Entremetiéndonos en lo impenetrable

28 Febrero 1999
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Salgo a la calle, y tras el saludo de rigor interpelo al primer anciano que se me cruza en el camino:

-Usted y yo estamos ya próximos a partir de este mundo, ¿qué seguirá para nosotros después?

(Pregunto así, para que no se sienta provocado con algo directamente personal).

Siendo que toda su vida se ha ufanado de ser ateo, aprovecha a confesar su idea:

-Nada. Como se apaga la llama de una vela, se arranca una flor del tallo o un animal estira la pata y muere, así nos sucederá a nosotros, no importa si fuimos malos o buenos.

Ahora es un agnóstico orgulloso de ser calificado con un adjetivo que muchos ni siquiera oyeron:

-Nunca lo supe, no lo sé ni me preocupa. Por las dudas, procuro que mis buenas acciones superen a las malas, por si hay un dios que ponga en la balanza unas y otras. Eso será toda una sorpresa, y de no haber nada más tras la muerte, al menos me habré ahorrado en vida la restricción religiosa.

Esta vez, es el vecino más elegante del barrio que me declara la razón de su escepticismo:

-Me gusta estudiar e investigar todo cuanto despierta mi curiosidad intelectual, convencido, de antemano, que nunca alcanzaré a conocer todo, ni siquiera algo con absoluta certeza. Así que voy por el mundo libre y feliz de religión que me ate, pero infeliz por mi falta de esperanza. No sé lo que nos espera, caso que algo nos espere.

Toca el turno a un veterano ya enclenque por sus muchos años, pero que contenta a todos con su credulidad:

-Si nos toca un cielo de gloria, será muy bueno pero algo aburrido por lo poco concurrido. Si vamos al infierno, pasaremos mal por el exceso de calor, pero al menos será muy divertido con tanta gente de lo más piadosa mezclada con una multitud de expertos en todos los vicios y pecados.

(Hasta acá les he compartido algo de mis encuentros con incrédulos, pero a medida que pueda entrevistar a creyentes (genuinos) y de los otros (que dicen ser y no son), compartiré sus ideas)


Cordiales saludos
 
Si tan solo tuviese la mitad de tu habilidad para escribir elegantemente, con seguridad me habría ganado algo de respeto de mis enemigos en este foro.
Aunque no comparto algunos puntos que has expuesto en otros temas, siempre es una delicia leerte en este foro.
Solo me dejas la misma curiosidad,....sabes tú...¿qué seguirá después para ti?
 
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Reacciones: Manhattan y Efe-E-Pe
sin mentir, recién estoy conversando con una colega, ella tiende a creer en la reencarnación
y estuve hablándole sobre nuestra posición que es la resurrección... siendo el centro
nuestro Señor Jesucristo.

el mundo necesita que se proclame la verdad del evangelio...
 
Si tan solo tuviese la mitad de tu habilidad para escribir elegantemente, con seguridad me habría ganado algo de respeto de mis enemigos en este foro.
Aunque no comparto algunos puntos que has expuesto en otros temas, siempre es una delicia leerte en este foro.
Solo me dejas la misma curiosidad,....sabes tú...¿qué seguirá después para ti?

La clave es no ver enemigos cuando solo tienes una pantalla en frente. Es tu elección. Otra cosa es si pusieran en riesgo real tu vida.
 
...
Solo me dejas la misma curiosidad,....sabes tú...¿qué seguirá después para ti?

-Esto que preguntas es lo que realmente importa, pues incluso entre los mismos que piensan igual que yo, se prefiere repetir lo que entendemos por sana doctrina, supliendo con lo ya sabido lo que podría llegar a saberse, de no temerse el inmiscuirse en asunto harto incómodo.

-La boca profiere con total seguridad el dogma, mientras la mente rehuye pensar y el corazón titubea.


Saludos cordiales
 
II

Apoyándose en su bastón, el venerable anciano me mira y carraspea su respuesta a mi pregunta:

-La Iglesia me ha enseñado, que siendo parte de ella, abrigo buena esperanza de la vida eterna. Quizá por algún tiempo –décadas, siglos o milenios-, deba purgar en llamas purificadoras, por aquellos pecados y obras malas que he hecho. Sin embargo, aspiro a que mi familia mande rezar muchas misas para que el castigo acabe pronto y San Pedro me abra la puerta del cielo.

