Re: Enfermos
¿Es la sanidad para ti? ¿Manda Dios las enfermedades para probarnos? ¿Recibe Dios la gloria cuando soportamos las enfermedades? El tema de la sanidad es controversial para muchos. El hecho que algunos cristianos sufren físicamente año tras año, aún cuando aman al Señor, ha llevado a muchos a concluir que la sanidad es algo que solamente Dios en su soberanía puede otorgar a sus hijos cuando El quiera. Tal vez pensamos que el hombre pueda pedir la sanidad pero Dios no está obligado a sanar a nadie. Mientras existe la duda en nuestros corazones es imposible recibir “cosa alguna” del Señor (Santiago. 1:8). Pero, gracias a Dios, el nuevo pacto de Jesucristo ha establecido que la sanidad es para todos, y si vivimos según los principios del reino de Dios, la sanidad física es uno de los beneficios.
¿Qué piensa Dios de las enfermedades?
En Lucas capítulo 13, versículos 10-16, encontramos la historia de una mujer que había sufrida por dieciocho años con una enfermedad. Jesús declaró la enfermedad como ATADURA de satanás y una LIGADURA, y le sanó. En los cuatro evangelios vemos Jesús sanando a todos los que venían a El. No existe ni un caso en lo cual Jesús no sanó a una persona que le había buscado en fe. Además, había un caso cuando Jesús ni siquiera sabía quien le había tocado para recibir la sanidad. Sin embargo, lo que salió de El fue el poder para sanar a esta mujer, sin saber si ella lo “merecía” o no (Marcos 5:24-34). Hechos 10:38 declara, “como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los OPRIMIDOS por el diablo, porque Dios estaba con él.” Entonces, Dios llama las enfermedades como ataduras, ligaduras y opresión.
Jesús jamás enfermó a alguien para enseñarle algo, y jamás dejó a alguien en su enfermedad para “la gloria de Dios.” De hecho, Dios siempre recibía la gloria a través de la sanidad de los enfermos. Las enfermedades representan la obra de satanás y existen para “robar, matar y destruir” (Juan 10:10). Jesús vino para deshacer (destruir) las obras del diablo (1 Juan. 3:8) y para darnos vida en abundancia (Juan 10:10).
Cuando pensamos en las enfermedades en la luz del Nuevo Testamento, es fácil ver que no existe ninguna bendición en la obra del diablo. Las enfermedades nos dejan incapaces de trabajar, sin dinero, y obligan a que la familia del enfermo haga un gran sacrifico. Además, el enfermo no puede seguir el plan de Dios para su vida, lo cual es “bueno, agradable y perfecto” (Romanos 12:2).
Aún las leyes de la sociedad nos enseñan que un padre que maltrata o abusa de su hijo merece el juicio y la cárcel. Es interesante como algunos cristianos piensan que el abuso de los niños es un crimen, pero piensan a la vez que Dios puede enfermar a SUS hijos y esta representa una bendición. ¿Dónde está la lógica y el sentido común?
Si las enfermedades representan la voluntad de Dios y si Dios quiere que estemos enfermos por alguna razón, entonces, ¿por qué gastamos tanto dinero en los médicos y en las drogas? Si Dios quiere que estemos enfermos, es rebeldía y desobediencia si buscamos la ayuda médica. No tenemos el derecho de huir de la voluntad de Dios. Si estamos enfermos por su gloria o por su voluntad, debemos quedarnos enfermos y morir, o tal vez, mejorar, pero SIN la ayuda de un doctor. De hecho, todos los doctores y los hospitales estarían luchando en contra de Dios si es Dios que usa las enfermedades para su gloria. No, hermanos, las enfermedades no provienen de Dios. El es el autor de la vida y se reveló a si mismo en el Antiguo Testamento como “Jehová tu Sanador.” Se reveló en el Nuevo Testamento como Dios en la carne, Jesucristo, y anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos ” (Hebreos 13:8).
