labor del maligno es la contraria. Muchas veces aprovechando una unidad aparente, basada en lo natural solamente, pretende a través de las personas que se prestan, sea voluntaria o involuntariamente, llegar a conseguir el objetivo contrario al del Espíritu Santo: la destrucción del Cuerpo de Cristo.
Lamentablemente, muchos, a causa de su falta de rectitud de corazón, son usados por el diablo sin darse cuenta realmente de que eso es así.

El apóstol Pablo dijo:
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3: 1-5)



  • Los celos (envidias)
  • Las contiendas (peleas, discusiones, desavenencias)
  • Las disensiones (oposición entre varios sujetos, riñas)

LOS QUE DIVIDEN“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”(1 Corintios 3: 16, 17)

El apóstol Pablo – de parte de Dios - hace una clara advertencia a todos aquellos que son divisionarios. ¿Por qué hablaba así Pablo?, porque en la iglesia de los corintios existía ese espíritu de división. Algunos de esos divisionarios lo eran debido a su extrema inmadurez; otros, porque buscaban lo suyo propio. Veámoslo:


“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?” (1 Corintios 3: 1-4)

Los cristianos inmaduros, manifiestan su inmadurez a través de:
Dice Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3: 13-16)
No son malos a propósito; son inmaduros, carnales, todavía llevados por los patrones de su antigua vida en algún modo. Necesitan dejar atrás su vieja manera de pensar (Romanos 12: 1, 2); necesitan recibir todo el consejo de Dios, y ponerlo en práctica, por lo tanto requieren de amonestación y disciplina, parte intrínseca del amor y la verdad. Necesitan, por tanto, corrección. Necesitan limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios...
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Co. 7: 1).

“3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4Porquealgunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3, 4)

La manera más sencilla de frenar la obra de Dios, es trayendo división al Cuerpo de Cristo. Esta división, que es la obra del diablo, ¿quiénes la transmiten? No es la gente declaradamente del mundo. Tampoco es la persecución desde afuera. ¿Entonces cual es la respuesta?

Aquellos que aparentan ser lo que no son. Aquellos que se dicen cristianos, pero no viven lo que dicen ser, ni realmente enseñan la verdad del Evangelio, suelen decir Dios me hablo, aparentan fidelidad y murmuran, trabajan con la famosa palabra que no lo sepan los pastores. juzgan pecados de otros aparentando temor de Dios y soltando su lengua con gente que es gobernada por el mismo espiritu. Estas personas que menciona Judas, entran en el seno de la Iglesia para hacer el daño que Satanás les envía a hacer, lo sepan o no; sean conscientes de ello, o no.

En esas escrituras, vemos que se trata cristianos profesantes, pero que por sus frutos llegan a mostrar que no lo son de verdad. Muchos de ellos solamente gustaron del don celestial (He. 6: 4), pero no experimentaron un nuevo nacimiento (Jn. 3: 3). Otros ni siquiera eso. Son por tanto, objeto fácil del maligno para su uso contra el Cuerpo de Cristo.
Por todo ello, nos será imprescindible discernir.
El diablo sabe que le queda poco tiempo. Ahora más que nunca es cuando la Iglesia de Jesucristo debe sacudirse todo polvo de ingenuidad de encima, y ser más sabia y prudente que nunca. Acordémonos de las palabras de Jesús: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo 10: 16)
(cf. facebook)


Como bien dices, "son usados sin darse cuenta", no son consientes de las consecuencias de sus actos, sin embargo toda la iglesia es responsable. Responsable de otorgarles poder y un lugar que no les corresponde.
No han sido elegidos con discernimiento y han dejado fuera a Dios en estas decisiones.