Lo que entonces repliqué, lo dejo para mejor ocasión, pues ahora me salió al paso el más versado en religión en el barrio, pues habiendo comenzado con la Ciencia Cristiana, se hizo luego mormón, después adventista y ahora era un entusiasta publicador de la Asociación Watch Tower:

-Al menos década y media de mi vida estuve identificado con cada uno de los movimientos Made in USA nacidos y desarrollados durante el Siglo XIX, emergentes del protestantismo norteamericano. Así, damas como Mary Baker Eddy y Elena G. de White, un profeta como José Smith y estudiosos bíblicos como C.T. Russell y J. F. Rutherford lograron que cualquiera que integrara cualquiera de estas facciones, tuviera como única religión verdadera la suya propia, siendo las otras tres tan apóstatas y erradas como todo el Protestantismo, Catolicismo y Ortodoxos. A su pregunta contestaré, que recién en el día de la resurrección –sea pronto o tarde mucho todavía-, sabremos si dejaremos de existir para siempre o tendremos una dicha eterna.

Un viejo agrio, aunque muy religioso, a regañadientes me respondió:

-Soy evangélico; creo todo lo que la Biblia dice; poseo el Espíritu Santo; digo “¡Amén!” a todo lo que nuestro Pastor predica; pago puntualmente el diezmo y hablo en lenguas. Tanto sé que si muero me voy directo al cielo, como que usted, que no se congrega con nosotros, irá al infierno.

Tras esta declaración quedo estupefacto, parado en medio de la calle como estatua inmóvil y muda.

Necesito ahora respirar un poco de aire fresco para continuar con mi encuesta.


Cordiales saludos
 
Y al Salvador donde lo dejan?
 
La clave es no ver enemigos cuando solo tienes una pantalla en frente. Es tu elección. Otra cosa es si pusieran en riesgo real tu vida.
No tengo problema de llamarlos enemigos, porque lo son.. pero no son míos.
Yo no respondo con prepotencia, y si me insultan no tengo problemas....por qué me voy a molestar... no me tomo mucha importancia..
 
III

Don Odracir parece ser el más viejo de la zona, pero todavía camina, conversa y hasta puede leer sin lentes (cuando la letra es grande). Lo encuentro sentado en su sillón, frente a su casa, y a su lado una mesita con algunos libros y revistas, más la Biblia de su abuelo (Reina-Valera 1865). Intrigado ante tanto material de lectura, me le acerco (solo hasta dos metros, por la pandemia), y me explica:

-Lo esperaba más temprano, así que otros vecinos le han ganado y me trajeron algunos libros y revistas, como puede ver: El Origen de las Especies (de Darwin); Por qué no soy cristiano (Bertrand Russell); El Conflicto de los Siglos (Elena White); Ciencia y Salud (Mary Baker Eddy); El Libro de Mormón y las revistas La Atalaya y ¡Despertad!

-¿Y se va a poner a leer todo eso?

-¡Oh, no! Algunos los he ya leído en mis años mozos; otros, comencé a leerlos y no pude continuar su lectura; otros, posiblemente los hojee un poco para refrescar mi memoria o imponerme de su contenido. Pero seguramente no ha venido usted para hablarme de libros.

-Cierto –repuse-, más bien quisiera que fuese usted quien me hablase acerca de lo que será de nosotros ante una partida de este mundo que parece no se nos hará esperar. ¿Qué me responde?

-¡Jesucristo!

-Sí, Jesucristo. Pero con solo ese nombre no me contesta usted lo que le pregunto.

-Ese nombre es el de una persona: el Hijo de Dios, nuestro Señor y Salvador.

-Por supuesto que coincidimos con eso, pero con ello no me aclara cómo los que ahora somos, tras nuestra muerte seremos.

-No precisa mayor aclaración. Seguramente recuerda usted como Pablo escribía a los filipenses que Cristo sería magnificado en él tanto si vivía como si moría, y contaba la muerte como ganancia, porque el partir y estar con Cristo sería muchísimo mejor.

-Cierto, eso sabemos, pero no veo cómo eso aplica a nuestra realidad actual y la que pronto experimentaremos tras nuestro postrer suspiro si el coronavirus nos lleva. Una cosa es este mundo en el que vivimos, y otra muy distinta debe ser ese cielo al que aspiramos.

-¡No tanto! La diferencia no la hace el lugar donde estemos, sino la Persona con la que estamos. Si aquí en este mundo de perdición vivimos en comunión con Cristo, la muerte no es una lápida sobre el cadáver sino una puerta que se abre a nuestro espíritu para ir al encuentro de Él. Ahora, fiel a su promesa, sigue con nosotros, pero en cualquier momento ¡ya estamos con Él! Si no fuésemos a Él será porque Él ya vino por nosotros.