Bendiciones
¿Es la sanidad para ti? ¿Manda Dios las enfermedades para probarnos? ¿Recibe Dios la gloria cuando soportamos las enfermedades? El tema de la sanidad es controversial para muchos. El hecho que algunos cristianos sufren físicamente año tras año, aún cuando aman al Señor, ha llevado a muchos a concluir que la sanidad es algo que solamente Dios en su soberanía puede otorgar a sus hijos cuando El quiera. Tal vez pensamos que el hombre pueda pedir la sanidad pero Dios no está obligado a sanar a nadie. Mientras existe la duda en nuestros corazones es imposible recibir “cosa alguna” del Señor (Santiago. 1:8). Pero, gracias a Dios, el nuevo pacto de Jesucristo ha establecido que la sanidad es para todos, y si vivimos según los principios del reino de Dios, la sanidad física es uno de los beneficios.
¿Qué piensa Dios de las enfermedades?
En Lucas capítulo 13, versículos 10-16, encontramos la historia de una mujer que había sufrida por dieciocho años con una enfermedad. Jesús declaró la enfermedad como ATADURA de satanás y una LIGADURA, y le sanó. En los cuatro evangelios vemos Jesús sanando a todos los que venían a El. No existe ni un caso en lo cual Jesús no sanó a una persona que le había buscado en fe. Además, había un caso cuando Jesús ni siquiera sabía quien le había tocado para recibir la sanidad. Sin embargo, lo que salió de El fue el poder para sanar a esta mujer, sin saber si ella lo “merecía” o no (Marcos 5:24-34). Hechos 10:38 declara, “como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los OPRIMIDOS por el diablo, porque Dios estaba con él.” Entonces, Dios llama las enfermedades como ataduras, ligaduras y opresión.
Jesús jamás enfermó a alguien para enseñarle algo, y jamás dejó a alguien en su enfermedad para “la gloria de Dios.” De hecho, Dios siempre recibía la gloria a través de la sanidad de los enfermos. Las enfermedades representan la obra de satanás y existen para “robar, matar y destruir” (Juan 10:10). Jesús vino para deshacer (destruir) las obras del diablo (1 Juan. 3:8) y para darnos vida en abundancia (Juan 10:10).
Cuando pensamos en las enfermedades en la luz del Nuevo Testamento, es fácil ver que no existe ninguna bendición en la obra del diablo. Las enfermedades nos dejan incapaces de trabajar, sin dinero, y obligan a que la familia del enfermo haga un gran sacrifico. Además, el enfermo no puede seguir el plan de Dios para su vida, lo cual es “bueno, agradable y perfecto” (Romanos 12:2).
Aún las leyes de la sociedad nos enseñan que un padre que maltrata o abusa de su hijo merece el juicio y la cárcel. Es interesante como algunos cristianos piensan que el abuso de los niños es un crimen, pero piensan a la vez que Dios puede enfermar a SUS hijos y esta representa una bendición. ¿Dónde está la lógica y el sentido común?
Si las enfermedades representan la voluntad de Dios y si Dios quiere que estemos enfermos por alguna razón, entonces, ¿por qué gastamos tanto dinero en los médicos y en las drogas? Si Dios quiere que estemos enfermos, es rebeldía y desobediencia si buscamos la ayuda médica. No tenemos el derecho de huir de la voluntad de Dios. Si estamos enfermos por su gloria o por su voluntad, debemos quedarnos enfermos y morir, o tal vez, mejorar, pero SIN la ayuda de un doctor. De hecho, todos los doctores y los hospitales estarían luchando en contra de Dios si es Dios que usa las enfermedades para su gloria. No, hermanos, las enfermedades no provienen de Dios. El es el autor de la vida y se reveló a si mismo en el Antiguo Testamento como “Jehová tu Sanador.” Se reveló en el Nuevo Testamento como Dios en la carne, Jesucristo, y anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos ” (Hebreos 13:8).
Bendiciones