Pero en aquellas comunidades en las que nos hemos dejado guiar por el Espíritu Santo van a surgir nuevos brotes de conversión.
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA

Los que toman la piedad como fuente de ganancia (1-Tim.6.5) no pierden la oportunidad de abrir nuevos negocios.Tienen mucha clientela, la cual son todos aquellos que creen que los favores divinos se pueden comprar con dinero, llámense diezmos, ofrendas, primicias, siembra, o como se le quiera llamar.(Hch.8.20). Resquebrajan la buena marcha de las congregaciones, dañan su unidad.Pero, ¿Unidad real, o tan solo gente que recibe teoterapia para sobrellevar los durezas de la vida) Los que son objeto de contaminación espiritual, tal como dice en 2-Co.7.1 son aquellos que no obedecen el principio doctrinario que precede a esta cita, es decir 2-Co.6. 14-18 Muchos racionalizan lo que allì se como si solo hablara de las relaciones matrimoniales o religiosas. !No! Allí se le habla al pueblo de Dios como a pueblo, es decir, abarcando a todo lo que concierne con el diario vivir de la comunidad. En resumen: Los creyentes en el Evangelio del Reino de Dios no debe tener compromisos de asociación con la gente común, sino solo con los demàs miembros del Cuerpo de Cristo "para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular." (1-Co.12.25-27).

Un saludo.-
En otra sección de este foro, pase un copy con el nombre de un 10% de las sectas conocidas.- Ciertamente que, a cada día brotan increíblemente cientos de "iglesitas de garaje" que a la larga, la mayoría se vuelven, como tu lo dices, negocitos o negociazos de vivales; pero tampoco podemos negar que en esos lugares, se llegan a reunir cristianos de buena fe y que aman a Dios verdaderamente y desean agradarle.
Pero lo también increíble, es que miles de personas no buscan a Dios con el animo de servirlo y amarlo, lo buscan porque les han ofrecido "felicidad y riqueza" en esta vida, verbigracia la secta "pare de sufrir" de origen brasileño o portugués.

En lo que no estoy de acuerdo contigo es en la "asociación con la gente común", creo que nadie tenemos derecho a impedir la entrada a nuestra comunidad a quien busque a Dios o a quien necesite de El; he ahí la necesidad de la Iglesia, de la comunidad.
 
Re: ESPIRITU DE DIVISION Y LOS QUE DIVIDEN EN LA IGLESIA

De acuerdo contigo, 100 %
Estos que mencionas acá, son los que causan las divisiones dentro de nuestra Iglesia Católica.
y se da en forma transversal, es decir, desde un obispo hasta el agente pastoral, (no menciono a los fieles comunes, que son arrastrados por el ejemplo de aquellos que les deben predicar).
Los primeros días de Marzo en mi comunidad hubo un consejo muy duro, en el que nos vimos en la obligación de, luego de muchas correcciones, destituir a aquellos que por su mal ejemplo, le dan la razón a todos aquellos hermanos evangélicos que tanto nos atacan.

Nuestra comunidad sufre por estas divisiones, pero aquellos que están unidos en un mismo espíritu sabrán llevar adelante la misión evangelizadora a la que fuimos llamados.

Un saludo fraterno.-
Así es mi querido hermano en Cristo Jesús; no podemos ni debemos negar las debilidades que aún subsisten en las Comunidades de Base en la Iglesia Católica, debilidades que traen como consecuencia la división y, desgraciadamente, en muchos casos, la defección de los débiles.
Pero lo que si llega a niveles excesivos, es lo que sucede en las comunidades evangélicas y protestantes, quien sabe si ellos lo reflexionen también.

La gran incógnita es, estimado hermano, ¿Quién está atrás de esta destrucción de la unidad que debe tener el Cuerpo de Cristo?
 
Y que hay de cuando los divisionitas son las cabezas de la iglesia y no el pueblo??? Cuando la esposa del pastor es la que mete cizaña entre el pueblo hablando mal de unos contra otros y el esposo que es el pastor no hace nada y la defiende a capa y espada aún viendo como el pueblo se va de la iglesia??