Algunas traducciones modernas de la Biblia al español que emplean el nombre de Dios en el Nuevo Testamento en las formas Yahvé, Yahweh y YHWH:
Evangelio. Mensaje de felicidad, Hermenegildo Zanuso (1969)
Los Hechos, las Cartas y el Apocalipsis, Hermenegildo Zanuso, Ediciones Combonianas (1973)
Las Escrituras Mesiánicas, Asociación de Investigación Bíblica (1990)
Santa Biblia. Traducida del arameo al español, Centro Cultural Nueva Creación de Sonora (1994)
El Código Real, Maor Hayyim Publishing y Editorial Ami de México (2004)
Biblia Peshitta en Español, Instituto Cultural Álef y Tau (2006)
En el año 2004 salió una nueva edición de la conocida versión inglesa New Living Translation (Nueva Traducción Viviente). Bajo el encabezamiento “La traducción de los nombres divinos”, el prólogo hace el siguiente comentario: “Por lo general, hemos traducido uniformemente el Tetragrámaton (YHWH) como ‘el SEÑOR’, utilizando una forma en versalitas que es común entre los traductores ingleses. Así se diferencia del nombre ′adonai, que vertemos ‘Señor’”. Luego, hablando sobre el Nuevo Testamento, señala: “La palabra griega kýrios se traduce siempre ‘Señor’, excepto en los lugares donde el Nuevo Testamento cita directamente del Antiguo, en los cuales empleamos ‘SEÑOR’ con versalitas” (cursivas nuestras). De esta forma, los traductores de esta Biblia admiten que el Tetragrámaton (YHWH) debería reflejarse en las citas del Nuevo Testamento. De igual modo, en el 2008 se ha publicado en español el Evangelio de Juan de la Nueva Traducción Viviente, que también utiliza SEÑOR en los citados casos.
La obra The Anchor Bible Dictionary, bajo el encabezamiento “El Tetragrámaton en el Nuevo Testamento”, hace este interesante comentario:
“Hay indicaciones de que el N[uevo] T[estamento] incluía originalmente el Tetragrámaton —el Nombre Divino, Yavé— en algunas o en todas las citas que hacía del A[ntiguo] T[estamento]”.
Y el erudito George Howard indica:
“Puesto que el Tetragrámaton todavía se escribía en las copias de la Biblia en griego [la Septuaginta], que constituía las Escrituras de la iglesia primitiva, es razonable creer que los escritores del N[uevo] T[estamento], al citar de la Escritura, conservaran el Tetragrámaton en el texto bíblico”.