Puedo creer en la existencia de mas de un dios, pero no adorarlos.
Haenchen hace la siguiente observación: “En el monoteísmo judío y cristiano era perfectamente posible hablar de seres divinos que existían junto a Dios y bajo Él, pero no idénticos a Él. Filipenses 2:6-10 lo demuestra. En ese pasaje, Pablo describe a un ser divino, precisamente de esas características, quien más tarde adquirió naturaleza humana en la persona de Jesucristo. [...] Por consiguiente, tanto Filipenses como Juan 1:1 presentan, no una exposición dialéctica del concepto de dos personas en una, sino una explicación de la unión personal de dos entidades”. (Páginas 109, 110.),