Originalmente enviado por
carlos77
Caracas Venezuela. 09/09/10<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com
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Patria de Simón Bolívar.<o
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Padre de cinco naciones hermanas.<o
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Aclaraciones.<o
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Sobre el pagan impuestos.<o
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Esto no es del todo cierto.<o
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Quizás los hermanos pobre si la clase media de los testigos de Jehová si pagan impuestos, pero las Corporaciones Multimillonarias de la WATCHTOWER, no.<o
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Porque lo decimos?<o
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Lean las serias investigaciones de una de sus grandes empresas, que hicieron solo con la finalidad de engañar al estado Mexicano para no pagar impuestos.<o
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Con una corporación fantasma o de maletín.<o
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Esta es la doble cara de la Sociedad.<o
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Del Grupo Editorial Ultramar
Les transcribo la siguiente nota:
“El Grupo Editorial Ultramar S.A., de México, presentó balance ‘a cero’ al 31 de julio de 2000. ‘A cero’ significa que no tenía capital, ni inmovilizado, ni existencias, ni tesorería, ni cuenta alguna de Activo y de Pasivo, lo cual es una descarada anomalía contable y financiera. Antes de liquidarse una empresa es obligatorio presentar públicamente un balance general, tanto de gestión como de situación patrimonial.
¿Qué bienes tenía en México el Grupo Editorial Ultramar? Que sepamos, la gigantesca Sucursal o Betel de los testigos de Jehová en México estaba registrada a nombre del Grupo Editorial Ultramar. ¿Por qué? Porque las Watchtower americanas, tanto la de Pensilvania como la de New York, no podían tener propiedades inmobiliarias en México ni funcionar en este país como organización religiosa. Durante décadas la actividad de los testigos en México se desarrolló bajo el artificio de una “asociación cultural” y los testigos no podían llevar la Biblia en la predicación ni podían rezar ni entonar cánticos en las reuniones.
El Grupo Editorial Ultramar imprimía la literatura de la Watchtower para México. Hay que tener en cuenta que México es, después de Estados Unidos y Brasil, el tercer país del mundo con mayor número de testigos (a día de hoy unos 700.000 publicadores, sin contar otros tantos o más estudios bíblicos), lo cual nos da una idea del multimillonario movimiento económico de la Sucursal que la Watchtower madre explotaba en México bajo el nombre de Grupo Editorial Ultramar.
A título anecdótico, ya que viene al caso, la Watchtower quiso cerrar cierto blog porque publicó el famoso ‘libro secreto de los ancianos’, titulado ‘Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño’, escrito por Fred Franz. Sin embargo la defensa legal del blog, que ganó el caso, alegó que el libro publicado no era de la Watchtower, sino del Grupo Editorial Ultramar de México, que no renovó los derechos de autor por haber liquidado la empresa, y por tanto la Watchtower de los EEUU nada tenía que ver aquí.
A cualquier testigo de Jehová de Europa, Asia, Africa, Oceanía e incluso de América, que se le pregunte si oyó alguna vez hablar del Grupo Editorial Ultramar, dirá que no, por supuesto. La razón es porque la Watchtower centralocultó celosamente el asunto, como tantos otros que a lo largo del siglo y pico de batallar económico ha ocultado y sigue ocultando a su conveniencia. Ni siquiera los ancianos y superintendentes (excepto los de México y algunos países vecinos) saben del tema,a no ser que naveguen por internet y consulten foros que su Cuerpo Gobernante califica de satánicos, que son los únicos que ofrecen tal verídica información.
El Grupo Editorial Ultramar S.A. en México fue una empresa legal, nadie lo duda; pero al mismo tiempo era la ‘máscara cultural’ con que los testigos ocultaban su actividad religiosa, y no porque estuvieran perseguidos en México, sino porque la Watchtower no podía tener en ese país propiedades inmobiliarias a su nombre.
Las religiones protestantes operaban abiertamente y sin persecución en México y aquí no tenían propiedades. ¿Las tuvieron en Palestina Jesucristo y sus apóstoles y discípulos, o acaso disfrazaron su predicación como una actividad cultural?
En palabras de un destacado miembro que abandonó la ‘organización’ cuando descubrió que toda la ensalada estaba podrida y llena de moscas apestosas, ‘el Grupo Editorial Ultramar en México no fue más que la tapadera de un gran cubo de basura’”.
(Transcripción literal. No entro en comentarios. El blog aludido puede ser el que se cita abajo<o
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