Comprendí que el tema daba para rato, así que me despedí para volver y proseguir la charla.
 
y cuál se espera que sea una buena respuesta a tu pregunta?

porque por lo que entiendo el confiesa a Cristo, si lo hace sólo intelectualmente o no eso ud. puede saberlo conforme a su testimonio...

en una oportunidad antes de la pandemia pregunté a algunos hermanos(as) de mi iglesia qué era para ellos ser lleno del Espíritu Santo...
variadas respuestas...
 
y cuál se espera que sea una buena respuesta a tu pregunta?

porque por lo que entiendo el confiesa a Cristo, si lo hace sólo intelectualmente o no eso ud. puede saberlo conforme a su testimonio...

en una oportunidad antes de la pandemia pregunté a algunos hermanos(as) de mi iglesia qué era para ellos ser lleno del Espíritu Santo...
variadas respuestas...

-Precisamente, el Espíritu Santo no se auto promociona sino que toma lo de Cristo y nos lo hace saber (Juan 16:13, 14).
 
-Precisamente, el Espíritu Santo no se auto promociona sino que toma lo de Cristo y nos lo hace saber (Juan 16:13, 14).

no es mi pregunta estimado

mi pregunta era su conocimiento del estado espiritual al que debemos aspirar
y que era tan claro en la Iglesia Primitiva
 
no es mi pregunta estimado

mi pregunta era su conocimiento del estado espiritual al que debemos aspirar
y que era tan claro en la Iglesia Primitiva

-Aunque el conocimiento y lo espiritual son esenciales a nuestra aspiración actual, de la experiencia de ahora es que inferimos nuestra realidad eterna. ¡Con Cristo y en Él hoy y siempre! (Gálatas 2:20).
 
no me entiende estimado, remitase al pasaje de Hechos 7

busquen varones llenos del ES

eso hoy dia es posible?
 

Tras esta declaración quedo estupefacto, parado en medio de la calle como estatua inmóvil y muda.

Necesito ahora respirar un poco de aire fresco para continuar con mi encuesta.


Cordiales saludos

Qué falta de confianza es ésa.
La Biblia dice que todo lo hagamos ya no interesa tanto,
porque la salvación se puede lograr en vida.
Quien persevere hasta el fin será salvo..."

Como el leproso que volvió a Jesús para agradecerle por haberlo sanado
o como la mujer del flujo de sangre. El Señor los hizo salvos pasará lo que pasará.

Y aquí nos lo refuerza y mas a nosotros, los siervos del fin;

2 Tim. 1:8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
1:9
quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
1:11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.




...
Salvos porque tenemos una gran comisión.
Salvos por gracia según su propósito antes de N.O.M
Salvos porque el Señor y nosotros con él hemos de sacar a otros muertos a vida, como son los nuestros, y vivos por el poder del evangelio.
Y Salvos porque hemos de seguir escribiendo hasta que todo se acabe. Por eso, y otras cosas es que debemos de considerarnos ya salvos; salvados.
 
IV

Días después volví a reencontrarme con don Odracir, alegrándonos mutuamente de no llorar el uno la falta del otro, y que nuestro olfato siguiera bien y nuestro gusto mejor. Antes que pudiera reiniciar nuestra conversación, me confidenció la que había tenido recientemente con el vecino ateo:

-¿Leyó usted el libro de Bertrand Russell? –quiso saber.

-Sí, cuando joven –le contesté.

-¿Y qué le pareció?

-Que si antes había aprendido a ser cristiano, ahora mucho más y mejor quería saberlo.

-¿No se da cuenta usted que de la misma manera que hemos venido al mundo de la nada saldremos de él, acabando en nada?

-No es mi caso –contesté- Antes de ser un embrión Dios ya me conocía y yo estaba en el amor de mis padres. Luego que fui lo que sigo siendo, todo hace pensar que no tendría sentido que deje de ser, sino que por el contrario pase a ser mejor todavía, en perfección.

-Una vez que el cuerpo sin vida se corrompe ¿dónde estará usted? Apenas en la memoria de los que lo sobrevivan, mientras recuerden sus dichos, hechos y escritos. Usted mismo ya no es nada.

-Eso no sería lógico. Todo hombre que alguna vez fue, es natural que lo siga siendo, aunque ya no en la misma forma. También sería lógico, que de no haber nada, nada haya; ni siquiera esta mente mía capaz de concebir la inexistencia de todo. La nada no puede producir nada; Dios pudo crearlo todo a su exclusivo gusto y voluntad.

-¡Dios, Dios! Todo lo arregla usted con un Creador de todo –profirió el ateo ya algo airado.

-Pues todo lo desarregla usted reduciendo a la nada todo cuanto es, vemos, oímos, olemos, gustamos y palpamos. Las evidencias están de mi parte. Usted solo niega la realidad.

El ateo tomó sus libros, marchándose cabizbajo, con Darwin y Betrand Russell en busca del eslabón perdido.
 
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