Re: ESCUDRINANDO EL LIBRO DEL APOCALIPSIS.
Según el calendario juliano, utilizado en el imperio romano a partir del 45 AD, el 25 de diciembre marca el día del solsticio de invierno (cuando comienza a alargarse la luz del día y reducirse la oscuridad).
Se ma había pasado esta "perla" en una lectura rápida (la inanidad de tu presentación no justificaba una lectura atenta). El calendario juliano NO se utilizó en el Imperio romano a partir del año 45 d.C., pedazo de percebe. La reforma juliana del calendario romano se realizó en vida de Julio César (por eso, precisamente, se llama así, palurdo), en el año 46 a.C. Si lo que tu confundida neurona quería decir es que el solsticio de invierno empezó a coincidir con el 25 de diciembre en el año 45 d.C., también ahí te equivocas aparatosamente, infeliz. El 25 de diciembre del año 45, al mediodía en Greenwich, el sol tenía una ascensión recta (si no sabes qué es eso, consúltalo en una enciclopedia, tontorrón) de 18 horas, 12 minutos y 16,77 segundos. O sea, NO se encontraba en el solsticio. El sol había entrado en solsticio el día
22 de diciembre de 45 d.C. a las 5:48 de la madrugada (hora de Greenwich). No das ni una, gavialito. Lo tuyo, desde luego, ya sabíamos que no es la Biblia ni la historia, pero es que, astronómicamente, eres nulo, "digno" sucesor de William Miller, un conocido patán en el campo cronológico para indocumentados.
¡Ah! Y en caso de que te imagines que avanzando cronológicamente hacia Constantino el Grande los cálculos te sean más favorables, te adelanto que te equivocarías aparatosamente. Así, si avanzamos un par de siglos (345 d.C.), el sol, el 22 de diciembre habría tenido una ascensión recta de más de 18 horas y 9 minutos, y habría estado en el solsticio el
20 de diciembre. Con estos datos, no me queda más que reírme a mandíbula batiente de ti.
Otra vez: ¿Cómo dices que te propones demostrar que Jesús NO nació el 25 de diciembre? Ten en cuenta que, sin importar de la fuente podrida de la que quieras sacar tus "copy/paste", hay muchísimas probabilidades de que yo pueda comprobar su veracidad y, en caso de que no sea veraz (en tu caso, nunca lo es), no tendré el menor problema en dejarte en ridículo.