Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.( Proverbios 22:6 )
Yo he conocido a familias testigos de Jehová, que han criado a sus hijos con los principios 'bíblicos', y que han tenido experiencias tan sobrecogedoras como verlos morir por una sobredosis de drogas, o encarcelados por participar en robos con pandillas de vecinos, ser violadas por los amigos, tener hijos indeseados, o morir por competir en deportes peligrosos, o simplemente por hacer el tonto con una moto y estrellarse contra un muro.
Esto no lo cuentan. Es más, diríamos que esto lo ocultan descaradamente.
En la mayoría de los casos, ¿qué es lo que realmente consiguen con sus adeptos? ¿Cuán real es la unidad lograda?
Raymond Franz, que desde las más altas esferas vivió y contempló esto, ha llegado a decir:
Es cierto que el establecer un control legalista sobre otros produce un tipo de unidad y se logra cierto orden. Pero, ¿cuán auténtico es? ¿No es en realidad una unidad y un orden basados en la uniformidad y la conformidad? Por otro lado, ¿es el resistir el que hombres impongan (a través de una interpretación legalista) su control sobre la vida personal de otros algo que esté en contra de la verdadera cohesión y unidad? ¿Es que esto ha de resultar en que cada persona vaya en su propia dirección, obstinada e independientemente, satisfaciéndose sólo a sí misma? No tiene que ser así y no lo será, si es que la persona acepta de corazón la dirección de Aquel que da tal libertad.
Así como uno no puede amar al Dios invisible y a la misma vez odiar a su vecino, de igual manera uno no puede estar unido al Hijo de Dios y tener malas relaciones con, o estar aislado de todos y cada uno de aquellos que están igualmente unidos y sometidos humildemente a la misma jefatura".
Según las Escrituras, es el amor lo que es un "vínculo perfecto de unión", y no el ser miembro de una organización, porque el amor es sufrido, es amable, no es celoso, no se hincha ni busca sus propios intereses, sino que procura el bien de los demás.
El amor no coacciona a la gente para que tengan una relación estrecha; más bien, los atrae y los une de manera afectuosa. Cualquier supuesta unidad cristiana que se encuentra fundada en otra base, es, en realidad, ficticia, no genuina, y tal pretendida unidad sólo puede ser mantenida por medios anticristianos.
Estas palabras de Franz nos llevan a pensar, que los muchos controles que se ejercen sobre los matrimonios, o los que los propios los padres ejercen sobre sus hijos para que estos 'hagan' o 'dejen hacer' un determinado comportamiento, puede tener cierta medida de éxito.
Curiosamente ese control comienza desde pequeñitos: ¿Que hace un padre Testigo cuando se entera que su hijo pequeño ha cantado el 'cumpleaños feliz' o ha cogido los caramelos o 'chuches' que otros niños han llevado? ¿Cómo reacciona cuando se entera que su niño ha dibujado o coloreado una bandera de Andalucía o España, o que ha participado en adornar la clase para recordar la Navidad? De inmediato, someten a sus hijos a diversas sesiones de adoctrinamiento, diciéndoles que a Jehová no le gusta tal o cual fiesta, que se enfada si cojemos esos caramelos, que se siente triste si le desobedecemos, etc.
¿Y cómo reacciona el crio? No es extraño ver a niñitos de tres y cuatro años, decir a la profesora que no harán tal o cual cosa, porque 'eso no le gusta a Jehová'.
Este férreo marcaje que se ejerce sobre los hijos tiene una continuación con la insistencia en darle un estudio bíblico, un estudio de familia, una asistencia callada en la reunión, so pena de recibir unos cachetes, un salir a predicar en cuanto son mayorcitos, un adoctrinamiento para que hablen, etc. Al final, el niño no es lo que es, sino lo que los padres han querido que sea: un autómata robotizado con muy poco margen de decisión y acción. La Atalaya antes citada es un claro exponente de ello.
No es extraño que de ahí surjan 'héroes' como Marcos Alegre, un niño de 11 años, que ante la decidida acción de ponerle una transfusión de sangre de los médicos, amenazaba con quitarse los tubos que le conectaban a las botellas si era necesario. ¿Cómo se puede alabar la fe de este niño o de cualquier otro, que lo único que hacen es responder como unos autómatas a las dirextrices de los padres? ¿Descubrió este niño, simplemente leyendo la Biblia, que Dios prohibió hace dos mil años las transfusiones de sangre?
Evidentemente, una organización que enseña a sus miembros a 'controlar' a sus hijos, a adoctrinarlos férreamente, a reprenderlos si hacen, o comen, o cantan, etc., que los asustan con el Armagedon, con el castigo de Dios, y que les crean en su mente la imagen de un Dios vigilantes y justiciero que les tiene controlados en cada paso que da, esa organización tiene más de humana que de divina.
Es por eso, que dentro de las familias de los testigos de Jehová existe una proporción considerablemente alta de 'ovejas negras' que cambian de camino en cuanto perciben la trampa. El problema es, que como no han aprendido a volar, pues se lo impidieron sus padres, tienen muchas más posibilidades de 'estrellarse', que otros de su misma edad.
Bendiciones .